Mi hambrienta cola, perdición y salvación I

Mi hambrienta cola, perdición y salvación II



Y esta historia me pasó el invierno pasado.
Mi jefe aprovechó unos días de Agosto y se fue a Bariloche a esquiar, esta vez con la familia "legal", para variar, y en plan "austero" como dijo el caradura. En fin, tuve inesperadas vacaciones, tiempo para rascarme la concha y quedarme en casa hasta tarde, haciendo fiaca en la camita o transpirando en la cinta. También salía a pasear en bici luego de "matarme" en el gym.
Por la tarde me gustaba navegar un rato la red, y si, lo confieso, poringueaba mucho antes de siquiera pensar en tener una cuenta propia. Me convertí en toda una voyeur!
Esto es como una droga señoras y señores, y lo digo muy en serio. Probás poringa, salís hecha una furia, con la tanguita chorreando y la vulva un fuego. Mi marido pagaba las consecuencias. O el que se cruzara, jeje!
Después dejás Poringa por días, por semanas, parece que ya te olvidaste. Pero te pica el bichito de nuevo y volvés (prometiéndote que será la última vez!) y no podés dejar de venir a ver esas vergas, esos videos, chusmear relatos, ver cositas que se te prende la lamparita y decís:
-Porqué no le hago esa pose al monótono de mi marido?
O te sentís super identificada con lo que le pasó a una mina con el tío o un amigo del padre y te alivia, porque ya te creías una loca ninfómana que no dejaba títere con cabeza, pero no; hay mas como una! Somos una Legión!

En fin, una tarde, por andar en esas páginas chanchitas se me llenó de virus la PC ( eso me explicaron, obviamente prendí fuego al pelotudo de mi marido; haciéndolo cargo) y se clavó para no volver a encenderse. Estaba desesperada. Me había dedicado un par de tardes a mirar porno y tocarme de una manera que no pueden imaginar, por lo que no me cabía para nada quedarme sin mi reciente "hobby".
Uffff! No saben como me mataba! Tirada en mi silla, con la mini únicamente, sin tanguita y en tetas. Con los piecitos apoyados sobre la mesa y las piernas bien abiertas... Terminaba con el clítoris inflamado de tanto darme placer!
Consternada, fastidiosa ante la imposibilidad de seguir en ese adictivo tren masturbatorio en el que disfrutaba mis tardes libres, me acordé del Kili, el flaco del 9º C, que le reparó la notebook a mi cuñada. Busqué la tarjeta que nos había dejado y le mandé un mensajito de texto, me respondió al toque. En 20 minutos estaba en mi departamento, un churroooooo...!

jllcaurbhñqnoiugñhjnvñoi4qñvjgkjhbdfñkfglk...
Perdón, lo anterior era yo limpiando las babas del teclado, jijiji.

Es que esta re pàrtible el tipo. Perfumadito, con barbita de dos días, bronceado. Tipo surfer el hijo de puta. Parecido al actor de Thor, Nah, un papito de áquellos! Al toque se me hicieron agua la boca y la cajeta. El Kili estaba juntado con una pendejita tetona, rubia teñida de pelo corto, que tenía una carita de atorranta bárbara. Tenían dos críos chiquitos y un gato que nunca supe como carajo hacía para pasar del balcón del 9º, donde ellos vivían, a mi balcón del 7º sin irse a la mierda.
Llegó muy prolijo el Kili, con sus herramientas en una mochila, y se puso a revisar la máquina. Yo le daba charla mientras miraba todo lo que hacía. Tenía puesta una pollerita, y un top, con corpiño abajo. Taquitos y (detalle no menor) estaba con tanga, porque de una no planeaba cogerme a mi vecino, digo, a veces las cosas simplemente fluyen, pasan, se dan sin que uno planifique o elabore planes o estrategias. Estaba bastante decente, hecha una señora bah!, charlando con el técnico de la PC de boludeces, hasta que le comenté de mi incomodidad para trabajar en la computadora:
-Siempre termino con el cuello dolorido.-Le confesé.
-Segura que es por la compu o quedás asi después de otras "labores".-Me respondió pícaro.
Me gustó su atreviemiento, ese jueguito del doble sentido. Le devolví la pared:
-Ni ahí nene, despues de esas "labores" termino hecha una sedita.-Dije guiñándole un ojo.
-Entonces descartemos los revolcones, jeje, seguro que te estás sentando mal.-Me dijo
-Ay que atrevido!.-Me escandalicé jodiendo,
-Jijiji! Los revolcones no me hacen doler el cuello y la cintura como me duelen últimamente.-Agregué.
Kili se levantó del asiento y me dijo:
-Vení, sentate y mostrame como trabajás.-Me pidió.
Le obedecí. Me senté e hice como que escribía en el teclado.
-Nooo!!! Asi te vas a agarrar una tortícolis Luli!.-Me retó simpático, haciendo gestos y ademanes graciosos.
Se acercó por detrás y me agarró de la cintura, con esos brazos fuertes y esos dedos largos y gorditos, que le daba a su mano el aspecto de un racimo de porongas! Imaginen mi estado ante ese contacto inesperado, ese perfume embriagador y la voz de macho recio que tenía Kili...
Me estoy mojando otra vez de sólo recordar ese momento!
Cuestión que me acomodó en el asiento.
-Derecha sentate nena!.-Me dijo sonriente
-Como en el colegio!.-Agregó divertido.
Me agarró de los hombros, tirándolos un poquito hacia atrás, me acomodó la posición de la cabeza y me tomó mas arriba de la cintura, esta vez rozándome las tetas, para ponerme bien contra el respaldo de la silla. Soy de combustión fácil, inflamable de 1ª diría, bastó con esos toques y roces, para hacer agua. Se me subió el color a las mejillas, como al pasar acaricié su brazo velludo cuando lo sacaba casi en cámara lenta de mis caderas.
Ahí ya supimos, creo, que esto acababa mal. O demasiado bien.
Cuando me incorporé, insistió en corregirme la posición, me hizo parar derecha, otra vez me agarró poniéndose de espaldas a mi, y me fue acomodando el tronco, las piernas, empujó mi cola! presionando justo encima de las nalgas, hacia adelante. Sentía sus manos yendo y viniendo por mi cuerpito y las sentía como si fueran de metal fundido. Kili me hablaba a una distancia tan corta que podía percibir su aliento en mi nuca, no se que mierda me estaba diciendo de la importancia de una buena postura, sólo se que, como al descuido, tiré mi culito hacia atrás, donde chocó con el sexo del surfer reparador de PC.
Fué un flash! La tenía grandota y al palo el pobre!
-Es que ya me acostumbré a pararme asi.- le digo disimulando, protestando como una nena caprichosa.
El me pone las manos en la cadera, agarrándome fuerte, sujetándome como se sujeta a una yegüa en celo, a una potra que pide Semental;
-Dejame acomodarte.-Me dice.
Me corrió un fuego por dentro. Me corrige nuevamente la postura; pero ya se atrevía cada vez mas. Ya me tomaba del pecho con mas confianza; tanteando mas tetas, y yo volví a apoyarle el culo en la verga.
-Mamita.-Me dijo al oído.
-Mamita, así te va a dar nana! Derechita tenés que mantenerte.-Agregó riéndose.
Me masajeó el cuello con sus hábiles manos y yo sentí esos brotes de electrocución tan increíbles que te estremecen cuando te tocan en ese momento en el que la calentura esta en ascenso y bajan las defensas. Me sacudí toda, se me erizó la piel.
-Qué pasa che? Hace mucho que no te dejan hecha una sedita?.-Me sube la apuesta el Kili.
No me dejó responder. Me puso las dos manos en la cola y me retiró un poco para "acomodar la postura".
Me mandé al frente solita. No pude contener un gemido.
-Ahhhh!!! Hmmm...!
Me salió del alma. Estaba para cualquier cosa a esa altura. Sus manos seguían en mis nalgas. El gemido lo encendió. Comenzó a recorrer mi cola, de arriba a abajo, por encima de la pollerita.
-Siempre me volvió loco este culito.-Me susurró.
Yo cerré los ojitos y me dejé hacer. Apoyé las manos en el respaldo de la silla y abrí un poco las piernas.
-Entonces sacate las ganas bebé!.-Le contesté con voz melosa.
Pensé para mis adentros, que tanto Kili como mi marido eran tal para cual, ya que mas de una vez lo enganché al forro de mi "peor es nada", comiéndole el orto con los ojos a la mina del surfer. Y si me apuran, no sé si ya no lo consumó el hijo de puta, porque la petisa tiene una carita de rápida que la vende!
Esta trampa no estaba en mis planes, pero me justifiqué con el siguiente razonamiento; o bien se la estaba devolviendo a mi cónyugue (si es que ya me había corneado con la peti) o simplemente hacía "justicia por cola propia", por la imperdonable afrenta de mirar babosamente, sin tapujos ni disimulos, en mis fucking narices, sin el menor respeto, el prominente culo de la minita en cuestión, en cuanto viaje en ascensor o encuentro en el palier se diera.
Pero no nos vayamos de situación, el Kili ya me tenía metida la mano bajo la pollerita, manoseándome la concha y el ojete por encima de la tanguita.
-Hmmmm! Siii!!!.-Solté.
Me masajeó la cola con mucha destreza, hmmmmmmm. Me dedeaba con suavidad, y tuvo el buen tino de quitar un segundo una mano para salivar bien sus dedos antes de tocarme la conchita directamente. Un dandy!
Esto es un buen tip que los hombres deben tener en cuenta.
LEAN CHICOS! Muchas veces, la parte exterior de la argolla no lubrica con la velocidad que sentimos que nos arde la cajeta, por eso es bueno ser cuidadoso, suave, mojar los deditos antes del toqueteo directo (especialmente sobre el clítoris, donde somos mucho más sensibles). Sigo haciendo escuela en mis relatos y educando nuevas generaciones de hombres, como humilde aporte a la comunidad [Lea esto Sr Juez, cuenta como servicio comunitario!]
Sigo, jugaba con la tela de mi tanga, la estiraba y hacía que se me ahonde entre las nalgas, mientras sus otros deditos me hacían vibrar como arpa vieja. Una mano por atrás, la otra por adelante. El Kili detrás mío, mordisqueándome el cuello, pasándome la lengüita. Yo sentía las yemas de esas falanges dibujando círculos sobre la escarapela del orto. Pero también las sentía adelante, ahí abajo, jugando con los labios, y frotando suavemente el clítoris. Les conté lo de sus dedos no? La metáfora de "racimo de porongas" le caía como anillo al dedo. Tal vez pensando en esto último, su dedo buscó mi "anillo". Me puerteó con uno de esos gruesos dedazos, humedeciéndose antes en la jugosa argolla, un crack el papi.
Entró media falange, parecía la cabeza de una pija. Lo movía como una bobina loca adentro, en redondo, me enfermaba el animal! Sentí arder mi hoyito, el dedo se hundía cada vez mas, ahora imitando el bombeo.
A todo esto yo estaba entregada, re-pasiva, sólo me sostenía agachadita sobre el respaldo de la silla, sacando culo y delirando con sus caricias.
Me dilató deliciosamente. Es difícil no aflojarse cuando te tocan así. Un manoseo comparable a áquellos días con mi primer novio, cuando empezábamos a descubrir uno el cuerpo del otro, matándonos a manotazos, que luego evolucionaron a pajitas, para acabar en garchadas de novela. La diferencia es que ahora tenía a un tipo con "manos mágicas".
Dos dedos sentí hacerse lugar en mi anillito. Ahí me dolió, pero a la vez me enloqueció. Hacía un buen rato que estaba gimiendo y pidiéndosela.
-Ahhhh! Siiii! Damela Papi!.-Le rogaba.
De reojo ví que se movía detrás mío, pensé que se estaba desnudando, y entonces sentí su lengua, lamiendo la aureola del culo lleno, alrededor de sus dedos. Se había agachado a chuparme el ojete.
Yo estaba perdida. Meneaba la cintura y lo cagaba a culazos en la boca. Sin sacar esos garfios de mi orto, trató de sujetarme con su otra mano. Me mordía las nalgas, me lamía ese pequeño oasis entre el marrón y la cachucha, tan olvidado y tan sensible a unas buenas lamidas.
Tenía una lengua genial, era para levantar la paleta con el número 10 y hacerle una devolución generosa de su performance, pero esto no era "Garchando por un sueño", era un polvo trampero, una canita al aire.
Revolvía "la sin hueso" empapándome desde los pocos pendejos que me dejaba en el inicio de la vulva, hasta el final de la raya del orto. Que chupada! Despacito sacó los dedos de mi agujero y lo reemplazó por su lengua. Me penetraba lindo y ponía sus labios alrededor del hoyo, haciendo sopapita, chuponeándome enloquecido.
Para que se den una idea, he aquí las onomatopeyas que tuve que crear para graficarles esa bendita mamada con la cara enterrada entre mis cantos, que me estaba propinando:
-Smackshh! Chuickss! Shhack! Slurb! Shhhmack!.-Así se escuchaba su boca chapoteando. Mi carita se transfiguraba de placer, quería verrrrrrrrgaaa!!!
Y entonces llegó el momento señores!
Se levantó. Cayeron sus jeans y mínimo slip quedando en sus tobillos, me pasó la mano abierta por la conchita, juntando jugos y se la lubricó. Me apoyó la babosa cabeza de ese monstruo en el culo y empezó a empujar.
Era una pija enorme! Una anaconda irrumpiendo en mi hambriento asterisco. La puta madre, como estaría de perdida que me estaba partiendo el hoyo en 8 y mi reacción fue abrirme bien las nalgas con ambas manos para que siguiera entrando!
La cabeza parecía trabada en la entrada, el esfínter aflojaba de a poco, afortunadamente el Kili no forzó las cosas. Sacó el pedazo y lo lubricó mas, con saliva y con mis flujos. Me volvió a dedear la concha, para aflojarme, para que el gozo sea mayor al dolor. El glande resbaló firme y decidido.
-Ahhhhhhhhhhh!!! Hijo de putaaa!!! Me estás rompiendo el culo!!!!.-Grité desesperada.
-Siii mamita! Tranqui que ya pasó lo peor baby!.-Me dijo.
Se perdió la cabeza en mis profundidades anales. Sentí que paría un matafuegos por el ojete! Me concentré para atravesar ese umbral de dolor, que creía que pasaría al acostumbrar mi culo a su tamaño.
El resto del miembro fue abriéndose camino poco a poco. Se tomó su tiempo. Yo gritaba como una puta desbocada. Me agarró con ambas manos de las caderas y terminó de meterme esa poronga entera. Sentí sus bolas chocar con la parte baja de mi conchita. Ese intenso dolor que se siente al entrar una verga de aquellas en el culito es solo un instante, un momento, luego el placer es inmenso, mucho más que el dolor, comencé a moverme mucho, a empujar con mi cintura mi culito contra su pija, para incrustarla más y más dentro, entonces él me abrazó aun más fuerte.
Y lo que sigue, es la Ley de Murphy del sexo chicos. La vida no es justa, eso lo sabemos. A la mina que Dios le da un buen orto, no le da tetas. La que tiene unas tetas tremendas, no tiene culo. La que tiene un totó hermoso y buenas gomas, su cara es un escracho. Y pueden hacer todas las combinaciones posibles, pero siempre faltan 5 para el peso, la puta madre! (No soy la excepción, me puse lolas).
Y esa tarde, allí disfrutando una verga que calculo a ojete, debía tener mas o menos 25 cm de gruesa y palpitante carne, se dió la ley de Murphy; Si conseguís una pija gigante, seguro acaba rápido!

Yo apreto bien mi culo, porque sé que eso les gusta a los hombres, sentir que aun es más chico, CHICAS ANOTEN! Estrangulen la verga con los músculos del esfínter, "corten clavos" cuando están haciéndoles el ojete, y van a ver como los ponen a sus machos! Es una sensación "ortomoleculear".
Cuestión que el señor facha, de poronga maravillosa y manos de seda, me empezó a embestir y al tercer empujón
explotó. Si, leyeron bien, anaconda reventó en mis intestinos, sin darme tiempo a gozarla, a darle una buena acogida. Una andanada grande de leche entró directo en mi recto.
-Ahhhh!!! Ahhh!!! Acaboooo!!!.-Gritó el pelotudo.
Lo supe al menos tres segundos antes de que su grito lo anunciara, y estaba por putearlo cuando sonó el portero eléctrico y escuché la inconfundible voz de mi marido:
-Hola Lu!

En ese momento, el lechazo se me congeló en el orto.

Continuará!



ACA TENES LA SEGUNDA PARTE; DALE CLICK PAPUCHI!



Mi hambrienta cola, perdición y salvación I

10 comentarios - Mi hambrienta cola, perdición y salvación I

fachelo1 +1
jajajajajajaajajaja
divinamente relatado....menos en la última parte...lo matasteeee....jajajajaa
Federongo +1
Excelente relato... Muy bueno...
lamas_putita +1
EXCELENTE RELATO!!!!! VAMOS POR EL ORTO...PERDON, POR EL OTRO JIJI!!
h_ccapo +1
Gran relato hermosa!! vamos a la segunda parte:p
juanjoxx +1
genial el relato, muy hotttttttttttt
martineugin
tus relatos sobresalen de lo que normalmente leo , bien por vos!!!, muy lindo
bien contado y mucho morbo, como me gustan!!!!!
p_dealer
yo tambien soy tecnico de pc, pero aguanto un poco mas!! que ganas de cojerte!!
josegroso
Buenisimo. Te arreglo yo la pc y te garantizo 2 al menos
dantraloco
Segundo relato y segundo mal amante. ¿Nunca encuentras uno a tu gusto? ¿Y tu marido? ¿buen amante?