Primera Novela XXX de Poringa (Episodio 1)

Sí, así es. Me decidí a hacerlo después de ver el éxito en los relatos escritos en estos años y empujado por mis seguidores que me alentaron desde siempre a escribir algo con más vuelo, una historia profunda, excitante y que será narrada en forma de posts que ustedes mis querid@s lectores podrán hacer suya mediante esta página.

Espero comentarios, apoyos, seguidores. Realmente deseo que esta novela trascienda esta web y se convierta en una herramienta de estimulación sexual allí donde se lea.

" Animales del deseo"

No diré mi nombre real, me haré llamar "Tía". El nombre surge de los relatos que mi sobrino ha ido publicando en una página de sexo desde hace unos años donde fue narrando poco a poco lo que soy y lo que puedo llegar a ser: una verdadera puta perversa.

Sí, creo que nací así. Desde que tengo uso de razón mi única obsesión es el sexo. Acabo de cumplir 50 años y decidí contar en primera persona mi experiencia vital.

Actualmente poseo un muy buen trabajo, dispongo de dinero y status social. Mi cuerpo se mantiene firme a base de gimnasio y pijas que es el mejor tratamiento que uno puede darle.

No podría decir con cuántos hombres estuve a lo largo de mi vida. Eso sí, recuerdo las mejores sensaciones y de alguna manera siempre busco una que supere la anterior.


Mi sobrino amado me ha animado a escribir esta historia. La historia de una puta de alma, verdadera. Amo la verga desde siempre, y el sexo en cualquiera de sus variantes.

Socialmente estoy bien vista pero en la intimidad soy una yegua madura insaciable que hace lo que esté a su alcance por aplacar el deseo que me consume por dentro.

Soy viuda desde hace unos años y tengo una hija preciosa que acaba de cumplir 18 añitos.
Ella y mi sobri son mi única familia. Mi difunto esposo supo comprender que a su lado tenía una ninfómana y me aguantó en silencio todas mis perversiones. Fue un compañero ideal.


No sé por dónde comenzar. Quizás lo mejor sea que lo haga describiendo este momento. Es martes, son las 7 de la mañana y aprovecho para escribir, mientras desnuda y con un café negro, saboreo un cigarro francés. Me encanta escribir así, antes de ir a trabajar. Excitándome con mi propia historia. El humo del cigarrillo y el café ayudan a calentarme. Sólo de pensar lo ardiente que son las historias que guardo me humedezco.

Escribo en una mesa del living, en penumbras. Mis tetas grandes comienzan a ponerse macizas, los pezones duros; cruzo mis piernas y noto el ruido de los efluvios que empapan mi clítoris. Aún no empecé y desearía tener una pija cerca, gorda y venosa. para jugar hasta el cansancio, hasta la extenuación.


Reflexiono sobre mi ser y por qué habré nacido así. De alguna manera mi destino era este, ser una verdadera puta.

Nací para calentar a los machos y soy perversa. Apenas tengo amigas, ninguna acepta al final tener cerca a una yegua caliente como yo que es capaz de cualquier cosa por estar con el hombre que tenga cerca.

No me importa su aspecto físico ni su edad, sólo una cosa, que sean buenos amantes, y con una mente abierta que me haga volar. Que estén a mi altura.

El tamaño tampoco me importó demasiado nunca. Estuve con machos de nabos enormes, bestiales y con hombres de penes diminutos, con ambos enloquecí de placer. Porque el sexo es una actitud, una devoción.

Soy una hembra plena con miles de recursos, no puede pasar un sólo día en que no tenga una verga dentro. Necesito cojer más que el aire...

(Continuará)

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