Un lunes en la oficina

Hola poringuer@s, este es otro de mis relatos, espero que lo disfruten como yo al escribirlos y al recordar todo lo que pasó ese día.



Todo comenzó cuando llegaron los nuevos reclutas al sitio de trabajo, seguí en lo mío, siendo nuevo ser el centro de atención es lo más común en estos casos así que mientras todo el mundo miraba a los nuevos yo seguía con lo mío, mi jefa a lo que vio que no le di importancia indicó a dos de las chicas nuevas a que estuvieran conmigo mientras yo trabajaba así se familiarizaban con el sistema y el estrés, me indicó que ellas tenían que estar conmigo hasta en el baño, mirando a mi jefa con una cara de interrogante mientras en mi mente imaginaba textualmente los tres en un baño y por dios que lo utilizamos para todo menos para lo que comúnmente se usa.

Sería un poco descortés de mi parte no presentarme con ellas así que les di la mano y les dije: mucho gusto Miguel, mientras cedía mi puesto a una de ellas pude oler ese olor a mujer, perfume que desprendía no sé si fuese por el perfume que utilizaba o por que al ser el centro de atención en ese nuevo lugar la estaba excitando y esa estela de perfume que emanaba era de sus jugos brotando majestuosamente de su sexo. La otra chica quedando de pie al otro lado pude ver que al contrario de su compañera, ella no se jactaba de la situación y era más tímida, decía exclusivamente lo que era necesario, además su lenguaje corporal indicaba que se sentía incomoda no sólo por estar de pie si no por la situación así que le dije que me esperara un momento y fui a buscar otra silla a lo que respondió que no, me detuvo su mano derecha en mi hombro izquierdo, indicó que no era necesaria y que allí podía ver con detalle cada movimiento mío, accedí, pero resonando esas palabras en mi cabeza pensé que no era bueno darle otro significado .

Les dije: antes de comenzar quiero saber sus nombres - la chica que estaba sentada a mi lado creyó que era la oportunidad para decir algo pero no la dejé, tomé la mano de la chica que estaba de pie y le dije- ¿cual es tu nombre? , me mira con extrañeza y se pone un poco roja, es una chica bajita, su cabello no es natural rojo pero lo lleva en buen estilo, lleva una blusa blanca, en su hombro izquierdo lleva el bolso, un pantalón de vestido lo lleva muy bien pues aún no le he visto el trasero pero viéndola desde abajo se le ha de marcar muy bien, tiene senos pequeños, difícilmente se le marca en la camisa a lo que no le di tanta importancia, ¿mi nombre? –pregunta- es Paola, sin mirar a la chica sentada comienza a hablar, seguro se siente algo olvidada y busca la forma de llamar la atención, -el mío es Angie y la verdad es que espero que nos enseñes muy bien, no queremos embarrar en nuestros primeros días cierto pao?- dice alzando la cabeza y mirando a Paola, la verdad es que mientras volteaba a mirar a Paola me quedé mirando ese par de tetas que se le marcaban en esa camisita blanca, llevaba abierta su blusa lo cual dejó en evidencia sus prominentes atributos, desde mi perspectiva esa piel se veía tan suave y tersa que daban ganas de sacárselos y morderlos un rato. Esta fue la primera impresión que tuve de ellas, salíamos a almorzar juntos, charlábamos, allí fue donde me enteré que Angie tenía ya 2 hijos con 23 años no me lo podía creer, al igual que Paola tenía un hijo de menos de 6 meses y con 22 años, yo de 28 y sin hijos les dije en broma: no muchachas me tienen impresionado a su edad no conocía el sexo además a mi no me “cuaja”, lo cual no paraban de reírse.

En los siguientes días mi jefe vio el progreso de ellas a lo que comenzó a hacer cambios en la oficina y propuso un cambio de horario, pegó en la cartelera de novedades un cartel que indicaba los nuevos horarios, Angie fue la primera en dirigirse a mi cubículo y me dice vamos a estar en el último horario y me guiña el ojo, voy yo a mirar y me entero que los tres vamos a tener el mismo horario.

Lunes próximo en el trabajo, estrenando horario y por cierto llegando tarde, lo que yo llamo mala racha, no me logro desprender de mi mala suerte cuando veo mi celular y un mensaje dice: Migue… no puedo ir hoy a trabajar creo que vas a estar solito con Pao , dile a la jefa si me haces el favor, te recompensaré atte.: Angie

Llega la tarde y aún no estaba sola la oficina cuando paso por el puesto de Paola le hago un masajito en los hombro mientras le digo: deberías hacerte a mi lado por que en una hora nos vamos a quedar los dos, no quiero que te aburras, - ella suelta una risita burlona y me dice: quien no quiere estar solo serás tú, -la miro a los ojos y levantando una ceja le guiño un ojo y se vuelve a reir un poco mas fuerte, ya solos enciende un computador a mi lado y comenzamos a charlar, ella estaba en el teléfono –creo una llamada importante por que no despegaba sus ojos de la pantalla- mientras yo acariciaba su mano, no hubo reacción así que subí por su brazo, estaba logrando mi cometido pues su voz se estaba pausando, me hice detrás suyo y comencé ese masaje en sus hombros, bajando un poco en la espalda, seguía hablando pero haciendo un esfuerzo por no perder la concentración en su llamada, bajé mi mano y solté su brassier, pausó totalmente, indicó al teléfono que volvería a llamar y colgó, con rabia en sus ojos me dice: ¿que te pasa? ¿No vez que estaba con un cliente súper importante? A lo que respondo: perdón Pao me accedí, lo siento, a lo que ella furiosa y decidida se abalanza encima mío y me dice: ahora vas a pagar esto!! –agarrando mi mano y llevándola por encima de su pantalón, sentí lo caliente que estaba su rajita y un poco húmeda, la agarré de la cabeza y me fundí en un beso que por poco se nos enredan las lenguas, nos paramos, agarré fuerte su cabello y le dije: muéstrame de que estás hecha bajando mi otra mano y soltando cada botón de su camisa.

Como ya había soltado el brassier fue un camino mas corto para ver su desnudez a tope, sus senos como bien dije eran pequeños, parecían dos limones pero sus pezones desafiaban la gravedad, señalando el cielo eran imperdibles, y me dice: si te gustan ¿porqué no te los comes? –ya con uno en mi boca le digo: ¿sólo puedo comérmelos a ellos o te puedo coger a ti? Mientras pasaba unos deditos por encima de ese gran culo que tenía, sin pensarlo dos veces se bajó el pantalón con braguitas y todo pero solo hasta las rodillas, me dice dale que te quiero sentir adentro y sin mas mojé el glande de mi verga en sus jugos y de un solo tirón se lo ensarté hasta el fondo, ella quiso gritar pero la detuve, le agarré el cabello y le dije al oído: quieres que los empleados que aún no se han ido se enteren que estamos cogiendo???

Mientras le daba tan fuerte que mi pelvis chocaba con su cola ese sonido que se asemeja a un martillo, pero esta vez el martillo estaba que rompía y hacía añicos esa pared. En este momento oí detenidamente que estaba ella haciendo lo imposible por no gritar así que le metí el brassier en su boca, para que tanto ella pudiera desahogarse y para mi pudiera darle con toda, la verdad es que de todo el afán me di cuenta que estábamos teniendo sexo encima de unos papeles, un informe que ella tenía que entregar en la tarde del día siguiente. Me reía para mi mismo al saber que todo ese esfuerzo estaba plasmado en el informe “esto si es ponerle el alma al trabajo” me dije a mi mismo jajajaja.

Al sentir que me venía le dije, lo cual ella se agachó y como una experta comenzó a pajearme, no le avisé y llené de leche sus gafas su cara y por supuesto su boquita.

Ya terminando de arreglar todo en la oficina me agarra y me besa como el primero que me dio y me dice: me lo tienes que pagar, absolutamente todo lo que hoy pasó! Mientras tanto mi mano con una palmada fuerte en su cola le digo: espero que sea una buena venganza, por cierto el informe tienes que volverlo a hacer y nos soltamos a reír.

al otro día antes de ir a trabajar veo un mensaje en el celular: Migue hoy no podré ir a trabajar, mi hijo tiene mucha fiebre, pero antes me haces un favor de volver a imprimir el informe? Gracias… att: Paola

Entro a la oficina, el primer rostro que veo es a la tetona de Angie quien al saludarme de beso me pica el ojo y me dice al oído: ayer no estuve pero hoy te recompenso.

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