Mi marido salió de viaje

Es una historia, la cual me ha sido contada un día por dos mujeres en un bar cuando ellas y yo estábamos esperando una reparación a nuestros autos, una historia muy prolijamente contada, de una realidad dura
Yo les cambié su nombre que les pertenece en la actualidad, a esas dos mujeres así como el lugar en donde se centralizó la historia, llamándolas a ellas Ana y Carla con trabajos comunes a ambas pero alejados de sus hogares
Empezó Ana a contarme su historia:
Yo vivía en Caballito un lugar en la capital federal y trabajaba en Moreno en una empresa cuya distancia era de más de dos horas en llegar usando el tren y los colectivos pero para mí que era soltera me alcanzaba y sobraba y más, ciertamente me convenía realizarlo con ese tiempo y viaje.
Un día faltando dos horas para que se cerrara la hora de nuestra actividad ocurrió un paro total en los medios de transporte, y quedose así yo sin transporte; como muchos otros compañeros
Yo tengo de amiga casada ella, que la aprecio mucho desde hace siete años los años en que me encuentro en la empresa, ella siempre me ayudó mucho en mis actividades en la empresa y yo le confié siempre mi vida
Carla así se llama mi amiga, al enterarse que al salir no tenía yo como irme a mi casa, me comento
Ana, te tendré que acomodar en casa, además mi marido está en Salta nos acomodaremos las dos no te preocupes, y salimos para su casa caminando más de una hora, mientras llegábamos a su casa realizó sus compras y de parte me presentó a sus amigas y vecinas con quienes conversamos y llegada la noche preparamos una rica comida ella en verdad era muy buena en ello y tomaos vino, yo creo que un tanto más de lo común.
Era una bella noche de febrero del 2011.
Ella a mí me ofreció su cama matrimonial acostándose ella al costado derecho de la cama matrimonial pero en el suelo poniendo un colchón grande que salían usar en el tráiler cuando salían, de veraneo.
Cuando terminamos de acomodar todo pusimos la tele y un aparato de vídeo con una película un tanto fuerte en cuanto a escenas de sexo, apagamos la luz y nos acostamos, pero como hacía mucho calor y el ventilador me daba más a mi ella subió al colchón de la cama mío y las dos nos encontramos en una cama sobre un mismo colchón mientras mirábamos la película
De repente a una media hora de la película empiezan a pasar escenas de lesbianas
Carla y yo ya estábamos a mil, muy calladas y casi no, nos mirábamos.
Ambas estábamos muy excitadas a un fin de escena de la película en donde ambas mujeres acababan en una cama, le pregunté a Carla si en verdad nunca se le había pasado por la cabeza, estar con una chica.
Hubo un silencio en ella (me dije la cagué con la pregunta) que idiota he sido
A un tiempo pensado en ella y previo darse vuelta dejando de ver la tele me dijo:
Ana creo que siempre lo pensé en verdad no quiero mentirte, jamás lo he hecho con una mujer pero ciertamente de no estar casada, me gustaría hacerlo con una mujer
Apagando la tele, y sentándose en la cama aclara más su pensamiento
Ana soy terriblemente caliente, y no me molesta ver esas partes de lesbianas y que además me calientan mucho más que mi marido
Ana no es así con mi marido, que gozo con mi marido… ellos no tiene ese tiempo que necesita una mujer
Te la meten y gozan, y después en mi caso cuando él se duerme yo me masturbo hasta a veces dos veces…
Ana es así lo que pasa entre mi esposo y yo.
La entendí mucho a veces amantes mías me decían lo mismo que Carla
A un tiempo le dije con mi voz muy entrecortada dale empezá, hacértela no tengas vergüenza de mí, dale Carla…
Ella estaba muy caliente se metió la mano ahora dentro de su bombacha y se empezó a masturbar apretando los labio de la cara, muy sensualmente.
A mi verla me calentó, a un rato Carla me empezó a tocar a mí y me dijo que si no quería hacérmela yo también
Yo arrugue en ese momento y le dije que no, pero ella seguía tocándome y yo ya estaba por acabar pero disimulaba, yo no quería aflojar y ella me preguntaba, si estas mojada Ana dale déjame guiarte, me gustas mucho como mujer Ana, me dijo Carla
Y ahí me agarro y me empezó sacándome la bombacha, yo ya estaba como loca, al verme desnuda, mi concha y ella sobre mí y ahí fue en ese momento, que me entregué por completo y siempre a ella.
Ya estaba ardiente y no aguantaba más, ahí empezamos a tocarnos y besarnos como desesperadas, mientras ella empezaba a acariciarme mi vagina yo le sacaba el corpiño, nos acostamos yo abajo y ella arriba mío y seguíamos tocándonos, de repente ella empieza a bajar por mis tetas y me las empieza a chupar y morder como loca , yo estaba súper caliente y gemía desesperada, después ella me dijo que me quería chupar la concha que no aguantaba más yo en ese momento abrí mis piernas y le dije que me haga lo que quiera, primero empezó a lamerme los muslos y chupármelos, yo me retorcía de placer por acabar, después siguió lamiendo mis labios vaginales que estaban hinchados, abiertos y mojados y al final siguió por mi clítoris, mientras me decía que era ella era una puta, que le encantaba mi concha y mis tetas, yo estaba mojadísima y fue en ese momento que acabe con todo, ella recibió todo en su boca, luego me introdujo su lengua buscando mas en liquido dentro de mi concha eso me hizo gritar desenfrenadamente y le acabe otra vez en plena boca todo
Gracias amor me disto todo tu leche cielo me dijo.
Yo creo que cerré los ojos, y ella quedose quieta sobre mi cuerpo algo dormida así fueron pasando los minutos….
Amanecía yo lo percibía por la ventana había penetrado una débil luz en ese dormitorio, ella dormía cuando empecé a chuparle las tetas y mordérselas despacito, ahí ella se despertó decididamente
Me beso e introdujo su lengua lo mas que pudo en mi, así estuvimos largo tiempo besándonos a un tiempo, ello lo comprendió que la quería coger…
…. baje lentamente por su panza hasta llegar a su concha que ya estaba ardiendo por acabar, fue ahí cuando me pidió que se la chupara que no aguantaba más…
Empecé primero por su clítoris que estaba hinchado y mojado, después seguí por sus labios, pero se sorprendió porque seguí lamiendo su colita también
Ella se retorcía diciéndome métete dos dedos en el culo y chúpame la concha Ana dale
Y se la chupe toda metiéndose dos deditos, en el culo a un tiempo Carla me grita caliente
Ana mi marido me lo hizo al culo no te preocupes aguanta, ademas ese culo que ahora y para siempre, será tuyo Ana quiere que lo rompas algún día con un consolador...

Estaba como loca y me pedía más fue ahí cuando le metí tres dedos
A un tiempo ella acabó como loca su liquido invadió mi boca espeso caliente viscoso
Ana, me dijo Carla no se pero te empiezo a querer amor no me dejes
A un tiempo era la hora de levantarnos para ir al trabajo apagamos el despertador y dormitamos
A media mañana nos despertamos y nos pusimos en posición de 69 y nos dimos con todo nos chupábamos tanto que acabamos no sé cuántas veces, fue fantástico, de repente veo que ella me agarra y se pone sus piernas cruzadas con mis piernas, como para frotarnos las conchas, empezamos despacio y era increíble cómo se sentía, yo sentía todo su clítoris frotándose con el mío y sentía como se mezclaban nuestros jugos volvimos a acabar de nuevo así, yo no daba más y le pedí que paremos un rato, paramos, pero ella se repuso en seguida y quería seguir. Lo que hizo después fue tirarme licor en las tetas y empezó a lamérmelas y mordérmelas, yo le dije que estaba loca pero ella seguía lamiéndome mientras me metía tres dedos en la concha y no aguante más y acabé con todo, después yo le hice lo mismo y ella también acabó entre gritos y gemidos, fue ahí cuando paramos en serio estábamos cansadísimas, aparte ya era como las diez de la mañana de un día laboral.

Epilogo

Hace más de dos años que el inicio de esa aventura, ha terminado esta semana
Carla en lo que es la separación definitiva de sus bienes materiales con el marido y ella se ha trasladado a mi departamento, uno nuevo que compré en Almagro a diez cuadras de donde vivía antes, para evitar los comentarios.
Ahora trabajamos en una empresa que mueve lo importado que es mucho en la capital federal
Nos amamos y pensamos casarnos, dentro de dos meses que lo resguardan las leyes argentinas.