María Teresa, Bea y otras les dieron a las casadas

Tras su noche de bodas, María del Carmen y Mónica durmieronplácidamente, desayunaron abundante, café con leche, tostadas, queso,mermelada, y a los besos se fueron a su luna de miel, donde se dieron con tuttiuna semana en la costa. A suvuelta, María Teresa y su hermana Beatriz, las dos gordotas, las esperaban para darles el regalo de casamiento, que ni Carmencita ni Moni seesperaban ni imaginaban remotamente.
 
Todo comenzó con Estela, otra generadora de sexo, que se enteró de lo que Tere y Bea iban a hacer e invitó alas hermanas y otras mujeres a cenar, entre ellas, claro, el flamantematrimonio igualitario. María del Carmen y Mónica llegaron del brazo, muy acarameladas,elegantes: Carmen de saco y pollera negra, tacos, cartera de cuero, maquilladay perfumada, y Mónica con ropa de cuero negra, medias negras, ctacos altísimos,muy pero muy maquillada, de exquisito perfume y cartera fina, las dos trayendosandwiches de miga y fiambre para otra picada de pelirrojas. Un rato despuésllegaron María Teresa y María Beatriz con sandwichitos y demás, elegantes decuero, muy maquilladas y con botas con taco, cartera y unos perfumes fortísimospara atraer a sus amigas esposas, a quienes querían darles una sorpresaespectacular. Así fue la cena con queso, fiambre, aceitunas, saladitos,sandwichitos y demás, más torta y flan, sidra y champagne para festejar elcasamiento de las mujeres. Muy acarameladas, Carmen y Moni se mimaban y besabanmientras se convidaban de todo y se decían cositas. Pero María Teresa y suhermana estaban al acecho. Y las dos se les sentaron una a cada lado yles charlaron durante la cena. María Teresa, toda de cuero, con un sandwich dejamón crudo y queso en la mano, le hablaba dulce a Moni, que disfrutaba unsandwich de miga de jamón cocido, huevo y queso, mientras Bea, que le daba alsalame y queso roquefort, charló mimosona con Carmen, que comía un sandwich demiga triple y disfrutaba la velada enamorada de su mujer.
 
Ni Carmen ni Moni se daban cuenta de que Tere y Bea las estabanacosando y les tenían ganas. Y no sólo ellas, En efecto, las hermanas Vanuccihabían preparado todo para una noche de sexo total con susamigas. Se hicieron las 3 de la mañana, y tras despedirse de Estela, siemprecomo las pelirrojas, mano abierta en la pera y besote en la boca, las dosgordotas se fueron con Carmen y Moni, a quienes les dijeron que lasinvitaban  a tomar algo a un bolichecercano, como si no hubieran ya tomado cerveza, sidra y champagne en la picada.Carmen y Moni asintieron y las dos hermanas, excitadas, seprepararon en el baño de lo de Teli, se  retocaron su pintura de labios, su maquillaje y locas de excitación, sefueron con las novias para el hotel cerca de lo de Estela. María Teresa lallevaba a Moni del Brazo y María Beatriz a Carmen, y cada tantito paraban y lasbesaban en la boca, las novias se extrañaban pero seguían con sus amigas haciauna aventura de lo más explosiva y excitante. Al fin llegaron al hotel, Tere yBea siempre llevándolas del brazo, subieron, entraron y las hermanas, trascerrar la puerta, las convidaron con masas, champagne y unas rosas que lestenían preparadas. Las mujeres agradecieron, ni se inmutaron por dónde estabany tomaron nomás con las dos amigas. Y éstas, viendo que todo iba perfecto, lasempezaron a acosar. Beso va, beso viene, copa, copita, mimito. Carmen y Moni sedieron cuenta, pero ya las dos gordotas estaban listas para darles. Y lasnovias, excitadas, se entregaron nomás de la excitación.Las hermanas les fueron sacando todo, las desnudaron, las manosearonbien y tras jueguitos, las novias se quitaron todo. Y al estar desnuditas, enclítoris, apagaron las luces, se dieron con polvillo, tomaron más y explotaron.
 
María Teresa la sujetó a Moni y la aplastó contra la pared,mientras Bea, un tanque de 120 kilos, se lo hacía a Carmen. Y cuando las soltaron, lasagarraron y les empezaron primero a dar con látigo, y luego,sacaron de sus carteras salchichón y juguetes, cremita, vibradores, lasuntaron, le pusieron cremita en sus orificios y su cuerpo, y jadeando Carmen y Moni se dispusieron a la garchada.
 
Y nomás, María Teresa y María Beatriz las hicieron pomada a lasnovias. María Teresa, desenfrenada, gozaba retorciendo yrevolcándose sobre Moni, delgadita pero deseosa de sexo, y Moni gritabaexcitada por el peso y la furia de Tere. Y bea le daba con elcordón erótico a Carmen, que pesaba 20 kilos menos,gorda igual, pero que se entregaba con alegría. Tere acabó arriba de Moni,bañándola de flujo, y luego fue por Carmen y la hizo fiambre como un sandwich de miga y la cogió hasta cansarse, reventándola y dejándola de cama. Bea le dio a Moni,haciéndola puré con excitación total, y luego, las dos parejas depelirrojas se hicieron de todo entre sí, en una noche infartante y excitante.
 
Pero esperen, que hay más. Cuando ya era casi de día, había pasadola noche, la picada, el fiambre,la ropa de cuero, los besos, maquillajes, mimosy sexo, llegó el postre. Justo cuando Carmen y Moni salían sequitas de laducha, con la piel suave, encremada y perfumadita, entraron Estela, Patri y Lily. Y las tres mujeres les sacaron la ropainterior, corpiño y bombacha que las novias tenían, y se las cogieron sinparar. María Teresa, Beatriz, Estela, Patri y Lily fueron mucho para elmatrimonio, que sufrió y gozó de lo lindo con vagina, cola, manos, pelo,masturbada, apretada de tetas, pezones, vibradores, de a dos, tres, cuatro,hasta en un momento las cinco se le fueron encima a Moni y luego a Carmen. Y asífue otra noche de bodas para María del Carmen y Mónica, que la pasaronbombacha, sin bombacha, a merced de las geniales de sus amiguitas. Que selas prepararon bien y le dieron por vagina y cola una noche que nuncaolvidarán.

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