El Bar: Ella y Yo

Todo empezó en el Bar en donde trabajo.
Todos los días estoy ahí con mi compañera,nosotras atendemos la barra.
Ella siempre me resultó atractiva pero nunca fue más que una sincera admiración de su belleza.
Es muy bella y despampanante, los clientes pagaban lo que sea por sus tragos,
además es buena en lo suyo. Yo ganaba en simpatía lo que ella en belleza.
Siempre esta contenta y se muestra alegre por demás, le damos vida a ese bar.
Nosotras trabajámos todo el día ahí, pero en dos turnos,
ya que a la tarde el bar esta cerrado, al mediodía es un tímido boliche para comer
y a la noche abre el verdadero bar. Nosotras siempre detrás del mostrador.
Casi siempre en el momento en que el bar cierra cada uno se va a su casa,
pero un día nos toco a nosotras quedarnos a limpiar y organizar las mesas y sillas para la noche.
Ella estaba acomodando las sillas y me descubrió mientras la miraba,
yo tenia la mirada fija en sus piernas y en su cuerpo pero no me había dado cuenta que me había visto.
Me disculpe apresuradamente y ella solo sonrió, lo cual me lleno de dudas.
Había algo en ella que me atraía y me era irresistible mirarla.
Agache la cabeza y seguí lavando copas, tenía que dejar de pensar en ella y
en como seria besarla y hacerle el amor.
Yo no era lesbiana como para andar pensando esas cosas,
pero ella tenia algo que me hacia fantasear, ya me había pasado varias noches, pero no quería reconocerlo.
Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que sin que me de cuenta ella
se puso detras mio y me estaba desabrochando la camisa.
Sentí sus manos y me di vuelta entre asombrada y deseosa de que siga.
Ella leyó en mis ojos todo lo que pensaba. Lentamente se acerco y me dijo que no tuviera miedo y me beso.
Su beso fue dulce y apasionado, su lengua tibia jugaba con la mía.
Yo estaba entregada, no podía reaccionar,lo que estaba pasando me gustaba y lo deseaba.
Ella me termino de desabrochar la camisa y me saco el corpiño,
mis pechos estaban deseosos de su boca, de sus manos,
no podía controlar lo que sentía en ese momento y tampoco quería hacerlo.
Ella lentamente se acerco y me empezó a lamer los pechos,
su lengua era tan suave y tan calida que me hacia estremecer.
Todo mi cuerpo temblaba y pedía más.
Yo le agarre la cara de nuevo y la bese. Quería que supiera mi deseo y
la bese con tanta pasión como nunca antes había sentido.
Ella respondió y esta vez me guió hasta sus botones y se los desabroche uno por uno,
quería verle la piel, sentirla en mis brazos, hacerle sentir lo que ella me había echo sentir a mi.
Le saque el corpiño y me di cuenta que sus pechos eran hermosos,
tenia los pezones duros cuando me los metí en la boca.
Le pase la lengua y pude jugar con ellos, la escuche gemir y la desee aun más.
Hacerla gozar era mas fuerte de lo que había creído, me había excitado mucho.
Le acariciaba un pecho con una mano mientras que le lamía el otro.
De pronto ella me apoyo contra una mesa que había ahí y me levanto la pollera negra que teníamos de uniforme.
Me saco la tanga y se agacho; sentí un intenso placer cuando sentí su lengua recorriendo mi concha.
El clítoris, los labios, todo bien suave, yo estaba húmeda y caliente y me abría cada vez mas,
mi cuerpo no podía resistir tanto placer y sin embargo quería mas.
Ella se paro y nos besamos de nuevo me acariciaba todo el cuerpo y yo la atraía cada vez mas hacia mi.
Sentí como su mano bajaba y se metía en mi concha, yo gemía y ella me tocaba cada vez mas adentro.
Decidí hacer lo mismo que ella, quería penetrarla aunque fuera con mis dedos como ella.
Levante su pollera y corrí su tanga lo suficiente como para poder meter los dedos,
metí uno y después dos y la oí gemir mas que antes, las dos gemíamos y respirábamos rápido.
No aguante mas y la apreté contra mi, sacamos los dedos y me recostó en el piso.
Empezamos a frotarnos las conchas una contra la otra.
Parecía que mi clítoris iba a explotar y ella también.
Estaba por acabar, lo sentía dentro mió y sabia que ella también.
Nos movíamos más y más rápido. Quería mas, la deseaba desde el fondo de mi alma y quería que goce.
Que explote de placer. Le acariciaba los pechos ella me los acariciaba a mi.
Era muy excitante. Nunca había sentido algo así.
Nos besamos y acabamos.
Estaba extenuada, la mire y no sabia que decirle.
Había tenido la experiencia mas intensa de mi vida y ella era hermosa.
Me gustaba como hacia el amor y ella me gustaba. Tenia que reconocerlo.
Sin saber durante años había fantaseado con ella. Aun antes de conocerla.
Sus labios eran un sueño, sus pechos el deseo de todos y su concha simplemente impactante.
Nunca pensé que podía gozar así. Ella simplemente me miro y sonrió de nuevo...

2 comentarios - El Bar: Ella y Yo

Sepolardo
mmm maravilloso el relato, no estaría mal si te pasa lo mismo conmigo jaajajjajajaja
conejofantasioso
excelente
describes a la perfección esa sensación de no aguantar tanto placer y al mismo tiempo querer más y más.
Ojalá te encontrara en bar para juntos los tres disfrutar de una trasnoche caliente.
Besos nena
Te recomiendo y como siempre te dejo mis +10 de hoy
espero ansioso otra de tus historias para vivirlas intensamente