Mi timidez y las mujeres de mi familia 11

Mi timidez y las mujeres de mi familia 11




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Mi timidez y las mujeres de mi familia 10


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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías y mi madre y alguna más me hicieron despertar.









Nos dormimos abrazados, no sé a qué hora de la madrugada Clara rodó sobre mí y me despertó, estaba boca abajo, con los brazos y la cabeza debajo de su almohada, me incorporé y le acaricié la espalda, en los riñones se estrechaba para luego elevarse en un par de nalgas duras y blancas, las admiré incluso me acerque para verlas de cerca, entre las piernas estiradas brillaban los labios vaginales, todavía húmedos de mi semen, me puse de rodillas entre sus piernas, las separé lo suficiente y pasando en brazo bajo su cintura, la levante y le coloqué mi almohada, su culo quedó elevado, me apoye con las manos en su lados y sin tocarla dejé mi polla resbalar entre sus nalgas, por gravedad se fue a alojar a la entrada de la vagina retenida por sus labios carosos, un leve empujón y el glande dentro, algo notaría porque se movió un poco, el siguiente empujón y media polla desapareció, suspiró y acomodó la cabeza, al tercer empujón mis huevos estaban entre sus piernas apoyados en la sabana, no quise moverme, pero mi polla palpitaba dentro, ella solo fue abriendo las piernas y levantando el culo, no se volvió pero desde debajo de la almohada oí…


-        Fóllame, métela hasta el fondo, córrete, hazme lo que gustes.


La saque suavemente y la clavé de golpe, noté como tocaba el útero, mi polla crecía de larga y de gruesa, la vagina me recibía presionando y absorbiéndome, Clara levantó más el culo, hundió la cabeza y la rodeó con la almohada…


-        Adelante! Por el culo!


Eche un salivazo entre las nalgas, lo vi escurrirse hasta el ano, cuando sentía llegar mi eyaculación la saque y la apunte al agujero, no ofrecía apenas resistencia, el primer chorro actuó de lubricante, el glande se hundió, las manos de Clara se crisparon en la almohada, el segundo chorro de leche ya entró dentro y el tercero ya inundó el fondo el culo, mi polla estaba hundida entre las nalgas.


-        Ha sido… maravilloso, gracias.


Caímos de lado, no me enteré cuando mi polla fláccida se salió del culo de Clara, las sabanas estaban húmedas de nuestros jugos.


Ya clareaba cuando sentí frió en la polla, estaba húmeda de semen creí yo, pero no, era la lengua de mi madre, la recorría todo a lo largo desde los huevos hasta el capullo, me la había puesto dura otra vez, empezó a metérsela en la boca hasta casi darle arcadas, la punta le tocaba en la campanilla, estaba decidida a darme la mamada del siglo, pero no me conformé, le estiré de una pierna y le hice pasarla por encima de mi cabeza, el coño enrojecido por el trote de la noche agradeció la suavidad de mi lengua, el clítoris se endureció, lo descubrí y lo mordí mientras con la lengua lo agitaba, mi madre cayó desvanecida entre mi ingle y mis huevos, mientras yo seguía comiéndole el coño, pero se repuso y volviendo  a meterse la polla en la boca con rápidos movimientos de cabeza me hizo correrme, a la vez un orgasmo fulminante le obligaba a pegar su coño sobre mi boca, nos retorcimos incontrolados mientras duró el éxtasis, cuando nos vimos las caras estaban llenas de flujos sexuales.


No hubo problemas con mis tíos, fuimos a visitarlos, Ana pronto adivinó en la cara de 
Clara que algo pasaba y se lo fue sacando poco a poco, a mi madre no le hacía ninguna ilusión pero estaba obligada.


Mi tío Jaime se adelantó a Ana, sin querer oír más dijo.


-        No se hable más, Manu se queda con nosotros, faltaría más, no tenemos hijos y él es el mejor muchacho que conozco, verdad Ana?


-        Verdad Jorge.


-        Además tengo la intención de enseñarle mi oficio y en un futuro llevármelo conmigo para que un día me sustituya.


Nos miramos mi madre y yo, quedamos sorprendidos, mi tía Ana sonreía y nos cogía de la mano.


A partir de entonces la cosa se aceleró y pronto mi madre preparó las maletas, una mañana vino mi tía Julia, yo no la recordaba, la acompañaba su hija Lisa, me encantó hasta que la oí hablar, era una chica que con 20 años estaba muy desarrollada, unas tetas preciosas, escote moreno y  brillante, canalillo apretado, poca cintura y culo elevado y una cara muy bonita, pero cuando habló…  era una niña mimada,  presumida antipática y muy creída, me cayó muy mal y creo que yo a ella también.
Mi tía Julia, más o menos como las otras hermanas, tenía 45 años pero con más tetas, más culo y más alta, no estaba mal, una melena rubia la hacía muy atractiva y más joven.


No quiso visitar a su hermana Ana, dijo que tenía que atender el restaurante, se fueron rápidamente, mi madre con un nudo en la garganta, yo también.
Habíamos acordado en el último momento que se llevaría mi perro, lo cierto es que lo tenía un poco desatendido, por lo que era ella la que lo sacaba casi todos los días y para mí sería un problema en casa de mi tía, aunque su perrita ya no estaba, la habían tenido que sacrificar porque estaba muy enferma por un mosquito que la había contagiado.


Al día siguiente después de clase preparé lo más imprescindible y me fui a casa de Ana, me abrió Jorge, me hizo entrar con los brazos abiertos, mi tía al fondo esperaba sonriendo.
Jorge me reiteró su intención de enseñarme todo su oficio y me recomendó que estudiara mucho, es todo lo que me pedía ah! Y que cuidara a Ana.


Luego me confesó que no era ninguna bicoca su trabajo, estaba casi siempre de viaje y eso cansaba mucho, además de no estar en casa con su preciosa mujer, mi tía le hizo una reverencia agradecida.


Luego entró en juego mi tía, me acompañó a mi habitación, estaba muy bien, buena luz, ventana grande y una mesa para el ordenador y estudiar.


En el armario colgó mi ropa y volvimos al salón, tomamos un aperitivo y mi tío se tomó varios vermuts, se le veía alegre, nos confesó que no le apetecía nada irse a Londres, pero esta noche tenía que estar allí, mi tía por bajo de la mesa se había descalzado y me rozaba con el pié entre mis piernas.


Cenamos pronto y mi tío se preparó a partir, me ofrecí acompañarlo al aeropuerto, pero dijo que iría mejor con un taxi, prometió llamar cuando llegara.


continuara....

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