Llamemos la Barbara

Hola, mi nombre es BARBARA, ahora tengo 34 años, soy casada y tengo dos niñas pequeñas, pero antes de casarme viví plenamente mi sexualidad, después de leer tantos relatos en esta página, me estoy aventurando a escribir y recordar algunos de ellos para compartirlos con ustedes, espero les sean de su agrado. Mi primer relato es de como inicié mi vida sexual en grupo. En ese tiempo estaba en la universidad, tenía yo 19 años y por ir en una universidad bastante reconocida, teníia que estar en forma y vestir muy bien para competir con todas las demás, mido 1.72. soy delgada pero con muy bonita forma, senos pequeños 34B, cintura muy marcada, gluteos bastante bonitos, piernas largas, ojos cafes, cabello lacio castaño claro largo 10 cm abajo de los hombros y de tez blanca. Un viernes por la noche una amiga me habló por teléfono diciéndome que había una fiesta de la facultad de otra carrera y que pasaría por mi en 20 minutos. Me di un duchazo rápido y me puse un vestido rojo, corto entallado, medias y liguero negro y zapatos altos, siempre me ha gustado vestirme de una manera sensual. La fiesta era en una casa muy grande, se veía que por ese momento nadie la habitaba, cuando llegamos estaba en pleno apogéo, saludé a varios amigos y conocidos. A lo lejos vi a un compañero de la universidad que me gustaba mucho, hasta aquel momento no habíamos cruzado palabra alguna en la escuela, mis miradas pícaras hacia él, hicieron que notara mi presencia animándolo a acercarse a mi para platicar. Se presentó como Alberto, me dijo que me había visto varias veces en la universidad pero que nunca se había presentado la oportunidad de platicar conmigo; me dijo que si quería algo de beber, así que nos dirigimos a la barra y pedí una margarita. Platicamos de muchas cosas mientras bailábamos y seguíamos tomando, todos estaban muy animados, el entusiasmo se respiraba por todo el lugar; al ir transcurriendo la noche empezamos a tomar más confianza y como el volumen de la música era muy alto, fue un buen pretexto para que cada vez se acercara más a mi rostro para platicar, el alcohol poco a poco se fue apoderando de ambos, sin darnos cuanta, ya estábamos un poco pasaditos de copas. Al estar bailando acercó su cuerpo más al mío me tomó por la cintura y sin darme cuenta me besó la boca, lo tomé por la cabeza acercándolo a mi para alargar lo más posible el beso, nuestras lenguas se mezclaron, y el intercambio de fluidos fue total. Así es que estuve con él toda la noche, los besos cada vez eran más intensos, y me halaba hacia él cada vez más fuerte, con lo que pude notar la erección que traía debajo del pantalón, pasó sus manos para atrás acariciándome los glúteos haciendo que su pene se restregara sobre mi abdomen, estábamos súper excitados. Nos fuimos a un lugar apartado de la demás gente, donde seguimos besandonos y acariciandonos, él me tocaba los senos y los gluteos por encima del vestido y yo le acariciaba el pene por encima del pantalón, me recargó contra una pared, me comenzó a besar el cuello y me bajó uno de los tirantes del vestido y uno de mis senos quedó al descubierto, se caerco a el con su boca y me lo besó delicioso, el alcohol no me hacía notar si alguien nos veía o no, pero la excitación me lo permitía, mi pezón se ponía cada vez más durito, yo tomaba su pene coda vez con más fuerza notando lo rico que ya lo tenía, lo detuve cuando estaba a punto de gritar de placer porque algunas personas se acercaban a nosotros. Le dije que ya era tarde que si me podría llevar a mi casa y continuar lo que estábamos haciendo en su auto, pero él tampoco llevaba, así es le pidió a un amigo que nos llevara, busqué a mi amiga y le dije que me iría con él y ella me dijo que no, que estaba demasiado bebida, pero como estaba muy excitada no me importó y le dije que no se preocupara. Cuando llegamos al auto vi que iban otros tres amigos más, dos adelante y uno atrás, me sentaron e medio de ellos, y ya dentro del auto empezó el faje más subido de tono, ya estaba súper mojada no me importó que estuvieran los otros tres en el coche, sentí sus manos por todo mi cuerpo, el vestido casi lo sentía en el cuel lo pues me lo había levantado para poder acariciarme la vagina por encima de mi tanga; de repente, empecé a sentir más de dos manos en mi cuerpo, los otros amigos también me estaban metiendo mano por todos lados, el alcohol y la excitación hicieron que no me quejara, al contrario, disfruté como me tocaban, Alberto bajo los tirantes de mi vestido y como no llevaba soutien mis senos quedaron libres para que me los besara haciendo que mis pezones se pusieran otra vez duros, las otras tres manos acariciaban mi vagina por encima de la tanga, las piernas y glúteos alternado para tocarme entre los tres. El que iba al volante preguntó que hacia donde nos dirigíamos, y sin pensarlo dije que a donde ellos quisieran, me dijeron que me llevarían a un motel, mi ganas de estar con Alberto hicieron que no me importara prejuicio alguno. Me llevaron a un motel a la salida de la ciudad, cuando llegamos me acomodé un poco el vestido baje del auto y subí a la habitación con Alberto, nos recostamos en la cama y allí comencé a acariciar su pene por encima del pantalón y él siguió tocándome los glúteos y piernas. Después, él se puso de pie y yo me senté el la orilla de la cama, le acaricié por encima de la ropa el pene y pasé mi lengua por encima del pantalón, metí la mano por la cintura y se lo toqué con la mano, abrí su zipper, le saqué el pene, se lo acaricié con ambas manos, lo pasé por toda mi cara, me gusta sentirlo rozando toda mi cara, se siente delicioso, me encanta el pene, lo llevé a mi boca despacio metí solo la cabecita a mi boca lo chupé por unos segundos, sintiendolo caliente muy rico, pasé mi lengua por la rayita, me encanta el liquidito que sale, la metía cada vez más adentro de mi boca me tomó por el cabello e hizo que me la metiera toda en la boca, la sientí hasta el fondo de mi garganta sientiendo sus vellos en mi barbilla. Poco a poco sacaba y la succionaba toda al salir, sentía dentro de mi boca como poco a poco se ponía más grande y más caliente. Estaba tan entreteniada en lo que hacía que jamás pensé que los otros también subirían, pero antes de que me diera cuenta ya estaban los tres en la habitación, el grado de alcohol que llevaba en la sangre me liberó de tabús y deje que me siguieran metiendo mano por todos lados. Dos de ellos me quitaron el vestido por ariba quedando únicamente en tanga, liguero y medias, mientras ellos también se desvestían quedando completamente desnudos mostrando sus cuatro penes erectos, mis ojos no daban crédito a lo que estaba viendo, me senté a la esquina de la cama rodeada por ellos de pie frente a mi, halé a Alberto hacia mi, empecé de nuevo a besar su pene, otro de ellos me acercó el pene a la cara, y sin pensarlo lo metí a mi boca, sacando el otro, y los otros dos ni tardos ni perezosos, se acercaron también, y también se los chupé, tenía cuatro penes erectos y dispuestos a mi entera disposición, algo que ni en mis más profundas fantasías había soñado. Metía cada uno de esos penes a mi boca llegando a una excitación tal que mi vagina pedía a gritos ser penetrada, después de unos minutos de alternarles sexo oral a los cuatro, ya estaban a punto de venirse, por lo cual los detuve y les dije que todavía no quería que terminaran. así es que les dije que me besaran ellos, me acostaron de espaldas sobre la cama, uno se inclinó sobre mi pelvis, me abrió las piernas, sumergiendo su cara en mi vagina, separando con su lengua mis labios vaginales, jugando con mi clítoris y metiendo a fondo su lengua dentro de mi; otros dos de ellos, mientras tanto, me besaban los senos haciendo que se pusieran muy rígidos haciendo que descargas de electricidad recorrieran todo mi cuerpo y que no me pudiera estar quieta sobre la cama. De pronto sentí como el que me estaba besando la vagina levantó mis piernas y me empezó a penetrar, el cuarto me acercó su pene a la boca, lo tomé por los testículos y me lo llevé dentro, y en ese momento tenía dos penes dentro de mi, sentí riquísimo mi cuerpo empezó a temblar y mi primer orgasmo invadió mi ser, todos querían poseerme, se fueron turnando los cuatro en las dos posiciones, el olor a sudor y sexo de los cinco hizo un ambiente delicioso en la habitación, el sonido de mi vagina mojada siendo penetrada era muy cachondo, fueron terminando uno a uno dentro de mi vagina. Habiendo terminado bañada en s udor me metí a bañar, mientras escuche como dos de ellos decían que irían por más de tomar y cigarrillos, cuando estaba en la regadera pensé en lo bien que me había sentido y me comencé a excitar de nuevo, pero cuando salí de la sala de baño los otros dos estaban casi dormidos, así es que me acosté a dormir yo también. Cuando regresaron los otros dos, yo estaba semidormida boca abajo en la cama, sentí como uno de ellos levantó las sábanas dejándome al descubierto y poniéndose mi piel chinita, con sus manos me acariciaba los glúteos y poco a poco los separaba sintiendo como su lengua cálida las recorría todas tratando de meterla en mi ano; se volvió a desvestir y siguió dándome lengua hasta que pudo penetrarme, luego lo hizo con un dedo dejándome lista para lo que tenia en mente, se montó atrás de mi aprisionó mis piernas juntas con las suyas, me separó los glúteos con las manos y me introdujo lentamente su pene por el ano, solté un grito de placer y dolor, el cual hizo que los otros nos vieran y oyeran mis gemidos volviéndose a prender, me bombeó introduciéndola cada vez más varias veces hasta meterla toda y sin sacármela, despues de varias bombeadas y gemidos dimos un giro sobre la cama quedando debajo de mi y yo viendo hacia el techo, apoyé mis pies sobre la cama separé mis piernas y levanté un poco mi cadera, para permitir que siguiera entrando y saliendo de mi ano, en esta posición deje mi vagina lista para que Alberto se hincara frente a nosotros y me penetrara por la vagina, me dolió mucho pero a la vez sentí riquísimo y los otros como no se querían quedar sin nada se acercaron a mi boca para que se los chupara. me penetraban durísimo, hubo un momento que quería parar, pero ya los había dejado llegar demasiado lejos, así es que siguieron penetrándome con furia, tenia tres penes dentro de mi algo que jamás imagine, estaba en el cielo, llegue a mi segundo orgasmo, este fue más fuerte que el primero. Cambiaron posiciones pero ahora me pusieron boca abajo, los que estaban en mi boca, uno se pasó abajo de mi, y otro atrás de mi, y los otro dos se pasaron para el frente para que les besara el pene, en ese cambio duramos poco puesto que ya estaban muy excitados el primero en venirse fue el que estaba en mi ano, sentí como su semen me llenaba por detrás, luego siguió el que me penetraba en la vagina, después Alberto me dijo que si podía eyacular en mi boca, y le dije que lo hiciera, así que terminó en mi boca y después lo hizo él otro también en mi boca. Yo seguía prendidísima, así es que le seguí besando el pene Alberto hasta que se lo erecté de nuevo, lo acosté en la orilla de la cama con sus piernas colgando, me subí arriba de él y lo cabalgue por un rato, el pobre estaba que no podía, pero pudo eyacular, entonces como los otros tres ya se iban prendiendo, acosté al que ya la tenia más parada y lo cabalgué igual y así a los otros dos, uno de ellos ya no se pudo venir, pero los otros dos si, así es que en una noche tuve más pene y semen dentro de mi y de tantas maneras del que se puede imaginar. Así fue como sin pensarlo me inicié en el sexo en grupo, en historias posteriores te platicaré más de mis aventuras sexuales.

1 comentario - Llamemos la Barbara