Un verano caliente. Capítulo 6

Un verano caliente. Capítulo 6

Esta es la historia de Julián, un chico de 23 años que después de pasar el mejor verano de su vida nos cuenta las historias que vivió y nos mantiene calientes en este invierno frío. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…


Capítulo 6: Cena de fin de año
Ese domingo me levanté diferente. Después de mi noche con Soledad estaba convencido de que podía cogerme a cualquier mina que quería, en especial a Cecilia. El único inconveniente era hacerlo sin que Noelia se enterara, más que nada para no generar quilombo al pedo. L primero que hice fue contarle a Rodrigo sobre mi noche con Sol, a lo que el me contestó que lo suponía. Y después de eso me fui al club.
Ema y Valentín estaban sentados con Tatiana, Paula y Florencia. Me senté con ellos y les pregunté por Cecilia y me dijeron que estaba medio enferma y como se quería recuperar para la cena de fin de año del club, se había quedado en la casa. Por lo que tenía que esperar para poder llegar algo con Ceci.
La que no tenía casi ningún disimulo en hablarme y buscarme era Noelia. Solía dejar a las tetonas de lado para venirse conmigo, me buscaba cuando estaba solo generalmente e intentaba calentarme tocándome la pija y apoyándome las tetas en la espalda. El mismo martes de la fiesta le puse un freno a eso del medio día cuando le dije que dejara de buscarme porque no quería que todo el club se pensara que estábamos de novios.
- ¡Ya sé que no estamos de novios!- Me dijo algo ofendida.
- ¿Entonces?- Le pregunto.- No quiero que la gente piense algo, cuando no pasa nada.
- ¿O sea que soy solo la puta con la que te sacas las ganas?- Me pregunta algo enojada.
Pero no llegué a responderle que se fue. Me sentí bastante mal por el resto de la tarde. La vi unas horas después al otro lado de la pileta y no parecía muy feliz. Incluso cuando me pasó por al lado justo cuando yo me estaba yendo a mi casa para cambiarme, me miró con una cara de odio total.
No sabía muy bien qué hacer. No quería dejar las cosas así de mal, me interesaba tener la relación que tenía antes, pero tampoco quería que Noelia se volviera la pesada que estaba encima de mí todo el tiempo con el fin de ponerse de novia. Le mandé un mensaje diciéndole que yo no pensaba que ella era una puta y que si tenía ganas esa noche me gustaría hablar con ella. Pero no recibí respuesta.

A eso de las 9 fuimos con mi familia al club, esta vez bien vestiditos y bañados. Las chicas aparecieron todas producidas. Cecilia tenía un short que le resaltaba todo, una musculosa de colores y un peinado que la hacía muy linda. Luciana y Estefanía, las hermanas, se fueron vestidas las dos iguales pero de colores distintos y lo mejor de todo es que las remeras que tenían puestas les resaltaban las tetas a más no poder. Tatiana estaba más formal, con un pantalón largo y una camisita suelta blanca. Al lado estaba Emanuel con un jean y una chomba que lo hacía muy canchero y no paraban de apretar. Busqué por todos lados a Noelia, pero recién la vi cuando nos sentamos con los chicos.
Estaba hermosa. Una pollera que le llegaba arriba de las rodillas y una remera que le tapaba la espalda, pero dejaba descubierto casi todo el frente, las tetas, parecía que le iban a explotar. El pelo lo tenía tirado para el costado y se había maquillado de una forma que le resaltaban los ojos hermosos que tenía. Pero pasó por al lado mío y ni me miró.
A pesar de que la intención de la cena era ser formal, siempre terminaba siendo algo muy familiar. Entregaron varios premios a la escuelita de futbol y de otros deportes, al equipo de natación por salir segundo a nivel nacional y a las chicas de hockey (las culonas incluidas) por salir 3ras en un torneo provincial. Después de una buena comida empezó la joda, lo que hizo que de a poco la gente grande y los chicos se vayan yendo de. Cerca de las 2 de la mañana, la gran mayoría de los que quedábamos éramos de 18 hasta 30 más o menos.
Terminamos bailando con Cecilia y sus amigas, incluida Martina, una chica un año menos que ellas pero que se juntaba mucho con las culonas (la nombro porque va a ser importante en la historia), ya que Emanuel y Tatiana no se podían despegar y para sorpresa de todos, Valentín y Florencia terminaron a los besos en el medio de la ronda de baile. Pero de a poco me fui alejando al ver a las tetonas por ahí. Una vez que estaba ahí nomás de ellas Noelia se empezó a alejar. A pesar de que Mariana me dijo que no la siguiera, yo lo hice. De a poco nos fuimos alejando del grupo de gente hasta que ya estuvimos bastante alejados. Noe se paró en seco y se dio vuelta.
- No quiero hablar con vos.- Me dijo. Parecía que iba a llorar.
- ¿Entonces por qué te alejaste de todos?- Le pregunto sonriendo. Al ver que no decía nada seguí hablando.- Noe yo no creo que seas una puta y tampoco te uso para sacarme las ganas, de hecho el año pasado solo cogíamos cuando vos querías.- No supe si era bueno aclarar eso, pero lo hice.- Lo que pasa es que no quiero estar de novio con vos, ni con nadie, y no quiero que la gente piense que soy exclusivo de alguien.- Ella me escuchaba atentamente.- Si te di otra impresión perdoná, pero para serte sincero, por ahora solo busco alguien con quien me pueda divertir, siempre y cuando esa otra persona se divierta igual que yo.
- Yo tampoco quiero ser tu novia.- Me dijo acercándose de a poco a mi.- Sos mi amigo y me gusta mucho cuando cogemos, pero siento que durante el resto del día me ignoras.
- Noe…- Quería cerrar el tema.- Te vuelvo a pedir perdón si te di una impresión equivocada. Yo te quiero, me gustas mucho y me calentás el doble,- Se rió.- pero por ahora quiero estar solo. ¿Podemos volver a la fiesta y divertirnos?
- No.- Me dijo seca. Dio un paso más hacia mi, me agarró de la cara y me besó.- A pesar de que estaba enojada con vos, verte así vestido con camisita y todo lindo, me calienta mucho.- Agregó cambiando la cara completamente.
Eso es lo que me encantaba de ella, que cuando se trataba de sexo no le importaba nada. Cuando Noelia se calentaba, solo había una manera de calmarla, dándole pija. Y eso es lo que iba a hacer. Nos seguimos besando con ganas ahí parados con la música que sonaba lejos de nosotros. Se escuchaban gritos que venían de la fiesta, pero no veíamos o sabíamos que pasaba ya que estábamos al otro lado de la cancha de rugby. Noelia empezó a manosearme la espalda y sabía lo que eso significaba.
- ¿Dónde querés que vayamos?- Le pregunto ya que hacerlo parados en el medio del pasillo que unía las canchas no era una opción.
- ¿Y si lo hacemos de parados contra el poste de rugby?- Me preguntó con cara de traviesa.
Yo accedí. Saltamos la valla que dividía el pasillo de la cancha y fuimos corriendo hasta el poste. Las luces estaban apagadas, pero se podía ver. A lo lejos, bien en la otra punta de la cancha, vimos que había dos chicos apretando fuerte contra una pared. Nos pusimos bien atrás del poste y Noe sin esperar un segundo se empezó a sacar la ropa.
Yo tiré la chomba al piso, me bajé el pantalón y el bóxer y acto seguido ella se arrodilló en frente mío para empezar a chupármela. La adrenalina me recorría la sangre, y la excitación empezaba a dominarme. Trataba de concentrar todo el placer en mi pija, pero de vez en cuando miraba para todos lados a ver si alguien nos veía, por suerte para nosotros no había nadie. Me dejé llevar un poco y me apoyé contra el palo, ella sin soltar mi pija me la siguió chupando como las mejores.
Se paró y se terminó de desvestir. Una vez completamente desnuda intentó sentarse sobre mi que seguía con la espalda apoyada en el poste. Al principio le costó, tuvo que abrir bien las piernas y sin embargo estaba un poco incomoda, pero se terminó acomodando y empezó a mover su cintura para adelante y para atrás cogiéndome. Mi verga bailaba adentro suyo, se movía para todos lados y con cada movimiento que daba, se oía el ruido del plástico que raspaba mi espalda. No nos importaba nada que alguien nos viera o nos escuchase.
- Vení.- Le digo moviéndome y parándome atrás de ella.
Apoyó las manos sobre la columna y bajó la espalda dejando el culo bien afuera. Me paré bien atrás de ella, flexioné las rodillas y empecé a cogérmela. La agarré de la cintura y empecé a darle bien duro. Noe se movía de adelanté para atrás con cada golpe que mis muslos daban en su cola. Estiré una mano hasta su hombro para agarrarla mejor y a ella se ve que le gustó porque me la agarró con su mano y me la apretó cuando empecé a darle más a fondo. Estaba en la plena.
- ¡Pará!- Le digo al ver que alguien venía caminando para nuestro lado por el pasillo.- Escondete.
Agarramos la ropa y nos paramos atrás del poste. Estábamos bien pegados el uno con el otro con el fin de escondernos, pero era obvio que si alguien miraba nos iban a encontrar. Se escuchaban gritos y risas… ¡Eran las culonas! Cecilia, Paula, Florencia y Martina venían caminando mientras a los gritos se reían y hacían comentarios. Noelia me miró sonriendo, su cara estaba a pocos centímetros de la mía. Me empujó para que mi espalda quedara contra el poste y se arrodilló en frente mío.
Volvió a chupármela con ganas, pero esta vez la sensación era otra. La adrenalina que recorría mi cuerpo porque nos llegaran a encontrar y el placer de una mina chupándome la verga se juntaron en una sola sensación. Y era increíble. De repente Noelia era la mejor petera del mundo, y a pesar de que mis hormonas estaban en mi verga, mis sentidos estaban en mi cabeza. Las culonas se acercaban. Cecilia se acercaba. Y en cuestión de segundos estuvieron a metros de nosotros. Nos podrían haber visto, nos podrían haber escuchado, pero siguieron de largo a la zona de la cancha de futbol. Pero la excitación no había pasado.
- Acabo.- Llegué a decirle a Noelia segundos antes de que el primer chorro de semen saliera de la cabeza de mi verga y fuera a parar derecho a su boca.
Para el resto de la leche logró ponerse en posición y conseguí que todo fuera a parar directo a sus tetas. Acabé una cantidad increíble. Al parecer toda la excitación acumulada en esos últimos minutos hizo que saliera hasta la última gota de semen que tenía en mi. Después de que se limpiara con unos pañuelitos descartables nos empezamos a vestir. Pero las culonas volvían.
- ¿Dónde se fueron?- Preguntó Florencia.- Te juro que los vi irse para este lado hace 15 minutos.- Antes eran solo sonidos, ahora que todo había terminado, se escuchaban bien claro.
- Capaz que la trola de Noelia se lo llevó entre los arboles.- Dijo Cecilia.
Noe me miró fijo a los ojos con cara de odio, no hacia mi, sino hacia las culonas. Estoy seguro que por su mente cruzó la idea de salir a saludarlas y mostrarles su pecho con algunos restos de mi leche, pero la contuve abrazándola.
La guerra culonas contra tetonas había empezado. Y yo estaba en el medio.


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2 comentarios - Un verano caliente. Capítulo 6

suaveplatense +1
Q lindo q se peleen pornun flaco
HistoriasDe
Lo mejor.
Gracias por pasar!
husardemomo +1
Muy bueno. La trama se complica.
HistoriasDe
Jajaja Muchas gracias