Todo puede acabar hoy

En unos segundos todo puede cambiar para bien o para mal, depende de vos.


Todos saben como me gusta esta página para compartir buenos momentos con mis seguidores. Una noche después de haber pasado todo el finde con mi novio. Me quedé en mi casa y decidí divertirme un rato y calentarme con algunos chicos acá.


Antes me di una buena ducha, me pase cremita y me puse una tanguita blanca y mi remerita de dormir.
Encontré a uno de mis chicos favoritos conectado y nos pusimos a charlar y poco a poco la temperatura de la conversación fue en aumento.

Estaba sumamente excitada, leyendo algo que realmente me había encendido y contestando con la misma calentura. Tenía la tanga un poco húmeda y mis pezones desnudos bajo la remera, empezaban a rozar la fina tela cada vez más.

Estaba tan concentrada en lo caliente del chat que no pude escuchar la puerta ni los pasos que se acercaban hasta que fue demasiado tarde para reaccionar. Estaba escribiendo con una mano y rozándome por encima de la tanga con la otra cuando vi la sombra en la pared.


Me di vuelta y era mi papá. - Pero que estás haciendo?! - me reprendió, mirando la pantalla y a mi alternadamente con la misma sorpresa. No se me ocurrió que decir y traté de cerrar todo rápido pero me sacó la compu de las manos antes de que pudiera hacerlo.


- Pa dame eso! es algo privado! - trate de convencerlo pero con sus largos brazos no me dejaba alcanzarlo.
- Veo que es privado, mirá las barbaridades que le decis a este tipo! - me reprochó mientras subía y seguía leyendo la charla erótica que estaba teniendo. Hablábamos de sexo duro, anal, oral, nos dábamos cada detalle de lo que queríamos en la cama.


- Dale pa, es solo un juego, dámela, ya está - le pedía desesperada para que dejara de leer. Hasta que llegó a ver algo peor.
- Que es esto? de qué relatos hablan con este chabón? Dice que le gustan tus relatos -
Le hubiera inventado una mentira pero estaba tan sorprendida y asustada que le dije la verdad. Qué escribo relatos eróticos y tengo varios.


Se quedó sorprendido unos segundos. Nadie de mi circulo íntimo sabe de esto. Me miró entre enojado y asombrado. - Esto es demasiado! no puedo creer esto, como es eso de los relatos eróticos? - me dice ya un poco más bajo. Era tarde y ninguno de los dos queríamos despertar al resto de la familia.


- Son como cuentos cortos pero sexuales - le dije mirando al piso. No se si fue por cortar ese incomodo silencio y ese gesto de mi viejo pero casi sin pensarlo le dije.
- Te muestro uno si queres - y en ese mismo momento me arrepentí.
- A ver mostrame tus escritos, si tu madre viera esto te mata - me dijo no se si para intimidarme o fue lo que se le cruzó por la mente al ver el largo relato que le puse para que leyera.


Un poco más tranquilo y con un gesto de curiosidad, frotando su barbilla, se sentó en la cama y empezó a leer con la cabeza un poco alejada de la pantalla para ver y con sus lentes brillando por la única luz que era la el fondo blanco de la página. De a poco se fue sumergiendo en la historia.


Yo estaba arrodillada en la cama espiando de costado, pero su mirada nunca salía de la compu. Parecía que realmente le gustaba. Estaba como hipnotizado (nunca había visto a un hombre leer mis relatos). Era un relato con varios hombres y yo. No sé a que altura de la historia iba pero en su pantalón de pijama, que era lo único que traía puesto, empecé a ver una incipiente erección.


Mis ojos no podían dejar de mirar como iba creciendo esa montaña en su entrepierna. Miré de reojo y vi que había cerrado la puerta al entrar. Así como estaban las cosas y con mi secreto descubierto vi una pequeña ventaja que no podía dejar escapar.


Como si estuviera escribiéndolo me puse detrás de él y bien cerca del oído le pregunté - Te gusta papi? - mientras me apoyaba en su espalda y mis pechos se apretaban contra él. - e e e esto que escribís acá es ve ve verdad? - me preguntó rojo como un tomate y con miedo de la respuesta.


- No me respondiste lo que te pregunté todavía - le retruqué, pasando de mis dos manos por su pecho. Las yemas de mis dedos recorriendo su torso peludo de arriba a abajo, hacían que la erección aumente su tamaño y su respiración se agite aún más. Y le insistí - te gusta o no?


- e e está bien escrito si si - me trató de esquivar pero como estaba la situación ya no hacía falta más preguntas. - Los chicos que los leen me dicen que hacen esto - le dije y metí mi mano en su pantalón buscando esa pija dura y caliente. Apenas sintió mi mano hizo el ademan de pararse pero lo empujé del hombro y se sentó de nuevo.
Estaba mudo y yo le seguí susurrando al oído - sh quedate acá, esto se lee con una buena paja papi, ahora si. Seguí leyendo - le sugerí mientras lo masturbaba. Se quedó mudo y con la mano temblando se acomodó los lentes.


Con una mano agarraba fuertemente la computadora y con la otra apretaba las sabanas. Mientras disfrutaba de una buena paja con mi mano, de mis pechos frotándo su espalda y de uno de mis mejores relatos. Se mordía los labios mientras seguía bajando para leer lo que seguía.


- Viste por qué les gusto a los chicos que me leen? porque soy muy puta pa - y mi lengua empezó a lamerle el cuello y la mejilla derecha.
- Ay nena, para un poco - me dijo, pero todo su cuerpo decía lo contrario. Lo hice levantar el brazo con el que manejaba el mouse y me agache sacando esa caliente y mojada pija al lado de mi boca.


Lo miré sonriente y movió la cabeza diciendo que no, justo antes de que me meta la punta de su pija a la boca. Cerró los ojos y la computadora al mismo tiempo. Y yo empecé a recorrer la rica pija con mi lengua desde los huevos. Sentí su mano acariciando mi espalda y eso me terminó de convencer. Mi cabeza comenzó a subir y bajar a un ritmo constante, para mantenerlo bien excitado todo el tiempo.


- Ay por favor, no podes ser tan puta hija - me decía acariciando mi cabeza con una mano y mi cola con la otra.
- Sh vas a despertar a alguien - le dije y me la trague entera para hacerlo gemir a propósito.
Me la saqué de la boca y un hilo largo y blanco quedó colgando de mis labios.


Me saqué la remera por si hiciera falta calentarlo un poco más y lo abracé poniendole mis tetas en la cara. Pasaron unos segundos de frotarle la cara y tímidamente empezó a abrir la boca y chuparme los pezones. Lo seguí pajeando para que no pensara ni un segundo en otra cosa que no fuera gozar.


Al poco tiempo besaba mis pechos con locura. Lo alejé un poco tirándole del pelo y le di un beso de lengua de los mejores que di en mi vida. Cuando sintió mis labios y mi lengua con los suyos todo se terminó de descontrolar. Ya estaba tan excitada como él. Sentir su lengua adentro de mi boca me puso muy caliente. Lo empujé hacia la cabecera de la cama. Me corrí la tanga a un lado y llevé su verga al borde de mi concha.


La tenía en mi mano y hacía que rozara bastante antes de darle lo que quería. - La tenes toda depilada, no puede ser - me dice al oído, evidentemente muy caliente. Yo me mordí los labios, le tapé la boca y me la metí adentro. Sentí como todo su cuerpo se estremeció y empecé a moverme meneando mi cintura y moviendo cadera regalándole un placer que jamas imaginó al cruzar la puerta.


Sentía como entraba y salía de mí con una fuerza y una velocidad tremenda. Le saqué la mano de la boca y lo seguí besando en parte para acallar mis propios gemidos. Nuestros cuerpos desnudos estaban empapados y sentía sus manos por todos lados, por momentos apretándome los pechos y por momentos recorriendo mis espalda hasta llegar a mi cola donde me agarraba con la misma pasión.


Las respiraciones agitadas, los gemidos contenidos y el constante sonido del elástico de mi cama que parecía que se iba a romper, me daban la sensación de que en cualquier momento esa puerta se iba a abrir e iba a ser un escándalo. Por eso me esforzaba para hacer que papá gozara lo más posible y ese pensamiento no se cruce por su mente.


Con la concha muy mojada por la intensidad del sexo, me levanté. Y me fui agachando para saborear una vez más esa sabrosa pija. Me fui deslizando lentamente por su torso, rozándolo con mis pechos y levantando mi cola para seguir dándole un paisaje interesante. Me metí a la boca esa verga que ya no resistía mucho más y comencé a chuparla muy rápido.


Pude ver de reojo que se agarró con las dos manos del respaldo de la cama y sentí como temblaban sus piernas debajo mío. Me metí esa pija lo más adentro posible y sentí como estallaba de placer en mi boca. Los chorros calientes seguían saliendo en medio de espasmos y gemidos ya difíciles de ocultar.


Me incorporé saboreando mis labios, con la boca totalmente cubierta por restos blancos de su abundante acabada y sonriendo mientras me acomodaba el pelo le dije


- Pa creo que después de esto me vas a guardar el secreto, no?

Relato no de mi autoría

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