Relato erotico; ¡Pero oficial Caitlyn!

Sipnosis

Relato fantasioso utilizando el personaje de videojuegos Caitlyn, la que llegará a ser la oficial favorita de algunos y ya lo es de muchos, está por capturar su proxima presa, con la cual podremos descubrir ciertas cualidades con respecto a sus gustos, disfruten


Consejos

Se recomienda encaresidamente leer el relato con la música puesta, solo deja el vídeo con la musica de fondo, link aqui abajo, al final doy los correspondientes creditos.



¡Pero oficial Caitlyn!




link: https://www.youtube.com/watch?v=8u7aqCcKf2c

Alguna vez se han tenido que hacer la pregunta ¿para que soy buena? ¿Qué es lo que me divierte? ¿Qué es lo que quiero? Seguramente en algún momento de mi vida, debí errar en la respuesta, o dar justo en el clavo, sea como sea, si es que me equivoqué en mi oficio o no, doy lo mejor de mí y por eso es que esta obra de arte será aún más impecable que la anterior, quizás el robo que cometeré hoy no será perfecto, pero será el mejor que haya cometido, por lo menos, hasta que comenta otro.

O al menos esa era la idea, pero heme aquí, corriendo bajo la lluvia en contra de este intenso viento, huyendo por un crimen que no cometí, por un crimen que no tuve la oportunidad de cometer ¡MALDITA SEA! No me lo creo, no es posible que me atrapen la única vez que soy inocente.

Necesito descansar, he conseguido un instante para respirar, de momento, esta escalera de emergencia en caso de incendios y mi traje negro para confundirme con la noche son mis mejores aliados, me acostaré aquí mismo, debería estar segura aunque sea unos instantes, esta lluvia de gotas tan delgadas me ha puesto nostálgica, esta mañana cuando me miré en el espejo no había notado ningún cambio, una chica alta, piel bronceada, cabello moreno, lacio y largo hasta el muslo siempre dejando que cubra un poco el lado izquierdo de mi rostro, frente no muy amplia, ojos grandes y verdes, labios gruesos, cuerpo atlético, con un poquito de musculo en los brazos y en las piernas, sin descuidar mi trasero claro y mis pechos, no son pequeños para causarme complejos ni grandes para darme problemas a la hora de correr, pero ahora me doy cuenta de lo indiferente que he sido conmigo misma al no percatarme de lo fría que se había vuelto mi mirada incluso para mi propio ser.

Tengo que continuar, despiste a la mayoría, solo me seguía un sujeto más, puede incluso que haya desistido, asome mi cabeza con el cuidado que no suelo tener, y baje lo más silenciosamente posible, pero en cuanto mis pies tocaron el suelo de aquel callejón pude escuchar un sonido tres veces más fuerte de como cuando abres una navaja, mi cabeza se movió hacia atrás, mientras mi pie resbalaba con una lata, esquivé lo que sea que me dispararon, no creo que esta persona esté usando un arma normal, miré por un segundo a mi perseguidor, distinguí unas gafas oscuras que reflejaban la poca luz que se colaba desde los departamentos y una persona algo pequeña y delgada, para cuando estaba cargando un segundo disparo mis piernas ya se habían empezado a mover, pude escuchar mientras doblaba en el siguiente callejón como sus labios hacían un sonido de insatisfacción por no alcanzar a disparar de nuevo, pero me sentía su presa, un par de disparos desviaron mi dirección y me adentré a un edifico en construcción, ese es mi terreno, me sentía en ventaja o al menos mi estado de ánimo subió, me oculté de manera que pudiera emboscarla cuando entrara por la zona donde me encontraba, me sentía agitada, dejé de escuchar la lluvia y escuchar mi propia respiración me estaba desesperando, así que trate de calmarme respirando profundo, comencé a escuchar sus pisadas, eran lentas y cuidadosas, me estaba buscando, pero no lograba identificar que tan cerca estaba, de repente lanzó algo al piso cerca de donde estaba, era una trampa de esas que te apresan si las pisas, ¿¡estás de coña!? No soy un animal, me mantuve atenta para ver el momento en que cruzara cerca de mí, el momento se acercaba, sus pasos estaban cada vez más cerca, veo la punta de su rifle, llegó el momento, con mi brazo izquierdo abrace al rifle para que no lograra apuntarme al cuerpo, mientras intentaba golpearla con la derecha a puño cerrado, creía que bastaría con esto pero mantuvo su defensa como si de un boxeador se tratara, sin embargo al fin pode verla, era una chica, la impresión me hizo dudar un segundo y en ese momento ella soltó el rifle para tener ambas manos libres, me golpeo los costados lo que me hizo aflojar el cuerpo, intentó aprovechar este momento para tomar el rifle de un tirón pero resistí su peso, aun así ella logró patearme aprovechando mi propia resistencia, no pude evitar ceder el rifle en ese momento, me apuntó y disparó, el sonido del disparo hizo que me creyera muerta por un instante.

Ahora me siento bastante estúpida, por ser atrapada por alguien que usa literalmente un red para atrapar a la gente, ahora me encuentro en la sala de interrogatorios y la agente que me hará las preguntas es la misma a la que le debo el favor de estar aquí, una tal oficial Caitlyn.

No importa cuánto la mire, ella es extraña, no parece una novata pero es joven, delgada y su piel es clara, su cabello es lacio y cae por debajo de su cintura, es de color negro pero a contra luz parece azul, su rostro es delgado, tiene unas cejas muy delgadas yo diría que se las arregla seguido, su nariz es pequeña, delgada al igual que sus labios, suele llevar sus grandes lentes puestos pero cuando se los quita, puedes ver unos ojos rasgados con una mirada muy profunda, da la impresión de ser una persona seria pero cuando cruza la mirada contigo, sonríe, como si no intentara intimidarte pero después te da la impresión de que más bien no necesita hacerlo, su uniforme es simplemente único, tiene colocada una corbata algo pequeña de color negro en un cuello de camisa formal el cual es un accesorio independiente a su camisa de oficial, es decir este cuello y corbata no está unido a su uniforme, su camisa por otro lado deja abierto un enorme escote que simplemente no puede contener el enorme par de pechos que tiene, simplemente son más grandes que las mías, se puede apreciar claramente el bra negro que necesita para contener los pechos en los que se pierde la punta de la corbata que usa, este uniforme protege más sus hombros que su cuerpo ya que tampoco cubre su ombligo, dejando ver así su pequeña cintura, usa los típicos guantes que dejan los dedos desnudos, y una falda que es lo suficientemente corta como para que me pregunte como me alcanzó, en sus piernas tiene unos cinturones amarrados que no parecen tener ninguna función que yo pueda notar y unas enormes botas todo terreno que terminan justo en la rodilla.

La pequeña sala de interrogatorio a la que me trajo era pequeña, pero no parecía tener truco, no tenía espejo ni cámara, solo una puerta, dos sillas y una mesita, quizás esta era la zona donde traían a las personas con las que buscaban hacer tratos, eso me daba confianza, eso y el hecho de saber que no encontraron en mí, lo que creían que yo había robado, pero me había encontrado en la escena así que tampoco tenía todas las cartas a mi favor y además estaba ella, cuando ella se acercaba, una gran parte de mi sentía que no podía estar segura de nada.
Entró a la habitación cargando una pequeña mochila que dejó en un rincón, yo estaba sentada en la silla frente a la mesa, se quitó sus gafas y colocó la mesita a un lado, de manera que ella podía recargarse en la mesa si quería pero sin que hubiese nada entre nosotras, cruzó las piernas y empezó a mirar lo que parecía mi expediente, creí que empezaría a hablar interminablemente pero era todo lo contrario, solo estaba sentada en frente de mí y hojeaba y hojeaba, su cuerpo estaba dirigido hacia a mí pero su rostro solo veía los papeles en la mesita de su derecha, me estaba poniendo inquieta, comencé a mirarla un poco mejor, su cuerpo aún estaba mojado por estar persiguiéndome, sentí que lo único decente de su traje es que no se transparentaba con la lluvia, eso me hizo pensar en sus piernas y las mire sin pensar demasiado, su falda no era ningún impedimento para poder apreciar esas piernas hasta donde la mirada me alcanzara, sin embargo el perfecto cruce de piernas que mantenía no me dejo ver nada más que el tono claro de su piel, cuando levanté la mirada, noté que me veía de reojo, lo que me hizo sentir una desvergonzada y lo peor es que la expresión de sorpresa de mi rostro no hizo más que confirmar lo que seguramente ella estaba pensando, una vez más creí que me diría algo, pero solo dirigió la mirada una vez más a los papeles y con un movimiento que por lo menos a mí me pareció lento, mojo su dedo con la lengua y paso a la siguiente página, sentí algo extraño, me sentí molesta, pero no entendía la razón, solo sé que algo me molestó en ese momento, me molesté con ella, de repente se levantó y me mostro una pequeña llave, entendí que me quitaría las esposas, me habían colocado una en los pies al llegar y ella me había colocado una en las muñecas al atraparme, al fin pude escuchar su voz, era profunda pero suave y muy femenina, pero su tono, el tono de voz con el que solía hablar siempre tenía una carga de ironía, me dijo que me quitaría las esposas y que antes tendría que revisarme para cerciorarse que no escondía nada, también me dijo “lamento estas esposas, las de peluche las deje en la casa” esta chica empieza a darme miedo, se colocó atrás de mí y movió la silla un momento, mi traje negro era un traje muy pegado al cuerpo, de tirantes y con escote en la espalda, parecido a un traje de baño y precisamente la parte superior termina justo en mi entre pierna, en la parte inferior traía un simple short negro, levanté mis manos y colocó las suyas desde la altura de mis muñecas, comenzó a bajar y sus manos iban acariciando mis brazos, hasta llegar al orificio del traje de donde salían mis brazos y los rodeo con sus dedos hasta meterlos un poco, sentí que sus manos querían entrar en el traje y me puse un poco nerviosa, sus dedos acariciaron mis costados y después con ambas manos rodeo mi cintura y comenzó a tocarla con las palmas abiertas, al hacer esto su cuerpo se pegó al mío y sus pechos tocaron mi espalda, sus manos ascendieron desde mi ombligo poco a poco, cada vez más cerca de mis pechos, hasta que el dorso sus manos alcanzaba a rozar mis pechos por encima de mi traje, podía sentir su aliento en mi cuello mientras sus brazos me rodeaban, una de sus manitos comenzó a bajar hasta llegar a mi short, entonces con un movimiento delicado pero decisivo, usando solo sus dedos índice y pulgar quito un botón, esto me hizo morderme el labio inferior, después quito el segundo y último botón al hacer esto solo le tomo medio segundo para ágilmente explorar dentro, su mano no estaba tocando ninguna parte de mi cuerpo de manera intencional, ni siquiera lo intento, solo exploró dentro de mi short y movía su mano de un lado a otro, la sacó y esto me hizo sentir aliviada pero al mismo tiempo el coraje que se me había formado de ella se hizo ligeramente más grande, creo que mis cejas se fruncieron un poco al tener este sentimiento y pude sentir como a en mi espalda se formaba una sonrisa justo en su rostro, pero estoy segura que si hubiese volteado no hubiese visto ninguna mueca en particular en su lindo rostro… ¿lindo? Como sea, me dio a entender que la revisión había terminado y me quito las esposas.

Me senté en la silla al tiempo que suspiraba, pero no tuve ni un par de segundos para relajarme cuando estaba sintiendo caer su peso sobre mis piernas, sentí que necesité abrir los ojos con fuerza y me sorprendió encontrarme con su rostro tan cerca del mío, sus brazos cayeron en mis hombros y se agarró las manos por detrás de mí nuca, sus ojos estaban tan cerca de mí, pero mi mirada titubeaba entre fijarse en su mirada profunda o en sus carnosos labios, ella me dijo con una mirada seria pero sin parecerlo que necesitaba información, mientras terminaba esa frase, pegó su frente a la mía, me dijo que necesitaba que le dijera todo lo que sabía y que se lo dijera con todo detalle, no podía entender porque unas palabras tan simples me estaban poniendo nerviosa, tal vez era porque a esa distancia cada que hablaba podía oler su aliento y se sentía tan caliente, el tiempo que me distraje en eso fue suficiente para que al volver a reaccionar ella ya estaba sacándome el traje, cuando reaccione mis pechos ya se asomaban por fuera y ella se había detenido justo en ese punto en el que el traje se atora en los pezones, en el momento en que ella se percató de esto, jaló mi traje hacia mi propio cuerpo y comenzó a levantarlo lentamente, con esto apretaba mis pechos con mi propio traje usando mis pezones de anclaje, así iba alzando mis pechos mientras levantaba mi traje, cuando sintió que mis pezones se zafarían, pego su nariz a la mía, sus labios rozaban los míos y levantó el traje por encima de mis pechos, sentí como mis pechos rebotaron un poco, pero ella no los miró, solo me miraba directo a los ojos, levanté los brazos para que terminara con lo que había empezado, pero se detuvo cuando la ropa cubría parte de mi rostro allí fue cuando sentí sus labios en los míos, no era un beso, solo los había acercado lo suficiente como para que se tocaran, pude probar parte del sabor de sus labios, me incline hacia adelante en busca de su beso pero ella solo lo aprovecho para terminar de sacarme la ropa, cuando la miré ella tenía los ojos cerrados y una sonrisa en su rostro como el de una niña que está haciendo una travesura, no me pude resistir, jalé su camiseta de policía y le arranque los botones, ella seguían sentada encima mío, pero se había inclinado hacia atrás, se había quedado inmóvil un momento, ya no me miraba, se veía molesta, se levantó con un aire de indignación y simplemente no podía entender la razón del cambio tan brusco, buscó por el suelo sus botones, cuando encontró el primero se agachó desde la cintura, pude apreciar la ropa interior que tenía puesta, era una tanga de color negra, un poco delgada que se ajustaba en la orilla donde terminaba su nalga con un tirante, mientras ella recogía sus botones, me hice una buena idea de la curva que formaban sus labios, al levantarse, dejó los botones en la mesa junto con su camiseta, permitiéndome ver sin ningún obstáculo el brasier que usaba, creía que sus pechos se veían grandes solo por lo pequeña de su camiseta, pero simplemente eran más grandes que las mías, me tapé los pechos con mis manos y creo que esto le pareció tierno, su rostro recuperó la dulzura y sonrisa que tenía al comenzar todo, se movió hacia a mí pero esta vez quise alejarme, me levante de la silla y di unos pasos atrás, pero ella no dudó se abalanzó encima mío y llegamos ambas al suelo, me di cuenta que mientras ella comenzaba a bajar mi short, su falda caía por si sola como si la hubiese desabrochado sin que me diese cuenta, la tome de los hombros y alejé su cuerpo a la distancia que me dieron mis brazos, ella en ese momento me miró de una forma que no hubiese podido imaginar en su rostro, me veía con los ojos abiertos, la cabeza ladeada y los labios hacían pico, como una pequeña cachorra cuando no entiende lo que está pasando, pero de las dos la que no entendía nada era yo, pero después de ver ese gesto en su rostro, comencé a ver su cuerpo y esa hermosa tanga que ahora podía ver de frente, desde ese ángulo podía notar como su tanga no le cubría su zona pélvica, solo le cubría la altura de la vagina, donde comienzan sus labios y así pude ver su corte, únicamente tenía un muy pequeño triangulo que apenas se asomaba fuera de su tanga, solo pude imaginar que el origen de su corte venia de su vagina y me lamí los labios de una manera discreta pero que ella pudo notar, al darse cuenta de lo que noté ella con un gesto repentino de vergüenza quiso voltearse y me dio la espalda cayendo encima mío, ella sonrió de la manera más tierna que había escuchado, ella se movía y aunque no sabía porque, no pude hacer más que abrasarla, pude escuchar como botaba su calzado hacia a un lado, no me atrevía a hacer moverme de mi posición pero ella dirigió mis manos hacia sus pechos por encima de su sostén, pude apretarlos y sentir lo suaves que eran, ella misma soltó el broche frontal y mis manos no duraron en acariciarlos y mimarlos, mientras hacía esto comencé a darle besos en el cabello, y en su mejilla, ella se levantó rápidamente sentándose en mi abdomen frente a mí, tomo mis manos con las suyas y se acercó a mi dándome un profundo y dulce beso, solo fue uno, pero duró lo que duran cien besos, o eso fue lo que pasó por mi cabeza, comenzó a bajar mientras me daba besos por el cuerpo, deteniéndose en mis pechos, los míos eran más firmes y le gustaba apretarlos con fuerza, les dio un beso a cada pezón y después les dio un chupetón a cada uno, terminando con una pequeña lamida en el segundo, como despidiéndose, siguió su recorrido y lleno de besos mi ombligo y múltiples lamidas en mi estómago, llego a mi pelvis y terminó de sacarme ese short, la mire por un segundo pero mi propio cuerpo no me permitía ver más que la mitad de su cara, justo a la altura de sus ojos, no podía ver su expresión completa pero solo su mirada me daba la sensación de que había cambia una vez más, sentí desconfianza de nuevo, sin embargo no pude pensar mucho, cuando comenzó a lamer, la sensación que provocó en mí, hizo que arquera mi espalda y buscara con mis manos algo a que aferrarme, podía sentir como recorría con se lengua mis labios a lo largo y ancho de todo mi sexo, lo hacía muy despacio pero con mucha firmeza, como si quisiera asegurarse de que sintiera todo lo que me estaba haciendo y lo sentía fuerte y claro, mis piernas se abrieron a su completa disposición y ella comenzó a darme besos profundos justo en mi vagina, podía sentir como su lengua entraba y hacía con mi ser todo lo que se le antojara hacer, quería sentir sus labios, su lengua quería sentirla a ella, separó su rostro de mi entre pierna pero dejó dos de sus dedos para no dejarme retomar fuerzas, sus dedos buscaban dentro de mí la manera de darme placer, acercó de nuevo su rostro y su lengua se concentró esta vez en mi clítoris, al tiempo separaba y juntaba sus dedos dentro de mí, intentó meterlos un poco más y para esto comenzó a moverlos en círculos, era una sensación deliciosa que me estaba volviendo loca, en los pocos momentos que giré para mirarla pude notar que ella nunca me quitó la vista de encima, como un depredador, apenas pude pensar una fracción de segundo en esto cuando sus dedos alcanzaron su objetivo dentro de mí, mi punto G empezó a ser presionado, apenas lo podía alcanzar con sus dedos pero, lo presionaba con ambos como una tenaza y la sensación era demasiado, el éxtasis me invadía y comencé a gemir, quise evitarlo pero cuando notaba que me resistía, lo hacía más fuerte o más rápido, ella quería oírme gemir y me escucharía todo lo que quisiera, tanto como ella quisiera o lo que mi cuerpo resistiera, de un momento a otro sentí una fuerte presión bajo mi cadera, mi cuerpo pasó de estar caliente a frio y mis piernas comenzaron a temblar, ella se había detenido, estaba justó allí, al final de mis piernas, mirándome, con una mirada un poco fría, pero me sonrió de nuevo, se acercó a mi rostro y mi mano tocó su vagina por encima de su tanga, la acaricie un poco, yo también quería conocerla a ella, pero cuando la mire a la cara, su rostro estaba oculto en su cabello, de nuevo parecía molesta, me detuve de tocarla de inmediato, se levantó, su tanga estaba a medio caer y al dar un par de pasos se calló por completo, únicamente le quedaban su corbata, guantes, sus cinturones y en general sus accesorios, caminó en dirección a su mochila y sus nalgas formaban una línea en su trasero en cada paso que era imposible no fijar la mirada en ello, cuando regresó a mí me pasó lo mismo al ver su pelvis y su vagina descubierta, como había imaginado su pequeño corte pélvico era un pequeño triangulo que salía del comienzo de sus labios, labios de color rosado claro, que no salían demasiado, sus pezones eran del mismo color rosado claro y eran algo grandes aunque la aureola en cada uno de sus pechos no era muy grande, yo estaba exhausta y no sabía que pensar, tenía miedo, sin embargo lo que me preocupó era que, tenía miedo de que ella estuviese enfadada conmigo, eso me asustaba y no podía entender por qué, mientras estaba sentada, ella se acercó de manera que su vagina quedaba justo en mi cara, pero no me dejaba tocarla, me tomó del cabello y me besó pero no era el mismo beso de antes, esta vez me sentía su propiedad, quería que me quisiese, quería que me amara, quería que sintiera lo mismo que yo, quería que me tratara de la manera en que quiero tratarla, ¿me había enamorado? ¿Me había obsesionado? ¿Me había hecho esclava de una ilusión o una mala interpretación? Da igual el nombre que decida ponerle a este sentimiento y a esta situación, ella era lo que es, una persona que no puede ser complacida por otra persona, solo ella sabe lo que quiere y como lo quiere, solo ella sabe complacerse y los demás somos un medio para hacerlo, ella lo sabe y se acepta tal cual es, no importa que tan despreciable o admirable sea, ella es así, ella no es la persona que yo quisiera para estar a mi lado y robarle su corazón, no importan estas lagrimas que me brotan mientras pienso esto, no importa que yo desee con todas mis fuerzas que ella fuese diferente, que ella sea la persona que quiero que sea, simplemente no lo es, este es el punto en donde me pregunto qué han hecho otras, ella me miró un momento y recogiendo un par de prendas parecía lista para empezar a retirarse, la tomé del brazo y antes de que hiciera nada le di un beso justo en sus labios, pero sin sujetarla, fue un beso algo rápido, puse mi frente justo en la suya, mi respiración estaba agitada, no dirigí sus manos a ninguna parte de mi cuerpo, no es algo que tenga que hacer si ella quiere hacer algo, tampoco intenté tocarla, solo ella sabe cómo tocarse, soltó las cosas que había agarrado y me devolvió el beso mientras trepaba su cuerpo en el mío haciendo que tuviese que cargarla, la deposite en el piso y nuestros besos se acariciaban mientras nuestros pezones intentaban encontrarse, pude sentir como dirigió mi mano a su vagina mientras ella comenzaba a tocarme la mía una vez más, ella estaba increíblemente húmeda y gemía con cada caricia, como una chica nueva en el sexo, gemía con facilidad y sus gemidos se perdían en nuestros besos, sin darnos cuenta nuestras manos nos acariciaban en espejo, no sé si era yo quien hacia todo lo que ella me hacía o ella hacia todo lo que yo le provocaba, lo que sí sé es que nos complacía la misma caricia, no tardamos demasiado en darnos cuenta que nuestras piernas se estaban cruzando impidiendo que nos pudiéramos acariciar con facilidad, nos levantamos un poco creyendo que nos acomodábamos para poder tocarnos pero, nuestras vaginas estaban tan cerca una de la otra que comenzamos a hacer un movimiento pélvico por inercia, ambas nos recostamos sobre nuestras espaldas mientras juntábamos los labios vaginales lo más que podíamos, mientras hacíamos este movimiento, con mucho esfuerzo estiro sus brazos hasta alcanzar la mochila que había dejado, de ella saco un juguete, que al mostrármelo, ambas sonreímos como si nos avergonzáramos de lo que íbamos a hacer, colocó un estreno del juguete en la su vagina y el otro extremo en la mía, comenzamos a empujar, noté como sus cejas se arquearon al igual que la expresión de placer en mi rostro aumentaba, hasta que nuestras vaginas volvieron a juntarse, esta vez no estábamos sobre nuestras espaldas, sino que teníamos una pierna estirada a lo largo del piso y la otra pierna recogida, así que poco a poco nuestros cuerpos estaban más cerca, la tomé por la cintura y la levanté con mi cuerpo, este movimiento parece haberle dado mucho placer, ya que cerró los ojos y gimió, pego su cabeza en mi hombro y me abrazo con las piernas y los brazos, la coloqué sobre la mesa con un poco de fuerza, no la azoté pero estoy segura que sintió cuando la deje caer, mientras nuestro juguetito seguía dándonos placer en cada movimiento que la otra hacía, aproveche esta situación para lamerle sus pechos, no podía resistirme ese color rosado claro tenía que probarlo, eran unos pechos suaves que se movían en cada lamida y en cada beso que le daba, ella con sus manos empujaba mi cabeza como si quisiera que la besara con más fuerza, m volvió a abrazar con piernas y brazos y la levanté hasta que me senté en la silla donde comenzó todo, ella comenzó a saltar de manera que empujaba el juguete con fuerza para ambas, lo hizo repetida veces y sentí como el calor de nuevo invadía mi cuerpo, en un momento ella dejó de brin cotear y solo movía su pelvis en círculos, cuando empezó a hacer esto me fijó una mirada seria, pero esta vez era una mirada que buscaba señales de placer en mi rostro y encontró todas las que quiso, estaba a punto de explotar y esto terminó de excitarla a ella también, alzo su cabeza como tirando el gemido lo más lejos que pudiese y llenó toda mi entrepierna de la culminación de su excitación, al mismo tiempo dejaba caer su cuerpo sobre el mío y el mío sobre la silla.

Pude sentir como me iba quedando dormida poco a poco, lo último que miré fue su lindo rostro descansando en mi pecho.

Después de eso no estoy muy segura, sé que ella se había ido antes de que yo recordara donde había estado y para cuando me di cuenta me llevaban camino a mi celda, por alguna razón me informaron que solo estaría allí un par de días por otro delito que no era robo, creo que me dijeron que era allanamiento pero que no habían encontrado nada y que no me preocupara, realmente no entendí muy bien pero no era ese el asunto que pasaba por mi cabeza, solo pensaba en ella y pensaba si ella pensaba en mí, seguramente si me volviese a encontrar me trataría como si nunca me hubiese visto y aunque era triste, pensar que sabía que esperar me tranquilizaba, me senté en la cama de abajo dentro de mi celda y el guardia se despidió diciendo “más vale que se lleven bien” al tumbarme en la litera suspiré, una trenza azul se dejó caer desde la cama de arriba y al momento escuchaba una voz que decía “parece que alguien sucumbió ante la autoridad” le contesté que era obvio si me encontraba en una celda y ella me respondió

“no me refiero a eso, es una pulcritud tan patética, ya debes de saber que aunque te liberen seguirás siendo su prisionera, pero no por mucho tiempo, empecemos desde el comienzo, ¡Haz estallar el Sol!, cuando te saque de ese trance volverás a ser tu misma, ¡Solo un poco más de energía! Quiero probar algo divertido ahora mismo, te enseñaré los placeres de la anarquía”








Creditos

Pese a que el relato es de mi total autoria, el personaje de "Caitlyn" pertenece a la compañia de RIOT GAMES.

La musica son diversas versiones de "FADE by Alan Wake"

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