La hermana de mi amigo.

Gracias por su apoyo, que ha sido bastante. Cualquier comentario es bienvenido por mensaje privado, que con gusto contesto personalmente. Ojalá les guste esto nuevo.


Para aquel entonces cuando la conocí, Alba tenía unos 20 años. Su vida no fue fácil, sus padres se separaron cuando ella era bastante pequeña, no fue una separación fácil. Sus padres son de carácter muy fuerte y terminaron muy mal. Gritos, reclamos y escenas en la calle. Supongo que para ellos no fue nada fácil.

Alba era la niña bonita que salía con la gente de su mismo estatus social. Yo no tenía ni la más mínima oportunidad de tener algo con ella pues al ser el amigo de su hermano, automáticamente estaba descartado además que la competencia principal era gente de su edad y de su agrado.

Le conocí decenas de novios. La vi meterse con varios conocidos y la frustración de no ser uno de ellos era obvia. Le gustaba la fiesta y claro que le gustaba meterse con quien ella se lo proponía, por no llamarle de una manera vulgar. Siempre me gustó. Hermana de mi mejor amigo. Siempre sabía de ella pues al estar con su hermano convivíamos demasiado.

Con el paso del tiempo ese deseo se volvió en una simple fantasía. Divagando entre tantas. Ya no trabajaría para conseguirlo, era imposible.

Muchos años pasaron. Cuando la conocí yo tenía unos 16 años. Ella se juntó con un tipo que conoció en su trabajo y a los pocos meses empezaron a vivir juntos. Tuvieron una hija y esto ya tiene unos 9 o 10 años. Entonces podrán imaginarse que ese deseo pues se veía mas lejano, ya no siquiera lo veía como algo tangible.

Sin embargo, me enteraba de muchas cosas, que salía con otros hombres o que seguía en la fiesta y eso me despertaba esa chispa de curiosidad de que pasaría si yo hiciera mi movida.


Fue hasta mucho tiempo después que tuve el valor para confesarle todo lo que sentía por ella.

Fue el 15 de junio del 2018. Lo recuerdo por que me fui con mi amigo Marc a ver el partido de España vs Portugal. Fuimos a un restaurante a comer y a ver el partido, echamos trago y pues estuvimos mas de dos horas después de que terminó el partido. Yo ya tenía los tragos suficientes encima para que me sobrara valor pero que tampoco me sobrara estupidez.

Me subí a la camioneta de Marc y abrí mi Instagram. Alba subió una selfie, su cara en primer plano, sus dientes perfectos mostrados en una gran sonrisa y un escote que resaltaba su atractivo visual más imponente. Los tragos hablaron y me decidí a escribirle.

Muchas cosas pasaron por mi cabeza: tiene pareja, tiene una hija, ya tiene (más o menos) 30 años, seguro no tengo ni la más mínima oportunidad

-Siempre me gustaste- Le dije.

Días pasaron y seguí hablando diario con ella. Ya con conversaciones subidas de tono y fotos impresionantes. Su empeño en mandarme fotos era gigantesco. Además de que tenía muchas eso me hacía pensar que ya las tenía y que igual no era yo al único que le mandaba. Las fotos que yo le mandaba también recibían buenos comentarios.

-Si te la chupo completita hasta que te vengas- Me mataban esos comentarios.

Sesiones de sexting coontinuaron por casi tres meses. Hasta que llegó el día. Hablé con Alba un día antes y me dijo que su esposo se iría con su familia y que se llevaría a la niña todo el fin de semana. Todo estaba acomodado perfectamente.

Ella llego un poco tomada, con el impetú a tope, pues me besó en los labios al instante que la vi.

Ya era un poco tarde, quedaban unas dos personas en la sala y mi amiga y su esposo estaban acostando a su hijo y yo salí a fumar haciendo la seña a Alba de que saliera conmigo.

Nos besamos recargados en el carro de mi Alba. Yo le agarraba as tetas sobre la blusa y ella no dudó en acariciar mi verga que ya estaba como una piedra, a través del pantalón.

Metí mis dedos a su abdomen y bajé lentamente a su vagina que ya estaba bastante húmeda. Mis dedos deslizaban solos.

Ella solo gemía entre besos y gritos diminutos en el estacionamiento, que estaba bastante solo por la hora y bastante escondido en la unidad habitacional donde estábamos. Por suerte había una ventana de las escaleras, que partía desde el tercer piso donde vivía mi amiga hasta la planta, así yo tendría el tiempo suficiente para apartarme de ella en caso de que alguien bajara.

Sacó mi verga del pantalón y no dudo en empezar a chuparla con intensidad. Siempre le dije que quería poner mi verga entre sus enormes tetas y ella siempre accedió a hacerlo en el momento adecuado, pero fue tanta la intensidad del momento que se bajó la falda y enseguida de chupármela introdujo mi verga en ella. Estábamos cogiendo en el estacionamiento y ella solo pujaba y gemía de las tremendas embestidas que le daba. Una y otra vez entraba mi verga mientras le apretaba las tetas que estaban mitad en su blusa y mitad fuera de ella. Alcanzaba a ver sus pezones entre el bra y la blusa. Como rebotaban al ritmo de que mi verga entraba en ella.

-Métemela mas duro cabrón- Me decía.
Y yo le tapaba la boca para que no nos escucharan.

Había un par de ventanas con las luces encendidas. Si alguien se asomaba por alguna de esas ventanas que yo veía, sería inevitable que nos vieran.

Enseguida nos subimos a su carro y siguió chupándomela de lado, yo mientras aprovechaba para usar mis manos para estimularla. Metía mis dedos a su vagina y masajeaba su ano para después intentar un poco de sexo anal. Le decía que lo intentáramos, que le gustaría.

Al momento de intentarlo, no pudimos ya que nunca había tenido y mi verga no pudo ingresar ni siquiera un poco. Proseguimos al sexo convencional dentro del carro. Ella sobre mí, se movía muy intensamente y era obvio que los movimientos estremecían todo el auto. Era evidente lo que estaba sucediendo ahí dentro. Se vino con mi verga dentro y fue imposible evitar que su "squirt" mojara todo el interior del carro y parte considerable de mis pantalones. Se relajó un poco y salimos para que yo me pudiera venir.

Abrió la puerta del copiloto y empezó a chupármela de nuevo. Me la jalaba y chupaba con una intesidad increíble. Al punto de que estaba por venirme. Cuando no pude aguantar apuntó a su boca y me vine en ella, no dudo en tragar mi semen y el resto lo limpio de su cara y de sus tetas con su blusa. Me temblaban las piernas y estaba muy agitado, subí mis pantalones mojados y me senté en el asiento de atrás.

Pasaron escasos 5 minutos y ella sacó la blusa de su pijama y se la cambió en el estacionamiento. Poco le importó que el vigilante de la unidad se acercaba en su bicicleta.

Era obvio que alguien le había llamado por lo que estábamos haciendo.

-¿Todo bien jóvenes?- Preguntó el tipo que aún venía con cara de dormido.
-Se quejaron los vecinos- Remató con un poco de risa.

-Todo bien- Le dije.
-Se salió poquito de control, pero ya- Le contesté riendo.

El vigilante sin dudar entendió a la perfección la situación y no hizo un alboroto, se despidió y se marcho de nuevo a su caseta.

Subimos de nuevo al departamento y las personas que estaban ahí ni cuenta se habían dado de que nos ausentamos. Mi amiga y su esposo aún no regresaban de su recamara.

Me serví un trago para hidratarme un poco.

Alba se dirigió al cuarto donde se iba a quedar y ya no volvió. Me asomé unos minutos después de que se fue y ya estaba profundamente dormida. Yo ya había cumplido la misión de ese día. No tenía mas que hacer ahí.

Terminé mi trago, me despedí de los sobrevivientes de la peda, pedí mi Uber y me retiré, sintiéndome un campeón, cumpliendo la promesa a mi yo de 17 años. Tardó unos 10 años, pero finalmente sucedió...

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