El precio de aprender - Parte III

El precio de aprender - Parte III


Había llegado al miércoles con la sonrisa del sábado todavía pintada en mi cara, pero la noticia que me esperaba al llegar a casa la prolongaría aún más.
Dispuesto a deglutirme la merienda volví del colegio y al llegar mi madre se despachó con sus novedades.
- Llamó tu profesora de inglés. Dice que el sábado te espera a la hora de siempre pero tendrás que quedarte una horas más porque sale de viaje y no quiere que te atrases con sus clases hasta que vuelva… ahh… me dijo también que te alimentés bien… debe ser porque te ve un poco flaco, no?
Si mi madre hubiera sabido la verdadera razón de aquel pedido, pero por suerte no lo sabía.
La alegría me desbordaba. Qué nueva sorpresa habría preparado mi teacher? Cumpliendo su pedido había leído, estudiado y repasado sus notas. Dos hojas donde se desarrollaba un minucioso cuento de sexo desenfrenado colmado de frases y palabras nuevas que se incorporaron con facilidad en mi memoria. Mi cerebro absorbía cada detalle de aquel relato como una esponja.
Una vez más fui puntual. Toqué timbre y desde el interior la voz de la profesora me invitó a pasar. Abrí la puerta, di un par de pasos y nuevamente su voz acarició mis oídos.
-  Pasá, te espero en el estudio… ponete cómodo antes de entrar…
Cómo podría olvidar que significaba ponerse cómodo para esa señora. Me desnudé con la velocidad de un gamo y entré.
- Vení… sentate… quiero ser muy clara con vos…
Las cortinas corridas dejaban entrar la luz del sol tenuemente y su figura cubierta en una bata se recortaba como en un cuadro del pasado.
Me acerqué y me senté reteniendo en mis pupilas la imagen de su belleza.
En el ambiente aún parecía perdurar el perfume de su cuerpo que tanta excitación me había producido la semana anterior o quizás todo era producto de mi imaginación.
-  Este es momento muy especial, Germán – dijo mirándome fijamente a los ojos.
En estos días evalué tus avances y tus capacidades. En muchos aspectos tus avances son notorios, sos muy caballeresco y actuaste siempre con suficiente delicadeza y calma a pesar de tu edad. Por otro lado creo que dado el conocimiento adquirido y esperando que hayas estudiado las notas que te di, desde hoy seas un poco más locuaz.
En cuanto a tus capacidades, voy a ser muy sincera mientras se desarrolle la clase. Como ya sabés, no estaré por acá hasta dentro de tres semanas, así es que decidí avanzar hoy lo suficiente como para que a mi regreso desarrollemos el examen final de estas “clases especiales”.
Sus ojos azules brillaban como el sol reflejándose en el mar y su sonrisa parecía preanunciar los buenos momentos por venir.
- Al igual que en las etapas anteriores, hoy la elección es entre tocar solamente o tocar e interactuar, aunque descarto que a esta altura de tus conocimientos encuentre una negativa a seguir avanzando. Desarrollaremos el uso de algunos verbos pero debo aclararte que el precio que tenés que pagar como te informé claramente en la primer clase, empezaré a cobrarlo hoy mismo.
Abrí grande los ojos. Ella pareció entender mi gesto de inquietud y mientras su mirada recorría mi cuerpo desnudo, agregó:
-  No te preocupés… no se trata de dinero… a mis alumnos de “clases especiales” les cobro en especie. En este caso pagarás en varias cuotas con un servicio… pero no te asustes… ya sabrás cuál es y creo que ambos estaremos felices al final.
Suspiré algo más aliviado mirando su cuerpo ajustado por aquella bata ceñida a su cintura por un lazo. Cada día que volvía a verla me parecía más hermosa y más cautivante.
- Es hora de empezar, Germán… desde hoy espero además que la relación entre ambos sea mucho más informal… no me trates de usted, por favor…es necesario que todo fluya con naturalidad – dijo, levantándose de su silla y parándose frente a mí.
- Desde hoy seré solamente Gaby – agregó desanudando el lazo de su bata para dejarla caer por su cuerpo hasta el piso.
Absolutamente desnuda frente a mí, sus tetas serían un plato gourmet para cualquier chef. Sus areolas eran enormes y moradas coronadas en el centro por el manjar más exquisito representado en sus largos pezones. Un profundo calor interior recorría todo mi cuerpo.
-  Touch me tits… - dijo sin preámbulos.
Mis manos intentaron agarrarlas pero no pudieron abarcarlas. Las acaricié con lentitud y suavidad con la palma de mis manos sudorosas que notaban como sus pezones se hinchaban ante cada roce.
-  Suck my tits… suck my nipples… please!
Creí escucharla suplicar. Abrí mi boca y tragué de un bocado su carne rojiza. Succioné su pezón como un lactante sintiendo sobre mi lengua como se prolongaba como una pequeña serpiente.
-  Your tits are beatiful… - dije alejándome para observarlas y luego volver a chupárselas.
Sus pezones erguidos penetraban mi boca como una lanza.
- I like… suck me…
Su cuerpo irradiaba un aroma exquisito, sus hormonas excitadas fluían por su sangre saliendo por sus poros. Mi cuerpo estaba ardiendo y mi verga ya estaba dura como una estaca. Hundió su mano en la mata de pelo de mi cabeza acariciándola dulcemente, después tomó una de mis manos y con la suavidad de una gacela la llevó lentamente por su cuerpo hasta su concha.
- Touch my pussy…
Mis dedos recorrieron su profundo surco humectado en flujo y ella abriendo levemente sus piernas dejó que llegaran a su clítoris enorme y lubricado.
- Get me fingers… please!
Una vez más me suplicaba arrullándome con su voz. Metí uno y luego dos dedos en su vagina rebosante de jugos. Los metí y los saqué así como  tantas veces succioné los pezones de sus hermosas tetas.
Mis dedos estaban chorreantes de fluidos pero ella tomó mi mano y sin miramientos la acercó a su boca para chuparlos con codicia. Su lengua recorrió cada uno de ellos llenando su boca con su propio flujo.
- Kiss me…i like your mouth…
Yo también quería besarla. Ella levantó mi mentón y hundió como una daga su lengua en mi boca. En nuestro interior las lenguas se entrelazaron y el sabor de su sexo penetró en mis papilas. Era una sensación tan fuerte como exquisita que me dispuse a gozar plenamente. Unos segundos después separó su boca de la mía para decirme:
- Now… suck my pussy…
Girando levemente sobre sus talones y de un pequeño salto colocó su cuerpo sobre la mesa justo frente a mí y abrió sus piernas lo suficiente como para que su concha quedara ante mis ojos.
La cueva de su vagina estaba abierta y humectada en brillante y delicioso flujo.
Con la insolencia que provoca el deseo me abalancé sobre ella pasando repetidas veces mi lengua por sus labios abiertos.
- Your tongue is big… put in my pussy… please!
Esta vez no escuché su súplica y me obstiné en chupar su clítoris enorme que, como sus pezones, se internó en mi boca hasta que escuché sus gemidos. Como una saeta mi lengua desapareció en sus profundidades formando círculos en las paredes de su vagina.
- Deep…deep… it`s beautiful… deep, please!
Sus jadeos se incrementaron, arqueó su espalda dejando sus pezones empinados mirando hacia el cielo y abrió un poco más sus piernas para después cruzarlas sobre mi cabeza.
Casi al borde de la asfixia, con mi nariz pegada a su clítoris y mi lengua extraviada en su caverna volví a escuchar sus gemidos de placer. Su vagina tembló sobre mi lengua y en un terremoto de éxtasis llegó al orgasmo. Lentamente dejó de presionarme y liberó mi boca enrojecida y borracha de flujo.
-  Suck my cock… - dije agitadísimo y ella bajó de la mesa para partir mi boca con un profundo beso una vez más saciando su sed con los jugos de su vagina que aún seguían sobre mi lengua.
- Suck my cock… please!
Esta vez era yo quien suplicaba. Con parsimonia se arrodilló frente a mí y acarició mi pija endurecida. El tacto de sus dedos contra mi piel era sublime. Un instante después estrujó mi verga con sus manos hasta sacar de mi boca un pequeño quejido. La cabeza de mi pija turgente dejó escapar por su hendija un hilo de fluido. Ella apoyó su lengua contra él y se entretuvo esparciéndolo por mi glande rojizo.
- You havea big cock… I like in my mouth… Suck your dick… and the balls… - repitió varias veces mientras la lengueteaba.
- Gaby…please! Suck my cock… please! – volví a suplicar.
Deseaba que tragara mi verga de una vez pero no lo hizo.Deslizó su lengua por el tronco ensalivando su piel, surcando con la punta de su lengua las venas hinchadas como un relieve. La sangre bombeaba en mi interior con violencia.
- Please! – reiteré jadeande.
Casi piadosamente su boca acuosa devoró la cabeza de mi verga. La succión de su garganta era tan formidable que percibía el correr de mis flujos hacia ella. Desprendió sus labios por un  instante para luego engullir como una boa a su presa toda mi poronga. Con la lentitud de un caracol sus labios se deslizaron centímetro a centímetro hasta hacerla desaparecer en su garganta.
Incliné mi cabeza hacia atrás y suspiré de placer.
- Wow! Gaby… It´s beautiful…
Aún con toda mi verga en su garganta tuvo tiempo de entornar sus ojos y mirarme con dulzura. La desprendió de su interior con la misma lentitud y volvió a tragársela hasta el fondo, más húmeda, más lubricada, más violentamente. Agarró con su mano mis bolas y ante cada chupada abismal las empujaba hacia ella como queriendo devorarlas también.
Mis músculos estaban tensionados, respiré aceleradamente queriendo evitar lo inevitable, sentía el pulso de mi semen queriendo salir, jadeaba y gemía cada vez con más fuerza.
Sacó mi verga de su boca sabedora de lo que se avecinaba.
- Not ejaculate in my mouth… I want your cum in my face. Would you like?
Claro que quería, dónde, no importaba.
Aunque no respondí, tomó mi verga entre sus manos presionándola y su lengua insistió dándole pequeños latigazos a mi glande.
- Give me cum… give me cum… - la escuché repetir.
Ya no lo soportaba. Sus manos detectaron el bombear de mi leche buscando una salida e instintivamente alejó su rostro. Casi al unísono un gemido salió de mi boca y un violento chorro de semen cayó en su cara. Pujé seis o siete veces con mi vientre sin mirarla mientras ella presionaba mis huevos para vaciarlos.
Bajé mi vista hacia ella, mi leche espesa y gelatinosa estaba esparcida por todo su rostro.
Aún con mi pija dura entre sus manos la acercó a su cara y con ella esparció el semen por ella.
Besó mi pija con sus labios brillantes de esperma y mirándome con ternura me dijo:
- Este es el precio que tendrás que pagar. Con tu semen.
Su lengua, salió de su boca para rescatar los restos que aún mojaban sus labios, mientras yo pensaba lo largas que serían las semanas esperando su regreso.

CONTINUARÁ…

0 comentarios - El precio de aprender - Parte III