Esta rubia cheta quiere comprarse una mansión, pero no le alcanza la plata para ello. Intenta negociar una rebaja con el agente inmobiliario, pero él es un poco difícil de convencer.
Ella quiere demasiado esa mansión y utilizará sus artes seductoras para persuadirlo.
Comienza dejando ver sus exuberantes piernas, cruzándolas, mientras juega un poco balanceando sus pies. El agente fija su mirada, pero sigue sin ceder en el precio. Ella no se rinde y esta vez pone uno de sus pies sobre la rodilla del sujeto. Una vez que tiene su atención, ella le insiste que hará lo que sea, ¡lo que sea! para quedarse con la propiedad.
El tipo no aguanta más y acepta el trato. Empieza por olerle y lamerle los pies a la rubia, mientras un bulto comienza a crecer en su pantalón, la rubia lo nota y le pide que se lo baje, dejando a la vista una descomunal y jugosa verga 🌙.
Al verla, incluso la rubia se olvida del negocio y sólo desea tragársela. Pero antes, comienza masajeándola un poco entre sus pies. La verga sigue creciendo y ya la rubia solo piensa en comerse al agente. Lo invita a que le coma la concha 🐚💦 y se la sirve en la mesa. Él le hace un cunnilingus, mientras ella le frota con los pies su cabeza pelada como si de su verga se tratara.
Después de dejarla extasiada, ella le devuelve el favor y comienza a succionar cada centímetro de su miembro. El pelado disfruta, mientras tiene a la vista el suculento culo y las plantas de los pies de su clienta. Ante tanto éxtasis, su fetichismo se sublima y en un arranque de locura coge una de las delicadas sandalias de la rubia y se la cuelga en la verga.
Siente como su virilidad se empodera, como si fuera un semental macizo. Su hambre de coño se desafora y con la sandalia aún en la verga, comienza a castigar a pollazos la concha de la cheta. Ella se impresiona un poco de ver como el tipo se sale de de sus cabales y para saciarlo un poco le pone los pies en la cara para que se los chupe e incluso lo cachatea un poco con el pie, para que vuelva en sí.
Nuestro amigo reacciona y al ver lo loco de la situación, se saca el tacón de la poronga. Sin embargo, la rubia le recuerda que el trato no ha terminado y la transacción no ha finalizado, por lo que, para mantenerlo firme con el negocio y que él no se retracte, decide hacerle un especial: una mamada-paja con los pies, simultáneamente 👄🍭🦶🏼, magreándole los huevos, con sus deditos barnizados de pedicura francesa.
Nuevamente, el vendedor se deja llevar por el juego. Aunque por dentro su conciencia le recuerde que si hace una rebaja en el precio del condominio, perderá su empleo, su voluntad se debilita ante el tacto de los labios y los deditos de los pies en su falo. Se debilita tanto, que cae de espaldas sobre la mesa. Ahora es la rubia quien toma el control de la acción.
Aprovechando que el pelado se encuentra boca arriba, se le monta encima y lo cabalga al revés, mientras se saca ese vestidito azul. Lo cabalga de tal forma, que abre sus piernas estilo mariposa, para que sus talones le rocen los huevos al tipo, proporcionándole placer extremo. Luego, se sienta encima del abdomen del agente, para dominarlo y vuelve y le hace una paja con los pies.
Un poco cansada de la cabalgata, la rubia baja el ritmo de la culeada y le propone hacer un 69 de pies: ella le chupa la bestia, mientras él le chupa las patas.
Así siguen un rato, entre footjobs, cogidas y mamadas, pero la rubia ve que el negocio está llevando más tiempo del que pensaba: el vendedor parece estar en un trance y su verga parece no querer llegar, a pesar de que lo está gozando. No obstante, la rubia conoce sus los secretos de su cuerpo y sabe que cuando la cogen en cuatro, su chocho genera una succión tal, que hace correr a cualquier polla resabiada.
Entonces, la rubia se pone en cuatro ofreciéndole al pelado una panorámica de su culo. Viendo esto, el tipo se desata como un animal y la encula en cuatro, no sin antes frotar su verga contra las plantas de los pies.
Rellenándola como un pavo, el tipo siente la sensación más placentera y deliciosa de succión que la concha ejerce contra su verga, cual aspiradora doméstica, hasta que el corrientazo se activa desde su nuca, recorriendo su espalda y su ano hasta llegar a la punta de su verga, teniendo que sacarla rápidamente y derramando su néctar lechoso sobre las plantas de los pies de su clienta.
Luego de toda la faena, el tipo cae en cuenta de lo que hizo, pero no siente arrepentimiento, pues a pesar de que quedará desempleado, nadie le quitará el recuerdo de haberse comido a la escultural rubia y ella... bueno, ella obtuvo su mansión y una buena cogida.
VIDEO COMPLETO AL FINAL DEL POST
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https://www.xvideos.com/video.afcbkb10fe/glamour_modelo_garganta_profunda
Ella quiere demasiado esa mansión y utilizará sus artes seductoras para persuadirlo.
Comienza dejando ver sus exuberantes piernas, cruzándolas, mientras juega un poco balanceando sus pies. El agente fija su mirada, pero sigue sin ceder en el precio. Ella no se rinde y esta vez pone uno de sus pies sobre la rodilla del sujeto. Una vez que tiene su atención, ella le insiste que hará lo que sea, ¡lo que sea! para quedarse con la propiedad.
El tipo no aguanta más y acepta el trato. Empieza por olerle y lamerle los pies a la rubia, mientras un bulto comienza a crecer en su pantalón, la rubia lo nota y le pide que se lo baje, dejando a la vista una descomunal y jugosa verga 🌙.
Al verla, incluso la rubia se olvida del negocio y sólo desea tragársela. Pero antes, comienza masajeándola un poco entre sus pies. La verga sigue creciendo y ya la rubia solo piensa en comerse al agente. Lo invita a que le coma la concha 🐚💦 y se la sirve en la mesa. Él le hace un cunnilingus, mientras ella le frota con los pies su cabeza pelada como si de su verga se tratara.
Después de dejarla extasiada, ella le devuelve el favor y comienza a succionar cada centímetro de su miembro. El pelado disfruta, mientras tiene a la vista el suculento culo y las plantas de los pies de su clienta. Ante tanto éxtasis, su fetichismo se sublima y en un arranque de locura coge una de las delicadas sandalias de la rubia y se la cuelga en la verga.
Siente como su virilidad se empodera, como si fuera un semental macizo. Su hambre de coño se desafora y con la sandalia aún en la verga, comienza a castigar a pollazos la concha de la cheta. Ella se impresiona un poco de ver como el tipo se sale de de sus cabales y para saciarlo un poco le pone los pies en la cara para que se los chupe e incluso lo cachatea un poco con el pie, para que vuelva en sí.
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Nuevamente, el vendedor se deja llevar por el juego. Aunque por dentro su conciencia le recuerde que si hace una rebaja en el precio del condominio, perderá su empleo, su voluntad se debilita ante el tacto de los labios y los deditos de los pies en su falo. Se debilita tanto, que cae de espaldas sobre la mesa. Ahora es la rubia quien toma el control de la acción.
Aprovechando que el pelado se encuentra boca arriba, se le monta encima y lo cabalga al revés, mientras se saca ese vestidito azul. Lo cabalga de tal forma, que abre sus piernas estilo mariposa, para que sus talones le rocen los huevos al tipo, proporcionándole placer extremo. Luego, se sienta encima del abdomen del agente, para dominarlo y vuelve y le hace una paja con los pies.
Un poco cansada de la cabalgata, la rubia baja el ritmo de la culeada y le propone hacer un 69 de pies: ella le chupa la bestia, mientras él le chupa las patas.
Así siguen un rato, entre footjobs, cogidas y mamadas, pero la rubia ve que el negocio está llevando más tiempo del que pensaba: el vendedor parece estar en un trance y su verga parece no querer llegar, a pesar de que lo está gozando. No obstante, la rubia conoce sus los secretos de su cuerpo y sabe que cuando la cogen en cuatro, su chocho genera una succión tal, que hace correr a cualquier polla resabiada.
Entonces, la rubia se pone en cuatro ofreciéndole al pelado una panorámica de su culo. Viendo esto, el tipo se desata como un animal y la encula en cuatro, no sin antes frotar su verga contra las plantas de los pies.
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Luego de toda la faena, el tipo cae en cuenta de lo que hizo, pero no siente arrepentimiento, pues a pesar de que quedará desempleado, nadie le quitará el recuerdo de haberse comido a la escultural rubia y ella... bueno, ella obtuvo su mansión y una buena cogida.
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