Mi ingenua Madre, en casa de un tío aprovechador 2

Aquella mañana, noté un cambio total en la mirada de mi madre así como en su modo de actuar. Parecía que le habrían hecho un cambio total a su persona, a esa personalidad tan mojigata que mostraba.
Estuve jugando por la tarde como siempre con las novedades que me daban tanto mi madre como mi tío en mi alcoba, cuando siento que alguien golpea la puerta, no logro ver ni oír de quien se trata, solo veo a mi madre voltear para ver si estoy atento a su plática o no. Ella en un momento se me acerca y me dice, quédate en la habitación, tengo que hablar con tu tío un rato.
Al inicio, lo tomé como una orden, posteriormente en cuanto se cerró la puerta de mi habitación, lo tome como un gran reto, ir y saber que era lo que hablaría con aquel hombre que la noche anterior había aprovechado la oscuridad de la noche para gozarse del cuerpo de mi madre.
Fui en búsqueda de mi madre al espacio que ocupaba mi tío, digo espacio porque era más grande y completo que aquella habitación que teníamos nosotros, felizmente la cocina y los demás ambientes se encontraban perfectamente ubicado en la parte posterior del local de mi tío. Al entrar, me encontré con la pequeña sala, continué caminando dirigiéndome rumbo al cuarto de mi tío, que para ese rato se encontraba abierta y pude ver lo que ahí sucedía.
Mi madre estaba sentada, en el borde de la cama, con la cabeza tirada asía atrás, mi tío tenía la espalda descubierta y se encontraba arrodillado al borde de la cama, justo en el medio de las piernas de mi madre, quien para ese entonces había levantado la falda de mi madre hasta la cintura y se encontraba sacando la ropa interior de encaje de mi madre, era muy pequeño y blanco, se lo había comprado días antes, y se lo probó en mi delante, verdaderamente cuando yo la observé puesta, observé que mi madre tenía un tremendo culo y unas piernas muy gordas; pude ver como al terminar de quitárselo dejaba al descubierto una mata de pelo castaño de la vagina de mi madre, dicha vagina se encontraba con los pelos cortados, formando un hermoso triangulo.



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En ese instante se me paró instintivamente mi pene, no lo pude controlar y en ese momento no lo pude comprender, solo me toqué y sentí agradable hacerlo. Continué observando y noté que mi madre emitía fuertes gemidos de placer.
mmm mmm Eduardo, que deliciosa lengua tienes, mmm pensar que ahora me tienes como a una de tus perras en tu cuarto.
No digas eso María, tú no eres una perra, tú eres la mujer de mi primo, a quien admiro y quiero mucho. Dime ¿alguna vez mi primo te ha comido esta hermosa vagina así como lo hago yo?
No, mmm, no nunca había sentido tanto placer, jamás, es más él me coge con la luz apagada, porque yo se lo pido, nunca le deje ver mis carnes, porque somos muy rectos, mmmm
Al parecer dichas palabras excitaron más a mi tío, quien procedió a liberar los grandes senos blancos de mi madre. En verdad eran grandes, dignos de ser admirados y producir excitación a quien las mirase, ya que las tenía bien parados.



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Mi tío, con mucha apetencia lamió y mordió por largo tiempo los hermosos senos que ahora tenía a su disposición, mientras mi madre dejaba escapar muchos gemidos sin importarle ser escuchada por alguien. Claro mi padre llegaría muy tarde, como lo había hecho a lo largo de los días que vivimos en casa de mi tío.
Que deliciosos son tus senos María, que hembra más rica eres tú.
No, eso dices ahora, pero tú te habrás acostado con mejores seguro.
No jamás nadie será mejor que tu, una mujer muy sana, muy culta, muy noble, y lo que más me excita sabes, es que eres la mujer de mi primo.
No debes decir eso Eduardo, mmm, aunque a mi me excitó mucho que me lo hayas hecho delante de mi pequeño hijo.
No pude entender si ella sabía que él era desde un inicio el que la gozaba la noche anterior y solo se hizo, o le gustó saber que él estuvo con ella la noche anterior. Continué observando y vi cuando mi tío desnudo completamente a mi madre. La puso de pie, y pude contemplar aquella figura, una verdadera hembra, llena de carnes, voluptuosa, un culo enorme y una vagina muy bien cuidada.



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Mi tío la puso en cuatro sobre la cama, de esa posición empezó a lamer la vagina de mi madre, quien empezó a gritar lo bueno que lo estaba pasando, como sentía esa lengua en su vagina y que nunca había sentido tanto placer. Al notar esto mi tío, apartó sus nalgas para empezar a lamerle el ano, lo lamía y lo lamía, abría cada ves más fuerte las nalgas de mi madre como queriendo partirla en dos, pero ella gozaba.









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Finalmente la tumbo boca arriba y nuevamente empezó a besarla con mucha pasión, acariciaba sus senos, su vagina, introducía uno, dos hasta tres dedos en ese huequito, jugaba con su clítoris mientras la besaba produciendo un fuerte estremecimiento en mi madre, ya que arqueaba su columna para gozar de sus pequeños espasmos de placer.
Fue ahí, que se incorporó mi tío para acercar su pene en la boca de mi madre, ella volteo el rostro en señal de desagrado, él propició pequeños golpes en el rostro de mi madre con su miembro, ella continuaba sin verlo, él le preguntó si alguna vez ella lo había chupado el pene a mi padre, ella respondió que eso era asqueroso y que no lo haría a él.
Mi tío tomo, con fuerza su rostro de mi madre, y le dijo que tenía que hacerlo, ya que de hoy en adelante será su perra, su puta, y de un empujón metió su miembro en la boca de mi madre. Ella en señal de asco quiso vomitar, pero no pudo, ya que continuaba con la punta dentro de su boca, por fin se lo sacó y tomo aire, ahí empezó a intentar metérselo a su boca de a poco. Al cabo de un rato ella era experta, y esto se reflejaba en el rostro de mi tío, quien deliraba con cada mamada que le daba. Cogía su cabello y gozaba sobremanera de aquella magnifica boca. Hasta ese entonces mi madre nunca lo había hecho, pero al parecer le agarró cierto gusto que lo lamía con desesperación, como queriendo que esto no se acabe nunca.

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Pude percatarme que mi tío empezaba arquear la espalda, y a temblarle la voz y la respiración, es ahí que empujó el rostro de mi madre y continuó meneándose el pene, para expulsar su semen sobre el rostro de mi madre. Ella con la boca abierta, creo que quiso atraparlo al aire, recibió hasta la última gota de semejante corrida. El semen caía sobre el rostro desde la nariz a su boca, ella saco su lengua rosada a un costado para limpiarse un poco de esto que le caía por el rostro.
Me di cuenta que se frotaba el otro poco que había caído sobre sus tremendos senos, se los frotaba como si se tratase de las cremas que alguna vez la vi untarse en las noches, posteriormente observé que mi tío con su pene esparcía el resto de semen sobre el rostro de mi madre y se lo metía a la boca de ella, ella lo lamía como si se tratase de una paleta, pero el continuaba es eso como si sufriera un dolor en su miembro.
Ahí reaccioné pensando que todo había acabado, salí raudamente a mi cuarto, a esperar el regreso de mi madre, lastimosamente demoró más de lo que pude esperarlo, quizá una hora más o media, pero fue una eternidad en mi cuarto.



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Cuando entró al cuarto, estaba despeinada y algo desmaquillada, tenía los botones del vestido abierto casi hasta dejaba ver sus senos, y el vestido algo levantado, se metió a la ducha dándome una sonrisa, como indicándome que no pasaba nada, se baño un buen rato, pude ver por la cerradura de la puerta que se observaba en el espejo, y se tocaba los senos, recorría sus dedos por su vagina y se metía a la ducha.
Me quedé sentado viendo la televisión, sentí cuando salió, me dirigí al baño, y ahí encontré su ropa sucia, todo olía a mariscos, es ahora evidente que era el semen de mi tío.
Al salir, la vi echada en la cama con una bata, era temprano para que vistiera así, pero en fin, era un niño, no era su padre, ella era mi madre.

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