Tentadora de vergas

Tentadora de vergas.

Relato sexual entre tío y sobrina en el que los personajes son mayores de 18 años.

Un hermoso lago rodeaba la cabaña que recién había adquirido el verano pasado a un precio de ensueño. Constaba de 3 habitaciones, un muelle a media construcción y mucho espacio verde.

El lugar era ideal para acampar con la pequeña excepción que para llegar a él se tenía que atravesar un camino improvisado en donde si no ibas a bordo de una camioneta difícilmente llegarías.

A la inauguración invité a mi hermano quien fue acompañado por su esposa Marisela y su bella hija Claudia.

A Claudia tenía varios años sin verla puesto que se había ido a estudiar al extranjero y recién este año había vuelto.

Las condiciones económicas de su familia habían cambiado y por ello que no pudieran seguirle pagando una vida internacional tan cara.

Mi sobrina es como cualquier otra chica de su edad. Viste pantalón apretado, blusa pequeña y muy seguido anda con el cabello amarrado a una cola. Pero cuando la vi por primera vez en traje de baño, les juro que esa imagen jamás será borrada de mi mente.

Su traje de baño no era revelador como los que hay hoy en día. Es más, era de una sola pieza debido a que mi cuñada y mi hermano son bastante conservadores y no la dejarían lucir un bikini. No al menos delante de ellos y de su familia supongo. Sin embargo, mi sobrina parecía estar tallada a mano por el mejor escultor. Su cintura era diminuta, sus caderas anchas, su culo parado y unos senos maravillosos que no podrían ser disimulados por ningún traje de baño.

Aun cuando llamó tanto mi atención, no quise verla descaradamente por el miedo a que mi hermano o mi mujer lo fueran a notar. Además, esa jovencita era mi sobrina!

Con mis hijos Claudia no se llevaba muy bien. Supongo que la diferencia de edades hacía efecto. Por lo tanto seguido se perdía ella sola en el bosque aun cuando su madre preocupada le decía que no lo hiciera.

Precisamente fue en una de esas tantas perdidas que Claudia conoció a Janet, una bella morena de la cual se hizo muy amiga y constantemente invitaba a comer con nosotros.

El día que sus padres debían regresar por motivos laborales (yo pensaba pasar mis vacaciones enteras en la cabaña), Claudia estaba tan entusiasmada con su nueva amiga que les pidió que la dejaran quedarse con nosotros una semana más (que era lo que me faltaba de vacaciones). Enseguida sus padres me preguntaron si yo estaba de acuerdo y no pude de ninguna manera decir que no. Y fue así que sus padres volvieron a su casa y Claudia terminó quedándose con nosotros una semana más en la cabaña.

No tenían ni 2 horas que se habían ido los padres de Claudia cuando esta volvió y me dijo que su amiga Janet ya no estaba.

-Cómo??- pregunté.- es que acaso no te ha avisado de su partida?

-No, simplemente se fue. Ya no hay nadie en su cabaña.

-Quieres que intente localizar a tus padres para que vuelvan por ti?? Yo con gusto te llevaría pero les he prometido a mis hijos una semana más aquí…

Claudia me miró pensativa, luego me dijo:

-No. Supongo que no me vendrá mal quedarme unos cuantos días más en este bello lugar. Aprovecharé para conocer mejor este ambiente…

Ya por la noche hacía un calor bastante húmedo. Yo me encontraba ayudando a mi esposa a mover un mueble de la sala cuando Claudia entró vistiendo un largo camisón como pijama. Me sorprendí al verla pero después de todo pensé que dada la temperatura era algo normal. Además, mi hija la mayor, a pesar de no tener su edad, seguido usaba ropa parecida así que no debía extrañarme que Claudia también lo hiciera.

-Quieres que te ayude en algo tío?- me preguntó mi bella sobrina.

-No Claudia este mueble es demasiado pesado para ti. Podrías lastimarte. De cualquier forma muchas gracias.

Mi sobrina se sentó en el sillón de enfrente de donde yo estaba. En ese momento no pude evitar notar que su largo camisón se acortaba mucho estando sentada y mostraba unas encantadoras piernas.

Luego Claudia tomó un libro y se concentró de lleno en la lectura. Fue entonces que yo aproveché y, tardándome más tiempo del necesario con el mueble, de reojo, miraba discretamente sus lindas piernas.

El espectáculo terminó cuando mi mujer llegó a ofrecernos algo de beber. Fue en ese entonces que me despedí y me fui a dormir.

A la mañana siguiente, mi sobrina amaneció sorprendiéndonos a todos. Se había preparado para ir a nadar al lago pero esta vez no se había puesto el traje de baño conservador de antes. No, ahora lucía un imponente y diminuto bikini que revelaba todos sus encantos.

Los senos parecían salírsele y el culo quedaba completamente desnudo con un hilo en medio. Mi esposa parecía querer comentarlo pero se limitó a guardar silencio y agachar la cabeza mientras yo trataba de actuar como si nada.

Cuando pude me acerque a mi sobrina y le pregunte:

-Y tu otro traje de baño?

-Ya me aburrió… lo use toda la semana pasada. Además, no me vas a venir con que eres igual de mocho que mis padres o sí?

-No, claro que no… porque lo dices? Es que acaso parezco un viejo amargado como tú padre?- pregunté en broma.

-No, por supuesto que no. Pero mi tía si…- me dijo guiñándome el ojo.- No pude evitar ver la cara que puso cuando me vio salir así…

-Dale tiempo, seguramente se acostumbrará…- le dije riendo.

Mientras charlaba con mi sobrina trataba de no hundir la mirada en su atrevido escote. Finalmente preferí ir con mi hijo a pescar en lugar de estar ahí luchando contra la tentación.

Cuando volvimos de la pesca, mi sobrina se encontraba recostada tomando el sol. Enseguida mandé a mi hijo a que le avisara de nuestra llegada a su madre mientras yo me acercaba a intentar sacarle plática a mi sobrina. No sé porque pero era como si estuviera viviendo una nueva juventud en la que trataba de acercarme tímidamente a la chava más guapa.

Lo malo era que en esta “nueva” juventud estaba casado y por lo mismo mi esposa siempre arruinaba el mejor momento.

Esa noche Claudia volvió a ponerse un diminuto short y una playera bastante delgada.

Parecíamos estarnos llevando mejor que antes o al menos agarrando más confianza pues ya hasta bromas nos hacíamos y mi sobrina discretamente se atrevía a sentarse en mis rodillas mientras luchábamos por arrebatarnos algo de las manos.

Cada mañana, Claudia lucía un nuevo traje de baño que cada vez parecía ser más excitante.

A mí me encantaba ver como ese hilo se perdía en medio de sus dos nalgas y ya la veía con más frecuencia. Sabía que los días se me acababan y quería aprovechar al máximo el deleite de pupila que mi sobrina me regalaba.

Ese día, mi hijo volvió a pedirme que lo llevara a pescar mientras mi esposa y mi hija iban al pueblo más cercano por algunos víveres. A mí me pareció extraña dicha actitud ya que el día anterior quedó tremendamente aburrido e interprete ese pedido más como una exigencia de mi mujer para distraerme y que no anduviera merodeando a mi sobrina durante su ausencia.

No tardamos más de una hora en la pesca y cuando volvimos a la cabaña nuevamente encontré a mi sobrina tumbada bajo el sol. Lo único distinto al día anterior es que esta vez se encontraba con sus encantos a la vista. Es decir en topless!!!

Era imposible no decir nada. Sobre todo cuando a mi hijo le mande directo a la cabaña para que no la viera así!

-Claudia, donde está la parte de arriba de tu bikini?- le pregunté tratando de no sonar anticuado o “mala onda” como los jóvenes dicen.

-Oh!!! Lo siento mucho tío, creí que tardarían más en volver…- me contestó avergonzada.

-Está bien. No te preocupes pero ponte algo que mi hijo está adentro y en cualquier momento puede salir.

Me obedeció rápidamente y yo regresé a la cabaña con una terrible erección!

-Vaya cuerpo!!!!- pensaba mientras volvía.- Que curvas se gasta mi sobrina!! Y que par de tetas!!!

Esa tarde hice todo lo posible por estar alejado de ella pues con solo verla se me paraba la verga. Para colmo, mi sobrina se quedó con el bikini todo el día y cuando se cambió lo hizo para ponerse de nuevo su diminuto short y camisón delgado.

Por la noche mi mujer y mis hijos se fueron a dormirse bastante temprano mientras yo meditaba en la sala. Las mujeres habían tenido que caminar bastante rumbo al pueblo y por ello quedaron exhaustas mientras que mi hijo estaba agotado con el día de pesca.

Mi sobrina fue a la cocina y tras prepararse un bocadillo se sentó a mi lado. De sobra esta decir que yo ya tenía la pija dura nomás con verla de reojo.

-Que haces tío???- preguntó con tono de niña mimada mientras comía helado con un cucharón el cual lamía deliciosamente.

De no ser porque era mi sobrina hubiera jurado que me estaba coqueteando.

Me preguntaba si aún sería virgen y más me excitaba con el pensamiento. Poco a poco el hecho de que fuera mi sobrina me importaba menos. La estaba deseando como no había deseado a ninguna otra mujer en mi vida.

-Descansando Claudia….- le dije intentando tranquilizarme.

-Vaya que lo necesitas… mamá me ha dicho que eres muy trabajador y que ganas bastante bien.- me dijo sonando interesada.

-Sí, la verdad es que me ha ido muy bien últimamente…- le seguí la corriente tratando de atar los cabos que me llevaran a disfrutar de su suculento cuerpo.

Sabía la situación económica de su familia y de los lujos a los que ella estaba acostumbrada por lo tanto no sería descabellado pensar que me quería seducir para sacarme el dinero. Y si ese era el caso pues… yo ENCANTADO!!

-Iré por más nieve, no quieres un poco???- me preguntó sin sonar del todo a lo que se refería.

-No gracias. –contesté sonriendo. La verdad es que mi pija estaba que ardía.

Cuando Claudia se paró para ir a la cocina, espero un minuto y luego fui tras de ella.

Cuando llegué a la cocina mi sobrina estaba preparándose su helado en una copa más grande que donde lo había servido antes.

-No he podido evitar la tentación, la verdad es que es inútil luchar.- le dije sorprendiéndola pero luego añadí.- podrías darme un poco?- haciendo referencia al helado con lo que su rostro reflejó tranquilidad.

-Claro, yo puedo darte cuanto quieras tío…- dijo con su rostro ligeramente sonrojado.

Tomé una copa del mismo tamaño que la suya y parándome tras de ella se la extendí. Mi sobrina la tomó y comenzó a servirme helado hasta que le dije que parara. Luego me incliné un poco hacia delante para tomar la copa de sus manos y, al hacerlo, le repegué como no queriendo mi verga en su precioso culo.

Después de eso le agradecí y salí de la cocina para volver a la sala donde la espere sentado. No sé cuánto tiempo mi sobrina habrá tardado en volver pero supongo que no fueron más de 2 minutos.

Cuando volvió comenzamos a hablar como si nada hubiera pasado. Le pregunté si ya había recorrido el lago y me dijo que no. Su rostro reflejaba cierto rubor y apenas y podía mirarme a los ojos. Era más que obvio que había sentido mi verga dura en su culo momentos antes.

-Iré a dormir tío…- me dijo repentinamente y yo asentí con la cabeza dándole las buenas noches.

-Yo también pronto me iré a dormir. Espero que sueñes con los angelitos…- mi sobrina se puso de pie sonriendo nerviosamente y, justo cuando pasó por mi lado, tomándola por sorpresa, la tomé de la muñeca y la jalé hacia mí haciéndola sentar sobre mis rodillas. En ese momento reí como si se tratara de una broma tonta de esas a las que últimamente habíamos estado jugando.

Mi sobrina pareció entender que se trataba de una broma y rió nerviosa y confundida a la vez pero en ningún momento hizo esfuerzo alguno por ponerse de pie.

-Tienes novio??- Le pregunté de lleno.

Se sonrojó aún más y lo negó con la cabeza.

-Porque no si estás tan bonita?

-Mis padres no me lo permiten…- contestó tímidamente.

-Alguna buena razón deben tener para no permitírtelo…

-Mamá dice que los chicos de hoy solo buscan una cosa…

-Y cuál es esa cosa que buscan los chicos de hoy en día?

Mi sobrina guardó silencio, me miró tímidamente y no respondió así que le hice otra pregunta:

-Te gustaría tener novio?

-No lo sé…- me dijo mirando hacia otro lado.

-Si no tienes novio supongo que eres virgen. No es así?

Esta vez sus mejillas estaban coloradas como un tomate.

-Te han besado alguna vez?

-Si…

-En serio??

-Si…

-Y que más has hecho?

-Nada… sólo eso…- contestó apenada.

-Es que no me tienes confianza? No soy tu padre, no te voy a regañar…- le dije con una sonrisa.- has hecho algo más que besar?

-Un poquito más…- mi sobrina se notaba tensa.

Mi brazo izquierdo la rodeó por la cintura mientras mi mano acariciaba su abdomen ligeramente. Y mi otra mano no estaba siendo desperdiciada pues se encontraba acariciando discretamente una de sus preciosas piernas.

-Tienes una sonrisa muy linda. Porque no me sonríes y te quitas toda esa tensión que traes encima?- le dije tranquilamente, como animándola a agarrar confianza en mi persona.

Mi sobrina me sonrió discretamente, luego le hice otra pregunta:

-Tú mamá parece estar no del todo equivocada con lo que los chicos quieren verdad?

Mi sobrina asintió con su cabeza.

-Alguna vez te han pedido que hagas algo??

-Si… algunas veces…

-Y qué es eso?

-Pues… algunas veces quieren sentirme…

-Sentirte?

-Si… mis senos. Me dicen que les gustan mucho…

-Si?

-Si…

-Y los has dejado que te acaricien los senos?

-A veces…

-Porque?

-…Se siente bien…

-Tu también los has acariciado?

-A veces…

-Donde?

-En su… sus penes…- me dijo avergonzada como quien pronuncia una palabra indebida.

-Se lo has sentido duro?

-Si…

-Los has apretado?

-Si…

-Los has tocado solo con tu mano?

Mi sobrina dudo en contestar pero finalmente lo hizo.

-No… también lo he hecho con… con mi boca…

-Y te gusta?

-A veces…

Mis caricias en sus piernas comenzaban a ser más continuas y duraderas. Mi otra mano paseaba cerca del inicio de sus senos y sentía unas terribles ganas por venirme.

-De chica chupabas un dedo y ahora le has encontrado remplazo a tremenda costumbre…- le dije riendo mientras la miraba a los ojos directamente.

Subí mi mano pasándola por detrás de su cabeza para tomarla y jalarla hacia mí de tal manera que sus labios quedaron a escasos centímetros de mi boca.

Aguarde para ver cuál era su reacción y cuando estuve seguro que la tenía en mis redes la besé lentamente en los labios.

Mis brazos la rodearon mientras nuestras lenguas comenzaban a jugar traviesamente. Luego una de mis manos se movió por debajo de su blusa y fue directamente a acariciar su seno izquierdo. Qué maravilla!!! Mi sobrina gimió ligeramente en mi boca y mientras tanto yo comencé a amasarle el seno descaradamente.

Con lentitud le saque su blusón, no quería que se me fuera a espantar y todo terminara en ese momento. Luego la miré asombrado. Tenía frente a mí el mejor par de senos que había visto en toda mi vida!

Mi sobrina se cubrió sus senos con las manos pero yo, delicadamente, se las retiré.

Su rostro era como un tomate, la besé nuevamente en los labios, luego en el cuello, la mejilla y volví a su boca.

Le pellizqué un pezón y gimió con más fuerza.

Tenía años que no sentía unos senos juveniles y vaya que resultaba fascinante.

Finalmente me permití saborear sus senos con todo y sus 2 aureolas. Abriendo la boca lo más que pude comencé a mamarle las tetas hasta arrebatarle gemidos de placer realmente intensos.

-AAHHHHHH Tíoooooo HMMMMMM

Deslicé una mano por su entrepierna y comencé a acariciar su vulva por encima del short.

Pronto mi sobrina comenzó a estremecerse y moverse frenéticamente encima de mí. Era evidente que un orgasmo la estaba llenando.

La besé en la boca y logre ahogar su gemido de placer pues no quería que mi esposa o mis hijos se fueran a despertar.

Cuando mi sobrina se calmó, la solté un poco y comencé a sacarle el short. Debajo no había nada por lo que en 5 segundos quedó completamente encueradita delante de mí.

Pasé un dedo por todos sus labios y, abriendo su boca, mi sobrina lo mamó como si fuera un pequeño pito. Esa actitud me calentó de sobre manera y la deje jugar hasta que se sació con mi dedo.

Nuevamente la acomodé encima de mí pero con las piernas abiertas para que facilitara mi diversión con los dedos en su vagina. Comencé a frotarle su clítoris y mi sobrina volvió a gemir:

-Hmmm…

-Te gusta??

-Si… siiiii hmmm

Le metí un dedo ligeramente y mi sobrina dio un brinquito acompañado de un nuevo gemido de placer.

-ohhhhh…

No pude aguantar más y bajándome el cierre me saqué el pito con todo y bolas. Luego la acomodé para que me montara encima de la silla y así lo hizo guiada por mí.

-Estas lista??- le pregunté justo cuando mi pene estaba en la entrada de su conchita.

-Tengo miedo…- me confesó haciendo obvia su virginidad.

-Pero esto es lo que querías no es así? No tienes por qué tener miedo… me portaré muy bien contigo. Juro que no te hará falta nada a partir de ahora. Tendrás todo de mí como si fueras mi mujer…

Bingo! Como suponía mi sobrina no iba detrás de mí linda cara sino de mi billetera y a mí no me importaba con tal de cogérmela.

Cerrando sus ojos, se fue hundiendo pedazo a pedazo mi carne hasta que los huevos impactaron contra sus nalgas.

-AUUUUUUGGHHHHHHHHHHHHHHHHH…- Gimió y me mordió en el hombro derecho para no levantar a quienes dormían.

Claramente sentí como mi pito rompía su himen y después de eso la deje moverse como le daba la gana. Eso sí, siempre teniéndola agarrada de la cintura para que no perdiera equilibrio mi preciosa sobrina quien comenzó a montar ligeramente mi pito en cuestión de segundos.

-OOOHHHHH TÍOOOOO HMMMMM…- Me susurraba al oído.

En sus ojos podía ver la enorme calentura que tenía. Era obvio que el orgasmo anterior en mucho había ayudado a la penetración.

La silla crujía cada vez más conforme mi sobrina aumentaba su cabalgata. Y no dejo de cabalgarme hasta que violentamente se colapsó en medio de un segundo orgasmo.

Luego de eso reposó su cabeza en mi hombro mientras yo le agarraba el culo con ambas manos.

A pesar de que tenía unas enormes ganas por venirme me había logrado controlar y al menos 10 minutos más tenía para combatirle en la cama.

Supongo que mi sobrina se sorprendió al percatarse de eso pues, tomándola en mis brazos, la cargue como si fuera recién nacida y la llevé hasta su habitación en la cabaña donde tras tumbarla en la cama me subí encima de ella y le metí una cogida de los mil demonios.

-AAHHHHHHHHHHH…- Gemía mi sobrina mientras la cama se sacudía con fuerza a cada arremetida que le propinaba.

-Vaya que estas hecha para este tipo de cogidas… de hoy en adelante te juro que te voy a dar a diario… si no es porque eres mi sobrina mañana mismo me casaba contigo… HMMMMMMMM…- le decía enloquecido.

Luego la hice ponerse sobre sus manos y rodillas en la cama y la penetré al estilo perrito.

Sus nalgas azotaban deliciosamente contra mi pelvis y mis huevos.

Mi sobrina se retorcía del placer y estaba al borde de un tercer orgasmo cuando yo comencé a llenarla de grandes chorros de semen que le entraron hasta lo más profundo.

-AAAHHHHHH Que estás haciendo tío??????? HMMMM…- Preguntó al sentir mi leche inundándola.

-La necesitas dentro preciosa… toda la leche dentro… HMMMMMMMMMMMMMMMMM

Luego de eso volví a la habitación junto a mi esposa. Ella dormía tranquilamente así que preferí tomar mi ropa del día siguiente e ir a pasar la noche a lado de mi sobrina.

A la mañana siguiente nos levantamos temprano y, tras cambiarme de ropa y esconder la anterior, cada quien actuaba como si nada esperando a que mi mujer y mis hijos despertaran y nos encontraran desayunando.

Durante el resto de mis vacaciones follé a mi sobrina cuantas veces pude. Siempre le había sido fiel a mi esposa pero mi sobrina, mi sobrina es punto y aparte. Su fascinante físico me calentaba las 24 horas del día e incluso soñaba con cogérmela.

En cuanto regresamos a casa mi sobrina entró en la píldora y afortunadamente no quedó embarazada.

Hoy en día mi esposa y yo planeamos una nueva aventura a la playa. Mi sobrina desde luego esta invitada…

6 comentarios - Tentadora de vergas

swan28
Muy buen relato amigo :D
sherlock
uy, que hermosa paja que me acabo de hacer. esa nena me ha puesto a mil!!!!