Mi amiga, al fin

Mi amiga, al fin

Ahí estaba mi amiga, al fin. Agarrando suavemente mi pija y saboreándola. ¿Como pasó todo? ¿Cómo fue la "previa"? ¿Importa acaso?... Ya quedaron en el piso su remera y su corpiño y ya probé el sabor de sus tetas. No muy grandes, tampoco pequeñas. Mi verga ya estaba muy dura, solo toqué su cara y ella se levantó para besarme. Mientras tanto yo sacaba ese pantalón molesto junto a esa tanga y frente a mi quedó una jugosa concha coronada por un fino trazo de vello casi tallado artesanalmente. Abrió más esas piernas y lamí desesperadamente, aún más cuando ella tomó mi cabeza y empujaba más y más hacia adentro.
Luego me paré. Sus ojos estaban en sintonía con su respiración. La tomé de las piernas levantádola, mientras observaba como mi poronga entraba dentro de su concha. Sus tetas iban de arriba a abajo. Unos minutos y la di vuelta para seguir cogiéndola, pero esta vez viendo su culo. Lindo, redondo. A la vez, agarré su tanga para setir su aroma, cosa que me excitaba aún más...
No imaginaba seguir como amantes. Solo esa tarde, no quería otra historia. Me arrimaba para escucharla jadear, hermosa. La agarraba de su cintura y pasaba mi mano por todo su cuerpo. No era "hacer el amor", era coger animalmente. Sin decirnos absolutamente nada.
Luego fue acabar en su cola para que luego ella agarrara nuevamente mi verga para masturbarme hasta verme absolutamente agotado, fuera de mi. Yo hacía lo mismo metiendo mis dedos en su concha y luego en su boca. El final fue un regio 69, con su entrepierna en llamas y yo acabando nuevamente entre sus manos (intenté que fuera en su boca, pero ella elegantemente no lo permitió. Antes de despedirnos, el espectáculo final de verla verstirse, y antes de ponerse esa tanga, vio mi cara y me la arrojó, como un trofeo, no sin antes limpiarse con la misma.

1 comentario - Mi amiga, al fin

dagno
rico el relato.