Brasil, decime que se siente...

... QUE TE ROMPAN EL CULO COMO A MÍ...

Semifinal contra Holanda, aprovechando el feriado nos vamos a San Justo, a la casa de mis viejos, para ver todos juntos el partido. Asado al mediodía, una larga sobremesa y a las cinco en punto todos frente al televisor alentando a la selección. Mate va, mate viene, los minutos pasan y los nervios aumentan, por lo menos entre mi viejo, mi marido y mis hermanos, yo no soy muy futbolera que digamos, pero la verdad es que conmueve ver a los jugadores entregando todo por la camiseta.
Pasa el primer tiempo, el segundo y se viene el alargue. A causa del mate, recién estoy volviendo del baño cuando Romero ataja el primer penal, me pierdo incluso hasta la repetición, pero llego justo para cuando Messi convierte el primero nuestro. Después ya lo saben, el arquero ataja otro más, Maxi Rodríguez convierte el suyo, el definitorio y pasaje a la final asegurado. Apenas la pelota entra en el arco en ese último penal, saltamos de alegría, nos abrazamos, nos besamos, nos gritamos en la cara:
-¡¡¡Estamos en la final… estamos en la final!!!-
Se escuchan las cornetas y los gritos en las casas de al lado, las bocinas de los autos en la calle. Uno de mis hermanos es quien propone ir a la plaza a festejar. Así como estamos, vestidos de albiceleste, con gorras y vuvuzelas, nos subimos a la camioneta. Vamos todos, hasta mis cuñadas, la única que se queda es mi vieja cuidando al Ro.
-¡¡¡Argentina… Argentina… Argentina…!!!- gritamos eufóricas por la ventanilla, agitando banderas y camisetas.
También el hit de este Mundial:
-¡¡¡Brasil decime que se siente…!!!-
Varias cuadras antes de la plaza tenemos que parar debido a la gran cantidad de gente que sigue nuestro mismo camino, todos con la euforia propia de un partido de estas proporciones. Dejamos la camioneta y seguimos de a pie. En el trayecto nos vamos encontrando con varios conocidos, con los que nos abrazamos y seguimos la caravana hasta el centro estratégico de San Justo. Ya en la plaza la alegría es total y los cantos se multiplican, contra Brasil, contra los ingleses, contra los alemanes, contra cualquiera que no sea argentino. Yo sigo saltando, agitando un trapo celeste y blanco, repitiendo lo que cantan los demás, hasta que siento una mano en el orto, no una mano que se apoya, sino una tocada de traste en toda regla. Me doy la vuelta indignada, dispuesta a hacerle frente al desubicado y a que no saben con quién me encuentro: sí, con el Cholo. Está vestido con una camiseta de Argentina y un gorrito de Almirante Brown, y por lo enrojecidos que tiene los ojos parece estar borracho o dado vuelta.
-¿Qué haces boludo? Te pueden ver mis hermanos- le recrimino en voz baja.
Tampoco quiero hacer una escena, después de las tremendas cepilladas que me pegó, una mano en el culo era lo de menos. Lo que me preocupaba era que lo vieran mis hermanos, ya que no se pueden ver ni en figuritas.
Sin escucharme siquiera me abraza y comienza a saltar conmigo. Sé que no se trata de una ocasión propicia y que debí de haberlo rechazado en ese mismo instante, pero apenas sentí su contacto se me endurecieron los pezones, y cuando se me ponen duros los pezones… la conchita se me contagia y la humedad fluye, fluye y fluye, la putez me chorrea por los cuatro costados. Ajenos a todo esto mi marido y mis hermanos siguen cantando enloquecidos:
-¡¡¡Volveremo volveremo, volveremos otra vez…!!!-
Ninguno parece darse cuenta de lo que acontece a tan solo unos pocos pasos, la gente, todos cantando y saltando, revoleando banderas y camisetas a los cuatro vientos, nos protege de cualquier reacción intempestiva. Y es que si alguno de mis hermanos llegara a ver siquiera un mínimo roce del Cholo hacia mi persona, podía llegar a armarse flor de quilombo. Así que para evitar cualquier posible desgracia, lo agarro al Cholo del brazo, lo arrastro hacia un costado y le digo:
-¿La seguimos en tu casa?-
Un polvo con el Cholo es la mejor manera de celebrar el pase a la final, pienso, por lo que sin pensarlo demasiado me pierdo con él entre la multitud. Su casa está solo a unas pocas cuadras de la plaza, así que llegamos enseguida, como está en pedo no encuentra las llaves, así que le meto la mano dentro del bolsillo del pantalón y se la busco, lo que encuentro me promete un festejo más que acorde a la relevancia de ese momento.
¿Celebrar en la plaza cantando y agitando la bandera? Sorry, no es lo mío, prefiero festejar a mi manera... cogiendo, echándome un polvo de esos que te dejan hablando pavadas por una semana, y el Cholo era el tipo indicado para ello.
Le meto la mano en el otro bolsillo y ahí encuentro la llave. La saco y abro la puerta, lo tengo que arrastrar casi adentro, pero aunque se encuentra en un avanzado estado de ebriedad, la tiene parada, muy parada, lo que en realidad es lo único que me importa, que esté en pedo es anecdótico, si no tiene la suficiente lucidez como para cogerme, me lo cojo yo y listo.
Como ya conozco la casa, me lo llevo derechito a la cama. Lo dejo caer de espalda, casi como desmayado, y plantándomele enfrente, empiezo a desvestirme, me saco todo, la camiseta de la selección y hasta la bombachita con los colores celeste y blanco. Ya desnuda me le subo encima y comienzo a desvestirlo, besándolo aquí y allá, provocándole unos plácidos estremecimientos. Le saco la camisa, el pantalón, los zapatos, le saco todo, dejándolo completamente en bolas, con esa erección formidable que parece apuntarme en todo momento. La boca se me hace agua ante tal desborde de testosterona, pero antes que nada llamo a mi marido y lo tranquilizo diciéndole que me volví a casa, que no se preocupe, que siga festejando, que nos vemos más tarde… ni se imagina que estoy a punto de chuparle la pija al tipo con el mayor prontuario de todo San Justo.
Tras armar mi coartada, dejo el celular y hago lo que tengo ganas de hacer desde hace rato, chupársela. Junto abundante saliva y se la escupo encima, esparciéndola con la lengua por sobre toda la cabeza, formándole como una coronita de espuma que se va deslizando hacia abajo, se la agarro con una mano, firmemente, apretándola para que resalten aún más las venas gordas y moradas. Se la chupo con entusiasmo, tratando de comérmela toda pese a que me traspasa la garganta, las arcadas son lo de menos, lo importante es sentirla ahí, palpitando, quemándome la tráquea, asfixiándome con su carne.
Me la saco de la boca y le chupo las bolas, se las baboseo, se las muerdo, se las mastico, me lleno la boca con esos huevos duros y gordos que ya parecen a punto de explotar. Entonces parece despertarse del ensueño de la borrachera, levanta la cabeza, me mira y me sonríe lascivamente. Se agarra él mismo la pija y me golpea con ella la cara, de un lado y otro, haciéndome sentir su dureza en una y otra mejilla.
-¡Puta… putita… como te gusta la verga…!- me dice con la voz aún pastosa.
-¡Me gusta tu verga!- lo corrijo, volviéndomela a comer, chupándosela con gula, con devoción, con ansias…
Cuando la tiene ya bien dura y erguida, me levanto, me le subo encima y me la acomodo entre los gajos, el calor del glande me provoca un agradable estremecimiento, me quedo ahí sintiéndolo, saboreando el momento previo al ensarte, después, poco a poco, voy bajando, dejándome llenar por esa carne caliente y jugosa que parece derretirse en mi interior.
Me muevo despacio, deslizándome a lo largo y a lo ancho de toda su pija, sintiéndola rebotar contra mi útero. El Cholo me agarra de la cintura y se mueve desde abajo también, clavándomela a tope, haciéndome sentir en pleno la fuerza y energía de su virilidad. Pese a la baranda a cerveza que tiene, lo beso en la boca, enredo mi lengua con la suya, le muerdo los labios, deshaciéndome en suspiros cada vez más profusos y excitantes.
-¡Sos una perra…!- me dice a la vez que me da vuelta sin dificultad alguna y poniéndose encima de mí, empieza a taladrarme como si en vez de pija tuviera un percutor.
Entra y sale, entra y sale, me la mete toda, hasta los pelos, conmoviéndome hasta el alma con cada embiste. Enlazando mis piernas alrededor de su cintura me muevo con él, dejándome arrasar por esas penetraciones cada vez más profundas y aceleradas. No me da tregua ni respiro, tampoco se lo reclamo, solo quiero que me coja, que me reviente, que me destroce. Mis gemidos y jadeos son solo para él, para esa pija maravillosa que maneja con tanta habilidad y solvencia. No es tanto el tamaño lo que me atrae, sino como me la pone, como se desliza y retumba en esa parte de mi cuerpo que tan bien sabe recibirlo. Allí es un huésped honorario, un invitado VIP, la pija que mejor le calza a mi concha para sentirse llena, feliz, complacida…
-¡Dame por el culo… rompeme bien el orto…!- le pido entre gritos afónicos y excitados.
Dispuesto a darme con el gusto, me la saca de la concha y arremete por el otro agujero, metiéndomela casi hasta la mitad de un solo empuje, el resto me lo meto yo misma, empujando hacia adelante, buscando sentirme deliciosamente empalada. Con sus propias manos me separa bien las nalgas y me da con todo, decidido a cumplir con lo pedido, o sea… a romperme bien el orto. Me levanta las piernas y me las mantiene así en alto mientras me culea gloriosamente.
Así se festeja un triunfo de la Selección, me digo a mi misma, jadeando al ritmo de esos profundos y repetitivos ensartes que parecen horadarme hasta los intestinos.
Da gusto sentir como te meten la pija hasta los pelos en el ojete, no cualquiera se banca tal cantidad de carne en esa zona, lo que es a mí me encanta, jamás me privaría de una buena culeada, realmente disfruto cuando me poseen de esa manera, tan brutal, tan primitiva. Que te hagan el culo es aceptar la supremacía del hombre, del macho por sobre nuestra femineidad, entregándoles el culo les entregamos todo, y en mi caso particular estoy entregando una parte de mi cuerpo por la que nunca pasó mi marido. Creo que eso tiene doble mérito. Claro que al Cholo le importaba un carajo quien hubiera pasado o no por mi "agujerito sin fin", él solo se limitaba a culearme, vulnerando mis esfínteres a puro mazazo. Hasta que ya no pudo aguantarse más y sacándomela de un tirón, se vació sobre mi cuerpo, disparando a mansalva lechazo tras lechazo.
“El brindis de la victoria”, pensaba mientras se la volvía a chupar, saboreando ese jugo viscoso y salobre que le seguía fluyendo con una violencia inusitada.
Me saque la pija de la boca y me relamí gustosa y complacida.
-Linda manera de festejar, ¿no?- le digo con una sonrisa.
-Ni me quiero imaginar si somos campeones- se ríe.
-¡Preparate!- me río también, y comiéndole la boca, empiezo a acariciarle la poronga.
Todavía la tiene dura, caliente y maciza. Pese a la cuantiosa descarga se resiste a bajarse, y la verdad es que sería un desperdicio dejarla así, con ganas todavía. Y como no me gusta desperdiciar nada... se la vuelvo a chupar, volviendo a disfrutar esa dureza exquisita que tanto me conmueve. Me pongo en cuatro y me palmeo incitante la cola, invitándolo a venir. Y por supuesto que viene, me acaricia todo el traste, me coloca la punta de su verga justo en la entrada de la concha y me vuelve a agasajar con ese volumen pletórico de vigor, llenándome hasta el último rincón disponible.
-¡¡¡Ahhh... siiiii...que bien me coges... mmmmm...!!!- me estremezco al sentirlo bombearme desde atrás.
Me coge un rato por la concha y luego cambia, me vuelve a hacer la cola en esa forma tan ruda, tan agresiva, como si quisiera sacarme petróleo del culo.
PLAF... PLAF... PLAF... El ruido de su cuerpo chocando contra mis nalgas se hace más repetitivo y estruendoso a cada instante. Mientras él me bombea duro y parejo, me acaricio el clítoris, me lo froto, me lo refriego, me lo pellizco... lo tengo completamente duro y enrojecido, mojado, caliente... me mojo una y otra vez, ahogándome en mis propios orgasmos, disfrutando esa terrible rotura de orto que me deja casi sin aliento.
-Acabame adentro por favor... llename el culo de leche...- le pido ansiosa y suplicante.
No le tuve que insistir, obvio, unos cuantos ensartes más y la leche que fluye violenta e incontenible, llenando cada resquicio de mi culo abierto y desgarrado.
-¡¡¡Aggghhhh... aggghhhh...!!!- ruge el Cholo en medio del derrame, como un Neanderthal enloquecido.
Me deja la pija bien clavada en el orto hasta que ya no le queda ni una gota para darme, entonces me la saca pedazo a pedazo, hasta que se escucha un fuerte FLOP...el ruido del vacío que deja su verga en mi culo.
Entre jadeos y suspiros se recuesta a mi lado.
-¿Todavía seguís con el boludo de tu marido?- me pregunta.
-No seas malo, no le digas así- le digo.
-Dale, dejalo y venite a vivir conmigo, pija no te va a faltar-
-¿Y quién te dice que me falta pija?- le replico con una sonrisa cómplice.
Me levanto y comienzo a vestirme, mientras él se queda ahí, derrumbado en la cama después de los dos polvazos que acaba de echarse conmigo.
-¿Venís para la final?- me pregunta antes de que me vaya.
Mi respuesta no se hace esperar:
-¿Te parece que me la voy a perder?-

35 comentarios - Brasil, decime que se siente...

DamianBerti
Muy bueno, pero me imagino que el subcampeonato tambien se festeja.
borracho_tuerto +1
¡Dame por el culo...rompeme el orto...! le pido entre gritos afónicos y excitados...[/i]

Que te hagan el culo es aceptar la supremacía del macho por sobre nuestra femeneidad, entregándoles el culo le entregamos todo...

Hay varias personas acá en P! que escriben relatos eróticos muy buenos, y me gustan mucho, pero los tuyos para mi son sin duda los mejores, tienes una capacidad especial, según yo, de ir matizando la historia y los detalles eróticos de tal manera, que a mi me revienta la cabeza de calentura!!

Te felicito por la forma tan increiblemente calentona que tienes de armar tus relatos, a mi me encantan, y me dejan por la nubes, y esperando con ansias tu próximo relato!! 👏 👏 👏 👏 👏

Gracias por compartir!! 👍

Te dejo mis últimos puntos, muy merecidos y a favoritos!!
😘

Brasil, decime que se siente...
21dias
esta muy bueno....
saludos 😉
marcos3822
Uhhh yo estuve ahi lpm jajaja
Tiroloco63
Excelente,,, como siempre , felicitaciones
Salsanabria
Como siempre excelente pero te sigue faltado algo??
Fotos tuyas
aliiin
Exelente como siempre, completo y exitante como todos tus relatos... te re cojoooooooo!! jajajja
un besito te dejo mis puntos
sleepmaster
Diosa... Te dejo los puntos de hoy... Me recalienta tu putez y tu forma de escribirla.
Desert-Foxxx
como envidio a los protagonistas de tus relatos jaja
viciosomdq
Todo sea por los queridos colores...! 😀
Muy lindo relato amiga...!!!
Volveré...
viciosomdq
Uf! Tarde pero volví....
ludaza
Lamentablemente no pudimos gritar ARGENTINA CAMPEON, pero seguramente no te habrá faltado con un consuelo ...... GENIA MUY BUEN RELATO!
MrSinister +1
no suelo mezclar futball y sexo pero con vos haría una excepcion.
Sancarlinohot
Impresionante, así da gusto festejar , espero el relato de la final o si algunas vez hiciste uan fiesta con mas de un tipo
exiliado39
uu nena me dejaste chireeand excelente +2
AngelyDemonio605
🤤 🤤 Excelente relato...bahh como siempre...!!!!!
RodneyCash
si hay algo que me gusta de marita es que cuenta con lujo de detalles cada movimiento y cada pija que le entra. leer como te hacen el orto es un placer. gracias marita y un relato genial y espectacular orteada.
mdqpablo
muy buen relato , y que pasion por los colores , el final muy felizz gracias por compartir
dogstray
puta regalada q linda
Sambetin
♥ GRAN RELATO! (: .. Siempre me dejas la pija toda chorreadita con las acabadas que me provocas.. Aver si comentas un dia que colectivos te tomas masomenos... y te regalamos unas apoyadas marita! Saludos! 🙂
manuelkkk
TRENENDO RELATO y que pedazo de culeada te pegaron !

Me dejaste con la pija al palo
EL_PROFE25
Excelente como siempre!!
Muuy calinte historia!!
Graciaspor compartir
agustinx2
Me encanto el relato!!!!!!!! Me gustaría alguna fotos si no es mucho pedir... Gracias y espero el próximo relato... Besos
nial28
No cabe duda que eres lo maximo!! me encantan tus relatos!!
Diexr
Sos una perra super rika hasta con la verga dura me dejastes
Tambie te la qisiera rempujar
tupitosexi
la plaza de san justo para esa fecha la estaban arreglando 😐 y todavia la siguen arreglando
danyandrea
muy bueno!!!! que rica putita!!
kikudo031
Sos muy buena escritora, manejas bien las palabras y haces que vivamos el momentos como si estuviéramos en el mismo lugar del acto, pero aun asi no llego a creerte