Mi timidez y las mujeres de mi familia 1

Mi timidez y las mujeres de mi familia 1




Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta quemi tía me hizo despertar.


Mi familia siempre ha sido muy formal, conservadora y de buenascostumbres, yo a mis dieciocho años me pasaba los días estudiando y ayudando ami madre, no tenía otros alicientes, desde los doce años había cargado con laresponsabilidad de apoyar a mi madre en todo, lo asumí sin darme cuenta cuandodespués de un hecho que partió mi vida, mi padre sin esperarlo cayó enfermo yen pocos días falleció, no sin antes haberme hecho prometerle que ayudaría entodo a mi madre y obedecería a mi familia.


Con esta edad hacía lo que estaba en mi mano para que mi madreno notara demasiado la falta de un hombre en casa, ayudaba en todo y de pasoagradecía con lo que podía la ayuda que recibíamos de mi familia.


A los dieciocho años, en mi cumpleaños vi recompensados missacrificios de crio con la ilusión de mi vida, en forma de perro, mi madre meregalo un cachorro de bóxer, era lo que siempre había deseado


Desde aquel día me dediqué a su cuidado en exclusiva.
Tengo que contar que mi madre era la segunda hermana de cuatro,la mayor Julia estaba separada, tenía una hija y vivía en otra ciudad, quizáeso sería el motivo que estaban un poco distanciadas, mi madre Clara tenía 40años y las dos hermanas siguientes Ana, casada con 35 años y Cris con 30 añosestaba soltera.


Las hermanas se parecían bastante, tengo que reconocer que noeran lo que se dice unas bellezas, no eran feas, no, pero sin llamar laatención, compensaban con su buen carácter.


Mi rutina se modifico con el perro, buscaba tiempo de dondepodía para sacarlo y jugar con él, ya había crecido bastante y para no molestara nadie me iba con él a la playa, yo no vivía lejos y con la buena temperaturaque casi siempre hacía era el lugar perfecto.


Una tarde se me escapó, echó a correr y lo perdí de vista, lollamé y ya estaba desesperado cuando lo vi junto a una chica que lo acariciaba,me extrañó pues no era muy sociable, pero al acercarme más distinguí a mi tíaAna, no vivía lejos y también iba a pasear a su perrita, era pequeña y muynerviosa, mi perro no dejaba de oler a la perrita y no se dejaba coger, Ana sepreocupaba en esconder a la perrita pero mi perro debía estar en celo y labuscaba sin cesar, se agachó y la escondió entre sus brazos pero mi perro sepuso detrás de ella y poniéndole las patas sobre la espalda se le pegó pordetrás empujándole.


Mi tía me miró y se volvió a ver que hacía el perro, el animalhabía sacado su polla roja de su funda y se la arrimaba a mi tía al culo, Anaque llevaba unos legings notó claramente el calor de la polla canina ymirándome sonriente me dijo…


-        Vaya, parece que tuperro está muy animado, mira lo que ha sacado.


Al decirlo señaló con el dedo la húmeda y roja polla del bóxerhasta llegar a tocarla, la levantó para darle más impresión, pero la impresiónme la dio a mí, mejor dicho a mi polla, bajo el pantalón del chándal se habíasalido por debajo del slip y había cogido longitud, a Ana no se le pasó poralto y con el mismo gesto me la tocó con el dedo levantándomela, me quedé sinsaber reaccionar, estaba en shock, solo oí murmurar a mi tía…


-        Me gustaría sentirladentro.


Me despedí rápidamente, tiré de mi perro y sin darme la vueltale dije adiós con la mano, para evitar el gran bulto que marcaba mi pantalón.
De vuelta a mi casa empecé a recapacitar lo ocurrido, noacertaba a comprender, nunca me había fijado en Ana, de hecho era una chicanormal, ni tenía grandes tetas ni canalillo, ni culo, y era bastante delgada,siempre vertía discretamente y estaba casada, todo de lo más normal.
Cuando llegué a casa ya se me había bajado la erección y mimadre se ocupó de hacerme olvidar todo dándome trabajos.


El marido de mi tía tenía un buen trabajo, le permitía vivirbien aunque le obligaba a viajar bastante, yo me llevaba muy bien con él, eramuy simpático y además siempre me traía algún recuerdo de donde iba, estabapendiente de cuando volvía para ir a su casa abrir el regalo.
Quizá por eso no me extrañó nada cuando mi tía le llamó a mimadre y le dijo que si podía pasar por su casa para hacerle un favor, porsupuesto fui ilusionado esperando un regalo.


Mi tía me recibió sonriente, ante mi cara de desilusión me dijoque todavía no había llegado su marido, pero me quería pedir un favor, que leacompañara a llevar a la perrita al veterinario, por supuesto accedí y mientrasse arreglaba me entretenía jugando con la perra, en un momento dado salió delbaño hacia su habitación pasando por mi lado, iba maquillada, pero solo vestíaunas braguitas escuetas y un sujetador pequeño que apenas escondía unas tetasminúsculas, yo seguí jugando con la perra, no le di mucha importancia pero porlo visto mi polla sí, se me marcó escandalosamente hacia arriba, me llegabacasi al cinturón, cuando volvió mi tía se había puesto medias y zapatos detacón alto, me levanté para dejarle paso y al legar a mi lado me rozó la pollacon un dedo, se volvió y me dijo…


-        Sobrino, no me digasque esto es por jugar con la perrita…


Sentí como mi cara se encendía de rubor, Ana lejos de calmarmese acercó a mí y cogiendo con toda la mano mi polla me dijo al oído…


-        Manuel, te voy apedir un favor, la primera vez que te vi el bulto me prometí que la tendríadentro algún día, creo que hoy es ese día, te parece bien?


No llegué a contestar, no había procesado la situación en micabeza cuando las hábiles manos de Ana habían soltado el cinturón, bajado labragueta y los pantalones hasta los tobillos.


Se quedo arrodillada frente a mí, bajo mi slip mi polla pujabapor salir, apuntaba hacia arriba y hacia adelante, mi tía estaba frente a ellaextasiada, no se atrevía a descubrir lo que la apuntaba y yo no tenía ni ideaque hacer.
Por fin pasó sus manos desde mis rodillas hacia arriba, hasta lacintura, cogió el calzoncillo por la orilla y fue tirado hacia abajo.


Mi polla estaba forzada hasta el dolor, apareció el tronco primero,los ojos de mi tía no parpadeaban, la boca entreabierta dejaba salir un suspiromal contenido, el glande opuso mucha resistencia a salir, el pliegue estabaenganchado en la prenda, impaciente Ana con una mano agarró el tronco de lapolla y tiró del slip de golpe, la polla saltó soltándose de la mano de Anapasando delante de sus ojos, roja, hinchada, venosa, brillante y con una gotaen la punta, ella la seguía con los ojos de arriba abajo, me puso las dos manosen mis nalgas y esperó a que se nivelara, su boca se abrió y después de lamerel glande en redondo se la metió entre los labios aspirándola, su lengua meapretó contra el paladar y yo creí morir de gusto.


Solo estuvo medio minuto con la polla en la boca, cuando la sacósolo acertó a decir…


-        Esto no se puededesperdiciar.


Me cogió la polla y tirando de ella me llevo hasta el sofá, sesentó o mejor se tumbó y me arrastró sobre ella, yo apenas podía andar con lospantalones entre los tobillos, me fue subiendo sobre ella, mis manos no sabíanqué hacer ni dónde ponerse, solo acerté a apoyarme sobre ella, cuando tenía micara al lado de la suya pensé en besarla pero ella tenía otros planes, con unamano mojada en saliva me mojó el glande, separó la braguita a un lado y apuntómi polla entre sus piernas, yo empujé torpemente, ella me susurró…


-        No espera, eso es miingle, ahora sí, entra despacio, muy despacio…


No recuerdo haber oído esto último, cuando note la humedad de suvagina en mi glande empujé a fondo, la enterré hasta los huevos, al mirarla susojos expresaban entre sorpresa y decepción.
Cuando cerró los ojos me dijo suavemente el oído…


-        Manuel te he dichodespacio, muy despacio, vamos empieza otra vez, pero no la saques del todo, eh?


Arrepentido la saqué como me había dicho, lentamente hasta casisacarla, cuando el glande iba a salir me rodeó la cintura con sus piernas y fuepresionando mis riñones haciendo que cada pliegue de su vagina saltase con elde mi glande, lo notaba por la presión que me hacía en la polla.
Cuando me tuvo clavado me cogió la cara y me estampó un beso enla boca que me hizo marear, era mi primer beso y fue completo, desde mordiscosa lamidas y juego de lenguas.


Cuando me soltó del abrazo de las piernas mi cintura pareciódespertar, hasta entonces estaba presionando mi polla dentro del coño de Anapero de golpe reaccionó y salió de golpe, esta vez del todo, pero cuando lavagina no se había cerrado aún volvió a entrar, a fondo como ya sabía y no paróhasta que mi tía entre suspiros me rogó que parara, notaba las palpitacionesdel glande dentro de ella, no le hice caso hasta que sin saber muy bien quehacia la llené de semen hasta que se salía mojándome los huevos.
Ella se quedó inmóvil, con las piernas abiertas, las bragas a unlado, mi polla dentro y yo jadeando sobre ella, de momento me dio un ataque detimidez, me salí de ella, me puse los pantalones y cogiendo la correa de laperra la cogí y salí corriendo…


-        Voy a pasear a laperra.


No paré de correr hasta la esquina de la calle, me di cuenta deque la perra apenas podía seguirme, el corazón parecía un tambor, empecé a serconsciente que había follado por primera vez o mejor me habían follado, habíabesado por primera vez y que beso y sobre todo lo había hecho todo con mi tíaAna, nada menos con Ana.


Cuando me pude calmar me arrepentí, valoré lo que había hecho mitía por mí, en realidad el mejor regalo y yo me había portado como un crío conella.
Mi vergüenza se transformó en culpabilidad, hasta que mis pasosme llevaron al portal de mi tía, cuando pulse el timbre me esperaba una granbronca, estaba preparado para aguantarla y pedir perdón hasta la saciedad.


CONTINUARA....

3 comentarios - Mi timidez y las mujeres de mi familia 1

pito527
😇😈👏🏻👍🏽
kaguna
Excelente relato, lo leere todo, un beso
dantraloco
Si separaras todas las palabras ayudaría a la lectura.
Buen relato, van puntos