Una tarde caliente

Caminando por las calles de Asunción un domingo de tarde, vacía de gente el sudor acompañaba mi trajín, fue así que me sente en el banco de una plaza, rodeada de sombras y el viento norte caliente te partía el alma, no me dí cuenta enseguida que casi frente a mí estaba una pareja discutiendo acaloradamente, fueron como 15 minutos de ardua discusión, se decían de todo menos palabras de amor, en un momento dado pensé que habría golpes para expresar con más contundencia ese percance. De repente todo terminó, el hombre se alejó y quedo sentada la mujer de unos 35 años, tenía una pollera, esas de algodón, frescas, una solera que dejaba ver unos senos bastantes aceptables, el pelo negro suelto, y un par de anteojos de sol.

Prendí un cigarrillo, la mire y ella caminó hacia mí, hice un gesto como que no me daba cuenta, pero no creo que haya funcionado, porque mis ojos penetraron en su figura, debajo de esa pollera el sol se alió y me dejó ver esas piernas y la tanguita de clara que le marcaba esa zona que mi boca ya deseaba, se acercó y dijo:

-Hola, me convidas un cigarrillo?
No dude en levantarme y saque la cajetilla, le acerque un pabilo y se lo encendi - Son un poco fuertes, le dije - Ella le dió una pitada grande y dijo; -Esto es lo que necesitaba - Mi instinto me decía que la encare, mi educación me recalcaba que sea educado. Entonces le dije:
-Sentate, charlemos.... ella lo hizo y empezamos a charlar de varios temas, cada tanto le miraba a las tetas, eran grandes, me imaginaba los pezones que tendría, seguro eran duros y largos, y esa tanguita de color claro seguro estaba mojada, mi lengua penetraba hasta allí, me conto muchos de sus problemas, casi dos horas sentados y se me ocurrió invitarla a tomar algo, ella dijo que si, que le vendría muy bien despejarse, fuimos a un bar, pedimos un par de cervezas que se volvieron varias, y así tipos las 8 de la noche, la acompañe hasta su casa, me invito a pasar, le dije que si no molestaba, pues no quería problemas con nadie, menos con su pareja, ella dijo:
-No te preocupes, solo por hoy te dejaré entrar, mañana creo que no nos veremos más, vamos animate!
Si dudarlo pase, me acomodó en la sala, ella fue para su cuarto y me pregunto si quería tomar algo, lo quitara del refrigerador, le conteste que estaba bien y no hacia falta.

Estaba sentado cuando ella apareció, se cambió de ropa y llegó con un short y un top negro, me dijo que hacía calor y que se sentía mejor así, yo le dije que si era por mí me gustaría que ande en tanga, ella sonrió y me dijo; - Si adivinas el color de mi tanga, te dejo hacer lo que quieras por 30 minutos!
No sabía que decir ni hacer, la calentura era tal que en segundos sude a chorros, mi cara era un color rojo picante, mi pija se puso mucho más dura que no me dejaba pensar. Acepte y entre sonrisas y miradas le dije:
-Es chiquita, negra y transparente.
Ella me contesta; -Estás seguro?
-Sí, estoy seguro, repliqué.
Se congeló el tiempo y ella me sonreía picaramente y yo no entendía nada, ella me dice:
-Ya pasaron 30 segundos de tu tiempo, ¿Vas a seguir perdiendo el tiempo?
Me levante y fui directo a su boca, la empece a besar locamente, mis manos se metieron en su tetas, y los pezones estaban súper duros, su mano busco mi pija hasta que pudo meterla debajo del pantalón, me dijo: -Dejame chuparla- la saco y empezó despacito a darle vueltas con la lengua, muy lentamente -Me gusta como esta de dura- su lengua estaba muy calliente y filosa de decir groserías, le saque el top y esas tetas eran enormes y ricas, las chupe como si fueran fuente de agua viva en el desierto, mis manos tocaron sus nalgas duras y tenía un hilito dental que le cubría el culo, mis dedos entraban y salian de su conchita mojada, sus gémidos me calentaban más, la puse de cuatro, le metí la lengua en la concha y gritaba que la metiera como sea, seguí metiendole la lengua pero en el culo, me imploraba que le meta pija fuerte y duro, porque estaba por terminar, saque mi lengua y le metí primero la cabeza, luego la pija entera despacito, y luego más y más rápido, lloraba, gritaba, decía groserías, sentí entonces su llegada caliente sobre mi pija, me dijo entonces -hace mucho que no terminaba así- pero quiero tu leche en mi boca, me das?, sin pensarlo, se la puse en la boca y bastaron segundos para que tres litros de leche se metieran en su boca, sin desperdiciar ninguna gota, literalmente la succionó.

Fué la única vez que lo hicimos, y un detalle, no tenia la tanguita negra y transparente, era roja.

Hasta siempre

2 comentarios - Una tarde caliente

feichu88
Buen relatoooo! seguí así! pasate por mis historias ! abrazo +5
pijadurisima
Stan buenos tus relatos, m djan al palo