Luego de mi último relato (la despedida de Anto) donde mencioné un episodio de mi amiga con un bombero, varios me escribieron para pedir que cuente qué pasó. Tuve que averiguar un poco (sabía algunas cosas nomás) y acá van los resultados de mi investigación (?)
Esto sucedió cuando tenía 22 años. Yo estaba en la facu. Los días que no cursaba aprovechaba para estudiar ya que tenía la casa solo para mi. Mi viejo tenía atrás, en el patio, un taller donde realizaba trabajos con madera.
Una mañana, me llama por teléfono un vecino para avisarme que se estaba prendiendo fuego el taller. Desesperada, busco el matafuego y (estúpida) no supe como sacarle el seguro (de los nervios que tenía). No se me ocurrió mejor cosa que llamar a los bomberos. Cuando vinieron y vieron que era, me miraron medio para putearme (de hecho, lo único que hicieron fue apagarlo con el mismo matafuego que tenía en mi casa).
Luego de unas preguntas, se retiraron. Esa noche me agrega al Facebook un chabón. Apenas acepto la solicitud, me empieza a escribir. Era uno de los bomberos que vino a mi casa. Carlos (Carlitos lo llamaban), tenía 30 años y era bombero. Charlamos un rato, pero era obvio lo que buscaba Carlitos.
Me invitó a salir. En ese entonces, andaba de novia, por lo que le dije que no. Mientras chateaba, espiaba las fotos del chabón. Normales, hasta que veo un álbum de unas vacaciones en la playa. Terrible lomo tenía. El pibe no siguió insistiendo, pero por varios días seguimos la charla.
Un fin de semana, chateando como varios otros, le digo donde iba a bailar y "casualidad" él salía la mismo lugar. Nos encontramos ahí, bailamos un poco, charlamos, pero no mucho más. Seguí con mis amigas y él con sus amigos. Ya entrada la noche, me busca y me pregunta si mi novio iba a buscarme. Le dije que no, que volvía sola. Rápido se ofreció a llevarme y haciéndome la que dudaba acepté.
Luego de varias indirectas que me tiraba sobre mi vestuario, en un semáforo nos quedamos mirándonos y nos besamos. Tímida, me separé y le dije que no estaba bien eso. Llegamos a la puerta de mi casa, y nos despedimos con otro beso. Pero este fue más intenso. Un calor recorrió todo mi cuerpo y me empezó a mojar la conchita que hacía rato no recibía la atención que necesitaba.
"Pará, no está bien esto" le dije. "Acá en la puerta de mi casa no". Al chabón se le dibujó una sonrisa. Me bajé y me fui a dormir. Al rato me empiezan a llegar mensajes. "No sabés como me dejaste con ese beso", me pone. "Y vos a mi!!" le respondí.
Seguimos con los mensajes y ya era claro qué estábamos haciendo cada uno. Me dio curiosidad y quise ver un poco más, entonces le di el pie... Le mandé una foto con la sábana tapándome de la cintura para abajo y mi mano adentro. Él respondió con una foto igual, pero grata fue mi sorpresa al ver el terrible bulto inmenso que sobresalía.
Me mojé toda. Pero, sabiendo que él esperaba ese comentario, seguí hablándole y calentándolo como si no hubiese visto. Seguimos así hasta que acabamos, pero me quedó la pija esa en la cabeza y no me la iba a sacar de mi mente hasta que no me la cabalgara toda.
El domingo insistió para vernos, pero era imposible (tenía que ver a mi novio). Así que para cortar con el histeriqueo, le dije: "el lunes, entro a las 18 a la facu. Si andás por ahi, falto a la primera materia". Ni hablar, que nos encontramos a esa hora.
Subí al auto y amagó besarme, pero lo frené al toque: "vamos a coger", le dije sin vueltas. No quería cariño. Derecho al telo. Me tiró en la cama, me desvistió toda. Él se queda con el torso desnudo, rodo marcado, enorme... le pasaba la mano por los brazos para sentir las curvas de sus músculos. Mientras él me chupaba las tetas, yo desabrochaba su pantalón. Con una mano manoseaba el bulto, aún flácido pero ya dando idea de la bestia que cargaba.
Cuando solté a la bestia largué un suspiro de satisfacción al agarrar semejante pija entre mis manos. Se sonrió y siguió en las tetas. Fue bajando hasta empezar a chuparme la concha. Yo tenía una calentura terrible. Quería que me haga explotar, pero el deseo de esa pija enorme me pudo más.
Lo frené y lo hice parar en el borde de la cama. Me arrodillé ante su vergón (porque ante una pija así, hay que agarrarla arrodillada, bien puta) y se la empecé a chupar. Enorme era, pero aún flácida. Yo chupaba, y la pija crecía. "Por Dios, hasta donde crece esto?!" llegué a decir antes que él con una sonrisa en su cara me agarrara de los pelos y me la metiera de nuevo en la boca. "Chupa puta" me decía y yo me volvía más loca.
El trozo de carne crecía en mi boca y me mojaba más. Con una mano manejaba la verga y la otra me pajeaba. Cuando la sentí bien dura la saqué para admirarla. Casi como mi antebrazo de largo y bien ancha. Una bestia.
No podía parar de mirarla. "Te gusta, nena?" me preguntaba Carlitos, acariciándome el pelo. No sabía que decir. Me levantó y ahora si, me tiró en la cama y me chupó la concha hasta hacerme explotar. Mi orgasmo fue mezcla de gemidos con pedidos desesperados de que me coja con esa pija.
Se acomodó y despacito empezó a empujar. Mi novio tenía la pija bastante más chica, y sumado a que no me cogía tan seguido, estaba casi virgen. Pero esta bestia se encargaría de cambiar la historia. "PUfff.. que cerradita que estás nena" me repetía a medida que su pija iba ganando centímetros.
"Despacito.. me duele" le decía, un poco mentirosa. Costaba, si... pero me encantaba sentir una buena pija desgarrar mi conchita. Cuando por fin la pudo meter, empezó a bombear. No podía parar de gemir. Cada embestida me destrozaba un poco más.
Cuando por fin me acostumbré, me cogió como la bestia que aparentaba ser. No me dejó mover, me manejó como quiso. Pocas veces me habían cogido tan bien, tan bestial y encima con semejante vergón. Luego de un par de polvos, él seguía con la pija re dura y yo no daba más. Quería seguir cogiendo, pero no podía más. Le hice un pete y lo dejé acabarme en la boca (realmente, se lo merecía).
Los encuentros lamentablemente los tenía que espaciar. Me dejaba la concha destruida, y ni hablar cuando empezó a pedirme la cola. Obvio que de entrada fue un "No, ni loca" pero él, muy seguro, dijo "Está bien... la vas a pedir sola". Y no se equivocó.
Un día me dejó que lo cabalgue. La pija no me entraba entera, por lo que tenía que medir bien hasta donde bajaba porque me rompía en serio. Ya me había hecho acabar como 2 veces y seguía re caliente y mojada yo. Con un dedo empezó a abrirme la colita. Yo seguí cabalgando, mientras Carlitos jugaba con mi colita.
Me hizo estallar en un orgasmo espectacular. Mi cuerpo se aflojó todo y caí sobre el suyo. Aún con la respiración agitada, le dije al oído "hacemela... haceme la cola"... no podía creer lo que estaba pidiendo, pero no perdió un segundo.
Me acostó boca abajo y empezó el trabajo paciente de preparar mi colita para semejando poronga. Cuando sentí la punta de la pija en mi ano traté de relajarme lo más que pude y borrar de mi cabeza el tamaño de lo que me estaban por meter. Pero fue imposible.
Sentía que abría. Apreté las sábanas, él seguía su camino. Entró un poco, la puntita nomás. Pegué un grito que ahogué mordiendo la almohada. "Dale putita... dale" me decía levantando mi cola. Yo obedecía. Él seguía metiendo. Ahora si, sentía que entraba más fácil pero igual me rompía toda.
"No doy más... no doy más..." llegué a decir entre suspiros. Él se frenó, y la sacó un poco y de golpe empujó. Quise gritar pero no me salió nada. Un grito silencioso luego de sentir que casi me desmayo. "Si da más, mirá como entró" me decía él que ahora empezaba a bombearme. "Mirá como da esta cola, puta; solo se tenía que acostumbrar a una verga de verdad... puta".
Y bien que tenía razón. Me empezó a gustar tanto que gritaba que no parara. "De quién es este culo?" me preguntaba mientras sacaba despacio su verga. "Tuyo.. tuyoo..." gritaba re loca mientras enterraba el pijón de golpe. La sacaba casi hasta la punta y me volvía a preguntar. Cuando no la metía, mi cuerpo pedía sentir su pija adentro de nuevo. "Metelaaa metelaaa" gritaba yo desesperada, ante las risitas sobradoras de él. Le encantaba que le pidiera por favor que me rompiera la cola.
Me dejó el culo inutilizable por varios días. Por suerte, a mi novio no se lo entregaba casi nunca así que no fue mucho problema. Después de ese día, le pedía que me hiciera el orto siempre que nos veíamos. Un viernes, después de clase, fui a la casa de mi novio. Luego de comer, garchamos un ratito y se quedó dormido.
Yo (mal acostumbrada en las últimas semanas) quería más. Encima, ya habían pasado varios días desde el último encuentro con Carlitos por lo que estaba muy necesitada. Me levanté y me fui al baño. Le empecé a escribir, para saber si había salido o que estaba haciendo. Necesitaba esa pija.
Volví a la habitación, me cambié y desperté a mi novio diciéndole que me iba y lo dejaba dormir tranquilo, así al otro día me levantaba yo temprano a estudiar. "Yo también estoy cansada, mañana nos vemos más tranquilos".
Me pedí un taxi y me fui. Como Carlitos no me contestaba, fui para mi casa. Antes de llegar, me responde. Estaba trabajando, de guardia, en el cuartel. Me preguntó si pasaba algo. "Estoy re caliente, necesito tu pija" le respondí.
"Vení", me responde al toque. Le indiqué le cambio de planes al taxista y encaré al cuartel. Luego de un pequeño tour por las instalaciones, me presentó a 2 de sus compañeros que estaban de guardia con él, me llevó a una oficina.
Entramos y yo ya estaba arrodillada. "Qué pasó putita, me extrañabas" me decía mientras ponía su pija dormida en mi boca. "Mi novio se quedó dormido... estoy re caliente, pero mal... me cogió una vez, re poco y no podía dejar de pensar en tu pija".
Mientras yo se la chupaba, me contó un pequeño problema que había que resolver. Para no tener problemas con sus compañeros, me los tenía que coger. Ahí me frené. Yo quería coger con él y quería solo la pija de él. Pero si no accedía me tenía que ir así re caliente, más de como había llegado.
"Pete nomás" le dije. "Ok, y te la tragás". "Pete y me acaban en las tetas. Sino me voy, ya fue" le dije, ya media ofendida. Él también tenía ganas de cogerme, así que salió, habló con los tipos y accedieron. Primero pasó el más viejo, se la chupé y acabó al toque sobre mis tetas. El segundo también, duró un poco más, pero enseguida se vino sobre mi.
Carlitos entró y me trajo para limpiarme. Y arrancamos. Le chupé la pija con bronca, hasta hacerlo acabar. Me tiró sobre el escritorio y me penetró con la pija aún dura a pesar de la acabada. Me pegó la cogida que necesitaba.
Me puso en 4 en el piso y me cogió hasta largar otro chorro de leche bien caliente sobre mi cola. El piso estaba alfombrado, por lo que me quedaron todas las rodillas raspadas. Miré mi celu. Mensaje y llamada perdida de mi novio. "LLegaste bien?", de la calentura me había olvidado de avisarle. Le contesté, mientras él se recuperaba chupándome la concha hasta hacerme acabar. Cuando se levantó ya la tenía dura de nuevo.
"Sos una bestia" le dije mientras me la tragaba. "No buscabas eso, puta?" me decía orgulloso. Yo solo respondí metiéndome la pija lo más adentro posible hasta ahogarme y largar varias arcadas con la pija incrustada en mi garganta.
Me acomodó otra vez en 4 y fue derecho a mi cola. Sabía que no se iba a salvar, y yo tampoco quería que se salvara. Me abrió toda. Levanté la cabeza y vi como desde una ventana que había al costado los 2 compañeros espiaban todo. Lejos de molestarme les regalé las mejores caritas de puta enculada. Carlitos siguió hasta acabar adentro de mi cola. Sentí como latía esa verga inmensa golpeando las ensanchadas paredes de mi ano y me volvía loca.
Se vistió y me dijo que tenía que volver a trabajar. Por primera vez, me garchó y me fui sintiendo que mi cuerpo podía seguir cogiendo más. Igual, me volví a mi casa por demás de satisfecha.
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Indice
Esto sucedió cuando tenía 22 años. Yo estaba en la facu. Los días que no cursaba aprovechaba para estudiar ya que tenía la casa solo para mi. Mi viejo tenía atrás, en el patio, un taller donde realizaba trabajos con madera.
Una mañana, me llama por teléfono un vecino para avisarme que se estaba prendiendo fuego el taller. Desesperada, busco el matafuego y (estúpida) no supe como sacarle el seguro (de los nervios que tenía). No se me ocurrió mejor cosa que llamar a los bomberos. Cuando vinieron y vieron que era, me miraron medio para putearme (de hecho, lo único que hicieron fue apagarlo con el mismo matafuego que tenía en mi casa).
Luego de unas preguntas, se retiraron. Esa noche me agrega al Facebook un chabón. Apenas acepto la solicitud, me empieza a escribir. Era uno de los bomberos que vino a mi casa. Carlos (Carlitos lo llamaban), tenía 30 años y era bombero. Charlamos un rato, pero era obvio lo que buscaba Carlitos.
Me invitó a salir. En ese entonces, andaba de novia, por lo que le dije que no. Mientras chateaba, espiaba las fotos del chabón. Normales, hasta que veo un álbum de unas vacaciones en la playa. Terrible lomo tenía. El pibe no siguió insistiendo, pero por varios días seguimos la charla.
Un fin de semana, chateando como varios otros, le digo donde iba a bailar y "casualidad" él salía la mismo lugar. Nos encontramos ahí, bailamos un poco, charlamos, pero no mucho más. Seguí con mis amigas y él con sus amigos. Ya entrada la noche, me busca y me pregunta si mi novio iba a buscarme. Le dije que no, que volvía sola. Rápido se ofreció a llevarme y haciéndome la que dudaba acepté.
Luego de varias indirectas que me tiraba sobre mi vestuario, en un semáforo nos quedamos mirándonos y nos besamos. Tímida, me separé y le dije que no estaba bien eso. Llegamos a la puerta de mi casa, y nos despedimos con otro beso. Pero este fue más intenso. Un calor recorrió todo mi cuerpo y me empezó a mojar la conchita que hacía rato no recibía la atención que necesitaba.
"Pará, no está bien esto" le dije. "Acá en la puerta de mi casa no". Al chabón se le dibujó una sonrisa. Me bajé y me fui a dormir. Al rato me empiezan a llegar mensajes. "No sabés como me dejaste con ese beso", me pone. "Y vos a mi!!" le respondí.
Seguimos con los mensajes y ya era claro qué estábamos haciendo cada uno. Me dio curiosidad y quise ver un poco más, entonces le di el pie... Le mandé una foto con la sábana tapándome de la cintura para abajo y mi mano adentro. Él respondió con una foto igual, pero grata fue mi sorpresa al ver el terrible bulto inmenso que sobresalía.
Me mojé toda. Pero, sabiendo que él esperaba ese comentario, seguí hablándole y calentándolo como si no hubiese visto. Seguimos así hasta que acabamos, pero me quedó la pija esa en la cabeza y no me la iba a sacar de mi mente hasta que no me la cabalgara toda.
El domingo insistió para vernos, pero era imposible (tenía que ver a mi novio). Así que para cortar con el histeriqueo, le dije: "el lunes, entro a las 18 a la facu. Si andás por ahi, falto a la primera materia". Ni hablar, que nos encontramos a esa hora.
Subí al auto y amagó besarme, pero lo frené al toque: "vamos a coger", le dije sin vueltas. No quería cariño. Derecho al telo. Me tiró en la cama, me desvistió toda. Él se queda con el torso desnudo, rodo marcado, enorme... le pasaba la mano por los brazos para sentir las curvas de sus músculos. Mientras él me chupaba las tetas, yo desabrochaba su pantalón. Con una mano manoseaba el bulto, aún flácido pero ya dando idea de la bestia que cargaba.
Cuando solté a la bestia largué un suspiro de satisfacción al agarrar semejante pija entre mis manos. Se sonrió y siguió en las tetas. Fue bajando hasta empezar a chuparme la concha. Yo tenía una calentura terrible. Quería que me haga explotar, pero el deseo de esa pija enorme me pudo más.
Lo frené y lo hice parar en el borde de la cama. Me arrodillé ante su vergón (porque ante una pija así, hay que agarrarla arrodillada, bien puta) y se la empecé a chupar. Enorme era, pero aún flácida. Yo chupaba, y la pija crecía. "Por Dios, hasta donde crece esto?!" llegué a decir antes que él con una sonrisa en su cara me agarrara de los pelos y me la metiera de nuevo en la boca. "Chupa puta" me decía y yo me volvía más loca.
El trozo de carne crecía en mi boca y me mojaba más. Con una mano manejaba la verga y la otra me pajeaba. Cuando la sentí bien dura la saqué para admirarla. Casi como mi antebrazo de largo y bien ancha. Una bestia.
No podía parar de mirarla. "Te gusta, nena?" me preguntaba Carlitos, acariciándome el pelo. No sabía que decir. Me levantó y ahora si, me tiró en la cama y me chupó la concha hasta hacerme explotar. Mi orgasmo fue mezcla de gemidos con pedidos desesperados de que me coja con esa pija.
Se acomodó y despacito empezó a empujar. Mi novio tenía la pija bastante más chica, y sumado a que no me cogía tan seguido, estaba casi virgen. Pero esta bestia se encargaría de cambiar la historia. "PUfff.. que cerradita que estás nena" me repetía a medida que su pija iba ganando centímetros.
"Despacito.. me duele" le decía, un poco mentirosa. Costaba, si... pero me encantaba sentir una buena pija desgarrar mi conchita. Cuando por fin la pudo meter, empezó a bombear. No podía parar de gemir. Cada embestida me destrozaba un poco más.
Cuando por fin me acostumbré, me cogió como la bestia que aparentaba ser. No me dejó mover, me manejó como quiso. Pocas veces me habían cogido tan bien, tan bestial y encima con semejante vergón. Luego de un par de polvos, él seguía con la pija re dura y yo no daba más. Quería seguir cogiendo, pero no podía más. Le hice un pete y lo dejé acabarme en la boca (realmente, se lo merecía).
Los encuentros lamentablemente los tenía que espaciar. Me dejaba la concha destruida, y ni hablar cuando empezó a pedirme la cola. Obvio que de entrada fue un "No, ni loca" pero él, muy seguro, dijo "Está bien... la vas a pedir sola". Y no se equivocó.
Un día me dejó que lo cabalgue. La pija no me entraba entera, por lo que tenía que medir bien hasta donde bajaba porque me rompía en serio. Ya me había hecho acabar como 2 veces y seguía re caliente y mojada yo. Con un dedo empezó a abrirme la colita. Yo seguí cabalgando, mientras Carlitos jugaba con mi colita.
Me hizo estallar en un orgasmo espectacular. Mi cuerpo se aflojó todo y caí sobre el suyo. Aún con la respiración agitada, le dije al oído "hacemela... haceme la cola"... no podía creer lo que estaba pidiendo, pero no perdió un segundo.
Me acostó boca abajo y empezó el trabajo paciente de preparar mi colita para semejando poronga. Cuando sentí la punta de la pija en mi ano traté de relajarme lo más que pude y borrar de mi cabeza el tamaño de lo que me estaban por meter. Pero fue imposible.
Sentía que abría. Apreté las sábanas, él seguía su camino. Entró un poco, la puntita nomás. Pegué un grito que ahogué mordiendo la almohada. "Dale putita... dale" me decía levantando mi cola. Yo obedecía. Él seguía metiendo. Ahora si, sentía que entraba más fácil pero igual me rompía toda.
"No doy más... no doy más..." llegué a decir entre suspiros. Él se frenó, y la sacó un poco y de golpe empujó. Quise gritar pero no me salió nada. Un grito silencioso luego de sentir que casi me desmayo. "Si da más, mirá como entró" me decía él que ahora empezaba a bombearme. "Mirá como da esta cola, puta; solo se tenía que acostumbrar a una verga de verdad... puta".
Y bien que tenía razón. Me empezó a gustar tanto que gritaba que no parara. "De quién es este culo?" me preguntaba mientras sacaba despacio su verga. "Tuyo.. tuyoo..." gritaba re loca mientras enterraba el pijón de golpe. La sacaba casi hasta la punta y me volvía a preguntar. Cuando no la metía, mi cuerpo pedía sentir su pija adentro de nuevo. "Metelaaa metelaaa" gritaba yo desesperada, ante las risitas sobradoras de él. Le encantaba que le pidiera por favor que me rompiera la cola.
Me dejó el culo inutilizable por varios días. Por suerte, a mi novio no se lo entregaba casi nunca así que no fue mucho problema. Después de ese día, le pedía que me hiciera el orto siempre que nos veíamos. Un viernes, después de clase, fui a la casa de mi novio. Luego de comer, garchamos un ratito y se quedó dormido.
Yo (mal acostumbrada en las últimas semanas) quería más. Encima, ya habían pasado varios días desde el último encuentro con Carlitos por lo que estaba muy necesitada. Me levanté y me fui al baño. Le empecé a escribir, para saber si había salido o que estaba haciendo. Necesitaba esa pija.
Volví a la habitación, me cambié y desperté a mi novio diciéndole que me iba y lo dejaba dormir tranquilo, así al otro día me levantaba yo temprano a estudiar. "Yo también estoy cansada, mañana nos vemos más tranquilos".
Me pedí un taxi y me fui. Como Carlitos no me contestaba, fui para mi casa. Antes de llegar, me responde. Estaba trabajando, de guardia, en el cuartel. Me preguntó si pasaba algo. "Estoy re caliente, necesito tu pija" le respondí.
"Vení", me responde al toque. Le indiqué le cambio de planes al taxista y encaré al cuartel. Luego de un pequeño tour por las instalaciones, me presentó a 2 de sus compañeros que estaban de guardia con él, me llevó a una oficina.
Entramos y yo ya estaba arrodillada. "Qué pasó putita, me extrañabas" me decía mientras ponía su pija dormida en mi boca. "Mi novio se quedó dormido... estoy re caliente, pero mal... me cogió una vez, re poco y no podía dejar de pensar en tu pija".
Mientras yo se la chupaba, me contó un pequeño problema que había que resolver. Para no tener problemas con sus compañeros, me los tenía que coger. Ahí me frené. Yo quería coger con él y quería solo la pija de él. Pero si no accedía me tenía que ir así re caliente, más de como había llegado.
"Pete nomás" le dije. "Ok, y te la tragás". "Pete y me acaban en las tetas. Sino me voy, ya fue" le dije, ya media ofendida. Él también tenía ganas de cogerme, así que salió, habló con los tipos y accedieron. Primero pasó el más viejo, se la chupé y acabó al toque sobre mis tetas. El segundo también, duró un poco más, pero enseguida se vino sobre mi.
Carlitos entró y me trajo para limpiarme. Y arrancamos. Le chupé la pija con bronca, hasta hacerlo acabar. Me tiró sobre el escritorio y me penetró con la pija aún dura a pesar de la acabada. Me pegó la cogida que necesitaba.
Me puso en 4 en el piso y me cogió hasta largar otro chorro de leche bien caliente sobre mi cola. El piso estaba alfombrado, por lo que me quedaron todas las rodillas raspadas. Miré mi celu. Mensaje y llamada perdida de mi novio. "LLegaste bien?", de la calentura me había olvidado de avisarle. Le contesté, mientras él se recuperaba chupándome la concha hasta hacerme acabar. Cuando se levantó ya la tenía dura de nuevo.
"Sos una bestia" le dije mientras me la tragaba. "No buscabas eso, puta?" me decía orgulloso. Yo solo respondí metiéndome la pija lo más adentro posible hasta ahogarme y largar varias arcadas con la pija incrustada en mi garganta.
Me acomodó otra vez en 4 y fue derecho a mi cola. Sabía que no se iba a salvar, y yo tampoco quería que se salvara. Me abrió toda. Levanté la cabeza y vi como desde una ventana que había al costado los 2 compañeros espiaban todo. Lejos de molestarme les regalé las mejores caritas de puta enculada. Carlitos siguió hasta acabar adentro de mi cola. Sentí como latía esa verga inmensa golpeando las ensanchadas paredes de mi ano y me volvía loca.
Se vistió y me dijo que tenía que volver a trabajar. Por primera vez, me garchó y me fui sintiendo que mi cuerpo podía seguir cogiendo más. Igual, me volví a mi casa por demás de satisfecha.
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17 comentarios - Anto visita el cuartel de bomberos
me fui solita con agustina 😉
Van diez puntos y no van más porque no se puede.
gracias por pasar
gracias por pasar
gracias por comentar!
"Cuando la sentí bien dura la saqué para admirarla. Casi como mi antebrazo de largo y bien ancha. Una bestia" nooooo jajjaja
que loco con los bomberos para callarles la boca jajja , y el novio "llegaste bien" daba para yo no pero carlitos hasta el fondo 😆
Al menos llego a casa satifecha jejej
Menos problemas che jajjaja como yo en foros ponia mismo nik y "aah vos sos la..." jajjaja