Lista de regalos: cumpleaños de la nena 2 (edit)

Este relato comienza aquí

Eli se había quedado pensando mucho en su ami comiéndole las tetas con tanto fulgor aquella tardecita de merienda y charla adolescente, de calentura lez y deseo fuerte de jugo de amiguita.

El padre de Eliana había llegado a casa justo que las putitas jugaban, justo que Carla estaba toda mojada y lista para hundirle la lengua y los dedos en cada agujerito de puta a su amor no tan secreto.

Roberto había cagado toda la situación llegando justo cuando nuestras protagonistas se estaban por dar el beso que selle el amor: un beso en el ojete de cada una en un 69 adolescente y virginal, pero, gracias a Dios, luego habría recompensa para ese par de sucias nenas calientes.

— Uh, Carli, ya te vas, qué pena — dijo Roberto a la jovencita que pasaba presurosa frente a él a darle un beso y salir.

Roberto inspeccionó el ojete de la amiga preferida de su hija y la vio irse, su gruesa verga se sintió feliz al ver ese pedazo de carne firme y dulce y caliente.


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Así se iba Carly y así la veía el padre de Eli


Al darse vuelta, encontró a su hija, algo ofuscada y recién vestida (apenas, porque era verano), ofuscada porque su padre le había interrumpido el garcha con la amiga.

Uf, qué ganas tenía Eli de que su amiguita le coma su vagina rosada y su año igual.

Finalmente luego de mirarse un momento en silencio, mientras los dos pensaban en sus deseos sucios, se sonrieron mutuamente y tiernamente, y Roberto, abriendo sus brazos, invitó a la nada inocente Eli, a que lo abrace.

"Hija mía, te extrañé mucho, estás cada vez más grande y puta" creyó escuchar la nena putona y caliente

— ¿Que dijiste, Pa? (!) — dijo Eli, entre contenta y extrañada.

— Que estás cada vez más grande y hermosa, hija. Jaja, sordita. — Putita debió haber dicho, pero eso fue lo que dijo.

Se fueron a merendar juntos.

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Dos años antes, durmiendo hija y padre juntos fue que Eli descubrió la vergota de su padre. Eliana se despertó en medio de la noche, su padre hablaba dormido y decía:

— Ponete en cuatro, puta de mierda, te tengo que romper bien el ojete así aprendés.

Eli lo miró extrañada y fascinada. Nunca escuchó a su padre hablar así y eso la despertó completamente y se puso a observar a su padre.

— Así, nena puta de mierda, toda toda, mmm — decía su padre en profundos y dulces sueños.

Luego de mirar el rostro desencajado de su padre, vío un montículo abajo de la sábana que le llamó la atención. Curiosa y puta como Eliana es y era, le destapó la verga a su padre, se acercó y la observó con gran amor y calentura, curiosidad y deseo instintivos.

La nena le acarició la pija a su papi y se empapó de calentura la conchita mientras sentía ese grueso y duro pedazo de carne venoso y caliente en su manito.

Temerosa, le dio una lamida a la cabeza de la pija de papi y enseguida le mamó la verga completamente a su padre. Bah, lo que se podía meter. Y le dio otra y otra más chupada. Papi se retorcía de placer en su sueño y fue cuando Eli tenía la verga en su boca, que este se despertó y a la vez le eyaculó en la garganta a su nena. Chorros y chorros de semen inundaron la boca de Eliana y ella tragó todo su premio y lamió toda la verga de papi hasta dejarla brillante de baBA de nena y limpita.


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Eliana no se enteró, pero Roberto la vió desesperada comiéndole la verga y tragando cada gota de su semen. Su hija le comió la pija con profundo amor y locura, con los ojitos cerrados y muy hambrienta, dejo los huevos de su progenitor, vacíos de leche y la verga de su papi, limpita.

Roberto, no pudiendo creer lo que estaba viendo, creyendo que estaba soñando un dulce sueño aún, decidió hacerse el dormido mientras su hija le comía la pija con desesperación y calentura, y mientras se le dormía también, pero de verdad, usando la pija de su papi de almohada, con la pancita llena de semen y con sueños de amor adolescente.

Fue difícil dormir esa noche para Roberto, no pudiendo creer lo que había pasado.

Nunca volvieron a hablar de este suceso, ya no volvieron a dormir juntos porque padre se sentía culpable, quizás, o quien sabe.

Pero Eli lo pensaba todas las noches y días, incluso esa tarde en que tomaba la leche frente a su padre, dos años después.

"Ah, si supiera lo que quiero merendar..." Pensaba Eliana y no sé refería sólo a la concha y ojete de su amiga.

¿Cómo sigue está historia? Ya se reveló el misterio de porque Eliana conoce la vergota de su padre.

¿Se la volverá a comer? ¿Se la comerá a Carly? ¿Se hará un festín de concha y orto de amiguita, con verga, huevos y leche de papi?

1 comentario - Lista de regalos: cumpleaños de la nena 2 (edit)

Yomed277
no nos abandonés tanto, la seguís rompiendo con tus relatos