La Chica de la Boda (Parte 1)

Si es la primera vez que me lees, bienvenido, si ya me habías leídoantes, mil gracias.
 
Mis padres se separaron cuando yo tenía como 14 o 15 años, eranopuestos en algunas cosas y a veces eso era bueno, pero al parecer, también eranopuestos en cosas importantes; cuando todo explotó me fui a vivir con mi mamá.
 
La familia de mi mamá era a veces demasiado cálida, pero muy alegre,buscaban cualquier pretexto para hacer una fiesta-reunión y eran muy unidos; lafamilia de mi papá por otro lado era muy alejada y casi nunca se reunían,incluso en navidad o año nuevo, la fiesta (sin alcohol) se acababa a las 10 u11 y siempre faltaba una o dos personas. La fiesta más grande que se realizófue la boda de mi tía (hermana de mi papá) y si se hizo fiesta fue porque lafamilia del novio así lo quiso.
 
Mi papá le pidió permiso a mi mamá para que fuera con el todo el fin desemana, el viernes estaría en casa de mi papá, viajaríamos el sábado temprano yregresaríamos el domingo por la tarde. Primero mi mamá se opuso, diciendo queel fin de semana debería descansar ya que habían pasado los exámenes en launiversidad, pero yo sabía que me negaba ir porque también iría la nueva parejade mi papá. A mí no me importaba mucho eso, por el contrario, aunque me enojabalo que había hecho papá, su pareja era una mujer muy sexy (y sexual) que metrataba bien.
 
Me costó bastante convencer a mi mamá pero al fin, el jueves llamó a mipapá para decirle que estaba bien, que me dejaba ir con él. Yo emocionado corroa la habitación a preparar mis cosas y el viernes después de la escuela salgo acasa de mi papá.
 
Llegó a la casa de mi papá, Dinora, su pareja llevaba puesto un vestidocorto que dejaba ver su ropa interior con el más ligero movimiento, ella erauna mujer muy deseable, tenía tetas de buen tamaño y un culo que no estaba mal,pero su actitud de puta era lo que más prendía la lujuria. Ella sin pudor sesentaba mostrando sus encantos y parecía disfrutar ser vista.
 
Al terminar de comer ayudé a lavar los platos junto a Dinora, yo estabanervioso y erecto, algo incómodo, pero ella parecía divertida con la situación.Cuando estábamos por terminar ella se agacha para acomodar unos platos, elvestido se le sube descubriendo su culo y su coño atrapados en sus bragas. Esafue la gota que derramó la verga, termine lo que hacía y corrí al baño amasturbarme, al salir Dinora me ve con una sonrisa satisfecha, pasa otro ratomientras mi papá platica conmigo de la escuela y esas cosas. Nos vamos a dormirtemprano porque al otro día nos despertaremos de madrugada.
 
Mi papá tiene una habitación para mí en su casa. Se apagan las luces ydespués de unos minutos se escucha el inconfundible sonido del sexo, Dinora ymi papá cogían con mucho esmero. Estaba enojado con él por lo sucedido con mimamá pero de cierta manera lo entendía, además Dinora me excitaba igual. Sedetienen después de un momento y por fin logro dormir.
 
La alarma me despierta a las 5 de la mañana y comenzamos a alistarnos,primero se baña Dinora con mi papá mientras yo desayuno algo ligero, Dinorasale de la ducha cubriendo su pudor con una muy corta toalla. Entro después yveo como puesta a propósito unas bragas diminutas de encaje extendida en eltoallero, es de color negro con la parte de atrás transparente. No resisto elimpulso y me la llevo a la nariz para respirar profundamente su aroma, unamezcla tenue de vagina y sudor. La enrollo en mi erección matutina y memasturbo, saltan tres chorros espesos de semen que quedan en la pared deazulejos, me baño cuidando borrar las huellas de mi orgasmo.
 
Me arreglo rápido pues se nos hacía tarde, salgo de camisa y saco yDinora después de pasear la mirada por mi cuerpo me suelta un: "que guapote ves". Para sorpresa mía, Dinora vestía muy conservadora, con un vestidorojo bastante recatado, pensé que vestiría algún atuendo provocador, de putavamos, pero en cambio se vistió como una mujer normal de 44, se le seguíamarcando el culo redondo que se cargaba y sus tetas llamaban la atención, perono era vulgar.
 
Salimos apenas a tiempo y después de un viaje de tres horas llegamos ala casa de mí ahora tío político. Saludamos y convivimos un poco antes de salira la iglesia para el hecho.
 
Durante la misa (odio las misas) buscaba con la mirada prospectos conlos cuales podría "divertirme" en la fiesta. Para mi mala suerte nohabía muchas chicas de mi edad y las que había iban acompañadas, en otraocasión eso no me hubiera importado pero provocar una pelea en la única fiestade la familia de mi papá me pareció mala idea. El padre termina el casamiento ydespués de las fotos nos dirigimos a la casa del novio donde sería la fiesta.
 
Nos acomodamos en las mesas ya dispuestas, Dinora se sentó entre losdos, de vez en cuando acariciaba "accidentalmente" su muslo con lamano, a ella parecía no importarle, como no había nadie con quien divertirme,me dedique a platicar con un primo y a tomar unas cervezas.
 
Después de la comida y el pastel comenzó la música, cumbias y salsas.Después de una cuantas canciones, Dinora me invita a bailar, disfrutaba másverla bailar, pero si uno va a una fiesta y no baila, para qué va.
 
—Me doy cuenta que ya no eres un niño... —me dice cuando quedamoscerca, quizás haya sentido o visto la erección que tenía —llamas la atención delas chicas —termina.
 
—No lo creo... Digo, soy un poco extraño y nada atlético —me excuso.
 
—No hace falta serlo cariño —en eso tenía razón —. Detrás de mí, lachica del vestido floreado —la ubico discreto con la mirada —, no te ha dejadode ver desde que llegamos de la iglesia.
 
—Debe ser porque no soy conocido.
 
— ¡Tonterías! —dice soltando una risa incrédula —esa chica te estádesnudando y te la está chupando en su imaginación.
 
Las palabras de Dinora me ponían caliente y necesitaba desahogar mistestículos, pensé en hacerle una propuesta a Dinora o insinuarle algo, eraclaro que era una puta, pero decidí no hacerlo, quizá no era el momento.
 
—Tal vez deba hacer algo entonces.
 
—Si peque, ve tras ella sin miedo y me cuentas como te fue, tal vez tepueda dar consejo o ayuda —dice en un tono de misterio, entre dejando veralguna intención... Aunque quizá fueran imaginaciones mías pero algo habría quehacer después.
 
Regreso a la mesa, tomo un trago de cerveza y cazo con la mirada a lachica del vestido floreado, de inmediato ella me intercepta la mirada, tenía elcabello rizado, suelto; su piel era morena clara ligeramente más quemado de lonormal, tenía cruzadas las piernas dejando ver unas pantorrillas bien formadasque terminaban en unos tacones, tenía el busto mediano; era todo lo que podíaver.
 
Le sonrió, levanto la cerveza como brindando con ella, ella respondecon una linda sonrisa y levanta su vaso de Coca-Cola. Después de eso volteo lacara platicando con mi papá y volteo de vez en cuando a ver a la chica, esperoen esa rutina hasta que termina la canción que está sonando, cuando inicia laotra me levanto y me dirijo hacia ella.
 
Mientras camino hacia ella sus amigas ríen y susurran, llego y ella meve nerviosa.
 
—¿Bailamos? —pregunto tendiendo mi mano a ella.
 
No contesta, me toma la mano y se levanta, caminamos a la pista y lajalo a mi, muy cerca, comenzamos a bailar, ninguno de los dos es bueno, peroalgo sale de todo eso.
 
—... Soy Letty... —me dice acercándose a mi oído, pegando sus pechos ami cuerpo.
 
—Mucho gusto... —le doy un beso en la mejilla —no te vi en la iglesia.
 
—No fui, me quede aquí a ayudar a mi mamá con las mesas...
 
—Con razón, no sabía cómo te me habías escapado... —ella sonríe y sepega más para darme un beso en la mejilla, yo giro la cara para atrapar lamitad de su boca.
 
Bailamos mucho, canción tras canción, parecía no cansarse, seguía yseguía, de las cumbias a la electrónica, platicamos de cosas sin importanciapara conocernos un poco.
 
Después de un exhaustivo maratón de baile me dice que vayamos asentarnos, llegamos a la mesa, sus amigos ya no están, así que nos sentamos aplaticar mientras tomo otra cerveza y ella un vaso más de refresco.
 
—Vaya… sí que aguantas mucho bailando —le digo.
 
—Si pero... No bailo igual de bien que tú —me contesta con una sonrisa.
 
—Ja ja ja, que graciosa —digo con un leve sarcasmo —yo no bailo paranada bien, además no aguanto tanto como tú...
 
—Bueno... A de ser por el ejercicio.
 
—¿Vas al gimnasio o algo así?
 
—No, juego Volleyball
 
—Vaya... —Le digo sorprendido mientras recorro su cuerpo con la vistamientras la imagino desnuda, las jugadoras de Volley tienen los mejores culos,duros, redondos y parados. Ese vestido no ayuda a ver eso pero estaba seguroque tenía un culo espectacular —con razón aguantas tanto bailando.
 
Ella sonríe avergonzada ante mi mirada, mueve las piernas muslo contramuslo. Me termino la cerveza y seguimos charlando.
 
—¿Quieres otra cerveza? —me pregunta en cierto momento de la plática.
 
—Si pero no encuentro a quien pedírsela —contesto.
 
—Yo sé en dónde están las hieleras... Ven —me dice tomándome de lamano.
 
Me lleva por atrás de la casa, alejados del ruido y cerca de laoscuridad, ella va casi corriendo como emocionada, el vestido vuela al airedejando ver unas piernas lógicamente espectaculares.
 
Llegamos a la hielera, ella se recarga a la pared con las mejillasencendidas y una mirada suplicante por caricias. Me acerco a ella, pongo mimano en su nuca acariciando su mejilla antes, la beso apasionadamente el juegode nuestras lenguas acalora la noche, sus manos y las mías exploran por encimade la ropa nuestra anatomía. Acomodo mi rodilla entre sus piernas y la alzó unpoco para sentir el calor que emana de su sexo, ella responde al movimiento yempieza a frotar sobre mi pierna en un movimiento de caderas natural.
 
Sus manos intentan desesperadamente desabrochar mi cinturón, tienealgunos problemas, falta de práctica, supongo, mis manos se apoderan de supecho aún sobre la ropa, ella abre la boca en un gemido ahogado. Sigue moviendosus caderas con ritmo sobre mi rodilla, siento una leve humedad en la pierna,ella sigue forcejeando con mi cinturón.
 
La mano que jugueteaba en su pecho se aventura hacia sus piernas pordebajo del vestido. Tiene unas piernas hermosas, por fin descubre lacombinación de mi hebilla y desata el cinturón, avanzo sin pena ni preocupacióndisfrutando del interior de sus muslos, ella forcejea ahora con el botón delpantalón, me topo con una licra apretada que protege su sexo, alargo más mimano, directo a su culo, mis pantalones ceden y dejan a la vista mi erecciónatrapada en el bóxer, una mancha delata la punta chorreante de mi verga.
 
Tiene un culo de infarto, realmente delicioso, dibujo la curva perfectaque crean sus nalgas al separarse de sus piernas, redondo y duró. Aprieto confuerza su culo, aún con la licra se define bien. Ella libera mi pene de suencierro, pasa sus dedos por la punta, mojándose de líquido preseminal.
 
Bajo de un tirón la licra, ella me pela la verga dejando a laintemperie mi cabeza roja y sensible. Subo mi mano esperando tocar su coño perome detienen unas bragas empapadas sobre su sexo, pensé que la licra era loúnico que separaba su vagina de mi lujuria. Me equivoque.
 
Acaricio un par de veces su sexo sobre las bragas, la tela esta tanmojada que pronto empezará a gotear. Sujeto su empapada pantaleta y comienzo abajarla, ella detiene mis manos al instante, aprieto los labios en signo dedesacuerdo pero la habilidad de mis manos, ya acostumbradas a masturbar a todaslas damas, putas y zorras con las que he salido, se adaptan a la situación.
 
Deslizo mi mano izquierda por entre su abdomen y las bragas, mis dedosse topan con su vello ya mojado de la excitación, abro sus labios como puedomientras meto mi lengua al fondo de su garganta, dibujo círculos y figurascurvilíneas sobre su clítoris ella me abraza fuerte apretando mi verga, aunllena de leche ansiosa, contra su abdomen. Escucho su respiración agitadacontra mi oreja, gemidos ahogados para el anonimato, jadeos susurrantesavisando el clandestino momento que la tiene húmeda y caliente.
 
Decido que ya es tiempo de terminar los preliminares e ir al platoprincipal. En un movimiento rápido bajo sus pantaletas hasta medio muslo, lalicra descansa en sus tobillos.
 
—Te voy a coger querida —le digo al oído, la tomo de las caderas con laintención de girarla para que me de las nalgas. Ella pone resistencia.
 
—No... No... Por favor... Sígueme tocando por favor... —suplica con losojos cerrados.
 
No hay más que hacer ni decir, detengo mi intención, es deber de todocaballero complacer a la mujer. Si la dama dice: "No me la metas por elculo" entonces no se la metes, si la dama dice: "Córrete en miboca" entonces la haces tragar leche, si la dama dice: "Méteme unpalo de escoba por el culo mientras me partes el coño en dos" entonces lohaces.
 
Su sexo desnudo, escondido bajo el vestido esperaba ansioso ypalpitante por mis caricias. Pongo su mano sobre mi verga dura y caliente, dela punta escurren gotas pesadas de líquido transparente; la beso con pasión ytomándola de la cintura la acerco hasta que sus pechos se aprietan contra mí.
 
Mis dedos se sumergen bajo el vestido directo a su clítoris, regresó ahacer círculos con mis dedos, ella abre la boca ahogando otra vez sus gemidos.Conforme se va excitando más olvida mi pene y se aferra a mi espalda; retiro mimano y me llevo los dedos empapados de su jugo sexual a la boca, ella suspiratranquilizando su agitada respiración, piensa que ha terminado todo. No es así.
 
Mi mano regresa a entre sus piernas esta vez con otro objetivo. Luegode unos cortos movimientos en toda la extensión de su sexo para humedecer misdedos, me dirijo a la entrada de su coño —. Quiero que te vengas para miquerida —le susurro antes de meterle hasta el fondo dos dedos. Ella suelta ungrito ahogado, como si se quedara sin aire, empiezo a masturbarla metiendo ysacando mis dedos, moviéndolos dentro de ella. Sus gemidos se transforman enchillidos incontrolables que trata de amortiguar mordiéndose el labio inferior,sus uñas se clavan más en mi espalda. Su humedad pasa de ser una laguna a unmar.
 
Acelero el ritmo, entierro mis dedos más profundo, más rápido —. Así...Ayyyy... Por favor... Espera... Por favoooor... —suelta un grito, está porcorrerse.
 
Clava sus dientes en mi hombro, la sigo masturbando a pesar del tenuedolor. Levanto la vista y entre la oscuridad de un árbol diviso una figura,pienso en detenerme para salvar el pudor de Letty pero la figura da dos pasoshacia la luz, develando a Dinora con su vestido rojo y un cigarro en mano. Mesonríe y pone su índice sobre los labios, me guiña un ojo y pone su mano entrelas piernas.
 
Masturbo a Letty como si masturbara a Dinora, la chica no resiste más yuna oleada de calor en su interior explota, mis dedos atrapados en su sexosienten como se ensanchan las paredes de su vagina y aprietan espasmódicamentesus labios, ella muerde callando su grito, el dolor es intenso pero más intensaes mi erección.
 
Las piernas de Letty se debilitan y echa su peso sobre mí, saco misdedos de ella y los saboreo con la vista fija en Dinora, la mujer curva suslabios en una carcajada muda, la chica en mis brazos ríe aturdida pero feliz,le doy un beso a la chica pensando en la mujer.
 
—Te toca querida —le digo suave —¿Me ayudas con esto? —tomo mi vergaentre las manos y la sacudo frente a ella.
 
—Claro... Será un placer... —dice aun recuperando el aliento. Regresala ropa interior a su nicho de honor, recoge su cabello despejando su cara ycon parsimonia se pone sobre las rodillas. Mi pene salta enfrente de su cara, señalándolaacusadoramente con su punta llena de lubricante —Me gusta esto... —dice ycomienza a masturbarme.
 
Alzo la mirada para ver a Dinora, la mujer estaba cómodamente sentadasobre una jardinera, las piernas cruzadas, disfrutando del espectáculo, elcigarro estaba preparado acabarse y también el erótico momento que estabaviviendo.
 
La chica pasa su lengua por la punta sensible de mi miembro, ellubricante desaparece dejando un hilo transparente que une a su lengua con misexo. Cierro los ojos echando la cabeza hacia atrás, la chica se mete mi vergaa la boca, se nota el esmero pero le falta algo de práctica. Abro los ojosaturdido, empiezo a sentir un dolor en los testículos, a pesar del empeño de lachica del vestido floreado me temo que la leche de mis bolas anhela algo más lascivoy salvaje que eso.
 
Dinora sonríe al ver mi rictus desesperado, una mano entre sus piernasy otra sobre un seno, el cigarro es ahora una mancha negra de ceniza embarradacerca de sus caderas. Acaricio el cabello de Letty y la sujeto de unos mechonestomando control del ritmo, la chica no se opone, al contrario, mueve la lenguafrenética como una estudiante esforzándose por entender.
 
Dinora ríe en silencio viéndome, la chica mueve una mano a su vagina,rápido y profundo muevo mi verga en su garganta, ella mueve su lengua, elorgasmo está cerca, puedo sentir la leche hervir en mis bolas, le arranco miverga de la succión de sus labios y me masturbo por unos segundos, echo lacabeza hacia atrás ahogando el rugido de mi excitación. Abro los ojos aturdido,veo como salen tres chorros de mi sexo que impactan en el rostro de Letty, unoqueda en su ojo y los otros en su mejilla y en el labio; con mi respiraciónagitada algo la cabeza para sonreírle a Dinora.
 
No hay nadie en la jardinera, solo oscuridad.
 
Volteo a ver a Letty, ella sonríe con la cara llena de semen, la imagenes tan exquisita que mi erección recobra su dureza, pienso en tomarle una fotopero después pienso que no es apropiado. La chica se levanta, toma la licra desus piernas, al inclinarse puedo ver su culo en todo el esplendor, se quita elexceso de semen con la licra y después se dirige a la hielera.
 
Moja la licra en el agua del hielo y se la pasa por el rostro —. Estafría... —dice con una risita al final.
 
—Yo hasta me olvide del frío —le contesto antes de acercarme a darle unbeso intenso. Ella sonríe feliz.
 
—Creo que será mejor no regresar juntos —dice recobrando la cordura.
 
—Tienes razón —le contesto antes de volvernos a besar como despedida.
 
—Te veo mañana —dice antes de irse.
 
Alcanzo a darle una nalgada en su culo bien formado, ella regresa a lafiesta mientras me arreglo el cinturón y me fajo la camisa. Saco una cerveza dela hilera y le doy dos tragos antes de irme. En la fiesta solo quedan algunosborrachos aquí y allá, Letty ya no está, voy a mi mesa a sentarme y a terminarmi cerveza, unos minutos después nos indican el lugar donde podemos dormir.
 
Cansado y deslechado el sueño llega pronto.

Continuara...

Parte 2:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3173144/La-Chica-de-la-Boda-Parte-2.html

Parte 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/3236535/La-Chica-de-la-Boda-Parte-3.html

2 comentarios - La Chica de la Boda (Parte 1)

masitasexxx
Muy bien relato!!!
Des-conocido- +1
Gracias amigo, espera la segunda parte
Lest47
EXCELENTE
Des-conocido-
Que bueno que te gustó, espero leas la segunda parte