Hola de nuevo amigos y amigas de P!, les dejo mi úlitimo cuentito. Andar por P! me inspira, no puedo parar de escribir. Besos húmedos para todos!!!!
Mi biquini nueva
No hay nada más lindo que salir a comprarse ropa, mimarse un poco. Y realmente lo andaba necesitando, mi vida amorosa era un desastre y me hacía falta algo que me levantara la autoestima. Aunque jamás pensé que salir a comprarme una biquini nueva terminara como terminó.
Aproveché el horario del almuerzo para ir donde había visto la malla que me tenía enamorada, había tenido que esperar que me cerrara la tarjeta para poder comprarla pero la tenía marcada hace semanas, menos mal que no cerraban al mediodía. Justamente por ser medio día el local estaba desierto, la vendedora con cara de embole, estaba apoyada en el mostrador.
No pude evitar mirarla con envidia, hay gente que tiene “eso”, esa belleza natural que no importa si tiene la remera mas zaparrastrosa y el pantalón más viejo igual está sexy. Bueno esta chica era así. Vestida simplemente con una remerita corta y una mini de jean deshilachada simplemente era despampanante, ni maquillaje, ni peinado última moda, ni nada de todo eso que una tiene que tirarse encima para estar medianamente aceptable.
-Buenos días, quería ver la biquini que tenés en vidriera, la negra.
La vendedora me miró de arriba abajo, y de una manera que me hizo sentir un poquito rara, fue de esa manera que te mira un hombre cuando está decidiendo si vale la pena quitarte la ropa, o por lo menos eso me pareció a mí. Sacudí mi cabeza, llevaba tanto tiempo sin una alegría que ya me estaba imaginando cosas.
-Pasa por el probador- me dijo
Me dirigí al mas cercano.
-No, por ese no, andá a aquel otro que tiene mejor luz- Y me señaló la última cortina, casi escondida detrás de la escalera que iba a la parte alta del local.
-Dale gracias! – Tomé la biquini, y entré al diminuto reducto. Me desnudé quedándome solo en tanguita, para así probarme bien la malla.
No había empezado a ponerme el corpiño cuando la vendedora asomó su cabeza por la cortina.
-Como te quedó?
-Aun no…
-Ohhhh- suspiró la chica cortando mis palabras- No te ofendas si te digo que tenés unas tetas divinas!!!
Yo me puse colorada y traté de cubrirme, soy algo tímida.
-Nnno, nno me ofendo… ahí me pruebo.
-Son de cirugía no??? Es imposible que sean tan perfectas y naturales- Para esto ya estaba dentro del pequeño cuarto y miraba mis pechos con descaro. Al decir que eran siliconas, picó mi orgullo. Retiré mis manos y arqueando mi espalda, hasta el punto en que mis pezones rozaban su pecho en el diminuto reducto en que nos encontrábamos.
-Por supuesto que NO, son naturales.-Afirmé
-Neeeeh- me provocó- no puede ser, a ver me dejas tocar?
Y sin esperar mi confirmación, tomó mis pechos con sus manos, masajeando suavemente.
-Es verdad! Es increíble, son hermosas y perfectas, no puedo creer que sean naturales.
Yo a esta altura me recosté sobre la pared, para contenerme. Sus manos eran tan suaves, el masaje que me estaba haciendo se sentía tan, pero tan rico que mi conchita se había empapado y tuve que morder mis labios para no gemir ante sus caricias.
Ella levantó la cabeza y me miró fijamente a los ojos y susurró.
-Se siente rico no?
Yo no pude más que asentir con la cabeza, helada ante la situación y más aun ante mi reacción. Estaba caliente, muy caliente y no quería que parara. Muy suavemente se puso en puntas de pie y acercó su boca a mi oído, como para decirme algo más. Yo bajé un poquito mi cabeza para escucharla y en ese momento capturó mi oreja con su boca, dándome los mas deliciosos mordisquitos en el lóbulo y muy suavemente sus pulgares empezaron a estimular mis pezones que estaban ya duros como rocas.
Ya ni siquiera morderme los labios sirvió, un gemido de placer escapó de mi boca, mis piernas se separaron un poco para tratar de aliviar el calor que sentía entre mis piernas, mi vulva latía, caliente, deseosa, mojándose entera, preparándose.
Ella se separó unos milímetros y dijo en mi oído.
-Shhhh puede entrar alguien en cualquier momento.
Eso me calentó aun mas, el riesgo, me puso a como loca.
En ese momento fui yo la que tomó la iniciativa y capturé su boca con la mía en un beso profundo, mi lengua y la de ella iniciaron una batalla sin cuartel. Mis manos entraron bajo su remerita para ver que no llevaba corpiño. Ahora fue el turno de ella de gemir ante mis caricias.
En el diminuto espacio donde estábamos, besándonos y acariciándonos deseperadamente. Con la urgencia de saber que podía entrar alguien, pero en el punto en que necesitábamos alivio y que lo demás era totalmente indiferente. Nunca había estado en una situación así y me encantó, todo me puso a mil. El riesgo, el hecho que fuera una deliciosa chica la que me estaba haciendo sentir así, mi necesidad de alivio era increíble y ya no me importaba mas nada.
Una de sus manos dejó mi pecho para bajar por mi vientre y metiéndose en mi tanguita encontró mi conchita empapadisima, sus dedos comenzaron a jugar con mi clítoris y me perdí. Su boca ahogó mi grito de placer, y en el preciso instante que metió dos dedos dentro de mi, me dijo
-Quiero comerme esa conchita…Dejame...
Me pedía permiso… yo estaba tan pero tan tremendamente caliente que le hubiera pedido por favor que lo hiciera.
No le contesté, pero apoyé mi espalda en la pared y levanté una de mis piernas, pisando la pared de enfrente, tan chiquito era el lugar. Ella se agachó y su boca quedó justamente donde quería. Corrió mi tanga y su boca deliciosamente caliente se posó en mi vulva, pegue un salto de placer. Cuando su lengua comenzó a recorrerme completa, tuve que sostenerme o me caía. Que exquisito se sentía, definitivamente sabía muy bien lo que hacía.
-Eres deliciosa...-dijo muy bajito.
Y metió su lengua hasta adentro de mi, probando hasta lo más íntimo de mi ser, devorándome entera y haciéndome convulsionar de placer. Su lengua entraba y salía de mí a toda velocidad. Yo seguía mordiéndome los labios para no gritar, aferrándome a las paredes del probador para no caerme, mi cuerpo estaba sobrepasado de sensaciones.
Entonces metió nuevamente sus dedos en mí, su lengua pasó a jugar con mi clítoris, mis jugos empapaban su mano y aprovechó. Uno de sus dedos fue haciéndose lugar en mi colita. Creí que moriría. Me penetraba doblemente con sus dedos y su boca desataba un torbellino en mi clítoris. Mi respiración estaba agitadísima, contener mis gritos era un esfuerzo increíble, toda mi entrepierna era fuego, en mi vientre podía sentir como se acumulaba el placer, listo para estallar, listo para hacerme volar. Ella metió otro dedo mas en mi cola, esta vez de una, sin cuidados ni suavidad y con eso me envió del otro lado. Mi cuerpo comenzó a temblar y me vine de una manera tan espectacular que su cara se cubrió de mi, literalmente me chorree en su boca y ella me bebió con tanto placer reflejado en su hermosa carita que casi me desmayo.
Mientras yo trataba de recuperar el aire, ella se levantó y se quedo mirándome fijamente. Tomé su carita entre mis manos y la besé, limpiando con mi boca y lengua los restos de mi orgasmo de su rostro.
De golpe escuchamos la puerta que se abría, ella sonrió y rápidamente se retocó en el espejo y salió. Yo me quedé unos segundos mirándome, incrédula de lo que había pasado y lo que había hecho. Miré la hora, tenía que volver al trabajo ya. Me vestí rápidamente y salí.
Ella estaba atendiendo como si nada hubiera pasado.
-Como te quedó? – me preguntó al acercarme yo a devolver la biquini que nunca me probé.
-Eeeh, no estoy segura, mejor lo pienso y paso mañana si?
-Dale, te espero, tengo varias cosas para mostrarte por si lo de hoy no te convenció- y me guiño un ojo.
Yo me puse toda colorada, pero claro la otra gente que estaba en el negocio pensaba que hablábamos de mallas de baño.
-La verdad, me encantó, pero no quiero quedarme con la primera opción. Mañana vemos que otras cosas tenés. – Le contesté ya jugada totalmente.
Dejé la biquini y salí, totalmente relajada, volví a trabajar.
Bueno eso es todo por hoy, espero lo disfruten!!!!!!!
Mi biquini nueva
No hay nada más lindo que salir a comprarse ropa, mimarse un poco. Y realmente lo andaba necesitando, mi vida amorosa era un desastre y me hacía falta algo que me levantara la autoestima. Aunque jamás pensé que salir a comprarme una biquini nueva terminara como terminó.
Aproveché el horario del almuerzo para ir donde había visto la malla que me tenía enamorada, había tenido que esperar que me cerrara la tarjeta para poder comprarla pero la tenía marcada hace semanas, menos mal que no cerraban al mediodía. Justamente por ser medio día el local estaba desierto, la vendedora con cara de embole, estaba apoyada en el mostrador.
No pude evitar mirarla con envidia, hay gente que tiene “eso”, esa belleza natural que no importa si tiene la remera mas zaparrastrosa y el pantalón más viejo igual está sexy. Bueno esta chica era así. Vestida simplemente con una remerita corta y una mini de jean deshilachada simplemente era despampanante, ni maquillaje, ni peinado última moda, ni nada de todo eso que una tiene que tirarse encima para estar medianamente aceptable.
-Buenos días, quería ver la biquini que tenés en vidriera, la negra.
La vendedora me miró de arriba abajo, y de una manera que me hizo sentir un poquito rara, fue de esa manera que te mira un hombre cuando está decidiendo si vale la pena quitarte la ropa, o por lo menos eso me pareció a mí. Sacudí mi cabeza, llevaba tanto tiempo sin una alegría que ya me estaba imaginando cosas.
-Pasa por el probador- me dijo
Me dirigí al mas cercano.
-No, por ese no, andá a aquel otro que tiene mejor luz- Y me señaló la última cortina, casi escondida detrás de la escalera que iba a la parte alta del local.
-Dale gracias! – Tomé la biquini, y entré al diminuto reducto. Me desnudé quedándome solo en tanguita, para así probarme bien la malla.
No había empezado a ponerme el corpiño cuando la vendedora asomó su cabeza por la cortina.
-Como te quedó?
-Aun no…
-Ohhhh- suspiró la chica cortando mis palabras- No te ofendas si te digo que tenés unas tetas divinas!!!
Yo me puse colorada y traté de cubrirme, soy algo tímida.
-Nnno, nno me ofendo… ahí me pruebo.
-Son de cirugía no??? Es imposible que sean tan perfectas y naturales- Para esto ya estaba dentro del pequeño cuarto y miraba mis pechos con descaro. Al decir que eran siliconas, picó mi orgullo. Retiré mis manos y arqueando mi espalda, hasta el punto en que mis pezones rozaban su pecho en el diminuto reducto en que nos encontrábamos.
-Por supuesto que NO, son naturales.-Afirmé
-Neeeeh- me provocó- no puede ser, a ver me dejas tocar?
Y sin esperar mi confirmación, tomó mis pechos con sus manos, masajeando suavemente.
-Es verdad! Es increíble, son hermosas y perfectas, no puedo creer que sean naturales.
Yo a esta altura me recosté sobre la pared, para contenerme. Sus manos eran tan suaves, el masaje que me estaba haciendo se sentía tan, pero tan rico que mi conchita se había empapado y tuve que morder mis labios para no gemir ante sus caricias.
Ella levantó la cabeza y me miró fijamente a los ojos y susurró.
-Se siente rico no?
Yo no pude más que asentir con la cabeza, helada ante la situación y más aun ante mi reacción. Estaba caliente, muy caliente y no quería que parara. Muy suavemente se puso en puntas de pie y acercó su boca a mi oído, como para decirme algo más. Yo bajé un poquito mi cabeza para escucharla y en ese momento capturó mi oreja con su boca, dándome los mas deliciosos mordisquitos en el lóbulo y muy suavemente sus pulgares empezaron a estimular mis pezones que estaban ya duros como rocas.
Ya ni siquiera morderme los labios sirvió, un gemido de placer escapó de mi boca, mis piernas se separaron un poco para tratar de aliviar el calor que sentía entre mis piernas, mi vulva latía, caliente, deseosa, mojándose entera, preparándose.
Ella se separó unos milímetros y dijo en mi oído.
-Shhhh puede entrar alguien en cualquier momento.
Eso me calentó aun mas, el riesgo, me puso a como loca.
En ese momento fui yo la que tomó la iniciativa y capturé su boca con la mía en un beso profundo, mi lengua y la de ella iniciaron una batalla sin cuartel. Mis manos entraron bajo su remerita para ver que no llevaba corpiño. Ahora fue el turno de ella de gemir ante mis caricias.
En el diminuto espacio donde estábamos, besándonos y acariciándonos deseperadamente. Con la urgencia de saber que podía entrar alguien, pero en el punto en que necesitábamos alivio y que lo demás era totalmente indiferente. Nunca había estado en una situación así y me encantó, todo me puso a mil. El riesgo, el hecho que fuera una deliciosa chica la que me estaba haciendo sentir así, mi necesidad de alivio era increíble y ya no me importaba mas nada.
Una de sus manos dejó mi pecho para bajar por mi vientre y metiéndose en mi tanguita encontró mi conchita empapadisima, sus dedos comenzaron a jugar con mi clítoris y me perdí. Su boca ahogó mi grito de placer, y en el preciso instante que metió dos dedos dentro de mi, me dijo
-Quiero comerme esa conchita…Dejame...
Me pedía permiso… yo estaba tan pero tan tremendamente caliente que le hubiera pedido por favor que lo hiciera.
No le contesté, pero apoyé mi espalda en la pared y levanté una de mis piernas, pisando la pared de enfrente, tan chiquito era el lugar. Ella se agachó y su boca quedó justamente donde quería. Corrió mi tanga y su boca deliciosamente caliente se posó en mi vulva, pegue un salto de placer. Cuando su lengua comenzó a recorrerme completa, tuve que sostenerme o me caía. Que exquisito se sentía, definitivamente sabía muy bien lo que hacía.
-Eres deliciosa...-dijo muy bajito.
Y metió su lengua hasta adentro de mi, probando hasta lo más íntimo de mi ser, devorándome entera y haciéndome convulsionar de placer. Su lengua entraba y salía de mí a toda velocidad. Yo seguía mordiéndome los labios para no gritar, aferrándome a las paredes del probador para no caerme, mi cuerpo estaba sobrepasado de sensaciones.
Entonces metió nuevamente sus dedos en mí, su lengua pasó a jugar con mi clítoris, mis jugos empapaban su mano y aprovechó. Uno de sus dedos fue haciéndose lugar en mi colita. Creí que moriría. Me penetraba doblemente con sus dedos y su boca desataba un torbellino en mi clítoris. Mi respiración estaba agitadísima, contener mis gritos era un esfuerzo increíble, toda mi entrepierna era fuego, en mi vientre podía sentir como se acumulaba el placer, listo para estallar, listo para hacerme volar. Ella metió otro dedo mas en mi cola, esta vez de una, sin cuidados ni suavidad y con eso me envió del otro lado. Mi cuerpo comenzó a temblar y me vine de una manera tan espectacular que su cara se cubrió de mi, literalmente me chorree en su boca y ella me bebió con tanto placer reflejado en su hermosa carita que casi me desmayo.
Mientras yo trataba de recuperar el aire, ella se levantó y se quedo mirándome fijamente. Tomé su carita entre mis manos y la besé, limpiando con mi boca y lengua los restos de mi orgasmo de su rostro.
De golpe escuchamos la puerta que se abría, ella sonrió y rápidamente se retocó en el espejo y salió. Yo me quedé unos segundos mirándome, incrédula de lo que había pasado y lo que había hecho. Miré la hora, tenía que volver al trabajo ya. Me vestí rápidamente y salí.
Ella estaba atendiendo como si nada hubiera pasado.
-Como te quedó? – me preguntó al acercarme yo a devolver la biquini que nunca me probé.
-Eeeh, no estoy segura, mejor lo pienso y paso mañana si?
-Dale, te espero, tengo varias cosas para mostrarte por si lo de hoy no te convenció- y me guiño un ojo.
Yo me puse toda colorada, pero claro la otra gente que estaba en el negocio pensaba que hablábamos de mallas de baño.
-La verdad, me encantó, pero no quiero quedarme con la primera opción. Mañana vemos que otras cosas tenés. – Le contesté ya jugada totalmente.
Dejé la biquini y salí, totalmente relajada, volví a trabajar.
Bueno eso es todo por hoy, espero lo disfruten!!!!!!!
15 comentarios - Mi biquini nueva
Pablo
terrible luli