A solas con mi suegro

Mi nombre es Lorena, tengo 28 años trabajo como asesora de fiscal. Soy una chica sencilla, casada hacia unos tres años, con Raúl, un chico de casi diez años más que yo, con el que me llevo bien, pero que a la par resultó poco activo sexualmente. Aún no tenemos descendencia, aunque lo llevamos intentando sin éxito, pero tampoco ello me preocupaba de momento.

Y por otro lado tenemos a los padres de Raúl, Don Octavio, con casi los sesenta años de edad, pero que se conserva bastante bien físicamente, más alto que su hijo, 1.85, y con buena corpulencia física; y, su mujer Doña Berta, de cincuenta y cuatro años. Raúl es hijo único, por lo que era el mimado de su familia. Y, como consecuencia de ello, su padre nos cedió una vivienda ubicada en el mismo edificio de ellos, concretamente en la planta alta, encima de la vivienda que poseen mis suegros, en una urbanización bastante adinerada de nuestra ciudad.

Doña Berta pese a su edad, se había quedado con unos problemas de matriz que por lo que sabía, casi la tenían imposibilitada para trabajar e incluso según conocí, dejo de tener relaciones sexuales con su marido. Desde los primeros momentos, siempre he tenido buena sintonía con mi suegro, Octavio, y siempre le echaba alguna broma y el a mí.

Yo por mi parte conservo un cuerpo juvenil, más bien delgado, con una estura media, ya que apenas llego a 1.65. Todos me dicen que soy bien parecida, con un pecho bastante voluminoso que destaca sobremanera, y un buen trasero, de esos que hacen fijarse a los hombres cuando camino por la calle.

En varias ocasiones, había visto a mi suegro mirarme el trasero, aprovechando que supuestamente yo estaba distraída. Sé que en el fondo le atraía, especialmente por mi juventud, y al no tener casi relación sexual con mi suegra, una mujer joven como yo, era evidente que le tenía que excitar, pese a su edad. En alguna ocasión pude verlo en bañador, y sé que su aparato reproductor debía ser bastante grande, ya que abultaba bastante en su entrepierna. Muy al contrario que su hijo, que apenas da la talla.

En más de una ocasión, cuando llegaba al despacho que posee dentro de su casa, veía que inmediatamente cerraba el ordenador o pasaba de página. Sin embargo, en algunas ocasiones no tenía tiempo, y me había percatado de que mi suegro “veía pelis de internet, de contenido eróticas”. Aquello llamo mi curiosidad. Era obvio, que mi suegro mantenía todavía una actividad sexual y ante la imposibilidad de satisfacerse con mi suegra, no le quedaba otra que recurrir a la masturbación. En el fondo me daba pena, ya que entendía que se encontraba algo reprimido debido a la inactividad de mi suegra, y aún era un hombre que tenía sus deseos sexuales. Era en el fondo, todo lo contrario a su hijo, mi marido, que para echarme un polvo tenía que, hasta pedírselo.

Ocurrió, que en el mes de mayo, mi suegra quiso realizar un viaje a Estados Unidos para visitar una hermana que vivía allí, a la cual llevaba sin ver desde hacia bastantes años. Yo no podía acompañarla por estar en época de impuestos, y mi suegro le indicó que también tenía problemas de fechas en su despacho por clientes que necesitaban firmar unas escrituras, por lo que al final la acompañó, mi marido, su hijo. Mi esposo no tenía problemas para ausentarse durante un mes y por ello accedió.

Yo me quede, y así fui como la dueña de ambas viviendas, y cocinaba para mi suegro también, y le atendía en aquello que precisara, no solo con la ropa, sino también con la limpieza de su casa.

Viendo que mi suegro abiertamente me observaba de arriba abajo en cuanto tenía ocasión, tras pasar más de una semana de la marcha de ellos, decidí vestir algo coqueta. La verdad es que me estaba empezando a dar morbo mostrarme atractiva ante mi suegro, y veía como el sufría al ver como su nuera se contoneaba con alguna minifalda delante de él. En más de una ocasión, cuando iba a sacar algo de la parte baja de la cocina, me agachaba deliberadamente más de lo debido hasta el punto de que él tenía una vista casi total de mis nalgas, y es posible que en muchas ocasiones pudiera haber visto hasta el color de mi tanga. Yo veía como el bulto de sus pantalones se hacía más que evidente, y que el trataba de ocultar, claro, .. sin éxito.

Así estuvimos unos días hasta que, de tanto pensarlo, empecé a soñar e imaginarme hacer el amor con mi suegro. Primero me turbe, “joder era mi suegro” y la diferencia de edad era importante. Pero, luego me empezó a calentar, el morbo me comía el coco. La verdad es que pese a su edad, mantenía buena forma, y el bulto de sus pantalones me tenía embobada.

Así fue como comencé a tener masturbaciones en que el protagonista era él y los orgasmos me dejaban agotada. Era una realidad, llevaba tiempo sin sexo, y me estaba calentando con mi suegro, aunque sabía que eso era “incesto”, pero quizás eso me atraía más, por aquello de que lo prohibido se hace más deseado y morboso. Mi marido y mi suegra tenían previsto pasar más de cuarenta y cinco días en EEUU, lo que suponía que iba a estar sin sexo todo ese tiempo. Pensé: “me volveré loca” no lo podré aguantar.

Cuando llevábamos más de dos semanas de su marcha, mi suegro me invito a cenar. La verdad es que me hizo ilusión y acepte de buena gana. Cuando llegaba la noche, no sabía cómo vestirme, pero al final, opte por vestir como para levantar un muerto: me puse una minifalda, tacos, escote, me veía una diosa. Estaba seguro que “a mi suegro le iba a dar un infarto”. Me había indicado que íbamos a cenar a un restaurante bastante alejado de la ciudad, el cual no conocía.

Cuando él me vio casi le da algo, y bromeo “Nena vas a matar a este viejo”, pero le dije: suegro es que me siento con ganas de marcha y le propuse un trago antes de salir. Yo tome dos, el tres, y aquello me dejo casi desinhibida, como a él. La charla fue animada, sentada frente a él, cruzaba y descruzaba mis piernas, el triangulo de mis bragas estaba al alcance de sus ojos, y sé que en más de una ocasión lo sorprendí mirándolos. Yo avance por mas, aún en la casa, y con alguna escusa de recoger algo del suelo me agache delante de sus ojos, y le mostré mis piernas y mis diminuta tanga roja bien metida entre mis nalgas, sintiendo su mirada clavada en mi trasero, y, con mayor morbo me volví agachar. Realmente quería calentarlo, que no perdiera detalle de mi culo. Me encontraba bastante caliente, y recordé que era posible que estuviera en mis días fértiles, ya que mi temperatura era elevada, lo que justificaba mi excitación y calentura. Todo ese me animaba a desahogarme.

En ningún momento pensé en follar con él, claro está. Solo quería calentarlo y de paso, disfrutar con sus miradas y sus deseos, para luego poder tener fantasías y masturbarme al llegar a mi habitación por la noche.

Cuando me volví a sentar frente a él vi su mirada, estaba caliente y confundido. Luego nos fuimos a cenar en un Restaurante algo alejado de la ciudad y veía las miradas de todos hacia mi cuerpo. El se sentía apabullado, ya que era la envidia de todo los demás hombres. Supónganse una chica joven de 28 años con un hombre de 60.

–has visto como nos miran, suegrito. Creo que más de uno está pensando que somos pareja, y la envidia les corroe.

-pues creo que si. ja ja.

-bueno total. Qué más da, aquí nadie nos conoce. Qué tal si aparentamos que somos una pareja y les damos un poco de envidia– le dije de pronto. Era un juego peligroso, pero me incitaba hacerlo. Nadie nos conocía.

–Uy Lorena, hoy estas que te sales. Por mí que no quede, pero cualquiera sabe las consecuencias– me dijo entusiasmado.

-pues vamos a ponerlos más celosos todavía. Y dicho este me acerque y le bese en la boca, intenso, separo apenas los labios, y note que se quedó casi inmóvil.

Anda suegro, alégrate un poco, tienes que estar como si fuéramos una pareja, anda toquetéame un poco. Si no, no se lo creeran ja ja.

El me abrazó y luego me cogió de la cintura y me llevo así hasta la mesa donde nos sentamos a comer de esa forma.

.- Creo que se lo han creído ja..ja ¿has visto sus caras?

Cenamos muy alegremente, tomando alguna copa de más, y ambos nos notábamos bastante alegres, y en alguna ocasión le volvía a besar en la boca diciéndole que era para que nos envidiaran. Aunque en el fondo estaba provocando a mi suegro, con consecuencias todavía desconocidas.

Luego fuimos a una pista de baile que estaba en el mismo Restaurante, y le dije: bailemos, relájate, te va a gustar… ambos lo necesitamos.

Antes de terminar la primera canción sentí su erección. Lo anime, tócame, no se atrevió, tome su mano, la pase por mis labios, luego por mi cintura casi cerca de mi trasero y note su nerviosismo. Yo estaba lanzada, la bebida me había desinhibido y estaba como una moto. El comenzó a toquetearme mientras bailaba, y éramos la atención de muchos.

Octavio tenía una erección de caballo, ya que el bulto de su pantalón era manifiesto y pujaba contra mi barriga, dado que era mucho más alto que yo. Aquello me estaba gustando. Mi suegro estaba como en una nube.

-¿crees que estará bien lo que hacemos Lorena?..

-solo es un juego suegrito, tómelo como eso. Nadie nos conoce aquí. Total estamos solos, divirtámonos un poco. Me gusta ver como esos hombres se mueren de deseos. Ya veo aquellos hombres envidiándote je je je.

-eres un terremoto Lorena. Esta noche además esta tan preciosa, con esa minifalda que llevas, estas para… – note que dejo de hablar sin terminar la frase… pero supe que iba a decir algo más, y me sonreí y le dije:

–termina lo que ibas a decir suegrito, ¿no te atreves? ja ja…

-verdaderamente, ¡eres un terremoto! ja ja

Le puse las manos al cuello, aunque era tan alto que parecía que estaba colgando de él. Lo veía sumamente nervioso y claro, tremendamente excitado

–déjate llevar suegro, disfruta de la noche y del baile. Ambos lo necesitamos. Tenemos derecho a disfrutar de una noche ¿no cree?.

El intento mantenerse tranquilo pero su erección era monstruosa (yo había cogido solo con mi marido, pero la de su padre debía de ser enorme), presentí que tenía que tener una verga más del doble de mi esposo, por cómo me presionaba. El bulto era enorme. Me moje de solo pensarlo.

Así suegrito… vamos.

Luego fui más atrevida y le dije: Uy suegrito me lleva puyando toda la noche. Tiene que tener una cosa muy grande ahí abajo, porque no deja de presionarme ja ja.

-lo siento Lorena, pero no he podido evitarlo.

-venga relájate. Me gusta sentirlo así. A cualquier mujer le gusta ser deseada. Porque vd aunque sea la mujer de su hijo ¿me desea verdad?. le dije para calentarlo

–que cosas dices Lorena. Me dijo casi descompuesto.

-¿Entonces no le gusto? Le conteste para incitarlo más.

–No es eso, claro que me gustas Lorena, pero no debo. Eres la mujer de mi hijo. Debes comprenderlo.

-ay suegrito, esta noche somos una mujer y un hombre, solo eso. Ande diviértase, y hagamos que sientan envidia de nosotros.

-definitivamente no puedo contigo. Me estas volviendo loco Lorena.

Bailamos un rato más, y al final, ya cansados, le dije que mejor nos fuéramos hacia la casa. Pero antes tuve necesidad de ir al baño. En el mismo observe que había una maquina de condones, y pícaramente, me dije: “no sé como saldrá la noche, pero estoy tan caliente que soy capaz de follarme a mi suegro”, “por si las mocas voy a coger 2 de estos”. Los metí en mi bolso. Nunca había hecho el amor con ellos, ni siquiera con mi esposo, pero no sabía que podía ocurrir esa noche, y yo me encontraba demasiado caliente, y además, creo que estaba en días fértiles.

Al sentarme en el coche me quedó la minifalda más recogida de lo normal, y se me veía un poco la tanga. Octavio, no dejaba de mirar, y le dije:

–debe mirar a la carretera suegrito, o nos vamos a salir de la vía. Ya tendrá tiempo de verme en casa. El creo que no entendió, pero seguro que pensó que algo le esperaba.

–Joder Lorena, es que te pones de esa manera… ¡que no soy de palo!- me dijo.

–Ja ja ya veo que sigue excitado. Me encanta verlo así. Pero ¡es que lleva así toda la noche! ¿Acaso nunca se le baja? Le dije para tentarlo más.

-¡Lorena!!!!. Lo siento sé que no debo, pero debe ser que llevo mucho tiempo sin tener sexo con mi esposa. Ya sabes, que ella de sexo nada de nada. Y al verte así… no puede remediarlo.

-lo entiendo suegrito. Yo también llevo más de dos semanas sin sexo, y estoy … ja ja creo que bastante salida… ¿lo ha notado también verdad?.

Me mira y me dice: ya lo creo. Esta noche casi me da un infarto.

-ja ja… lo hemos pasado muy bien.

Llegamos a casa, y él me dijo que se iba a cambiar. Pero le dije:

-¿se va a dormir ya?. Yo aún tengo ganas de guerra. Venga ande siéntese aquí en el sillón, que le voy a hacer un “pequeño show”.

-un “Show”- me contesto extrañado.

Balbuceaba, casi un susurro, no me detuve. Lo hice sentar en el sofá, y le dije que se relajara. ¡Joder me encontraba muy caliente!. Era una locura, pero si las cosas se ponían a tono, a lo mejor estaba dispuesta a “follarme a mi suegro”. No lo tenía previsto, pero sabiendo que tenía unos condones, y me anime a ello.

El me miraba asustadísimo, eso me calentaba mas, Lorena no, no, que vas hacer…ja ja.

-venga relájese, que le voy hacer unos numeritos. Seguro que le va a encantar. ¡ ya verá!.

Baje un poco la luz de la sala, dejando solo una lámpara que iluminaba tenuemente. Joder el marco era ideal. Y me plante delante de él, y comencé a contonearme, haciendo posturas sexy, y diciéndole:

–que tal cuerpo tengo suegro. Le gustas mis piernas…. Y mi trasero… que tal se ve mi culito. ¿Le gusta.?.

El no me respondía, pero resoplaba. Me fui soltando los botones de la blusa, uno a uno, hasta quedarme solo con el sostén y la falda. Mis pechos, sobresalían bajo el pequeño sostén que llevaba, ya quera casi minúsculo y realzaba mi busto más de lo adecuado. Le tire la blusa, y acercándome hasta donde estaba le puse mis pechos ante su cara y se los restregué aún con el sostén puesto.

-le gustas mis pechos…. Venga dígamelo… se que le he visto mirando continuamente hacia ellos.

-y ¡a quien no Lorena!. Me dijo casi tartamudeando.

-¿Quiere verlos desnudos?..

-Lorena…dijo casi temblando.

–vamos suegro, le permito que si lo desea pueda verlos. Solo esta noche. Nadie lo sabrá. Ande, se que lo desea…¡suélteme el sostén!.

El nervioso, no lo tuvo que pensar mucho, y alzando sus manos y me soltó el sostén. Al momento aparecieron rebotando ante él mis voluminosos pechos, totalmente desnudos. Son grandes, pero bastante firmes, con aureolas en los pezones, y estos son bastante pronunciados.

–Dios mío que preciosidad. Y, lo tomo en sus manos apretándolos, y sin que le dijera nada puso su boca en ellos. Le deje un momento, y luego le dije:

–solo verlos Octavio. No le dije nada de tocarlos, y menos chuparlos. ¡qué atrevido es suegrito! No se tome tantas atribuciones sin concedérselas.

–lo siento Lorena.. Me dijo casi cortado. Me encantaba hacerlo sufrir.

Era mi oportunidad, y aprovechado la penumbra de la habitación, me retire un poco, y procedí sensualmente hacer unos movimientos sexy, subiendo mi falda y enseñándole mi tanga. Y al rato, me acerque hasta donde se encontraba y puse mi culo mirando hacia él y le dije:

–Le gusta mi trasero. Ese trasero que siempre ha deseado ver de cerca. Ande, le permito que lo vea. Pero tendrá que bajarme la tanga. ¿Quiere hacerlo suegrito? O ¿no se atreve a bajarle las braguitas a la mujer de su hijo?. Pero si quiere verlo,… “va a tener que quemarse”. ¡Está dispuesto!

Ya sabía que estaba fuera de sí. El no lo dudo, y mis palabras lo calentaban aún más, con delicadeza con sus manos tomo los lados de mi tanga, y tiró hacia abajo, hasta que la misma descendió por mis piernas hasta el suelo. Que morbo. Mi suegro se había atrevido a bajarme las bragas y ahora tenía el mejor espectáculo de mi hermoso trasero totalmente desnudo. Me agache un poco para que tuviera una buena visión igualmente de mi chocha, cuyos vellos se veían claramente a través de mis piernas.

–que preciosidad. Pero qué buena estas Lorenita. Me dijo al instante.

–le gusta mi trasero suegrito. Lo tengo bien ¿verdad?, su hijo siempre me dice que algún día me lo atravesara con su polla. Pero el nunca se ha atrevido. ¿Le gusta también mi anito suegrito?.

-Uff preciosa. Qué suerte tiene mi hijo al tenerte. Estas para comerte todita.

-No me dirá que Vd. también quiere atravesar mi trasero con su polla. Uff… ¡con lo grande que la tiene que tener!. ¿Cree que me entraría?. Dígame suegrito, ¿cree que su polla entraría en mi culito? Estaba salida como una perra, y la palabrería me excitaba más.

Mi suegro estaba fuera de sí. Y me contesto: -te la clavaria hasta los huevos preciosa. Completamente. Te lo aseguro.

-uy suegro, miedo me da. Con lo grande que la tiene que tener. ¿Por qué la tiene bien grande verdad?- le pregunte, con carita de putita sin dejar de enseñarle mi trasero.

-creo que lo suficiente para ese culito. Pero no soy yo el que tiene que decirlo.

-Vaya suegro. ¿Me está pidiendo que le vea su pene?… que desvergonzado. Y ha visto los labios de mi chochito, los ve bien desde ahí. Ande acérquese y mírelos.

Estaba como una moto. El se acercó casi hasta poner su cara cerca de mi trasero, bajo mis nalgas.

-lo ve bien suegrito. Quiere que me gire hacia Vd. para que lo vea bien.

Y sin esperar su respuesta, me giré me levanté las falda y le mostré mi monte de Venus, y los labios de mi coñito. ¿Quiere verlo mejor?, ande le permito solo que me toque con su mano el coñíto, pero nada más que tocarlo y verlo. Solo eso.

Me encontraba muy cachonda, nunca en mi vida había sentido tal calentura. Mi suegro extendió su mano y toco los labios de mi coño, ya que resumían jugos de lo cachonda que estaba, e incluso los abrió y vio la entrada de mi vagina.

–por Dios Lorenita. ¿Cómo estás?… ¿estás muy cachonda verdad?, tienes todo el coño mojado, más bien diría que encharcado.

Uf como mi suegro, había comprobado que estaba sumamente arrecha, y le dije: –lo ha comprobado suegrito. Me encuentro sumamente cachonda. Llevo tiempo sin follar, y su hijo no está para satisfacerme.

Le mire a la cara y le dije: y vd. suegrito. ¿Está también cachondo verdad? ya he visto el bulto que se le ha formado en su pantalón. Creo que se le va a reventar. ¿Quiere que le baje los pantalones para que se desahogue un poco?

Sin esperar respuesta, procedí a soltar la hebilla de su cinturón y desabroche sus pantalones tirando de los mismos y dejándolos en medio de la sala. El bóxer que llevaba amenazaba un bulto enorme debajo.

–oh suegrito. Como está. Vamos que quitarle esa prendita… ¿quiere enseñarle a la mujer de su hijo, lo que tiene ahí guardado?

-anda preciosa. es toda tuya me dijo el sin poderse resistir.

Notaba el enorme bulto de su pene en el bóxer, tenía que ser grande de verdad.

Y me dijo: –Lorena, por dios que jamás se sepa nada de esto. Ni mi hijo ni mi esposa. O nos la ganamos.

-claro que no suegrito. Estese tranquilo. Pero vamos aliviar esa cosa tan grande que parece tener ahí, porque va a reventar el boxer.

Tire de su bóxer, y casi me da un infarto. Joder con mi suegro, “que pedazo de tranca tenía”: –pero suegro, ¡esto que es!, es más del doble de la de su hijo. Que monstruosidad…. Que barbaridad No me lo podía creer, era grande, casi el doble de la de mi esposo y encima mucho más gruesa, con un glande precioso. Las venas destacaban claramente en ella. Esta como un misil. El coño me comenzó a correar solo pensar que podía clavarme aquella preciosa polla.

La tome en la mano, y pase la misma a lo largo y ancho de aquella, y le dije:

–joder Octavio. ¿No pretenderá follarse a su nuera con semejante vástago?. Eso nunca entraría en mi culito, eso es enorme.- le dije.

–pero tienes un vagina preciosa Lorenita. Y, sin decirle nada volvió a tocar mi coñito con su mano, pasando su dedo índice por la entrada del mismo, produciéndome un placer infinito: – oh Octavio, no me haga eso ohhhhh

Me deje caer sobre él. Me recosté en su musculosos brazos y me recibió, mientras nos besábamos con furia. Palpe su pene, y note su enorme petulancia.:-oh suegro, me gustan sus caricias… uff que bien lo hace, ande siga…..uff y….. su pene, como está el pobrecito. ¡Esta que revienta!.

El me echo sobre el sofá, y dirigió su cara hacia mi coño, y comenzó a lamerlo: oh si suegrito, que me hace ohhh me lo va a comer. Oh si… lámeme, ohh eres un experto. Anda lama el coñito de su nuera. Vamos cómaselo. Asíii siii… que gusto

Mi suegro era un experto, recorría mi clítoris, estimulaba mi ano, la calentura, el morbo de lo prohibido me impedían contener mis gritos. Yo gritaba como una perra, acabe ríos de flujo en su boca ,oh…Octavio no deje de lamerme, que me voy a venir hoooo..,. Luego me metí su vergota en mi boca, y pronto nos encontramos haciendo un 69, yo sobre él. Le lamía su cabezota, luego, palpe sus enormes testículos. Joder era proporcionado a su tranca. Allí debía de tener almacenado mucho semen.

El seguía comiéndome el coño y, oh locura, me lamía el ano (nunca antes me lo habían hecho mi esposo), su verga me ahogaba, Octavio balbuceaba, uffnenita como estas…, te voy a tener que follar. Sé que no debo. Pero…te voy a meter mi pene por ese chochito que tienes…….., gire, lo bese, y le dije:

–Suegro, ¿sería capaz de follarse a la mujer de su hijo?. ¿de verdad me follaría?. Le indique morbosamente para ponerlo más arrecho.

-Lorena, ahora estoy seguro que te la quiero meter hasta los huevos. Mira como me tienes.

-pero soy la mujer de su hijo. ¿Aún así quiere metérmela? Lo decía para calentarlo aún más, consciente de que la palabrería nos excitaba a ambos.

–ahora mismo no me importa nada. Me da lo mismo que sea incesto o no, pero tengo que follarte preciosa. Tengo que metértela como sea.

-uy suegrito, es un degenerado, quiere meterle toda esa poronga tan grande a la mujer de su hijo.

Observe aterrada la enorme verga de mi suegro. La acercó a mi coñito, y estaba tan arrecho, que intento meterla, pero lo detuve y le dije:

–espere suegrito. “A pelo no podemos hacerlo”. Creo que estoy en mis días fértiles… uff con la cantidad de semen que tiene que tener almacenada en sus pelotas, seguro que me preña. ¡Tenemos que hacerlo con condón!.

-¿con condón?. Yo nunca he utilizado eso– me dijo.

Me baje, tome el bolso, y saque los dos condones, y le dije:- los adquirí en el baño por si las moscas. Estaba tan salido, que pensé que quizás…

–eres una pillina. Pues que esperas para ponérmelo. Tengo ganas de follarte vamos Lorenita.

Rasgue el envoltorio de uno de ellos, tome al condón y procedía a colocárselo, pero… sorpresa, no entraba. La poronga de Octavio, era mayor que el diámetro de aquel condón, lo forcé un poco, y al final terminó rasgándose: oh Octavio. Se ha roto, no le sirve, tiene una polla muy grande. Que vamos hacer, a pelo no podemos hacerlo.

-joder nena. Inténtalo con el otro. Necesito follarte como sea.

Lo volví hacer y ocurrió lo mismo. Me quede de piedra. Yo seguía arrecha, tanto o más que él, pero a pelo era muy peligroso hacerlo.

–vamos Lorenita, la sacare cuando me vaya a correr.- me dijo el. Era obvio que Don Octavio estaba bien salido y ahora no recababa en que fuera la mujer de su hijo. El solo quería satisfacer aquella necesidad que tenía de follarme.

–Suegro sabe que eso es muy peligroso. Puedo quedar embarazada de Vd. se supone. Yo preñada de Vd.

El recapacito, y me dijo: – es verdad Lorena, mejor será que lo dejemos. Me he vuelto loco, no sé cómo he podido llegar hasta aquí. Y dicho esto tomo la ropa y se marcho a su habitación casi enfadado, aunque más bien apesadumbrado.

Me quede totalmente desencajada. Me metí en mi habitación, pero no me aguantaba. “Joder necesitaba una tranca”, y la de mi suegro era la mejor. No paso más de media hora, cuando mi arrechera era tal que decidí ir a por mi suegro. Quería que me follara, que intentara sacarla antes de correrse, pero necesitaba tenerla dentro.

Entre en su cuarto totalmente desnuda. El me vio, y se quedó quieto, me acerque donde estaba, tiré de la sabana y vi que permanecía desnudo, con su tranca aún casi erecta.

–Ay suegro. Me encuentro muy arrecha, necesito que me la meta. Pero hágalo con cuidado la tiene muy grande. Y tendrá que correrse fuera.

-y ¿si te dejo embarazada?.

-intente correrse fuera. Pero no lo piense más, le necesito dentro de mí ya: “vamos cláveme”.

Estaba tan mojada, que me puse sobre el y acerque mi coño hasta su daga, y comencé a bajar. Y me di cuenta de las dimensiones de aquella tremenda tranca. Era obvio que no tenía comparación con la de su hijo. Sabía que con lo estrecha que era me iba a doler un poco. Pero mi arrechera era singular.

.uf suegro, me va abrir mucho no sé si me entrara. “Es tan grande”.

A medida que me iba sentando notaba como se dilataban las paredes de mi vagina a su paso. Me desgarraba por dentro, esto de verdad era placer y dolor. Habíamos roto el tabú, estábamos cometiendo incesto, infidelidad, pero lo necesitaba, ambos lo necesitábamos. Suegro y nuera nos gozábamos como perros en celo.

Oh suegro, como me abre.. ohhhh que grande… me va abrir todita.. ohhhh– de una sola embestida, me deje caer enterrándome su tranca hasta la misma base. Oh me ha desgarrado por dentro, pero me encanta su polla, …ogggg

-oh Lorenita. ¿Qué buena estas!.

Tras superar aquellos primeros momento, me sentía mejor, y comencé a cabalgarlo, cual amazona cabalga sobre su caballo. Notaba que mientras más lo cabalgaba, mayor se endurecía su polla. Era obvio, que aquella posición lo excitaba de forma importante. El cabronazo me hizo tener más de dos orgasmo seguido. “Mi seguro era un follador nato”.

Tal era mi excitación, que me percaté de que el jugo de mis orgasmos discurría por los huevos de mi suegro. Me había corrido de una forma bestial. Y, no era para menos, ya que no solo estaba bien arrecha, sino que aquella tranca me producía unos calambrazos dentro de mi coño, impresionantes.

Luego me hizo descabalgarlo, y me colocó en plan perrito, y sin mucho miramiento me la metió desde atrás. “Me atravesó completamente”. Mire hacia el espejo de la habitación, donde se podía contemplar reflejados nuestros cuerpos, aquel tremendo hombre, alto musculoso, fallándose a su nuera, que parecía una chiquilla en proporción a su estatura. Era una escena digna de la mejor película porno.

Me estuvo bombeando sin parar. Pese a su edad, contemplaba como mi suegro tenía una vitalidad envidiable, y me la metía con mucha energía. Notaba el chapoteo de su tranca al llegar mis nalgas: choc –choc…

Observe su cara por el espejo, y deduje que estaba a punto de venirse, pero joder, yo también estaba llegando a un nuevo orgasmo, y lo necesitaba, por lo que le dije: – no ahora no se salga suegro. Me viene otro… siga por favor… métamela hasta el fondo la quiero toda… siii, ohhh necesito correrme otra vez…vamos métala todaaaa.

-pero.. Lorena me voy a terminar corriendo dentro… no puedo más Lorena. Ooo Note su tenue voz, y como se endurecía su polla dentro de mi coño.

-Oh así siga así métamela más adentro…deme fuerte.. revientemente…

-pero … no puedo, ya me viene… ohhh me voy a correr dentro. Y entonces en ese momento el me dijo casi gritando: ¿De verdad la quieres dentro…¿ ¿ quieres mi lechita…?

-me da lo mismo. Pero, ahora no se salga ahora. Vamos suegro no me importa nada: córrase dentro, lléneme si quiere… préñeme si lo desea…pero no me la saque ahora, ahora nooo oohhhh siiiii ya me viene ooooo

-uf nenita te voy a llenar. Llevo sin correrme mucho tiempo. La tengo muy espesa.. oooo siiii me voy a venir siiiii . Al momento, mientras me convulsionaba arremetiendo hacia atrás contra mi suegro para que su tranca me entrara más, sentí la primera lechada dentro de mi vagina, que fue lanzada con gran potencia, y luego otra y otra, no paraba. Me percaté de que mi suegro los tenía bien repletos.

Oh.. lo siento correrse ohhh,,,Suegro “se está viniendo dentro de su nuera”. Oh suegro que cabron, me quiere preñar…. quiere llenar a tu nuera con su lechita. Le dije muy excitada ante sus continuos lechazos. Vamos cabronazo se que lo deseas. “Sé que deseas preñarme”. Vamos hazlo…siiii sigue así… más lléname más…

Lorenaaaaa que rica ricaaaaaaaaaa te voy llenar…siiii

Su acabada inundo mi concha. Sentí un mareo y con un suegrooooo me vine otra vez. Cuando terminamos, ambos quedamos en silencio todavía, sentía su tranca dentro de mi cuquita. Nos miramos a través del espejo, y el procedió a salir de mi. Sentí como un vacio. Luego mire mi coño y vi la hilera de semen que salía de mi raja. Me había inundado.

-oh suegro me ha llenado el coño con su semilla. Seguro que de esta quedo preñada. Nunca su hijo se ha corrido de esta forma.

Me acerque a el un nos besamos, yo no dejaba de susurrarle, te amo suegrito, te amo.

El solo atinaba dios que hicimos, que hicimos Lorena, lo encare muy suave

Es tarde para arrepentirte. Gozaste a tu nuera cabron, y además sé que me has preñado. Nunca tu hijo me ha llenado de esa manera. ¡Si que estabas necesitado suegro!. Le dije.

Si te goce. Llevaba tiempo sin hacerlo, y no me pude contener, pero

Nada de peros. Ambos lo deseábamos. Estábamos muy calientes. Y, además veo que sigue en pie de guerra. Joder, viendo esa tranca otra vez en forma,….¿no se te baja! “vas a tener que volver a follarme”.

-Claro Lorena, veo que aún sigues con ganitas.

Entonces, muy arrecha, con mi vagina aún con su semen, lo acerque a su cara en su rostro, me desquicie, perdí toda razón, y le dije:-anda suegrito mame la panocha. Esta de su corrida, pero necesito que me la mames.

Gozaba todo, nos gritábamos, eh putita te culeaste a tu suegro. Y le conteste: Y tu suegrito. Eres un cabronazo. Te has follado a tu propia nuera, la mujer de tu hijo.

Después, me pone sobre la cama boca arriba, pone mis rodillas en sus hombros, y observo que acercas su sexo hasta mi ano. ¿no pretenderás follarme por el culito verdad?

-veras que te gustará.

-Joder seguro eres un degenerado. Nunca le he hecho por ahí la tienes enorme. Ni se te ocurra.

–durante mucho tiempo he visto ese trasero, y he querido ponerte en cuatro y clavártela por el culito. Atravesarte totalmente.

-ya lo notaba suegrito. Joder quieres encular también a tu nuera.

Y sin más palabrería, así en esa postura sentía como verga se acercaba a mi ano, horadándolo. No pude soportar el dolor y llore. Pero al final el metió más de la mitad de s verga en mi pobre culito. Me había desvirgado analmente. No quiso metérmela más para no dañarme.

Luego cuando vi que cuando se iba a correr, la saco sorpresivamente de mi ano, y me la volvió a clavar por la vagina y descargó su semen nuevamente dentro de mí. Joder, mi suegro quería dejarme embarazada de verdad. Me di cuenta en ese momento.

–joder suegro. “Me quieres preñar de verdad”. Te has corrido dos veces dentro de mi coño. Me vas a dejar panzona.

-y cuando estés con una pancita. Te volveré a follar nuevamente. Preñadita debes de estar preciosa. uhh.

-que sádico es suegrito. Pero me gusta cómo eres….

Durante todo el tiempo que resto hasta que volviera mi esposo y mi suegra, tuve sexo diariamente. Sexo, sexo, todo duro, e incluso violento, pervertido teníamos sexo duro, fuerte y en diferentes lugares de la casa.

A los pocos días de llegar mi esposo, comprobé que no me bajo la regla, pero no le dije nada a mi esposo. Mi hice la prueba y verifique que estaba embarazada. Solo podía ser de mi suegro. Se lo comente a mi suegro: –sabes. Estoy preñada, pero no le he dicho nada a tu hijo. Tengo que esperar un poco para decírselo.

Más tarde se lo indique a mi esposo, pero él no sospechó nada, y quedó muy contento.

A los nueve meses nació un precioso hijo, que se parece más a mi suegro que a su hijo, pero al estar en familia, no hubo sospecha alguna.

–sacó todos los rasgos de tu padre– le dije a mi esposo.

Yo me reía por dentro. Pero en el fondo estaba contenta, y no veía la hora que de pasaran el tiempo y tener unas vacaciones solos para volver a follar de nuevo con el suegrito.

2 comentarios - A solas con mi suegro