Machos, hermosos machos. (Relato)

Algunas mujeres soñamos con ello, con el hecho de estar recargada en una pared mientras un macho te hace el amor, pero no cualquier tipo de macho, uno fuerte, músculos marcados, atlético, que puedas acariciar su abdomen, un macho mamado! Uno con un pene grande y grueso. Muchas creemos que es imposible, que es básicamente incoherente creer que pasará en algún momento. Hasta el momento les he contado cosas del pasado, de mis inicios y mis pequeñas aventuras, he terminado de hacerlo ya no hay nada interesante en el pasado, sin embargo ahora puedo contarles de mi día a día, hace unos meses regrese a la prostitución más que por gustó es por placer y no, ya no salgo a las calles a pararme en una esquina y esperar a que un auto me levante, compré un departamento en la condesa del DF y es ahí donde recibo a mis clientes, el punto del relato es simple, ayer cumplí esta fantasía, la de estar con un macho y hoy se las quiero compartir.

Era temprano, las 11 o 12 del día, tengo una rutina sencilla, siempre voy al gimnasio para mantener la figura y hacer algo de piernas, el chiste es que recibí la llamada, una voz bastante varonil preguntaba por el servicio completo, coger cuantas veces quiera hasta quedar seco. Le di la dirección del lugar y salí del gimnasio, camino a casa compré condones y aceites, al llegar un auto azul estaba estacionado fuera del lugar, supose que era el así que subí apresurada. Al llegar al departamento un hombre de traje negro estaba esperando, era alto y estaba de espaldas (Por cierto, que espalda!), al verme llegar fue como si ya nos conociéramos, yo sabía a que venía y el sabía quién se lo iba a dar, nos saludamos, el hombre en sí llevaba barba pero de esa barba de 3 días, no era tan guapo, pero tenía lo suyo.

Abrí la puerta y entramos, se sentó en los sillones, tome un par de vasos y serví un scotch para ambos, bebimos, platicamos un rato, resulta que es empresario, siempre quiso hacerlo con una prostituta pero nunca había tenido la oportunidad, un amigo suyo me recomendó, tiene 27 años y se graduó en el IPN (Una universidad de por aquí), cuando ya estábamos subidos de tono después de un par de copas me senté a su lado y coloque mi mano izquierda sobre su muslo, se puso algo nervioso así que le ayude, lo tome con mi mano derecha y le robe un beso, su boca sabía tan bien, nos besamos bastante, su lengua y la mía jugaron bastante, al final me cargo y me llevo a la recámara, me empezó a quitar la ropa deportiva hasta dejarme en mía cacheteros y mi top, me levanté y lo empuje a la cama, pose mis manos sobre su abdomen y sentí lo marcado que estaba su cuerpo, me prendí, me puse cachonda, quería que aquel monumento me tratara como una puta, que me rompiera en 2, quería que aquel macho me penetrará y me hiciera llorar e implorar porque parará, quería que me dejara sin caminar alguno días.

Le quite el traje y lo deje sólo en bóxer, era de color negro y marcaba un bulto muy bonito, el estaba de pie, me acerqué y me arrodillé, comencé a oler, a sentir su olor a hombre y con mis dientes libere a ese animal, unos 24 cm de largo y bastante ancho, con mi mano derecha comencé a masajearlo hasta que se puso duro, era un señor pene! Se marcaban las venas en aquel monumento, libere la punta del miembro y con la punta de mi lengua comencé a jugar, la movía en círculos, solo sobre su grande, no movía mi mano, solo daba pequeños lenguetazos, cuando sentí el líquido pre seminal lo introduje en mi boca, poco a poco, siempre haciendo contacto visual, a los pocos segundos esa boa estaba en mi garganta, comencé a mamar, lento, haciendo uso de mi lengua, lo acariciaba y cuando ya no podía tenerlo más en mi boca lo masturbaba con mi mano derecha mientras lamía sus huevos, se había rasurado y eso se agradece, a los pocos minutos se vino, no sin antes avisarme, cuando lo hizo, un poco de su semen se desbordó por la comisura de mis labios, el semen en sí sabía bien, era rico y espeso, nada del otro mundo.

Le empuje contra la cama y de inmediato me puse de pie, mI erección era bastante grande y mis cacheteros estaban húmedos de tanto líquido que mi miembro expulsaba, me quite el resto de la ropa y me senté sobre su pecho, tome mi miembro y lo puse en su boca, el lo recibió y me vine con el primer roce de su lengua, me quito de encima y me puse en mi posición favorita, en 4, abrí mi culo lo más posible y el empezó a lamer mi ano hasta que estuvo lubricado, mi esfinter se abría bastante, quitó algo de saliva de su boca y lubricó su miembro, lo colocó en la entrada de mi culo y empujó suavemente, mis gemidos eran bastante ruidosos y es que no era para menos, tremendo pedazo de carne me estaban clavando, para callarme colocó su dedo índice en mi boca y apretaba mI lengua, yo solo me dejaba coger.

Las embestidas eran cada vez más duras, de vez en cuando lo sacaba para poner mas saliva y volvía a cogerme tardo bastante en venirse, no se cuanto pero para mi fue una eternidad, me di la vuelta y sentí como el semen salía de mi ano para manchar las sábanas de la cama, antes de poder hacer algo, levanto mis piernas y las puso sobre sus hombros, tomó su miembro y volvio a cogerme, no podía hacer nada solo masturbarme, el apreciaba la escena y me cogío hasta que me corrí, mi semen salpicó mi cuerpo y con su lengua lo limpio todo.

Me puse de pie, el estaba sobre la cama recuperándose, creí que había acabado, la sesión había sido de una hora y media desde que el sexo empezó y cuando mire por la ventana sentí sus manos sobre mi cadera, solo conseguí girar la cabeza y darle un beso, abrió el ventanal y me saco desnuda al balcón, no supe como reaccionar, me abrió el culo y empezó de nuevo, quería que parará, quería seguir pero dentro de la recamara, no al aire libre, sus embestidas eran brutales, mi ano empezaba a arder.

La gente que pasaba por la calle hacían como que no veían nada e incluso pasaban de largo, pero otros tantos curiosos hasta fotos tomaron, la sensación de que la gente me viera de cierto modo me encendió de nuevo, la velocidad del hombre era impresionante, yo gritaba y gritaba, incluso lloré, no podía mas pero aquel semental aún seguía haciendo lo suyo, haciendo lo que le correspondía, en ocasiones le dije que parará que no podía mas, que me dolía, que quería morir, en todas, hizo caso omiso.

Desperté en mi cama, empapada de semen, el reloj marcaba las 7 de la noche, estaba desnuda, su olor estaba impregnado en mi cuerpo, el salió de la ducha, me dijo que tenía como media hora de haberme desmayado de cansancio, nos besamos, le bese todo el cuerpo, le lami el abdomen y le hice una ultima mamada, dejó el dinero sobre la mesa y se marchó, son las 2 de la tarde aquí en México y aun no puedo levantarme del dolor que siento, el escribir esto me ha puesto bastante cachonda, seré sincera, quiero volver a verlo.

5 comentarios - Machos, hermosos machos. (Relato)

Jessco
La sensación de indefensión y morbo debio ser tremenda 😊
Van puntos 👍
todorojo78
Lindo relato, pero esa chica es un tambo en todos los relatos se corre más de una ves jeje.