mi mama: zorra, zorra, zorra

Autor del relato : Anonimo

Ningún sitio mejor que estas páginas para contar lo muy zorras que son algunas; en este caso, y con gran dolor de corazón por mi parte, mi propia madre.
Aún recuerdo los azotes que me dio mi padre el día que mamá le contó que me había sorprendido en el cuarto de baño masturbándome con sus bragas. Ella ya sospechaba que eso ocurría con frecuencia, pues encontraba su pantaleta pringada con mi semen cuando se disponía a lavarla. Yo apenas había cumplido los trece años y el buen cuerpo de mi madre me excitaba sobremanera. La espiaba siempre que podía, sobre todo cuando se duchaba o se rasuraba el coño en verano para ir a la piscina, luego me pajeaba una y otra vez como un mono.

Permanecí castigado en casa, con el cuerpo dolorido por la paliza de mi padre, un pobre hombre que obedecía como un esclavo las órdenes de mi madre y trabajaba día y noche para que a ella no le faltasen buenos vestidos y caras cremas de belleza. En aquella situación yo sólo me aliviaba imaginando una venganza hacia mi mamá ... y la ocasión se presentó pronto.

Aquella tarde yo permanecía en mi cuarto, simulando que hacía los deberes escolares, con la puerta entreabierta porque mamá quería controlar todos mis movimientos. Estábamos los dos solos, cuando de pronto sonó el timbre de la puerta: eran dos vendedores ambulantes de etnia gitana que ofrecían unos paños artesanales. Nada más verlos, mamá irrumpió en gritos e insultos pues si tiene aversión a alguien, es a los gitanos y a los moros. Pero ya sabemos cómo se las gastan los gitanos cuando los humillan. De una patada, uno de ellos abrió de golpe la puerta y a continuación ambos se introdujeron en el apartamento. Eran jóvenes y fuertes, morenos y de complexión atlética, de unos treinta años. Yo seguía todo desde mi escondrijo, sin atreverme a salir. Uno de ellos agarró a mamá por el cuello y le puso la mano sobre la boca para que no gritase; ella calló de inmediato. A continuación, la arrastraron hasta el salón, que da justo frente a mi habitación. Despojaron a mamá de su ropa y la dejaron sólo con sus braguitas blancas. Mientras uno de los gitanos le magreaba las tetas, el que parecía mayor llevó su mano a la entrepierna de mi madre y empezó a masajearle la concha por encima de las bragas. Así estuvo un buen rato hasta que notó que las pantaletas empezaban a mojarse por la excitación. En ese momento el gitano más joven le destapó la boca y comprobó que mamá ya no gritaba, aunque jadeaba entrecortada y lloraba de temor.

El gitano le arrancó de golpe las bragas e introdujo su cabeza entre las piernas de mamá para lamerle el coño:
- Mira como le chorrea la concha a esta puta blanquita.
Mamá seguía gimiendo, atenazada por el miedo, y sin atreverse a llamarme en su auxilio. El otro gitano ya le lamía los pezones, duros y negros como castañas.
No tardaron los hombres en bajarse los pantalones; no llevaban calzoncillo e inmediatamente apareciernon dos descomunales vergas empalmadas. El gitano joven se la metió en la boca de mamá. Debía oler mal porque ella mostró su desagrado, pero el muchacho la agarró por el cabello e hizo que la tragase hasta los mismísimos huevos. Al rato, me dio la impresión que mamá chupaba con delectación la poronga del hombre y también le lamía los testículos derramando abundante saliva por las comisuras de la boca. Tal era la excitación del gitano que se corrió al poco; para ello introdujo bien adentro la polla y la mujer sintió toda aquella leche en su garganta y la tragó con rechistar.

Ya el otro gitano había metido su herramienta en la almeja de mami. Su verga era grande y gruesa, venosa y rematada por un glande descomunal, que ya babeaba. El bombeo fue fenomenal. Mamá gemía y musitaba "no, no, no ...", pero seguía sin pedir ayuda. Me imaginé que sería para protegerme a mí, para que aquellos desalmados no supiesen que había alguien más en la casa.
El violador hizo cambiar a mamá de postura: la puso a cuatro patas, tipo perrito, e intentó una y otra vez meterle la polla por el orto. La cabeza del cipote era demasiado gorda y le hacía daño a mamá. No dudó el gitano en lubricar el ano introduciendo un dedo mojado en saliva. Luego escupió varias veces sobre el glande y ... de un golpe seco le metió la chota por el culo hasta los cojones. Esa vez mamá gritó. Tras un mete-saca rítmico, el gitano empezó a bombear con facilidad y los gritos de mamá acallaron. Yo veía sus rostros de frente, por la posición de la pareja. Cuando creí que mamá no soportaría aquella situación y se desmayaría, me sorprendí que llevó una mano a la concha y empezó a masajearse el clítoris. ¡La muy puta estaba disfrutando como una perra en celo de la violación, y a la jodienda por atrás ella se ayudaba con una paja por delante!

Volvió el hombre a montarse por delante. De nuevo la follaba por el coño, mientras su compañero volvía a meterle la poronga en la boca, ya recuperado de la primera eyaculación. Mamá orgasmeaba una y otra vez. Atenazaba el culo del gitano para sentir la pinga bien adentro y ahora musitaba: "más, más, más ...", procurando que yo no la oyese. Al cabo de unos diez minutos de bombeo, el gitano se corrió dentro y mamá sintió aquellas ráfagas de leche abundante y caliente en sus entrañas alcanzando el clímax ... El otro se corrió sobre las tetas de mamá en otra abundante eyaculación.

Los gitanos se recompusieron como pudieron y echaron a correr, dejando a mi madre sobre el piso, con las piernas abiertas, derramando leche por el coño y rociada por la lefada.

Mamá pasó de puntillas ante mi habitación, me vio "estudiando" por la puerta entreabierta, no me dijo palabra, y se encerró en el baño para tomar una buena
ducha, luego se fue a su dormitorio. A continuación entré yo en el cuarto de baño, busqué sus bragas empapadas en sus propios fluidos en la cesta de la ropa sucia y ...
Abrí de par en par la puerta del cuarto de baño, me senté sobre la taza del water, completamente desnudo, con la polla bien parada y llamé a mi madre ...
- Mami, por favor ... ¿puedes venir aquí?

Ella acudió de inmediato y cuando me aseguré que me veía bien empecé a pajearme con sus braguitas. Quedó paralizada de la sorpresa, yo le mostre bien enhiesta mi poronga y huevos hinchados y a continuación le imprimí ritmo a la manuela y me corrí ante ella sobre sus pantaletas. Me limpié bien la pija con ellas, las arrojé al cesto y aún tuve valor de decirle a la muy zorra:
- Ahora vete a contárselo a papá.

Ni que decir tiene que no le dijo palabra al pobre cornudo de mi padre.

RAMÓN.

8 comentarios - mi mama: zorra, zorra, zorra

Gabotel
tremenda!!!!! 🙎‍♂️ , la puta de tu Madre.. sin ofender claro, todo literalmente hablado..
quemerop
buen relato 😉 😉
danielillo32
que vieja tan mas puta 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️

te dejaria puntos pero tambien soy novato 😩
BioAlex
booooooooooooooring!!! 😩 😩 😩 😩
mork56
pues post... segui adelante..