La almacenera del barrio

Frente a mi casa, sobre la esquina, estaba el almacén de doña Laura, una viuda de unos cincuenta y pico de años, bastante gorda, muy charlatana y que se destacaba por sus inmensas tetas aprisionadas bajo la chaqueta celeste que usaba para atender.
Doña Laura me conocía de chico y ahora que mis padres se habían mudado a un departamento dejándome la casa por un tiempo, me recomendaba que me comportase y no anduviese llevando mujeres todas las noches para que nadie comentara.
Lo cierto es que yo tenía 19 años y estaba en el Servicio Militar, por lo que mis hormonas estaban a full y la vieja lo sabía.

Un viernes por la noche luego de llegar el ejército, pasé a comprar fiambre y queso para hacerme unos sandwichs ... doña Laura estaba cerrando el local.
-" ... pasá rápido .. dale.. que si ven que tengo abierto van a venir a comprar y estoy cansada ..." dijo la vieja cerrando la puerta con traba después que estuve dentro.
Se sacó el delantal celeste y fijé mi vista en sus tetas ... imposible no mirarlas ! ... tenía un vestido floreado, algo gastado ... los botones no podían sostener tanto pecho, parecía estallar...
Obviamente doña Laura se había dado cuenta que la miraba, y acomodándoselas como al pasar, me pidió que la ayudase a colgar un cartel de cigarrillos sobre una de las estanterías.
El lugar no era amplio y los dos cabíamos bastante apretados, por lo que al acomodar la silla para que yo subiera, mi boca rozó sus pechos.
Mi pija estaba a full ... a mis 19 años no le importaban el peso ni la edad de su dueña, y menos después de 1 semana de encierro en el cuartel.
Subí como pude y la vieja acarició mi bulto ni bien lo tuvo cerca.
Yo estaba inmovilizado, con el cartel en mis manos y subido a una silla que se podía romper en cualquier momento.
- "... fumás nene ?..." preguntó doña Laura mientras acariciaba sin parar mi pija
-" ... eh ... no doña ... no fumo ..." respondí 
Doña Laura desprendió el pantalón y sacó mi verga.
La observó un rato y acercándosela a su boca comenzó a lamerla ... primero despacio, después mas intensamente hasta metérsela por completo en la boca.
El ruido que hacía al chuparla me calentaba al extremo. Tiré el cartel y subí mi remera para que tuviera más espacio ... con mis manos me apoyé en sus hombros para no caerme
-" ... me vas a dar la lechita bebé ?? ... mirá que esta viejita hace años que no tiene una así como la tuya ..." ... decía mientras chupaba y babeaba todo el tronco hasta los huevos.
-" ... quiero acabar entre sus tetas doña Laura ..." apenas pude decir entre jadeos.
La vieja me ayudó a bajar y luego de desprenderse los botones del frente dejó caer su vestido, ofreciéndome las tetas más grandes que había visto en mi vida.
Se sentó en la silla y agarrando fuerte mi pija y llenándola de saliva, la puso entre sus tetas y empezó a pajearme.
2 minutos habré durado .. la leche explotó en sus tetas y parte de su cuello. Doña Laura la llevó a la boca y la terminó de limpiar con sus labios.
Después de terminar la faena, le dió un sonoro beso en la cabeza y levantándose me preguntó:
-" .. te quedás a cenar no ? ..."

Sirvió la mesa y cenamos uno enfrente del otro. La parte superior del vestido estaba en su cintura, por lo que sus tetas estuvieron siempre al aire, expuestas, haciendo que al poco tiempo las desee nuevamente.
Dejé el plato de lado y bajé mis pantalones tirándolos a un costado... la vieja miraba gozando el momento.
Fui hasta su lado y puse mi pija en su boca ... doña Laura lamía desde los huevos hasta el pliegue de mi cabeza, provocándome escalofríos cada vez que jugaba con mi frenillo.
-" ... me vas a dejar toda esa lechita en mi concha ahora ?? ... quiero que me cojas bien fuerte bebé, que me llenes la cueva ..."... decía sin dejar de lamer y chupar

Nos levantamos y nos dirigimos al dormitorio.
La empujé para que cayera de espaldas ... sus tetas rebalsaban hacia los costados, su concha tenía pelos pero bastante prolijos, como que se había cortado y emparejado.
Me incliné sobre ella y agarrando con mis manos sus tetas, comencé a chuparlas y a morder sus pezones 
La vieja estiró su mano y agarrándome la pija la calzó en su entrada ... donde entró sin obstáculo hasta el fondo húmedo.
Pasó sus piernas sobre mi cintura y agarrándome del culo, marcaba el ritmo que quería que la cogiese.
Estuve bombeando varios minutos ... doña Laura gritaba y mordía la almohada cada vez que tenía un orgasmo.
Yo acabé maravillosamente, dejando mi leche dentro de su cueva como la había pedido.
Esa noche dormí allí

A la mañana temprano me despertó un sacudón ... 
-" ... levantate bebé ...tenés que irte antes que alguien te vea salir ... rápido

Por supuesto a esa edad la pija siempre amanecía dura y doña Laura no sacaba los ojos de ahí.
La tomé de la nuca obligándola a agacharse ... intentó decir algo pero enseguida comenzó a chuparla
-" ... no me voy a ir doña Laura ... y la voy a coger a cada rato .. mientras no entren clientes yo voy a estar en la pieza de atrás del mostrador, con la pija lista para metérsela.
La vieja seguía chupando y asentía con la cabeza .... hasta que se tomó todo lo que largué, hasta la última gota.

Ella se cambió y se fue al local. Yo después de darme una ducha llevé una almohada y la dejé sobre una mesa pequeña que estaba en una especie de cuarto de depósito detrás del mostrador ... desde allí podía observar todo el movimiento del local comercial.

Una hora después, aproximadamente, noté que la clientela había menguado ... me asomé a la puerta que unía los dos ambientes y sacudiendo la pija le pedí que se acercara.
La vieja miró para un lado y el otro y vino hacia mí.
La hice girar y quedó apoyada con sus brazos sobre la mesita ... levanté el delantal y parte del vestido y rompiendo su bombacha, se la puse hasta el fondo.
Doña Laura gemía y pedía que no me detuviera ... mi dedo pulgar estaba clavado en su culo, hurgando y dilatando.
Saqué de golpe la pija y escupiendo sobre la cabeza, la arrimé a la entrada de su hoyo.
Empecé a empujar y escuchaba a ella decir que "por ahí no", pero ya había dilatado bastante, por lo que después que calzó la cabeza empujé hasta los huevos.
La vieja gritó fuerte y se movió como para zafar, pero estaba totalmente ensartada
- "... sacala ... puede venir alguien !!..." gritaba mientras giraba la cabeza y me miraba suplicando.
Yo aceleraba el ritmo y mi pija entraba y salía como un percutor.
Mordió la almohada que había llevado y abriendo con mis manos sus nalgas, embestí sin pausa hasta acabar.

Desde ese día, todos los fines de semana después de salir del cuartel, me quedaba en casa de doña Laura, donde además de descargar mi leche, amasar esas tetas y que me lavaran la ropa, tenía comida y algo de plata.

Duró un año y algo más esa vida... durante ese tiempo a ella nunca le faltó pija y leche, y a mí nunca comida y donde descargar.

6 comentarios - La almacenera del barrio

kramalo +3
muy bueno...! excelente. Tengo mis años.... y cuando hice el servicio militar, conocí a una mama...que queria que me casara con su hija (16 años), para que también me la cogiera a ella..... tremenda...saludos.
crear_1 +1
Escribí la historia..!!! Animate.
gust7387
Muy buen relato que grande Doña Laura
crear_1
Excelente la almacenera..!!!
+10
Gracias por compartir.
DnIncubus
Que buen servicio!! Estuvo bueno el relato, genial!
CrossaA
Che que buen relato! Muy descriptivo y gracioso por momentos. Van ptos.
adrianporinguero
Jajaja que buen relato loco! El tipo le le hacía el culo, pero siempre con respeto tratándola de “doña Laura” jajajaja un distinto