En la sala de espera...

Paso a contarles una historia real sin final (todavía) queme sucedió hoy…
Tenia que ir al medico por unos análisis que me mando a hacer hace unos días.Al despertarme por la mañana ya me di cuenta que sino descargaba con una pajamañanera iba a tener un día con el sexo en la cabeza. Como me di cuenta que me habíaquedado dormido, no tuve tiempo para hacer la descarga correspondiente y mearregle rápido y salí  volando para elmedico. En el viaje en bici, y mientras iba mirando a todo tipo de mujeres porla calle, me di cuenta en mis fricciones por el ejercicio que no me habíapuesto boxer y tenia un jogging bastante holgado. En un primer momento pensé envolver a mi casa para hacerlo pero no iba a llegar al turno y además si todoestaba ok, no debía desvestirme frente al doctor. Al llegar al consultorioentro en la sala de espera y me empiezo a desabrigar porque el ejercicio meestaba haciendo transpirar. En la sala de espera había unos cuantos viejos yviejas, un tipo de unos 40 y yo. No había nada para mirar y pasar el tiempo. Teníael turno 3 y el doctor llevaba media hora de retraso con sus pacientes. En elmomento que me estaba por poner a pensar en cualquier cosa, porque ya habíainspeccionado visualmente todo, llega una señora de unos 50 años, nadaespecial, saluda y me llamo la atención porque me sostuvo la mirada. Como sihubiera visto en mis ojos el nivel lácteo que llevaba. Primero sentó a miderecha con una anciana de por medio, pero al instante, cuando vio que yo lebusque la mirada por segunda vez, se fue a un asiento que estaba mas lejos perofrente a mi, alegando que tenia otra asiento al lado para poner sus bolsos. Enese momento empecé a fantasear 1500 cosas con esa señora…
Una señora de unos 50 o 55 años, gordita, tetona, unas caderas grandecitas quelas movía mucho al caminar y muy coqueta. Sacó su celular y le echaba tresmiradas y otras dos a mi para verificar que la estaba mirando. Por un momentotuve miedo de pasar por degenerado pero ella era la que subía la barrera todoel tiempo. Llevaba unos jeans ajustado que le dificultaba cruzar las piernas yeso, no se porque, pero me hacia poner a mil. Ella, disimuladamente, entremirada y mirada se tocaba las piernas, la panza y se rascaba, por sobre lablusa, sus tetas enormes. El efecto erección no había tardado ni 3 minutos enllegar, pero lo contrarrestaba con la campera que tenia sobre el regazo. Las demásviejas estaban en la suya, hablando de enfermedades de viejos y el loco de unos40 estaba enganchado con una revista. Nadie se percataba de la situación y esocreo que la volvía loca a la señora también. En medio del jugueteo a ladistancia, sale el doctor y llama al turno dos… yo tenia el tres. Entra el deflaco (que estaba en la misma fila de asientos que la tetona) a atenderse y estábamosmas libres que nunca.
En ese momento me di cuenta que debía poner quinta o me iba a arrepentir después.Lo que hice fue sacarme la campera del regazo y ponerla en el respaldo de lasilla para mostrarle a la señora lo que estaba causando en mí. Primero creo queno entendió o no vio porque no había acusado recibo, entonces subraye la acciónsimulando un desperezamiento que dejo a simple vista el bulto que tenia en mi jogging.La destinataria me clavo la mirada, se mojo los labios y me sonrío. Ahí casi nose me vuela la cabeza. Ella descruzo las piernas y me dejo de frente a contodos los ratones habidos y por haber. Yo quería tirarme de cabeza pero me dicuenta que estaba en la sala de espera de un medico con unas viejas que no lesiba a caer en gracia que hiciera eso. No solo me regalaba esa imagen sino que,muy disimuladamente, metía su mano en la entre pierna, se agachaba para dejarmesu escote a la vista y otros movimientos para volarme la tapa de los sesos.
En el mejor momento de esta situación, escucho al medico que dice mi apellido yera mi turno. Juro que se me paso por la cabeza hacerme el boludo para quepasen las viejas porque no me quería ni mover de ahí, pero sabia que el medico debíaacordarse mi apellido y mi cara. Me levante, agarre mi campera para taparme laterrible erección que tenia, lo cual me dio gracia por la situación y antes deentrar al consultorio gire para cerrar la puerta y para mirar a la señora queestaba mirándome como siempre. Apenas me senté y me puse a hablar con el doc. Mierección se perdió entre análisis, preguntas y respuestas. Yo tenia la cabezaen la señora de afuera, en la situación y como podía tener una excusa paraquedarme ahí afuera otro rato mas… Pero eso no sucedió, el medico me dio el OKy no había que hacer nada mas allí. Lo saludo, abro la puerta para salir y yase me estaba parando de solo pensar que la iba a mirar de nuevo pero no… noestaba mas ahí, no estaba en la sala de espera… me la quería cortar! Inspeccionorápido y veo que si están sus cosas pero ella no. Debió haber ido al baño oalgo así, caminaba despacio, me puse la campera acomode los papeles, ya nosabia que mas hacer para hacer tiempo. Cuando ya no tuve más tiempo, no mequedo otra que encarar para la salida con la esperanza de alguna vezencontrarla de nuevo. Me fui saludando a los demás pacientes y mientras estabatraspasando la puerta que dividía la sala de espera del hall de ingreso, veoque venia caminando como de la salida a la calle. Se me debe haber dibujado unasonrisa porque ella hizo lo mismo. No sabía que iba a hacer, ni que podía haceren esa situación… pero gracias a dios la experiencia siempre esta paraenseñarnos. La señora tetona me saluda abiertamente con un: “Chau”, un beso enla mejilla y un papelito en mi mano. Era el gol HECHO de Palacios contraAlemania, una victoria rotunda. Obviamente seguí mi camino y me fui a la calle,llegue al poste conde tenia la bici y antes de desatarla, mi ansiedad no me permitíahacer otra cosa mas que leer el papelito. “Mi Factbook es ***** ***** agregame asínos vemos mas cómodos”. La pija me quería salir del pantalón para ir aapretarla contra una pared y mis piecitos no podían pedalear más rápido parallegar a mi casa y agregarla.
Llegue y pensé en que escribirle, le tenia que ganar de mano y devolverle elregalo… Escribí lo siguiente:

Hola *****: Gracias por el regalo. Por si no sabes quien soy te dejo 2 fotos,para que me reconozcas. Espero que te gusten y estoy en la sala de espera quequieras y cuando quieras… Besos a esos jeans y a esa blusa!
(Las fotos no las puedo subir aca porque no las tengo subida a ninguna plataforma..pero si quieren, pidan)


Este es el final por el momento, espero que no sea el definitivo… prometocontar como sigue si todo va bien…

3 comentarios - En la sala de espera...

olimey +1
uuuuhhhmmmmmmmm qué interesante ...
queremos más !!!! 😊 😊 😊 😛 😛
un incentivo .??? +5 !! 👍 👍 👍 👍 👍
ADMYM
FOTOOOOO! excelente relato