Antes que nada, buenas tardes.
Espero que les haya gustado la primera parte.
Aquà les dejo el link a los que no pudieron leerlo PARTE 1 http://www.poringa.net/posts/relatos/3733041/Una-masajista-de-Tinder.html
Por favor ayuden con puntos y comentarios.
PARTE 2
No pasaron ni 5 minutos cuando sale de la ducha y me dice que ya podÃa pasar.
Entre rápido para no perder tanto tiempo, abro el agua caliente sin mirar (como si fuese una rutina diaria), me desnudé a lo Jim Carrey en Todopoderoso y entré.
Mientras me bañaba pude ver que tenÃa colgada una tanga en la canilla de la ducha, mi cabeza comenzó a maquinar imaginándome que era lo que me esperaba cuando saliera.
Era una tanguita negra de encaje, que le debe quedar pintada y super calada. La pija ya estaba bombeando sangre a lo loco y comenzaba a crecer rápidamente.
Al salir de la ducha tomo la toalla para secarme y busco mis cosas para no salir totalmente desnudo a la sesión de masajes, pero no, mi ropa no estaba. Lo primero que me imaginé es que me habÃan engatusado y que me estaban afanando lo poco que tenÃa. Pero si no habÃa escuchado la puerta abrirse mientras me estaba bañando, tal vez estaba demasiado colgado con la tanga de ella. Salgo rápidamente del baño a buscar a Agostina, cuando la veo en el living esperándome.
Estaba con un uniforme de masajista, se podrÃa decir un guardapolvo blanco inmaculado, que le llegaba hasta por encima de las rodillas. La camilla ya estaba puesta y todo aromatizado de otra manera, mucho más relajado y con música de instrumentos de viento.
Mi cara al salir de la ducha la habÃa asustado y me preguntó qué me pasaba.
A - Estas bien? Tienes una cara de que la ducha no te haya relajado.
Y - Es que no está mi ropa a donde la he dejado
A - Si, yo la retiré para que no se humedeciera y puedas ponertela luego, te lo dije cuando entré, y me diste el OK. - Realmente estaba perdido viendo su tanga -
Y - Si, perdón, no se que estaba pensando cuando salÃ.
A - VenÃ, acostate que ya está todo listo para que comencemos.
En ese momento me acomode en la camilla boca arriba. Si, solo me tapaba la toalla y no la tenia erecta ya que pensé que me estaban robando. Y bueno, un tipo del interior del paÃs en la capital, en una cita con una mina que habÃa conocido por internet, no era nada descabellado.
Me pide que me de vuelta y coloque mi cara dentro del agujero de la camilla, intenté hacerlo sin que cayera lo poca tela que me cubrÃa pero fue en vano, un movimiento y cayó al piso. Me puse rojo de la vergüenza y ella amablemente me la acomodó en mi trasero.
Toda la fantasÃa que tenÃa de recibir una masaje con final feliz se iban esfumando a medida que notaba su amabilidad y su profesionalismo, ya estaba un poco decepcionado por mi, no por ella, ya que me trataba como si estuviese en su lugar de trabajo y no en su casa.
Todo comenzó muy bien, untó aceite en mi espalda y en sus manos para iniciar la sesión.
A los cinco minutos yo ya estaba totalmente relajado y a punto de dormirme. La verdad que era magnÃfico lo que hacÃa. Escuchaba que me hablaba y yo solo contestaba con “MJM†o “AJAâ€. Recorrió toda mi espalda, mis piernas, mis pies, mi cuello y mi cabeza. Hasta que en un momento lo que sentÃa ya no eran sus manos.
Evidentemente sus labios reemplazaron a sus dedos en mis orejas, me daba pequeños besos que recorren toda mi zona sensible, que me excitaba al máximo.
Una mezcla entre besos, lamidas y succiones a lo largo de mi cuello y espalda, generaban pequeñas descargas eléctricas que comenzaban a acelerar mi ritmo cardÃaco para asà darle vida mi amigo.
SentÃa sus manos bajar por el costado de mi pierna mientras seguÃa besándome. Llego a mi entrepierna y me pidió que abriera las piernas para poder acceder a mis genitales, eleve mi cuerpo despegando un poco de la camilla, para poder acomodarme todo hacias abajo.
Sentir esa mano caliente que me agarraba la pija y comenzaba a pajearme mientras sus besos en mi cuello eran cada vez más intensos, con mucha más lengua y dejando rastros de saliva me elevaron al paraÃso. Nunca habÃa sentido algo asÃ, era único.
Cuando logro sacar mi cabeza del agujero, la veo a ella de costado, sin su guardapolvo y con un juego de lencerÃa que volverÃa loco a cualquiera.
Medias negras, un portaliga negro de encaje, una tanguita negra con detalles rojos que acompañaban de una manera totalmente armoniosa, un corpiño negro transparente, que permitÃa apreciar sus pezones perfectos y erectos. Era una diosa.
De tan solo pensar que una mujer, vestida asà me estaba dando la sesion de masajes de mis sueños, casi hacen que me corra en ese momento.
Largué un suspiro suave y le dije:
Y - Wow, no me imaginé que esto terminara de esta manera
- Se rÃe sutilmente y se acerca a mi oÃdo y me dice -
A - Esto recien esta comenzando.
Y - TodavÃa hay más?
A - Yo recién estoy entrando en calor, y vos ya estas casi todo tensionado de nuevo
Y - No me esperaba este desenlace.
A - PodrÃas darte la vuelta? - Mi cabeza estaba por explotar - la erección que tenia no me permitÃa girar para quedar boca arriba.
Y - Por supuesto.
A - Ahora viene la parte final de mi primer trabajo.
Cuando termino de acomodarme en la camilla en la nueva posición, siento como agarra mi pija y continua pajeandome mientras sus besos ahora se centran en mi boca.
Sentir esos labios totalmente carnosos fue exquisito, su lengua se introdujo en mi boca como si fuese se dueña, me mordÃa el labio inferior y me los succionaba. La forma en la que besaba era algo asombroso, soy de haber recibido y dado buenos besos pero esta mujer me estaba dando una pequeña lección al respecto.
De a poco comienza a bajar dando besos de fuego por todo mi pecho hasta llegar a mi pelvis, ahà se detiene un minuto para jugar al rededor de mi verga - yo estaba en la gloria, no querÃa saber nada de que se termine -. Luego siento como un calor inmenso abraza la cabeza de mi pija, levantó la mirada y estaba introduciendo en su boca y me miraba a los ojos como diciéndome, llegué!
Continuará...
Espero que les haya gustado la primera parte.
Aquà les dejo el link a los que no pudieron leerlo PARTE 1 http://www.poringa.net/posts/relatos/3733041/Una-masajista-de-Tinder.html
Por favor ayuden con puntos y comentarios.
PARTE 2
No pasaron ni 5 minutos cuando sale de la ducha y me dice que ya podÃa pasar.
Entre rápido para no perder tanto tiempo, abro el agua caliente sin mirar (como si fuese una rutina diaria), me desnudé a lo Jim Carrey en Todopoderoso y entré.
Mientras me bañaba pude ver que tenÃa colgada una tanga en la canilla de la ducha, mi cabeza comenzó a maquinar imaginándome que era lo que me esperaba cuando saliera.
Era una tanguita negra de encaje, que le debe quedar pintada y super calada. La pija ya estaba bombeando sangre a lo loco y comenzaba a crecer rápidamente.
Al salir de la ducha tomo la toalla para secarme y busco mis cosas para no salir totalmente desnudo a la sesión de masajes, pero no, mi ropa no estaba. Lo primero que me imaginé es que me habÃan engatusado y que me estaban afanando lo poco que tenÃa. Pero si no habÃa escuchado la puerta abrirse mientras me estaba bañando, tal vez estaba demasiado colgado con la tanga de ella. Salgo rápidamente del baño a buscar a Agostina, cuando la veo en el living esperándome.
Estaba con un uniforme de masajista, se podrÃa decir un guardapolvo blanco inmaculado, que le llegaba hasta por encima de las rodillas. La camilla ya estaba puesta y todo aromatizado de otra manera, mucho más relajado y con música de instrumentos de viento.
Mi cara al salir de la ducha la habÃa asustado y me preguntó qué me pasaba.
A - Estas bien? Tienes una cara de que la ducha no te haya relajado.
Y - Es que no está mi ropa a donde la he dejado
A - Si, yo la retiré para que no se humedeciera y puedas ponertela luego, te lo dije cuando entré, y me diste el OK. - Realmente estaba perdido viendo su tanga -
Y - Si, perdón, no se que estaba pensando cuando salÃ.
A - VenÃ, acostate que ya está todo listo para que comencemos.
En ese momento me acomode en la camilla boca arriba. Si, solo me tapaba la toalla y no la tenia erecta ya que pensé que me estaban robando. Y bueno, un tipo del interior del paÃs en la capital, en una cita con una mina que habÃa conocido por internet, no era nada descabellado.
Me pide que me de vuelta y coloque mi cara dentro del agujero de la camilla, intenté hacerlo sin que cayera lo poca tela que me cubrÃa pero fue en vano, un movimiento y cayó al piso. Me puse rojo de la vergüenza y ella amablemente me la acomodó en mi trasero.
Toda la fantasÃa que tenÃa de recibir una masaje con final feliz se iban esfumando a medida que notaba su amabilidad y su profesionalismo, ya estaba un poco decepcionado por mi, no por ella, ya que me trataba como si estuviese en su lugar de trabajo y no en su casa.
Todo comenzó muy bien, untó aceite en mi espalda y en sus manos para iniciar la sesión.
A los cinco minutos yo ya estaba totalmente relajado y a punto de dormirme. La verdad que era magnÃfico lo que hacÃa. Escuchaba que me hablaba y yo solo contestaba con “MJM†o “AJAâ€. Recorrió toda mi espalda, mis piernas, mis pies, mi cuello y mi cabeza. Hasta que en un momento lo que sentÃa ya no eran sus manos.
Evidentemente sus labios reemplazaron a sus dedos en mis orejas, me daba pequeños besos que recorren toda mi zona sensible, que me excitaba al máximo.
Una mezcla entre besos, lamidas y succiones a lo largo de mi cuello y espalda, generaban pequeñas descargas eléctricas que comenzaban a acelerar mi ritmo cardÃaco para asà darle vida mi amigo.
SentÃa sus manos bajar por el costado de mi pierna mientras seguÃa besándome. Llego a mi entrepierna y me pidió que abriera las piernas para poder acceder a mis genitales, eleve mi cuerpo despegando un poco de la camilla, para poder acomodarme todo hacias abajo.
Sentir esa mano caliente que me agarraba la pija y comenzaba a pajearme mientras sus besos en mi cuello eran cada vez más intensos, con mucha más lengua y dejando rastros de saliva me elevaron al paraÃso. Nunca habÃa sentido algo asÃ, era único.
Cuando logro sacar mi cabeza del agujero, la veo a ella de costado, sin su guardapolvo y con un juego de lencerÃa que volverÃa loco a cualquiera.
Medias negras, un portaliga negro de encaje, una tanguita negra con detalles rojos que acompañaban de una manera totalmente armoniosa, un corpiño negro transparente, que permitÃa apreciar sus pezones perfectos y erectos. Era una diosa.
De tan solo pensar que una mujer, vestida asà me estaba dando la sesion de masajes de mis sueños, casi hacen que me corra en ese momento.
Largué un suspiro suave y le dije:
Y - Wow, no me imaginé que esto terminara de esta manera
- Se rÃe sutilmente y se acerca a mi oÃdo y me dice -
A - Esto recien esta comenzando.
Y - TodavÃa hay más?
A - Yo recién estoy entrando en calor, y vos ya estas casi todo tensionado de nuevo
Y - No me esperaba este desenlace.
A - PodrÃas darte la vuelta? - Mi cabeza estaba por explotar - la erección que tenia no me permitÃa girar para quedar boca arriba.
Y - Por supuesto.
A - Ahora viene la parte final de mi primer trabajo.
Cuando termino de acomodarme en la camilla en la nueva posición, siento como agarra mi pija y continua pajeandome mientras sus besos ahora se centran en mi boca.
Sentir esos labios totalmente carnosos fue exquisito, su lengua se introdujo en mi boca como si fuese se dueña, me mordÃa el labio inferior y me los succionaba. La forma en la que besaba era algo asombroso, soy de haber recibido y dado buenos besos pero esta mujer me estaba dando una pequeña lección al respecto.
De a poco comienza a bajar dando besos de fuego por todo mi pecho hasta llegar a mi pelvis, ahà se detiene un minuto para jugar al rededor de mi verga - yo estaba en la gloria, no querÃa saber nada de que se termine -. Luego siento como un calor inmenso abraza la cabeza de mi pija, levantó la mirada y estaba introduciendo en su boca y me miraba a los ojos como diciéndome, llegué!
Continuará...
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