Un negro chantajea a mi madre

Mi nombre es jose, esta historia sucedio hace un año en casa viviamos mis padre(40 años), mama(35años), mi hermana (17 años) y yo(15 años). Mi madre tiene el cabello rubio y ojos verdes; tiene una tetas redondas y de buen tamaño, tiene un culo redondo, durito y paradito, un abdomen plano, que hace conjunto con su cintura estrecha y su hermosa cadera, de hecho si la ves de perfil puedes ver hermosas curvas desde su espalda hasta su culo, sus piernas tienen una exquisita forma también. Además mi madre tenía un modo muy provocativo de caminar, cada paso que daba meneaba su culo, su cintura y su cadera de un lado a otro, de un modo que es capaz de provocar lujuria a cualquier hombre con solo verla caminar. Mientras mi hermana era la version joven de mi madre.
Mi hermana conoció a un chico negro que era de un barrio bastante pobre y que tenía 25 años, se llamaba Juan, era alto y fornido, mi madre trataba que mi padre no se enterara, sabía que le molestaría que fuera de un barrio humilde y 8 años mayor que mi hermana. Por lo cual mi hermana jamás hablaba delante de mi padre. Mi madre permitio la relacion y juan visitaba la casa frecuentemente.
Un dia normal, llego a la casa a almorzarme y senté a la mesa comencé a notar una extraña tensión en el ambiente. Y no pareciera que mi mama hubiese preparado nada.
—Hola ma! y el almuerzo?
— tenemos que hablar?
— ocurre algo?
— que si ocurre algo!!!
Saco una de sus bragas y la puso en la mesa, estaban llenas de leche.
— Que chingados estas haciendo, porque te estas masturbando con mi ropa interior?, eres un cabrón pervertido!
— yo no fui!
— entonces quien? tu padre? por favor no me jodas!!!
—Mamá, por favor… Tienes que creerme. Yo no he hecho nada —dije, casi apunto de llorar y sali corriendo a mi cuarto.
Más tarde mi mama le conto todo a papa y yo permanecí castigado en casa, con el cuerpo dolorido por la paliza de mi padre, un pobre hombre que obedecía como un esclavo las órdenes de mi madre y trabajaba día y noche para que a ella no le faltasen buenos vestidos y caras cremas de belleza. En aquella situación yo sólo me aliviaba imaginando una venganza hacia mi mamá … y la ocasión se presentó pronto.
Una semana despues, otra vez entro en casa y me encuentro a mi mama con muy mala cara, con sus bragas llenas de leche en sus manos.
— Que no fue suficiente la paliza que te dieron?
— Me cago en satanás!!, que no he sido yo mierda!!!!
— No me hables en ese tono— dijo, sin embargo parecia que me estaba entendiendo— entonces ¿como explicas esto?
— Estoy seguro que el ese maldito negro que trajo mi hermana, y que tu permitiste entrar!
—¿Crees que ha podido ser Juan? —preguntó, comenzando a compartir mi sospecha.
—No le creo, estoy casi seguro. Piénsalo, mamá. ¿Quién si no podría haber sido?
—Ahora que lo dices… A veces se pasa un poco de la raya, con esos piropos que me echa. Hago como si no me importase porque creo que no lo hace con mala intención, pero a veces me incomoda bastante. Tengo que hablar con él. Hay que aclarar este asunto lo antes posible —dijo, con voz resuelta.
Mi madre de inmediato llamo por telefono a juan y le pidio que viniera a casa, a mi me dijo que preferia hablar con el a solas asi que me permiso para que saliera con mis amigos. Yo sali de la casa, sin embargo la curiosidad me gano yo queria ver como mi madre ponia en su lugar a ese maldito.
Entre por la puerta trasera y la sorpresa que me lleve fue que mi madre estaba de rodillas chupandole la verga al negro. Cuando parecía llegar a su límite reculaba, dejaba tras de sí un rastró de saliva, cogía aire y volvía a la carga. Juan lo disfrutaba, poniendo muecas y ayudándola con la mano buena. En un momento dado, pasada la mitad de polla bien mamada, mi madre tosiendo dijo:
- No puedo más, es demasiado grande.- Miraba al negro con cierta adoración.
No duraron mucho y el negro le bajó las bragas hasta los tobillos y terminó sacándoselas. Estaba listo para follársela, sorprendió hundiendo la cabeza en la entrepierna de mi madre. Mi madre gritó, tapándose a todo correr la boca, la lengua o los dedos, o ambos, habían encontrado su coño. Ella empezó a dar ligueros respingos, y gemidos, que como podía ahogaba. Llegó al punto de morderse el dorso de la mano izquierda, para alejar las ganas de gritar. Sollozó, no de pena, de puro placer, y se echó hacia atrás. El espejo a su espalda, lleno de polvo, marcó su silueta, revuelta, en cierta forma grabó el primer orgasmo de mi madre. Solo al final gimió alto.
La cosa no podía terminar ahí, el negro seguía palote. Esta vez sí se la iba a follar. El negro se incorporó y se colocó entre las piernas de mi madre, las sujetó de los tobillos para abrirlas bien. Avanzó, y su polla como un ariete le precedió en el asedio. Al notar el glande mi madre ya se tensó, y bufó. Por suerte para ella el negro no la clavó de golpe. Con cada centímetro ella gemía un poco, era imposible que mi padre tuviese un pollón así, y dudo de que algún hombre con el que ella había estado lo tuviese. Pasada la marca donde mi madre había detenido su mamada juan paró, dejó claro que ese iba a ser el límite. Colocó la mano buena a forma de tope y empezó a bombear.
Aunque fue despacio al principio estaba claro que el tamaño importaba a mi madre, que temblaba con cada golpe. Conforme aumentó el ritmo mi madre intentó ahogar sus gemidos, pero no sirvió, terminó enroscada al cuello del negro mientras este la martilleaba. Respiraba y gemía cada vez más fuerte, en un acto de piedad, con la mano herida, el negro la desbrochó la blusa. El sujetador, a juego con las bragas, fue el siguiente objetivo, por suerte tenía el broche delante. No tuvo que pelearse demasiado con este para, con un tirón elástico hacia los lados, dejar las dos tetas de mi madre al aire. Su piel era especialmente clara en ellas, una ligera línea de contraste las remarcaba. Los pezones rosados y grandes estaban completamente erectos. El negro no se pudo resistir, quién podría, y empezó a comerle las tetas a mi madre.
Los gemidos no cesaban. Estuvieron así casi por una hora. Al final los sonidos que emitía mi madre solo podían calificarse de alaridos, e incluso el negro gruñó para acentuar que había acabado, por cierto lo habia hecho dentro, no uso proteccion. Sali de la casa y regrese una hora despues mi madre estaba algo nerviosa y yo tambien. Odiaba a ese tipo pero si mi padre se enteraba mi vida se iba a la mierda.
Al otro día, cuando regrese del colegio entre a la casa. Solo estaban el negro y mi hermana y por el olor debieron haber estado follando toda la tarde. Ya no podía más tenia que parar con estos asi que decidi encarar a mi madre la cual llego una hora más tarde cuando el negro y mi hermana ya habian salido.
— Me puedes explicar que es lo que esta pasando aca— dije, bastante cabreado
— A q te refieres?— muy nerviosa
— A que a mi me mandaste a dar una paliza por algo que no hice mientras te follas al culpable, y permites que ese negro se folle a raquel! El maldito negro se las folla a ambas!
Me abofeteó por primera vez en su vida. Su rostro estaba tan demudado por la rabia que hasta enseñaba un poco los dientes. Encajé el golpe sin inmutarme y solamente la miré, con la dureza del más implacable de los jueces. Se quedó inmóvil unos segundos, al borde de un ataque de ansiedad, y de pronto se derrumbó. Enterró la cara de nuevo entre las manos y se sacudió al ritmo de profundos sollozos.
—¿Qué es lo que pasó, mamá? ¿Si realmente fue él quien mancho tus bragas por qué te comportabas de esa manera? Creo que merezco una explicación, después de que casi cargo yo con la culpa.
Mi madre se termino de derrumbar y entre chillidos me conto que no tuvo otra opcion, que juan la habia chantajeado. Ella hacia un mes habia salido con mi tia y algunas amigas y tomaron demás y todo se salio de control. Al parecer mi tia y mi mama terminaron en el apartamento de unos tipos los cuales hicieron con ellas lo que quisieron, estos eran muy amigos de juan y le habian pasado el video. Yo alegue que en nada me habia parecido algo forzado que ella definitivamente y me dijo que claramente que lo habia disfrutado, el sexo con mi padre no era tan bueno y que el negro tenia la polla más grande que hubiese visto sabia lo que hacia, sin embargo dijo amar a mi papa y me hizo prometer no decir nada y buscariamos una solucion juntos.
Continuara

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