Prostituyendo (gay)

Era aproximadamente las nueve de la noche, estaba en casa y si ahora con cincuenta y un pirulos vivo caliente, imaginate cuando tenía veinte. Así que decidí salir a dar una vuelta por el barrio, siendo que es un lugar que no es precisamente una zona de levante; pero la calentura era tal que no me importó y tenía la extraña certeza que algo iba a conseguir; debo admitir que vivía a paja (varias por día) y no era lo que mas me gustaba pero no quedaba otra. Camino dos cuadras hasta la Av. Mitre en Sarandí (Pdo. de Avellaneda), y camino por la única cuadra que hay mas negocios, no había casi nadie, solo algunas personas en las paradas de colectivo, cuando llego a la otra esquina y para no despertar sospechas, me pongo en la parada de una de las líneas a la pesca de algún incauto; la época era muy jodida, pleno proceso militar, pero aún así prefería arriesgarme que quedarme caliente. No recuerdo cuanto tiempo esperé, fueron horas seguro; miraba a los que pasaban en auto tipo puta barata sin éxito, los colectivos de la parada que estaba ya habían pasado varios y yo seguía ahí, en celo, caliente.
Ya estaba a punto de irme y llega un tipo mas o menos de mi edad, vestido normal, onda laburante; no es que me gustara ni mucho menos, pero lo que yo buscaba no era precisamente un dios griego ni mucho menos.
Cómo siempre fuí muy extrovertido y si alguna vez tuve vergüenza la había perdido, le dije: trabajás por acá? - si, una boludez, pero la cosa era romper el hielo, el tipo algo asombrado me responde tímidamente que sí, a lo que le digo que era un problema con lo que se ganaba y boludeces varias.
Era ya bastante tarde y mi calentura no me dejaba pensar, cómo era muy tímido, le digo de una: si te querés ganar unos pesos acompañame que es guita fácil.
Nunca pensé que me iba a boxear ni nada de eso, afortunadamente el muchacho tímido necesitaba unos mangos extras y me acompañó.
A menos de una cuadra de mi casa, había un valdío, con unos yuyos bastante crecidos al lado del viaducto del Roca, también tenía una pared a medio tirar, era el lugar ideal para hacer alguna cosa rápida.
Cuando ve que me meto entre los yuyos el flaco medio se cagó, pero lo animé que no pasaba nada y me siguió.
Me lo acerco, lo empiezo a tocar y se notaba que estaba súper nervioso, creo que la intensidad de su nerviosismo solo se podía comparar con mi estado de calentura.
Le abro la bragueta, saco su verga afuera, pero no se le paraba bien, tampoco era una poronga grande, de estándar para abajo digamos.
El muchacho no era justamente un fanático de la limpieza, porque tenía bastante olor a pija (en ese entonces no era un morbo para mi) luego de un buen rato y con el pantalón ya abajo, le chupé mejor la pija y los huevos a la vez, cuando lo quiero dar vuelta se comportó medio reacio, seguramente se creía que me lo quería cojer, pero mi intención era chuparle el culo, lo convencí y se dejó. También tenía olor a culo, pero no desagradable y a esta altura ya no me importaba nada.
Luego de unos quince o veinte minutos acabó, sin avisarme me llenó la boca de leche.
Ahí me pajeé apenas un poco y me descargué yo.
Nunca mas en mi vida lo ví.
Pero luego de pensar con el tiempo, supe que hice prostituir a un tipo que en su vida hubiera pensado en cojer con otro tipo.
Ni siquiera me acuerdo la cantidad de guita que le dí, eran chirolas en realidad.
Hoy siempre me acuerdo de eso y muchas veces cuando veo algunos flacos que venden cosas en el tren, me pregunto cuanto ganarán por día, y si llegara a ofrecerle el doble si lograré prostituilo tambien.
Si ya sé, no tengo remedio.

Todo lo que cuento es real, tal vez no sea preciso en las fechas, pero si en los hechos.

Saludos
SmegmaSeeker.

3 comentarios - Prostituyendo (gay)

M_1965
che que buen relato... me encantaria chuparte la pija aunque sea X$ jajajajaja