Pueblo Chico…infierno caliente 1

Hace unos cuantos años Él decidió que era una buena época para explorar nuevos horizontes. La buena educación y una esmerada carrera le permitieron darse el lujo de conseguir un buen trabajo en tres colegios.
Baste saber que el lugar es paradisíaco, junto a la cordillera bordeando un gran lago y muy cerca de la frontera con chile. Para Él, vivir en ese pueblito de casi cinco mil habitantes, con gente sana y tranquila, era casi una bendición.
Hasta que un día…todo cambió; entraba a la cocina de una de las escuelas cuando quedó helado mientras una de las porteras comentaba a su colega:
-Esa loca de mierda, anda mirando a mi marido…pero yo la voy a agarrar de los pelos y se le va a acabar lo puta!!!

En cualquier lugar civilizado, si un extraño aparece mientras se desarrolla una charla privada, los interlocutores interrumpen, se atiende al intruso, se lo despacha, y luego se continúa.
En este caso la buena mujer continuaba con sus lamentos de esposa casi cornuda y sus amenazas de sangre y golpes; nada la interrumpió mientras se atareaba entre trastos y agua caliente.
A partir de ese momento comenzó a prestar más atención a las charlas y las “noticias informales” que circulaban en las charlas de café y los distintos encuentros que se iban dando.
Así supo de los encuentros sexuales apresurados en la biblioteca; del maestro que daba clases de tango a algunas señoras y las cobraba con carne; o las buenas colegas que tenían fama de auxiliar al necesitado.
Es en este contexto fue que conoció a Sonia; Él tuvo sus dudas si era solamente una adicta al sexo o, simplemente una verdadera puta. Para el registro, Él solo la abrazó cariñosamente en su casa y ella se transformó en una ramera caliente; es una puta pelotuda de pies a cabeza, su vagina la gobierna y la domina; es esclava y ama al mismo tiempo, su verdadera debilidad es succionar el pene que desea, poseerlo hasta dejarlo seco, quitarle lo que pueda y, si la vida lo permite, servirse económicamente de él.
En este caso, solo se trataba de atracción por el espécimen recién llegado o por la carne fresca diría el abuelo; todo comenzó con una inocente invitación social a tomar algo en su casa, de la que cabe acotar eran casi vecinos, en la que repentinamente se produjo un enredo de cuerpos en el que Sonia llevaba toda la iniciativa. Por primera vez tuvo la oportunidad de gozar de los placeres de una verdadera maestra en el arte de mamar la pija; con manos seguras y firmes acariciaba todo el tronco, hasta llegar al glande al que rozaba suavemente con las yemas; inmediatamente su boca comenzó a jugar, apoderándose por completo de todas las sensaciones que corrían como electricidad desde el estómago hasta la punta del pene. Ahora la tragaba por completo hasta oprimirla en la garganta, luego la exprimía entre su lengua y labios prodigándole suaves caricias; en verdad lo había convertido en un juguete y Él se sentía un completo alfeñique dominado. Cuando los espasmos que anticipaban que el placer se hacían sentir, sus dientes rozaban el glande, retrasándolo y aumentando la agonía; solo después de hartarse de carne en tan excitante labor es que lo miró con una sonrisa maliciosa y redobló la apuesta hasta lograr una dolorosa y abundante eyaculación.
Desde entonces Sonia se convirtió en una vorágine en su vida; ya fuera de tarde por una amigable siestita, o tarde por la noche, llegaba un mensaje ¿puedo ir? Y a la sola respuesta afirmativa arribaba como un volcán encendido dispuesta a dar todo el placer que su cuerpo era capaz. Por eso mismo, Él se aseguraba de llevársela como compañera de comisión en cada viaje que el ministerio organizaba para cursos y congresos.
Y así fue que Sonia se convirtió en la estación de salida en un viaje por un Pueblo Chico…infierno caliente.

1 comentario - Pueblo Chico…infierno caliente 1

Lady_GodivaII
muy bueno!!! creo que da para contar algo más de ese pueblo no?
Nicolasur2000 +1
Así es Lady, en breve viene un poco mas