Oda al deseo mutuo.

Después de descubrir por mi misma lo que podía sentir y hacer en la intimidad de conocer mis gemidos, ruidos, mis puntos más sensibles, de llegar a orgasmos interminables en sitios que nunca me imaginaría lo haría.

Cosas del destino o no se de quien pero conocí a Erick, sin saber que mas adelante el sería el hombre con quien conocería ésas delicias de la vida.

Trabajaba en un banco del que yo era cliente y la verdad nunca había puesto atención a su presencia.
Ese día le tocó atenderme y me entregó su tarjeta de presentación para lo que se me ofreciera. Desde entonces me atendía como una reina cada vez que iba, me empezó a invitar a salir al cine, a comer, en fin.
Me conquistó con su trato.
Un día salimos a platicar a la orilla de la playa estuvimos horas hablando de todo. Hubo solo miradas de ambos deseábamos pero no nos animamos a nada, Yo lo observaba y me decía a mi misma "está muy bien".

Decidimos regresar al carro y en ese momento me resbalé y el me abrazó para no me cayera, fue el momento propicio que aprovechó para abrazarme y me besó, en una forma que yo lo necesitaba, que ya era necesario para mí pues había esperado por tanto tiempo y me pregunté entonces:

¿Como será conocer piel con piel? ¿Sentir suspiro con suspiro? ¿De poder decir palabras al oído? De esas palabras que excitan mas que las mismas caricias, de esas palabras que te llegan al sentido y te mojan sin que te lo propongas.

Que recorran cada parte de mi piel y poder corresponder en la misma medida. De poder tocar un cuerpo, de admirarlo, acariciarlo, besarlo de pies a cabeza.
Empezar con un simple beso, una caricia, un abrazo, un encuentro que me haga llegar a lo máximo de sentir ese momento sublime donde se pierde la razón, el sentido de la realidad para estar solamente ahí en ese punto de cúspide, donde la fuerza te llega al máximo para después partir.

No fue en esa ocasión cuando se dio ese encuentro que tanto esperábamos pero fue igualmente grandioso, delicioso sentir sus labios ardiendo, deseosos al igual que los míos sintiendo solo besos, besos y mas besos por doquier, sentir esas manos acariciando mi espalda de arriba a abajo, tocando mi cintura, recorrer todo mi cuerpo por encima de mi ropa y yo la de el, su amplia espalda, sus hombros bien formados, besar su manzana de Adán que brotaba de su cuello confirmando su virilidad. Me excitaba su olor, su cuerpo, todo el.

¡Fue una oda al deseo de los dos!

5 comentarios - Oda al deseo mutuo.

vagabond12 +1
sin duda alguna, excepcional!
Lady_GodivaII +1
Muy lindo María! nunca te había leido, ahora te sigo
Mariacandelaria +1
Hola Lady, igualmente me encantaron tus post, de igual manera te sigo.
BigWomanNQN +1
Me trajo @Lady_GodivaII qué linda historia...quiero saber cómo termina...Besos
BigWomanNQN +1
@Mariacandelaria con ganas!
Mariacandelaria
@BigWomanNQN claro que si, muchuas gracias
Mariacandelaria +1
@Lady_GodivaII claro que si, con gusto lo haré, gracias por los puntos.