El 19 y yo 28

Qua tal amigos, aquí de nuevo con otra historia.

Todo empezó con coqueteo, el me miraba de una forma que despertaba todos mis sentidos, siempre estaba ahí pendiente, observándome, conquistándome, poco a poco.
Quedamos de vernos una tarde, al salir del trabajo, yo estaba nerviosa, estacione mi carro y espere a que el llegara. Se estaciono al lado mio y me invito a su automóvil, yo me negué y el vino al mio. Platicábamos y empezamos a ponernos nerviosos, el sonreía y me puso la mano cerca de su pecho, su corazón casi salía, palpitaba tan fuerte. Me decía que no podía creer el efecto que tenia en el con el solo hecho de tenerme cerca.
Siempre me decía que era su obsesión. A decir verdad no lo creo, solo debo gustarle mas de lo normal. Soy bajita, delgada, con pocos senos pero bien proporcionados a mi cuerpo. Mi cabello es castaño, brillante, a los hombres les encanta, me hace lucir muy femenina y joven.
El no creía que yo tenía 28, o simplemente trata de adularme. En realidad no lo se, ni me importa. El es delgado, bien parecido y tiene esos labios hermosos que me encantan.
Seguíamos ahí, acercándonos, tocándonos y él quería besarme, claro que quería hacerlo, su respiración era cada vez más agitada y a pesar del frio que hacia él empezó a sudar y a temblar. Estaba tan ansioso. Se acerco a mí y nos dimos un beso pequeño, el tomo confianza y siguió a mi cuello. Recuerdo que no era muy bueno besando, pero eso no importo, yo empecé a enseñarle como me gustaba besar.
Aprendió en tantas veces que nos miramos. Yo reía porque el siempre se decía torpe. Cosa que a mi no me importaba porque aun así hacia que yo quisiera besarlo mas.
Casi era su cumpleaños y teníamos un par de meses mirándonos. Le prometí un regalito.
Llego ese dia y me arregle solo para el. Nos miramos, unas horas antes de su cumpleaños y el esperaba el regalo. Fue cuando empecé a desabotonar su pantalón y a bajar su zipper. Mi boca estaba tan cerca de su pene y el temblaba todo. Se acababa de bañar y olía super bien. Lo tome con la mano y empece a darle pequeños lengüetazos de arriba hacia abajo humedeciéndolo todo. Sus piernas se ponían tensas y empece a meter su pene en mi boca mientras lo succionaba y movia mi lengua simultáneamente, me encantaba tenerlo asi, me encanta su sabor, lo bese de arriba abajo, le soplaba y a el le encantaba, con una mano empece a masturbarlo y mientras tanto seguía pasando mi lengua en su pene, después empece a golpetearlo en mi boca y el enloqueció, lo empece a lamer como loca, como si fuera una paleta, la mas rica paleta… el no aguanto mucho y se vino en mi boca mientras solto tremendo suspiro y aflojo todo el cuerpo.
Otra vez, fuimos a un motel. Llegamos y el tenia su pene listo, durísimo, riquísimo.
Me encanta verlo desnudo, con el pene parado, ya que no suele tener pena de nada, creo que eso me excita cada vez mas. Se puso el condón y se lanzo sobre mi, yo estaba lista, lo único que quería era que me penetrara de una vez. Lo hicimos así fuerte, con muchas ganas, levanto mis piernas y me daba sin parar, yo sentía el golpeteo de sus testículos. Después me puse arriba y lo empece a montar primero despacio y después tan fuerte como pude, sentía su pene tan dentro de mi que no quería parar. Mi cuerpo vibraba, estuvimos asi hasta que lo hice eyacular.
Paramos un poco y antes de ponerse otro condón, aproveche y empece a mamar su pene, estaba riquísimo, yo estaba incada y el parado y su pene quedaba justo en mi cara, me encanto, nunca lo hice así. Y el menos, asi que el no dejaba de gemir. Me encanta pasarme su pene por la cara y por el pecho y el adora eso, se pone super duro y tiembla riquísimo. Me levante y le dije que se pusiera otro condón, lo cual hizo y lo jale para que me penetrara de perrito, me puse en cuatro en la cama y el rápidamente me penetro, le puse las manos en mis pechos y empezamos a movernos, aaaaaah, casi me hace acabar en ese momento.
Me recosté y le dije que me penetrara por el ano. Nunca lo había hecho y el menos, así que empezamos despacio. Me encanto, me encanto aunque primero me dolió, el empezó a meterlo poco a poco y empezamos a gemir. Yo puse mis manos hacia atrás para jalarlo y hacerlo que me penetrara mas.
Estábamos como locos, yo solo quería que no parara de cogerme nunca. Me encanta este niño. Me gusta mas como me lo hace el a ninguno.
Después me volteo y me puso en la orilla de la cama, el se bajo y me levanto las piernas y me pego a el y empezó a darme con todas sus fuerzas. Debo decir que esa fue mi parte favorita, pues estaba mirando su cara tan perturbadoramente caliente. Sabia que quería penetrarme hasta deshacerme. Me daba tan fuerte que ya no pudimos mas y terminamos tumbándonos en la cama mojadisimos.

Dulces pajas, a todos!

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