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Cuando entré a Poringa, ya hace cuatro años, comencé a postear historias, obviamente todas verídicas.

Esta zaga la escribió una querida amiga que si estuviera conmigo ahora, seguramente sería poringuera.

Sus relatos son de una tensión sexual muy interesante ya que son totalmente verídicas como dije antes.

Todas fueron publicadas hace muchos años algunas revistas para hombres.

Por casualidad todo quedó en un harddisc de mi posesión y decidí que era hora de hacerlas conocer.

Hace mas de 14 años que no la veo, pero si lo lee, que me lo haga saber. (debe andar por los 56 años en la actualidad)

Después de tanta explicación, va el relato tal cuál ella lo escribió



Un veraneo bárbaro, todo fue muy lindo y sin demasiadas complicaciones. Descansamos y los chicos disfrutaron de la playa y el mar.
Yo bien, tomé sol y salvo algunas fotos que Roberto quiso sacarme en bolas en la playa, cuando fuimos mas allá de “la frontera” en la zona de los médanos vivientes, no pasó demasiado.
Como teníamos tiempo conversamos un poco mas profundamente sobre lo nuestro. Los dos estuvimos de acuerdo que a partir de el cambio de rumbo que habíamos hecho casi “sin querer” y con el acuerdo de los dos, nuestra vida sexual erótica, había cambiado mucho.
Debía reconocer que lo sentía con mas fuerza sexual y yo estaba mas motivada.
Como tenía tiempo al pedo, busqué todas las publicaciones que encontré en Pinamar sobre sexo, swingers y demas. Leyendo aprendí un montón y esto me ayudó para planear el año que comenzaba. Lo hice participar a él de las notas que me interesaba que leyera, normalmente cuando había explicaciones sobre fracasos en este tipo de experiencias, las obviaba.
Llegamos a Baires con el ánimo renovado, particularmente yo con ganas de ver a un par de personas después de un mes de abstención. En Pina había habido tentaciones, pero tampoco había que putanear, lo mío era un plan bien desarrollado para mi satisfacción personal.
En cuanto llegamos fuimos a casa de mis padres a dejar a los chicos, las clases empezaban en Marzo y a ellos todavía le quedaban vacaciones.
Inmediatamente llamé a Lili, mi amiga del interior, nos invitaron a pasar un fin de semana en el campo donde el marido era administrador. Ya hacía un año que no nos veíamos.
Juan estaba de vacaciones en Mardel y Rodolfo en Punta del Este con lo cual no tenía partenaire para mis jueguitos eróticos.
Una mañana saliendo de casa a una cuadra pasé a comprar cigarrillos en un kiosco que habían abierto en enero. Me atendió un pendejín de unos 19 años, muy lindo, con mucha pinta, el pelito largo sobre los hombros una mirada muy sensual y muy simpático. Era chico, pero tenía que tenerlo en cuenta. Yo ya portaba 25 años y nunca había estado con un tipo mas chico que yo.


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Me reintegré al laburo. En febrero no le vendía vinos ni a la iglesia para la misa, estaba todo muerto y yo moría de aburrimiento.
Seguíamos alternando entre la casa de mis viejos y el depto, aunque la mayor parte del tiempo nos quedabamos en la casa por la pileta, yo iba a casa para ventilar y limpiar y nos quedábamos alguna noche cuando queríamos tener un poco de sexo libre.
Una mañana pasé por el kiosco y Pablo me saludó con una sonrisa amplia y amistosa. Día medio frescón, me había vestido para la ocasión, calzas de lycra super ajustadas, remera y sandalias de taco muy alto. Encima un saquito de hilo que alcanzaba a taparme la cola, ya que las calzas me marcaban el orto, la raya del culo y se me metían adentro de la concha marcando bien los labios. Me había puesto un corpiño que me levantaba las lolas que se mostraban bien por el escote de la remera. Bronceada como estaba me sentía muy atractiva sin que nadie me lo dijera. Los tipos en la calle se daban vuelta para mirarme. Eso me había pasado desde siempre, debía reconocer que tenía un aura especial, desde chiquita atraía a los hombres sin quererlo. Ahora de grande me gustaba que me miraran.
Compré cigarrillos y chiclets, Pablo se puso a darme conversación mientras desde adentro del kiosco no dejaba de mirarme el escote. Para su corta edad tenía muy buena labia, sacaba temas para conversar, yo me daba cuenta que quería retenerme un poco más. Le conté que era casada con tres chicos y me dijo que no lo podía creer, que era imposible, que él pensaba que tenía solo 20 años.
Charlamos un rato y me despedí. Al día siguiente pasé otra vez pero con los tres pendejos y se los presenté. Salió del local a saludarlos y les regaló caramelos, seguía sin entender mi edad.
Esta vez nos despedimos con un beso en la mejilla. Este chico me estaba resultando interesante.



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Un día de mucho calor saliendo para una entrevista donde tenía que vender si o si, ya que el mes venía muy flojo, pasé de nuevo para ver a Pablo.
Me había puesto un vestido muy corto, que me tapaba la raya de la cola, bastante escotado y sin corpiño, sandalias blancas altas, estaba como dicen los hombres, para el matadero. Era una estrategia de venta que siempre me había dado resultado. Los tipos miraban las piernas, el escote, se hacían el bocho y compraban cualquier cosa pensando en la fantasía de poder tener algo conmigo.
Pablo salió a saludarme. Me miró de arriba abajo y sorprendentemente me dijo que estaba muy linda. Le expliqué que me iba a trabajar y le pregunté hasta que hora se quedaba en el local. Me dijo que su turno terminaba a las siete de la tarde, entonces le dije que a esa hora pasaba, que lo invitaba a tomar un café. Se le abrieron los ojos como dos platos, me dio una sonrisa y me dijo que estaba buenísimo lo de conversar.
Llamé a Roberto para decirle que él, los chicos y mis padres cenaran, que yo iba a llegar un poco mas tarde.
A las siete en punto estuve en el kiosco. Pablo (no se como había hecho), estaba recién bañado y con olorcito a perfume. Su relevo era un viejo pelado con pinta de pocos amigos que gruñó cuando lo saludé.



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Yo tenía el auto parado enfrente y lo invité a subir. Nos fuimos a un café que conocía sobre la avenida San Martín, cerca del puente. Estuvimos conversando un montón. Me contó de su vida, que quería estudiar por eso estaba trabajando ahí, que vivía en una pensión cerquita. Sus padres eran del interior. Tenía una novia pero algo muy pasajero. Yo le conté también algo de mi vida sin entrar en detalles.
No dejaba de mirarme el escote y yo disimuladamente me arreglaba el vestido para que las tetas se vieran un poco mas. Me encantaba con que deleite las miraba.
En un momento tocamos el tema sexo, Pablo con su edad demostraba que sabía muy poco o nada, tenía relaciones con su novia pero por lo que me contó eran bien de pendex, te la meto, te bombeo y listo.
Era una buena oportunidad de tener un alumno en temas sexuales. Yo me iba haciendo a la idea de cómo sería tener un potrillo en la cama, él desparramaba energía por todos los poros. A eso de las ocho le dije que nos teníamos que ir. Solo le faltó hacer un puchero, era un tierno.
Hizo el ademán de pagar pero le dije que me hacía cargo del gasto. Subimos al auto y muy a propósito dejé que el vestido que ya era corto, subiera un poquito mas. Se quedó ensimismado mirándome las piernas. Se lo veía tan dulce y tan chiquito que me dio un ataque de ternura, lo agarré de la cabeza y le dí un chupón de aquellos. Me miró a los ojos y se puso todo colorado, estaba temblando. Sin soltarle la cara le dije que me parecía muy lindo y dulce. Dijo que a él le pasaba lo mismo, que le parecía una chica muy bonita y sensual. Estaba hecho.
Le di otro beso y arranqué.
Iba manejando por una calle lateral para llevarlo hasta la pensión cuando de repente me agarró el volante y lo torció. Miré de frente frenando y me encontré con la entrada de un telo que estaba a media cuadra de San Martín.
Asi que el pendejo quiere guerra pensé, vamos a darle una batalla.



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Volví a besarlo y entré. Pedí una común, estacioné, nos bajamos y fuimos para la habitación agarrados de la mano.
Entramos y supuse que yo debía tomar la iniciativa. Tiré la cartera encima de un sillón lo agarré y empecé a besarlo. Al principio él lo hizo tímidamente, se notaba que no estaba acostumbrado a estar con una mujer. Fui despacio con la lengua, se la pasé por los labios, vencí la resistencia de los dientes, entré con la puntita jugando con la lengua de él.
Le agarré las manos y se las puse sobre mis caderas. Era muy tímido.
Lo abracé del cuello, le mordisqueaba los labios y lo incitaba a que su lengua entrara en mi boca.
Lo apreté muy fuerte para que sintiera mis tetas en su pecho y yo sentí como el bulto empezaba a surgir. Ahí se animó a un poco mas y empezó a tocarme la cola por encima del vestido.
Yo le acariciaba la nuca, las orejas, le pasaba los dedos por entre el pelo largo y sedoso. Me iba insinuando con un movimiento de caderas en forma circular y cada tanto subía una pierna y con el muslo le apretaba el bulto.
Lo llevé hasta la cama. Lo senté y empecé a desabrocharle la camisa. Me hizo un gesto como para sacarme las manos, se notaba que tenía experiencia cero.
Le dije que me dejara hacer, que tenía intenciones de darle placer, un placer que nunca había tenido con su novia.
Le saqué la camisa. Un pecho lampiño todo suavecito con tetillas rosadas y bien formado.
Le acaricié la espalda, el cuello, el pecho, le pasaba la palma de las manos por la panza y el ombligo. La frescura que tenía esa piel era espectacular.



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Yo estaba parada frente a él, me bajé los breteles del vestido y lo bajé despacito hasta la cintura dejandole ver mis tetas. Pablo las miró como un chico que ve el regalo esperado en navidad. Le agarré las manos y las puse sobre mis pechos. Timidamente empezó a tocarlos y acariciarlos. Lo agarré de la nuca y lo traje hacia mí, me agarré una Lola y le puse el pezón en la boca. La lengua de Pablo me acarició y empezó a chupar con ganas.
Lo fui llevando de una a otra mientras yo le besaba la cabeza y lo acariciaba. Se fue animando un poco mas y con las manos me acarició las piernas. Yo iba despacito marcando el ritmo.
Lo separé un poco y me fui al cinturón, el bulto que se le marcaba a través del jean era impresionante, iba a tener festín.
Le bajé el cierre, me arrodillé y le saqué el pantalón. Tenía un slip blanco a punto de estallar, parecía tres talles mas chico de lo necesario.
Terminé de sacarle las zapatillas y el jean, le bajé el slip y me quedé mirando el pedazo de pene que tenía. Realmente grande, mas que el de Juan y Roberto. Lo agarré con una mano de la base y con la otra le fui corriendo el prepucio. Así quedó adelante mío una cabeza hermosa, rosada grande y con una forma espectacular.
No se podía pedir mas de este chico, tenía de todo y bien puesto.



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Me acerqué, le besé la cabeza y empecé a jugar con la lengua. Ya estaba lubricado por que le salían algunos juguitos de la punta.
Le rodée la cabeza con los labios y empecé a chupar. Pablo empezó a jadear por lo que supuse que iba a acabar, pero yo no quería ir tan rápido. Me separé y le dije que me bajara el vestido. Lo fue bajando despacio mientras me miraba. Tenía una mini tanga amarilla flúo que hacía juego con el vestido.
Cuando este cayó lo pateé a un costado, la tanga alcanzaba a tapar mi agujero, lo atraje y me empezó a besar la panza y el ombligo. Le pedí que bajara la tanga también y la acompañó a lo largo de mis piernas hasta que la sacó.
La proximidad de ese cuerpo fresco me provocaba sensaciones maravillosas.
Yo estaba toda mojada, un hilito de leche ya me estaba corriendo por la entrepierna. Le agarré una mano y la puse sobre mi concha, era como indicarle paso a paso el camino del placer.
Me tocó pero nada mas, tenía que tomar yo la iniciativa. Le agarré un dedo y lo fui poniendo adentro mío. Sentí como se le mojaba toda la mano con mis jugos.
Creo que él no podía esperar mas y yo tampoco. Lo acosté en la cama y me tiré encima.
Sentía la pija re dura en el abdomen. Nos besamos, me agarró la cola, esto se estaba poniendo interesante.
Rodamos sobre la cama hasta que quedé de espaldas y entonces le salió el potro de adentro. Se subió encima y empezó a embestirme la concha con su pija. Yo con una mano le marqué el rumbo y sentí como esa vergota enorme me iba entrando.



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Era un verdadero placer sentir toda esa pija adentro mío. Lo abracé muy fuerte mientras lo besaba. Las embestidas de Pablo eran violentas, realmente acorde con sus 19 años, todo un potrillo el muchacho, tal como lo había imaginado. Acá no valía la sensualidad ni el erotismo, solo sexo desenfrenado, bombear y acabar y yo lo estaba disfrutando.
En un momento el cuerpo se le tensó, estaba por acabar. Se quiso salir quizas por que era lo que hacía con la novia, pero lo abracé mas fuerte y sentí como me inundaba de leche calentita. Eran chorros interminables de leche que sentía como pegaban en mi vagina.
Yo estaba tan caliente que le empecé a arañar la espalda con las uñas, él me agarró del pelo muy fuerte y me besó. Y ahí acabé yo, sentía que el útero se contraía en espasmos alrededor de la pija de Pablo. Tenía ganas de gritar y me las saqué. Fue un Ah de placer realmente con sentimiento.



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Este chico me había hecho sentir cosas maravillosas.
Se salió de mí, tenía una cara de placer que era para una foto y me imagino que yo estaba igual.
Se recostó al lado mío, yo me levanté a buscar un pucho y cuando me paré las leches que tenía adentro empezaron a correrme por la entrepierna. Me paré frente a él me pasé una mano por la pierna y con un gesto muy sensual empecé a lamerme las dos leches mezcladas.
Pablo miraba sin entender demasiado, pero un alumno no tenía que entender sino aprender.
Me fumé el cigarrillo mientras nos acariciabamos en la cama. Cuando terminé miré la hora, eran las once de la noche.
Fui al baño, me compuse un poco, nos vestimos y salimos. Lo dejé en la puerta de la pensión, por supuesto me hice cargo del telo.



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Nos despedimos con un largo beso y me volví al departamento. De ahí lo llamé a Roberto para decirle que me quedaba a dormir ahí por que a la mañana muy temprano iba a limpiar.
Después del sexo que había tenido necesitaba recordarlo yo sola. Me hubiera gustado un poco mas, pero no iba a faltar oportunidad, el alumno prometía.
Besos

3 comentarios - 15 de 16

angieyruben
Se volteó a un pendejo sin miramientos la muy guacha !!!!

Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

sex
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
AussieAG
En el proximo capitulo la conclusion a la saga. Lo espero con ansias.