Coronando a mi familia (3ra. parte)

Al día siguiente luego del almuerzo, mi hijo salió.
Yo me bañé y me cambié, aprovechando el calor me puse un vestido floreado muy liviano, por encima de la rodilla, y sin nada debajo. Mis pezones se marcaban, y cuando me excitara se iban anotar mucho mas, y no iba a poder disimular.
A las 4 en punto, sonó el timbre.
Abrí la puerta y allí estaba Leonel, con un vaquero y una remera ajustada que marcaba su hermoso y trabajado cuerpo.
- Pasa Leonel
- Hola Sra., dijo Leonel tímidamente.
- Si vuelves a llamarme señora, te vas por donde viniste. Me llamo Valeria o Vale, como prefieras.
- Perdón Valeria, dijo poniéndose colorado.
- Siéntate, le dije acompañándolo al sofá.
Se sentó y de reojo pude ver que miraba hacia todos lados.
- ¿ Quieres tomar algo?
- No Vale, te agradezco. En realidad vine a disculparme contigo. Eres la madre de mi mejor amigo y yo debí controlarme, dijo asustado.
- Me parece bien que hayas recapacitado, Leonel, dije, disfrutando el momento. Era un nuevo desafío. Ahora lo quería meter en mi cama mas que nunca.
- Es que en verdad la deseo desde siempre.
- Lo comprendo, pero a cambio de que olvide lo que pasó, quieres que me contestes algunas preguntas, pero con toda la verdad, dije seria.
- Lo que Ud. diga.
- Bien Leo. Para empezar, cuéntame con cuantas chicas has tenido relaciones, dije sin mostrar ningún sentimiento.
Respiró profundo.
- Con tres, hasta ahora
- Cuéntame, insistí.
-La primera fue hace dos años, una prima mía. Estábamos jugando en el galponcito del fondo y chiste va chiste viene, terminamos enredados.
- Sigue
- La segunda fue el año pasado. Una compañera de escuela que ha tenido relaciones con todos. Pasamos un fin de semana en su casa, y una tarde lo hicimos en el auto, un ratito que estuvimos solos.
- Ahá
- Y la última fue hace tres meses. Un encuentro casual en un boliche. Fuimos al reservado y allí tuvimos un rapidito, sin desvestirnos.
- Consumes porno?
- Si, creo que como todo el mundo. No soy fanático, pero me gusta.
- ¿ Que clase?
- No entiendo,dijo moviéndose incómodo en su sillón. Era evidente que la conversación lo excitaba y trataba de controlarse.
- Claro. Hay muchas categorías según escuché. ¿ Cuál prefieres?
- Bueno, me gustan los videos con MILFS y Cougars, dijo con temor.
- ¿ Que es eso? Pregunté sorprendida.
- MILFS son videos donde se tienen relaciones con mujeres que son madres. De hecho, en inglés la conjunción quiere decir “ madres a las que me gustaría tirarme”, y las Cougars son mujeres maduras que prefieren a jovencitos.
- Ahora entiendo. Por eso te ratoneas conmigo. No tiene que ver con mi atractivo, sino con tus fantasías, dije poniendo cara de defraudada.
- No Valeria. Nada que ver.
- No te creo.
Lentamente crucé mis piernas, asegurándome que notara que debajo del vestido no tenía nada.
- En resumen hasta hoy no has tenido relaciones muy satisfactorias, no?, pregunté poniendo un dedo en mi boca.
- En verdad lo que mas disfruté fue la otra tarde contigo. No te enojes, por favor.
-No me enojo, Leo. Pero no hicimos nada. Apenas si acepte desfogarte para que no te fueras en seco o te masturbaras en tu casa pensando en mí. Porque es lo que hubieras hecho, no? Pregunté con cara de picardia.
- Seguramente.
- Y dime. ¿ Cómo te imaginaste teniendo relaciones conmigo? Porque me imagino que lo habrás hecho mas de una vez.
- La verdad, me excito de solo imaginarlo. No se. Imaginé venir hasta aquí, y encontrarla sola, y forzarla a tener sexo conmigo.
Sus ojos se agrandaban, prueba suficiente de que estaba excitado. Su verga se había endurecido. Ya estaba en mis manos.
- Hoy estoy sola. Pero no me parece que puedas forzarme. En realidad no se si tienes agallas para conseguir una relación consentida tampoco. ¿Tienes el valor suficiente para tirar con una mujer adulta?
- Creo que sí, Valeria. Es algo con lo que sueño.
- Me imagino con las principiantes que has tenido hasta ahora. Yo creo que te falta todavía para llevar adelante una relación con una mujer de verdad.
Se quedó allí mirándome sin entender nada. Era hora del empujón final.
- Me voy a mi cuarto. La verdad es que necesito descansar. Si me disculpas, cuando salgas cierra la puerta, dije levantándome lentamente y encaminándome por el pasillo hacia mi habitación, moviendo sensualmente mi cuerpo, y sabiendo que su mirada me seguía.
Una vez en ella, cerré la puerta, y comencé a desvestirme. Despacio tomé un camisón corto y me lo puse sobre mi cuerpo desnudo. En ese momento se abrió la puerta y volvió a cerrarse. Hice como que no había escuchado nada.
- Tengo el valor para poseerte, Valeria. Te lo voy a demostrar, dijo mientras sus manos me tomaban de los hombros y me obligaban a darme vuelta. Cuando lo hice, me encontré con Leonel desnudo y totalmente empalmado.
Me empujó de los hombros hacia abajo, indicándome lo que quería. Me fui arrodillando y allí abajo capturé con mi mano su verga, para comenzar a sacudírsela.
- Chupamela, mamita, me pidió, y la tomé con mi boca.
Se la mamé un rato, pero esta vez no estaba dispuesta a que se corriera afuera, así que me levanté y lo empujé para que cayera en la cama. Quedó allí, de espaldas sobre el colchón, con su verga apuntado hacia arriba como un periscopio. Fui hasta la puerta, la cerré con llave, y la saqué para que el ojo de la llave quedara libre. A las 5 volvía mi hijo, y quería que viera lo que estaba pasando.
Me acerqué a la cama, subí y me ubiqué sobre Leonel.
- Ahora te vas a quedar quietito, le dije, mientras tomaba su herramienta y me empalaba lentamente. La cara de placer y sorpresa del joven era inolvidable. Cuando la metí hasta el fondo, empece lentamente a subir y bajar.
Leonel estaba congelado. No atinaba a nada.
- Pendejo, vamos, juega con mis tetas, hacé que me caliente y goce con esa verga que tenés dentro mío, le dije, consiguiendo que tomara un papel más activo, y comenzando a magrearme las tetas.
Fui manejando el acto, acelerando y frenando para evitar que se corriera, cuando escuché la puerta que se abría. Imaginé la escena. Mi hijo entrando y viendo la ropa de su amigo desparramada por todo el salón. Unos segundos para entender lo que pasaba e iba a dirigirse a los dormitorios. Sentí sus pasos muy suaves detenerse frente a la puerta, y estaba segura que estaba espiando ahora por la cerradura. En ese momento, y ante lo morboso de la escena me arrebató un orgasmo. Apretando los huevos de Leonel, lo llevé conmigo en ese viaje.
- dame todo nene, todo, le dije y no hizo falta mas.
Comenzó a gemir y correrse como un poseso. Fue una acabada larga y generosa. Caí sobre él, cuando sentí la puerta de calle que se abría y volvía a cerrarse. Mi venganza había comenzado.
Pero pensando en eso perdí el control sobre Leonel. Giró y terminó encima mío, y aunque lo había sentido acabar, su verga no se había bajado y volvió a clavarme en forma salvaje. Esta vez el marcaba el ritmo y parecía un taladro. Me estaba dando como nunca me habían dado.
- Ahora Vale es mi turno. Te voy a coger hasta que acabes y después te vas a tomar mi leche, puta, toda mi leche, hasta la última gota, decía mientras seguía penetrándome.
Aunque parezca increíble, en cosa de cinco minutos me tuvo al borde del orgasmo, y aunque traté de detenerlo no pude y me arrasó, hasta casi hacerme perder el conocimiento. Cuando me recuperé, El muchacho ya había desmontado y arrastrándose hasta mi cara, colocó una rodilla a cada lado y me metió su dura verga en la boca.
- Toma, madrecita, toma mi leche, dijo mientras comenzaba a correrse, y en esa posición no pude evitar recibir su polvo, y tragar cada chorro que me regalaba.
Cuando al fin quedé sola en casa, me sentía muy bien. Pero lo mejor fue cuando volvió mi hijo, totalmente transfigurado.
- Madre, no puedo creer lo que vi, dijo a punto de explotar.
- ¿ Y que viste?
- Te vi tirar con Leonel, mi mejor amigo, no tienes vergüenza, dijo enojado
- Claro, porque no me tiré a mi secretario, como hace tu padre, no?
Se quedó helado.
- Tu avalaste esa conducta porque total un polvo fuera del matrimonio no tiene nada de malo, no?
- Pe, pe pero no es lo mismo, dijo mi hijo a la defensiva.
- Va a ser lo mismo. De ahora en adelante voy a tirarme a quien tenga ganas, y te conviene no contarle nada a tu padre, porque si no nuestra familia se destruirá. Cuando estemos juntos seré la misma de siempre, pero tienes que asumir que cuando tenga ganas me voy a tirar a quien tenga ganas. Así que no digas mas nada. No voy a soportar mas los engaños de tu padre. Y ahora ve a lavarte que vamos a cenar, dije dando media vuelta.
Esa noche, mi hijo estaba serio, pero no comentó nada, y mi esposo estaba alegre como siempre. Como siempre que se había tirado a alguien que no era yo. Lo que no le llamó la atención es que yo también estaba muy alegre.

4 comentarios - Coronando a mi familia (3ra. parte)

0Punk-Lactal0
Muy buena historia. Espero la continuación. Gracias por compartir.
kramalo
muy bueno... ahora el que se ratonea es el hijo...jajaa...!!