La novia de mi amigo

Buenas mi gente P! a continuación vengo a presentarles mi segundo post. El anterior también fue un relato de una experiencia personal y para quien no lo leyó, después se los dejo al final. Como les decía, esta es una historia verdadera que me pasó hace no mucho tiempo; las personas que nombraré por supuesto tienen otro nombre, pero los hechos son fieles. Bueno espero que les guste, acepto críticas y comentarios y obvio espero mejorar 🙂

Estaba arrancando el verano y un día como a eso de las 7 de la tarde me fui a dar una vuelta por ahí cigarrillo en mano y auriculares con la música bien alta, como para perderme en lo que pensaba. Después de un rato de caminar sólo por no sé donde, como a lo lejos escuché una bocina que sonaba y alguien que gritaba mi nombre, pero no le di importancia y seguí caminando como siempre hago, hasta que intentando cruzar la calle bien a un par de centimetros de mi se frenó de golpe una moto grande. Una CBR 250 amarilla, con un aspecto reluciente, se notaba que era nueva. Levanté la vista y me saqué un auricular para ver a un viejo conocido, no digamos amigo porque no lo era, pero conocía a Juan hacía un par de años de cruzarnos por la vida y siempre tuvimos buena onda.

- Estás sordo pibe?
- Hey cómo estás!? Sabes que si llevo los auriculares no me entero qué pasa en el mundo.
- No cambias más, un día te va a llevar un camión de paseo y ni cuenta te vas a dar.
- Jajaja! Sí es muy probable...
- Sos un maleducado, te presento a Ana, mi novia, Ana, él es Exe, un loco.

Es cierto que iba tan concentrado en mí, que apenas me di cuenta de la mujer que Juan llevaba. La miré de onda y casi me da un infarto.

Ana tenía unas tetas hermosas, no muy grandes, pero sí bien firmes, eso se notaba bien... ojitos color miel, un piercing en la nariz y una boca pequeña pero muy tentadora, se notaba que era algo peticita, no más de 1.70 mts o quizas un poco menos, mi mayor debilidad. Tenía el pelo teñido de rojo furioso, con esos colores de fantasía. Vestía una musculosa tal vez y arriba una camisa a cuadros, algunas pulceras y una calza negra de la que resaltaba un cinturón con tachas. Más detalles de su cuerpo en ese momento no pude obtener porque estaba en la moto, pero mi imaginación me quemaba la cabeza en cuestión de segundos.

- Hola como estás? Exe, un gusto.

Me dedicó una sonrisa de esas que dejan idiota a cualquiera y me saludo muy simpática.

- Te veníamos gritando y haciendo señas con el gordo,pero me dijo que seguro venías escuchando música y por eso te tenía que parar la moto en frente.
- Sí, siempre me pasa, más de una vez después me insultan y no sé porque, jaja.
- Qué haces dando vueltas pibe?- Dijo Juan
- Nada, salí nomas a caminar un rato. Hace un montón que no nos vemos ni para tomar una cerveza, se ve que mal no te ha ido.- Le dije como para que entendiera más por Ana que por la moto. No eramos amigos, pero era código de hombres y nada fuera de lugar.
- Viste, hace un tiempo entré a trabajar en una fábrica y me va re bien, ésta me la compré hace 2 meses y con Ana nos conocimos en un bar hace poco también.
- Me alegro mucho por vos.

Ana no se metió más en la charla, no sé porqué, no hablabamos nada que no la pudiera incluir.

- Che, posta que hace rato que no nos tomamos algo juntos como antes. ¿Qué tenes pensado hacer esta noche?
- Hasta donde yo sé, nada. ¿Por?
- Listo, caete a casa y comemos algo, pero te vas temprano porque me queda la casa sola y la quiero aprovechar.- Me dijo esto y me guiño un ojo,
- Sí no te preocupes que más de las 5 de la mañana no me voy a quedar, jajajajaja.
- Si haces eso te mato, jajajaja.
- Bueno, pero vos te encargas de inventarles alguna historia de mi muerte en mi casa.
- Obvio pendejo.- Me dijo y me tiró la mano para saludarme, sabía bien que me jodía un poco que me dijera pendejo, sólo porque era unos años mayor que yo.
- Nos vemos Ana, un gusto.
- Chaucito,- Me dijo ella y nos saludamos con un beso en la mejilla como cualquier persona.

Miré el cel cuando arrancó la moto y vi que eran cerca de las 8:30 de la noche, así que me di la vuelta y volví a mi casa para bañarme y arrancar para la casa de Juan. No era muy lejos de mi casa, pero como no habíamos arreglado qué ibamos a comer ni nada, mejor iba temprano, además era sábado y por las dudas compraramos algo que necesitabamos.

Al llegar a su casa a eso de las 9:30 más o menos, toque el timbre y escuche la siempre delicada voz de Juan desde adentro que gritaba "PASAAAAAAAA!!" como si se le fuera a salir la garganta.

Entre y el primero en recibirme fue Toro, un caniche toy que era su perro, el animal más ruidoso que conocí en mi vida, a todo le ladraba con su voz finita y escandalosa, pero conmigo se había acostumbrado y aunque no fui muchas veces a esa casa, yo era una de las únicas personas a las que Toro no le ladraba, seguramente porque tengo una gran afinidad con los animales.

- ¿Cómo supiste que era yo y no el FBI que venía con el pedido de captura internacional por toda la droga que tenes guardada?- Le dije en tono de broma a Juan que estaba tirado en el sillón haciendo zapping en la tele.
- Porque no espero a nadie más y sos el único después de mi familia al que Toro no le ladra. Vení sentate,,, la pendeja ya va a venir está en el baño pegándose una ducha.
- Vos sí que la pasas mal, moto 0km, chica de tapa de revista. Qué vida la tuya.
- Se hace lo que se puede.- Me dijo y se sonrió.- Anda y saca de la heladera una cerveza, yo ya arranqué antes que llegaras, no te iba a esperar toda la vida.

Supuse eso antes de entrar a la casa, la debilidad de Juan es la cerveza bien helada y siempre tiene al menos 3 en la heladera y más en el verano. En salidas con amigos en común a bares hemos tenido que llevarlo a la rastra más de una vez por lo que se tomaba.

Fui a la cocina a buscar un vaso más y una cerveza y en ese momento exacto que abrí la heladera vi que Ana salía del baño cubierta con el toallón y el pelo mojado.

- Amor, ¿Llegó tu am...AY! no sabía que estabas, no te escuché entrar ni ladrar a Toro,- Dijo al verme ahí parado muy cerca de ella.- Disculpa me estaba bañando, qué vergüenza.- Dijo e inmediatamente salió a los saltitos para la habitación a cambiarse.
- No, todo bi...- Me dejó con la palabra en la boca por irse rápido, pero al darse la vuelta pude ver algo más de ella tenía unas piernas hermosas, la piel apenas bronceada por los primero calores del año y una cadera hermosa, no muy pronunciada, pero hermosa y que invitaba a muchas cosas.

Pensé, mira vos Juan el caramelito que se está comiendo, esta piba no tiene ni 20 años, que hijo de puta, como lo envidio.

Saqué la cerveza y el vaso y escuché el timbre y Toro que empezó a ladrar sin parar como si estuviera poseído.

- Exe, fijate que por ahí dejé la billetera, traéla que es el de la pizzería, encargué una pizza y unas empanadas, ni daba para cocinar.- Me gritó desde la sala Juan.
- Tomá acá está, te saqué $50 para mi que los necesito.- Le dije.
- Jaaaaaaaaajajajajajaaaja, sos un pobre de mierda.- Dijo y nos reímos a la vez.

Abrió la puerta y sin mediar palabra le pagó al delivery y le cerró la puerta en la cara. Yo estaba seguro que le había roto la nariz al tipo con la puerta. Juan no era mal tipo, pero era un poco maleducado y lo hacía sin darse cuenta.

Dejó la comida en el sillón y desocupó una mesita de vidrio que estaba ahí para poner la comida.

- No vas a pensar que voy a ponerte la mesa con mantelito.
- Hola chicos, perdón que me demoré.- Dijo Ana apareciendo en escena con una camiseta de Juan y un shortcito que apenas la tapaba y descalsa, con el cabello aún mojado.

Se tiró en el sillón al lado de Juan y nos pusimos a comer y hablar los 3, Ana era sumamente simpática y se reía todo el tiempo. No hablabamos nada del otro mundo, sólo nos poníamos al día y a veces le contabamos a Ana cosas que habíamos hecho cuando ellos no se conocían. No tenía muchas historias con Juan, pero las pocas eran siempre divertidas y la mayoría siempre las protagonizaba él totalmente borracho.

Pasó el tiempo y las botellas de cerveza sin darnos cuenta eran más de la 1 de la madrugada, no era tarde para ser sábado, pero yo me acordaba que Juan me dijo que la casa estaba sola y bueno, no quería interrumpir. Me puse de pie y le dije a Juan:

- Decime lo que te debo y después me voy.
- No boludo, no te vayas que es temprano.- De Juan te tiraba el olor a alcohol, se había tomado al menos 6 cervezas él solo.
- Pero sabes que no me gusta cortar el chorro y ustedes están ocupados.
- Quedate a dormir que mañana tenemos que ir a una quinta y la seguimos, te tiras en mi cama, yo uso la de mi hermano en la otra habitación que es de 2 plazas.

Terminó por convencerme y me quedé a dormir. Al rato que nos acostamos sentí pared de por medio los gemidos apagados de Ana. Se notaba que quería gritar y se contenía seguramente porque estaba yo. Cerré los ojos y me calenté escuchandola, tenía la verga al palo en cuestión de nada. Pero el show duró muy poco, o al menos eso pensé cuando dejé de escucharla.

Dejé pasar un rato y me levanté al baño, al salir por el pasillo vi luz en la sala y me acerqué despacio, seguro era Juan mirando algo, pero en el umbral me paré en seco al ver a Ana sentada en el sillón mirando una porno con el sonido muy bajo, apenas era audible en el lugar. Vi su espalda desnuda y era obvio que se estaba masturbando. No me pude contener y avancé unos pasos para que escuche que llegaba. Se dio vuelta y quedó muda mirándome.

- Muy interesante, ¿Juan está dormido o te está esperando?
- Duerme.- Respondió con toda tranquilidad para mi sorpresa.
- Y vos no quedaste satisfecha supongo, los escuché Ana y me quedé con ganas de escucharte más.
- Juan siempre hace lo mismo, toma mucho y después duerme como los mejores. Ya me tiene cansada.
- Entonces te deleitas mirando a las chicas gozar en la tele.
- No. Me deleito viendo a los machos como se las garchan.- Me dijo y miraba mi verga que estaba muy evidentemente erecta.

Di la vuelta al sillón y me puse delante de ella. Sin pensarlo me sacó la verga y me la empezó a mimar y acariciar, tenía las manos calientes, suaves y húmedas. Me estremeció.

- Me la vas a chupar toda.- Le dije.
- Sí papi.- Me respondió y se metió mi verga a la boca de manera automática, succionando casi con desesperación. Era una maestra con la boca, hacía con mi verga lo que se le venía en mente, me la chupaba, se la pasaba por la cara y me la escupía, solo para volversela a meter a la boca y chupar más y más.

La miré de arriba abajo sin perderme detalles mientras me la mamaba, estaba perfectamente depiladita y se notaba la humedad entre sus piernas, así que le metí 3 dedos de una vez. Lanzó un quejido sordo por mi verga pero siguió con su labor. Estaba empapada, se ve que estaba masurbándose hacía ya un rato. Tenía la concha caliente y algo estrecha. Pero resbalaban mis dedos perfectamente.

Me tiré al sillón y la agarré de la cadera poniendo su conchita en mi boca. Era un manjar exquisito, se la paleteaba sin parar y con los dedos jugaba en su clítoris. Hacíamos un 69 digno de cualquier película porno. Yo volaba cuando ella me masajeaba y lamía los huevos. Sentía sus tetas calientes en mi abdomen, sus pezones estabas a punto de caramelo. Hasta que con la misma habilidad que me la chupaba, se salió de la posición y me montó, puso sus manos en las mías y las llevó a sus tetas, que estaban suaves y muy calientes. Me agarró la verga y se la fue metiendo en la conchita muy lento al principio y cuando había pasado la cabeza, se dejó caer sobre ella, haciendome explotar, ella se mordía por no gritar y delatarnos. Empezó a cabalgar sobre mi verga con un ritmo que me enloquecía; su concha empapada como estaba igual me apretaba la pija como queriendo arrancarla de mi, se la enterraba hasta el fondo. Movía su cadera en círculos empalada en mi verga y me clavaba las uñas en el pecho.

Comencé a deborarle las tetas, se las mordía y ella me enterraba más las uñas en el cuerpo conteniendo las ganas de gritar, lo cual me incitaba más, yo quería escucharla gemir y gritar para mi hasta que por fin se agacho y acercándose a mi oído empezó a gemirme y pedirme que no pare de cogerla, que le hiciera lo que la película de fondo mostraba, ella quería eso, me decía que Juan no la cogía tan salvaje como a ella le gustaba y yo sentía que la verga me explotaba de placer.

La saqué de mi verga y la tiré boca abajo en el sillón como vi de reojo en el televisor. Aquél tipo se la estaba culiando como una bestia a la rubia protagonista y yo iba a complacer lo que Ana me pedía.

- ¿Te hicieron el culito puta?
- No... por favor despacio, me va a doler.
- Aguantatela.- Le dije y apenas con la verga lubricada por sus propios jugos le abrí el culo como mostraba la película.

La vi morder la almohada y ahogar un grito que se escucho en todo su esplendor por menos de un segundo antes de hurdir la cabeza en al almohada. No estaba en pose de perrita, sino totalmente tirada en el sillón con las piernas abiertas y mi verga en su cola. El pistoneo se lo hice lento al principio; su mano alcanzó mi brazo que la agarraba de los hombros y me rasguño hasta que 4 líneas muy delagadas de sangre se dibujaron en mi piel.

- Vos lo pediste como en la película putita, y así la vas a tener,- Le dije al oído mientras le pasaba la lengua.

La empalaba más y más fuerte, más y más rápido y ella ahogaba sus gritos en el almohadón del sillón. Como su culo era más cerrado que su concha, me apretaba más y me costaba contener el orgasmo, pero antes que yo, ella se metió los dedos en la concha y acabó en cuestión de 1 minuto salpicándome las bolas. Mire de reojo la tele y vi que la rubia en pantalla se estaba tragando la verga de aquel tipo y aunque yo prefería seguir haciéndole la cola, le saqué la verga y ella se dio la vuelta sin que se lo dijera, le acerqué la verga y me la empezó a chupar y masturbar con todas sus fuerzas hasta que sentí explotar toda mi leche en su cara y su cuello, pero ella no se detuvo y hasta que no vio caer la última gota, no me soltó. Al momento tuvo un segundo orgasmo y para callarlo se metió mi verga a la boca y mientras acababa, me la limpiaba con la lengua.

- Gracias papi, ahora me puedo ir a dormir tranquilita y llenita.- Al decirme esto me dio un pico y se alejó derechito a la habitación con Juan.

Yo me quedé un rato más en el sillón mirando cómo terminaba aquella película y repasando en mi cabeza a esa putita que resulto ser la novia de Juan.


Bueno gente, esto es todo por ahora, espero que les haya gustado, sino espero sus sugerencias y comentarios. Muchas gracias y hasta la próxima. :twisted:

8 comentarios - La novia de mi amigo

MrSinister
a mi tambien me calentaba la novia de un amigo
La novia de mi amigo
LEANDRO_1977
sexo
relato
Espectacular el relato, fue grandioso, me calento a morir. Inpresionante¡¡¡
kramalo +1
muy bueno, bien caliente...!!! yo si soy amigo tuyo, no te invito a mi casa.....jaja!!