¿Mi primera Ama?‏ (Parte 2)

¿Mi primera Ama?‏

SEGUNDA PARTE:

La relación con Viviana siguió de esa manera siempre con ella manejando todo y llevando los “pantalones” de la relación, sobre todo en los momentos en que estábamos solos y teníamos sexo o teníamos algún tipo de juegos eróticos.

Ella sabía cómo hacer para torcer mi voluntad porque era en esos momentos en que más me tenía a su merced y donde yo no podía negarme a nada.

A mí, había algunas cosas de la relación que no me agradaban, sobre todo en esos manejos caprichosos de ella y en las decisiones que casi siempre ella tomaba sola. Más de una vez intenté dejarla, pero siempre ella lograba con su seducción y la manipulación de mi deseo que volviéramos a estar juntos. Así que, cada intento de ruptura terminaba desnudo teniendo sexo, rendido a sus pies.

Un día tomé coraje y por teléfono, ya que cara a cara me hubiera resultado imposible, le plantee de dejar de estar en pareja, cortar la relación. Para mi sorpresa lo acepto y dejamos de vernos.

Pasó un tiempo y conocí a Susana.

Susana era todo lo contrario a Viviana. Tranquila, sumisa, más bien callada. Ella siempre me hacía sentir “el hombre” ya que relegaba en mí las decisiones y la palabra autorizada.

Pero por otro lado, la vida sexual era sin ningún tipo de exigencia de su parte, sin ningún tipo de vuelo y con los años se volvió rutinaria y escasa. (Sobre todo a partir de la llegada de los hijos).

Muchas veces extrañaba a Viviana y de hecho muchas veces fantaseaba con ella. Extrañaba ese carácter dominante, esa manera de tener todo en sus manos y como me manejaba sexualmente.

Con el tiempo me casé con Susana, tuve 2 hijos, en síntesis: una familia tipo.

Los años pasaron, por lo menos 15 años calculo, no supe nada de Viviana, hasta que una mañana me llamó a mi trabajo. No sé cómo, pero me había ubicado. Tal vez algún amigo del pasado en común.

Me preguntó por mi vida, hablamos de todo un poco y me dijo que tenía que entregarme algo, que quería verme para tomar un café.

Sin contarle nada a Susana, asistí a la cita, que era en un barcito cerca de su casa (según me dijo).
Al verla me trajo tantos recuerdos, estaba casi igual, mas grande, más adulta. Verla me provocó muchos deseo, era la misma mujer, más seria, más calmada pero que me movilizaba tanto como antes.

Charlamos de nuestras vidas, me contó que nunca se casó, que no tenía hijos, que tenía una vida tranquila, un buen trabajo y muy buenos amigos.

Me preguntó si era feliz con Viviana, y le contesté que sí, que era muy feliz con ella.

Luego me consultó, si sexualmente estaba pleno o “bien atendido”. Su pregunta me sonrojó, lo que a ella le agradó (por la expresión de su cara). A ella siempre le gustó intimidarme. A lo que yo le contesté que claro, que sin duda así era.

Seguimos charlando y ella me dijo que había olvidado lo que me tenía que entregar y que fuéramos a su departamento.

Al llegar me mostró su casa y nos sentamos en la mesa del living donde sobre ella había una caja de zapatos abierta.
En la caja había algunos casetes de música, unos libros y algunas cosas que le había prestado. Pero también había algunos recuerdos de nuestra relación, algunas fotos que me hicieron ponerme sensible. Viviana tal vez lo notó.

Me dijo que ella me había “dejado ir”, que sentía que yo necesitaba una vida distinta, tener hijos, una familia. Pero que ella pensaba que si ella lo hubiera querido yo todavía estaría con ella.

Yo no supe que contestarle, estaba demasiado conmovido. Esa mujer, ya más grande, era la misma que me había marcado y me había enseñado a gozar de una manera como con ninguna otra mujer.

Sin darme tiempo a reaccionar comenzó a acariciarme la pierna y luego subió llegando a mi pene, lo que me hizo quedar petrificado.

Y me dijo “yo sé que si quisiera podría tenerte de nuevo arrodilladlo ante mi”. Yo le pedí por favor que se detenga y ella seguía con eso, ya que mi pene estaba muy duro ante esas caricias. Era la misma actitud, la de esa mujer, que nunca había olvidado.

Yo agarre con mis dos manos su mano que acariciaba mi pene, pero no tenía fuerza para detenerla. Mi boca decía “no, por favor pará”, pero mi cuerpo no respondía.

Entonces ella me besó profundamente en la boca y me indicó, prácticamente me ordenó que me desnudara, mientras seguíamos besándonos. Luego ella me ayudó a sacarme la ropa y teniéndome desnudo (y ella vestida), me tomó del pene como quien toma a un niño de la mano y me llevó a su cuarto.
Una vez ahí, me hizo arrodillar en piso en el costado de la cama y si dejar de mirarme a los ojos se desnudó.

Luego se acostó en la cama con las piernas abiertas muy cerca de mi cara y me dijo “ahí, desde el piso me vas a chupar… a ver si te acordás todo lo que te enseñe”.

Yo sentía que estaba en un sueño, que esta era una de mis tantas fantasías, que el tiempo no había pasado. Ahí estaba haciéndole sexo oral a Viviana, prácticamente mi primera novia.

Ella la estaba pasando muy bien y yo intentaba satisfacerla de la mejor manera. A medida que ella mas gozaba yo más me calentaba.

Hasta que… como una explosión, ella acabo en mi boca. Fue muy lindo, me trajo muchos recuerdos, parecía que el tiempo no había pasado. Así quede entre sus piernas un buen rato, mientras ella me acariciaba la cabeza.

Una vez que se reincorporó, se sentó en la cama y me dijo…” bueno ya está, ya te podes ir…”.

Yo le dije que no, que por favor me dejara acabar a mí también y ella me dijo “¿Cómo, no era que tenías a tu mujercita que tanto te satisfacía? … ya podes ir con ella, que te va a hacer gozar…”.

Yo seguía arrodillado en el piso mirándola desde abajo a ella sentada sobre su cama (estaba tan linda y sexy) .
“Bueno… “, le dije, “en realidad no tengo sexo tan seguido como yo quisiera, ni tampoco todas las veces o de la forma que yo quiero”.

“Ah… pobrecito… imagino que debes estar muy caliente entonces”. Me dijo Viviana, burlándose de mí.
Quise contestarle, pero no pude, estaban por llorar, me estaba conteniendo, sentía tanta vergüenza y estaba tan caliente además.

Ella lo notó y sintió lastima por mi o tal vez se conmovió. Se inclino y me acerco sus pechos a mi boca y yo comencé a besarlos. A ella eso le agradó y comenzó a decirme “¿viste? Seguís siendo mío… seguís siendo el mismo bebote de siempre”.

Yo seguí besándole los pechos cuando una de sus manos bajo a mi pene y comenzó a masturbarme.

Mientras lo hacía al oído me fue contando como serian las cosas de ahora en más.

“Vos sabes que conmigo, nunca te va a faltar <esto>, solo tenés que venir y hacerme gozar como yo te enseñé… si me gusta te voy a dejar acabar con mi mano… y si me gusta mucho, vas a tener premios, tal vez alguna vez te deje cogerme, tal vez alguna vez te la chupe y quien te dice… que alguna vez puedas merecer acabar en mi colita… “.

Ella siguió masturbándome hasta que acabe en su mano, como ella me había indicado.

Así fue que Viviana volvió a mi vida.

Yo tenía que visitarla cierto día de la semana, cumplía con sus ordenes de satisfacerla como ella me requería y ella a su vez me hacia acabar de la forma o en el momento que ella quería.

Nunca me exigió otra cosa más que estar a sus servicio en ese día programado, ni tampoco nunca me dio explicaciones si ella hacía lo mismo con otro u otros (yo sospechaba que si).

Así pasaron años de esta relación que aun sigue con Viviana, mi primera novia y mi primera Ama.


¿Mi primera Ama?‏ (Parte 2)

1 comentario - ¿Mi primera Ama?‏ (Parte 2)

vaan28
Ufffff. Q fuerte!!!!! Muyyy buenoooi