La Clínica de mis Sueños - Capítulo 7: Alta Médica

Me duché despacio, tratando de dejar que mis pensamientos vuelvan a la realidad. De repente me dí cuenta que mi cuerpo había cambiado! Por supuesto, estaba totalmente lampiño desde el abdomen hasta la rodillas. Se sentía bien, muy bien. Después me dí cuenta de mis genitales. Mi escroto estaba inflado y muy suave. Lo sentí bien mientras me bañaba. También me revisé el pene, hermosamente suave. Retiré mi prepucio, seguía estrecho pero deba el glande libre de modo confortable. Me resultó agradable bañar toda mi piel sintiéndola más suave, todo alrededor de mis genitales. Me lavé la cabeza y dejé caer el agua en cascada por varios minutos. Terminé, me sequé y me vestí. Con un poco de duda salí al corredor y abrí la puerta indicada como "Consultorio de Alta Médica" y entré en la habitación. Era cálida y estaba bien decorada. La luz era tenue y tenía una mesa redonda y algunas sillas. En la mesa había algunos platos con canapés, cuatro copas y una botella de vino. Como me lo habían solicitado, dejé los honorarios de mis doctoras en un sobre en la mesa. Al poco rato la puerta se abrió y entraron las tres doctoras. Se veían increíble. Las tres en sus chaquetillas blancas, con cierre cremallera y cuello "mao", llevaban faldas muy cortas y botas muy largas, las faldas y las botas de cuero negro.
- Sentate David. Si querés podés comer. Vino?
La Dra. Helga estaba más seductora que nunca y me sirvió el vino antes que yo pueda responder, y después sirvió las otras copas. Todos nos sentamos alrededor de la mesa.
- Cómo te sentís David? - preguntó la Dra. Helga - Espero que no estés decepcionado del tratamiento.
- Dra. Helga - apenas pude hablar - el tratamiento superó ampliamente todas mis expectativas. Fue increíble, extraordinario. Y ustedes, doctoras, son todas hermosas. No puedo creer lo hermosas que lucen en sus guardapolvos y uniformes de cirugía. Me sentí... la verdad es que ni siquiera puedo expresar cómo me sentí!
- Muy bien David. Me alegra que estés satisfecho. Estamos orgullosas de nunca haber decepcionado a un paciente.
- Estoy seguro, nadie podría estar decepcionado después de una experiencia como la que tuve hoy - tomé un trago de vino.
- Esperamos que visites la Clínica de nuevo David - la Dra. Helga me miraba con una seductora combinación de sexualidad y dominación - Tu cirugía de hemorroides y prepucio hoy fue muy exitosa. Pero deberíamos hacer un examen de control. Por supuesto que voy a tener que revisarte el ano muy profundamente para asegurarme que no haya nuevas hemorroides y la Dra. Brigitte te va a tener que revisar el prepucio y el pene.
- David - me dijo la Dra. Brigitte mirándome con su hermosa sonrisa - Te sugiero que una vez por día te tomes tu tiempo para estirar tu prepucio. Lo agarrás con los dedos índice y pulgar de las dos manos y lo tirás bien hacia abajo. Si nos visitás en la Clínica yo me voy a ocupar de revisarte bien y continuar el tratamiento. Además te sugiero que podríamos proceder con un alargamiento del pene y una amplia dilatación de tu uretra.
Mi corazón empezaba a acelerarse sólo de escuchar las sugerencias. Tomé un poco más de vino y la Dra. Helga volvió a servirme.
- Tu constipación debería ceder - siguió la Dra. Helga - Sin embargo, en tu próxima visita a la Clínica te voy a someter a un nuevo tratamiento que estoy desarrollando con mucho éxito. Además detectamos que podrías estar sufriendo de "eyaculación precoz", es así?
- Sí doctora
La Dra. Annette me miró a los ojos.
- Para evitar la eyaculación precoz tenemos que entrenar tus reacciones. Podríamos iniciar un tratamiento en tu próxima visita a la Clínica.
Era imposible rechazar la invitación.
- Puedo pedir un turno ahora mismo?
- Por supuesto, la Dra. Brigitte se va a fijar en la agenda. Recomiendo un visita en seis semanas.
- Qué les parece el 11 de junio? - preguntó la Dra. Brigitte.
- Sí, creo que está bien. Sí, no hay problemas. Muchas gracias.
Las doctoras se pusieron de pié, indicándome que era hora de retirarme.
- Quiero verte de nuevo David, te quiero desnudo y en la camilla para revisarte como corresponde - me dijo la Dra. Helga a modo de despedida.
- Sí doctora.
- La Dra. Brigitte te va a mostrar la salida.
- Hasta luego David - la Dra. Annette me dio la mano y seguí a la Dra. Brigitte hasta la puerta.
- Chau David. Cuidate y vení a la Clínica el día indicado en ayunas. Te vamos a revisar y es probable que tengamos que operarte otra vez.
- Sí doctora.
Me dio la mano, abrió la puerta y me vio salir, cerrando la puerta detrás mío, mientras you me daba vueltas para verla otra vez.
No me había sentido cómodo cuando saqué el primer turno. Los honorarios eran muy abultados y me hubiera enojado mucho haber salido decepcionado como sucede a menudo. Sin embargo, por el contrario, la experiencia había superado mis sueños más salvajes. No podía pensar en otra cosa que no fuera el 11 de junio.

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