Como cambió Mi Vida Capítulo 7

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Capítulo 7: Crimen y Castigo
Pasadas las fiestas de Año Nuevo, el primer día laboral de año para algunas fue de lo más normal, claro que para mí no, nunca me cansaré de ver a tía Dani en su proceso de inicio del día, ese simple hecho ya lo hace especial, cada movimiento de ella es atrayente desde el salir de la ducha a como se seca su cuerpo y para que decir cuando se viste hacen, todo en ella hace que mi verga cobre vida. Nuevamente Dani me hace hervir la sangre, por lo que me acerco a ella, pero no sé por qué, rehuyó cualquier acercamiento amoroso. En fin, el día se inicia de lo más normal, luego de juntarnos a desayunar continuando con los últimos comentarios de las festividades recién pasadas, en el intertanto, Juan y Francisco preparan su equipaje para el viaje, en cambio, Ani, Isabel y yo, nos preparamos para ir al club a nadar, extrañamente ese evento tampoco llevó mayores novedades, ya que entramos a plena temporada estival y había mucha gente circulando por el club. Eso sí, juagamos y disfrutamos de la piscina, donde evitando la mirada del salvavidas, yo aprovechaba de acariciar las curvas de mis dos parientes, pero nunca se dio la oportunidad de hacer algo más. Ya en la tarde con la excusa de que iba a ver uno de mis antiguos amigos, me dirigí a casa de doña Montserrat con la “sana intención” de saludarla y descargar mi tensión; llegando a allá, estuve a punto de cruzarme en la puerta con su hija Montse a quien eludí ocultándome en un portal cercano, no quería que ella me viese e iniciara un interrogatorio al que no podría contestar adecuadamente. Al llegar a casa de doña Montserrat, toqué el timbre y ella me hizo pasar rápidamente.
Claudio: Buenas tardes doña Montserrat.
Doña Montserrat: Buenas tardes, pasa rápido que no quiero que te vea algún vecino indiscreto.
Claudio: ¿Está sola?
Doña Montserrat: Sí las criadas salieron, pasa y siéntate, ¿quieres un refresco o algo?
Claudio: Un refresco estaría bien, en la calle hace mucho calor, como se diría caen “los patos asados”, dije tratando de ser gracioso pese a mi nerviosismo.
Doña Montserrat: Mira Claudio, te llamé porque no quiero que mal interpretes; lo que nos pasó en tu visita anterior no se repetirá. Yo quiero a mi marido y no deseo que Montse vea que su madre es una mujer loca o fácil.
Claudio: Usted me parece una mujer seria y preciosa, no veo por….
Doña Montserrat: No me interrumpas por favor, ya me di cuenta que puedo flaquear por necesidades desatendidas; dijo mientras se sentaba en su sillón y me alcanzaba un refresco. O sea, soy una mujer normal como cualquier otra
Claudio: Por supuesto que usted es una mujer, pero no como cualquier otra. Entiendo doña Montserrat que usted no quiera que Montse piense mal de usted, pero no puede negar que su necesidad desatendida no ha cambiado ni desaparecido, de otra forma no estaríamos solos en esta casa.
Doña Montserrat: Es cierto pero no podemos hacer lo que hicimos…
Claudio: Créame Doña Montserrat, tampoco quiero que su figura maternal se vea afectada con su hija, dije parándome detrás de donde estaba sentada doña Montserrat y puse mis manos en sus hombros agregando: Ella es una buena amiga y novia de mi hermano, pero usted me revoluciona tanto, como yo a usted,
Doña Montserrat: ¿Qué haces?.... alcanzó a decir doña Montserrat, cuando ya bajaba mis manos hasta ponerlas en las turgentes tetas de doña Montserrat por encima del vestido.
Claudio: Algo que yo se que le va a gustar, dije justo antes de que le hiciera a un lado parte del vestido sacándole las tetas sin liberar aún el broche del sujetador. Prontamente procedí a tomarle sus tetas liberándolas del sujetador y comencé a amasarlas.
Doña Montserrat: ¡Déjame! dijo, levantándose del sillón y girando para mirarme
Claudio: No puedo dije, inclinándome para chupar sus enhiestos pezones. Continuando con mi comida de tetas, le descorrí el cierre del veraniego vestido y la dejé solo en ropa interior, luego le tomé el culo, amasándolo con renovada pasión, siendo de todo menos delicado.
Doña Montserrat: No puede ser, soy mayor que tú,…puedo ser tu madre me decía entre suspiros.
Claudio: La edad no es impedimento para cubrir sus necesidades y tener un momento para pasarlo bien, y a usted, aún siendo mi madre le haría lo mismo; contraataqué, siendo totalmente veraz en cada una de mis palabras.
Ella en ningún momento se resistió realmente, no recibí ningún empujón o golpe, ella estaba entregada pese a que sus palabras decían algo diferente, noté su respiración agitada, sin decir nada mas se sentó en el mismo sillón, en eso aproveché de bajar a comerle el coño deslizando las bragas a un lado y apoderándome de los labios mayores y menores, deteniéndome con especial dedicación y ahínco en su clítoris. Ella mientras más la lamía, más se mojaba, luego de unos minutos la vagina de doña Montserrat era un rio de flujo; por su pudor se corrió lanzando dando un grito ahogado y tomándome la cabeza se la enterró entre las piernas casi asfixiándome.
Luego la tomé entre mis brazos, y sin oposición alguna y la tendí en el sofá, no me decía nada, solo suspiraba; le saqué las bragas para meterle mi verga sedienta de conchita, su caliente coño, calzaba mi verga como un guante, podía sentir cada célula de su interior, lo que me encendía cada momento más y más. Comencé un desenfrenado mete saca, mientras la miraba a la cara, podía ver que su hermosa mirada estaba llena de deseo; acompañé mi incursión en su interior con un masaje a las tetas que tanto me gustan y que desde que las vi, las deseaba. Al rato le vino un nuevo orgasmo a la sensual doña Montserrat, al verla exhausta por la corrida, saqué mi verga y comencé a pasársela por todos lados, como ya casi era mi costumbre con las parientes; primero las orejas, luego la nariz y los ojos, siguiendo en los labios y tras un poco de presión en la boca, doña Montserrat, evidenció su poco conocimiento en las artes amatorias orales, raspándome un poco el Glande con los dientes, gracias a Dios sin causar un gran daño; luego le tomé las tetas, pasándole mi amiguito por los pezones, para después abrigarlo con esas hermosas masas de carne; comenzando una cubana que interrumpí solo para pasarle la verga en el ombligo antes del gran final. Me detuve ante la mirada de curiosidad de doña Montserrat, me levanté y saqué de un bolsillo de mi arremangado pantalón uno de mis condones extra-deslizantes para decirle:
Claudio: Póngase en cuatro patas afirmando sus manos en el respaldo del sofá que ahora le voy a quitar su última virginidad, mientras me colocaba el condón.
Doña Montserrat: ¿Qué quieres hacerme?, dijo sin entender aún pedido por mí.
Claudio: Que voy a hacer mío su hermoso culo.
Doña Montserrat: Pero nunca lo he hecho por ahí
Claudio: Siempre hay una primera vez, le aseguro que lo va a disfrutar.
Doña Montserrat: Pero he escuchado que duele mucho.
Claudio: Solo si se lo meten con desesperación, yo lo haré suavemente.
Ya sin decir más, doña Montserrat se puso en posición, le ensalivé su ojete con abundante saliva y con el condón puesto, lo pasaba mi verga por su hermoso orto, comencé a “dedearle” el clítoris, para hacer que mi maniobra fuera bien recibida. Cuando consideré que Doña Montserrat estaba lista, o sea muy caliente, algo que era totalmente evidente, ya que ella pedía entre suspiro y suspiro que se la metiera. Comencé la penetración anal. De doña Montserrat, claro que sintió algo de dolor, pero nada que superara el placer que le estaba otorgando con mis manitas. Ella misma comenzó a mover su culo para sentir mis estocadas, empecé a entrar en sintonía con su ritmo, rápidamente la cabalgaba con frenética pasión… Hasta que un nuevo orgasmo la asaltó y ella sin ninguna contención, gritó casi como una loca:
Doña Montserrat: ¡Me cooorrroo….me corro!, ¡sigue…sigue, sigue partiéndome el culo!,… ¡me corrooo!, mmm… que maravilla, nunca en mi vida he sentido algo así.
Claudio: Y no será la última doña Montserrat… no será la última dije saliendo de su orto para acariciar el maravilloso culo, luego me saqué el condón y lo dejé en un cenicero de la meza de centro, ella se sentó y me miraba.
Claudio: ¿Prefiere mi corrida en su cara, en sus tetas, o en la boca?
Doña Montserrat: ¿Qué?...¡yo soy una dama!, no puedes hacerme eso.
Claudio: Es una dama, pero me correré en usted… ¡elija donde! porque ya me corro.
Doña Montserrat: En las tetas dijo finalmente doña Montserrat.
Ya casi con mi simiente en la punta de la verga, logré dirigirla a sus turgentes tetas, la primera andanada cayó en el canalillo que las separa, la segunda en la derecha y la tercera en un movimiento impensado por mí, en su cara, para ser más preciso en sus labios, apretando mi glande las siguientes cayeron en su barriga y piernas, o sea casi por todos lados:
Doña Montserrat: Mira como me has dejado alegó.
Claudio: Chúpemela para limpiarla, dije casi como una orden.
Doña Montserrat: Pero….mmpfhf….no tan fuerte….mmmgfs.
Claudio: Estas más hermosa que nunca, aseveré al verla con la cara y tetas aún con el sujetador medio puesto, enlechadas con mi simiente.
Doña Montserrat: No digas eso, me dejaste toda pringada y tuve que limpiar tu verga.
Claudio: ¿Pero te gustó que lo hiciéramos?
Doña Montserrat: No era mi intención hacer esto, dijo sollozando con las manos sobre la cara.
Claudio: No se ponga así, que se que no era su intención, solo era su deseo y que finalmente se cumplió.
Doña Montserrat: Sí, pero mira como estoy parezco una puta.
Claudio: No parece una puta, se ve maravillosa, además yo lo disfruté mucho.
Doña Montserrat: Yo…. también lo disfruté, dijo avergonzada.
Claudio: Venga vamos a lavarnos y tomándola de la mano la levanté para ir al baño.
Una vez el baño del dormitorio principal terminé de desnudarme y ambos entramos a la ducha, el verla tan bien dotada de curvas y de belleza volví a calentarme; sus formas por no decir toda ella, ¡eran perfectas! Sin mayor dilación comencé a acariciarla por no decir masajearla en cada centímetro de su cuerpo, ella correspondió mis caricias con suavidad, hasta que ambos muy calientes tuvimos una nueva sesión de sexo lujurioso. En efecto, apoyándola contra la pared de la ducha, levanté una de sus piernas con una mano mientras la penetraba con fuerza y comenzaba a tirarla desenfrenadamente; ella gemía y me decía que era maravillosos, que siguiera, para incrementar su disfrute con la mano libre tomaba su culo e incrementaba la profundidad de cada estocada de mi verga; llegó el momento en que me corrí en su interior una fracción antes que ella sintiera un nuevo orgasmo. En esta oportunidad, nos fundimos en un profundo beso que demostraba que era una mujer apasionada y que la había dejado satisfecha, luego entre caricia y caricia nos secamos y vestimos, fue casi como un juego que ella jugó con alegría.
Doña Montserrat: Creo que es hora de que te vayas, puede venir Montse o mi marido y descubrirnos.
Claudio: Tiene razón doña Montserrat o puedo llamarla Montserrat.
Doña Montserrat: Después de lo que hemos hecho me puedes llamar incluso puta, forzando una leve sonrisa
Claudio: Nunca la llamaría puta.
Doña Montserrat: Como quieras, terminó diciendo, aunque en la intimidad puedes decirme Montserrat, dejando entrever que esto no era el final.
Claudio: Adiós, le dije besándola al estilo francés, nos veremos luego.
Doña Montserrat: ¿Aún quieres verme?,
Claudio: Por supuesto, usted es una maravilla.
Doña Montserrat: Dices eso luego de mostrarte toda mí falta de experiencia a pesar de veinte años de casada.
Claudio: Si, la experiencia se adquiere con la práctica y yo deseo entrenarte Montserrat, dándole un beso en la puerta antes de salir para ir a mi casa.
Mi retorno a casa fue lleno de ensoñación donde pensaba en mis mujeres…..sí ya no solo eran mis “parientas”…ahora eran mis mujeres. Cuando llegué aún estaba Montse la hija, de mi nueva amante, y las otras chicas, bromeando con los “militares” que ultimaban los últimos detalles antes de salir a su aventura. Las saludé y me uní a la conversación, pronto llegó el momento de las visitas de irse y de que los de la casa nos juntáramos a cenar. Estábamos todos juntos, cuando en eso llegó tía Dani y nos dijo que deseaba regalonear con Francisco por lo que pedía un pequeño cambio para pasar la noche.
Dani: Claudio tu vas a pasar la noche con tu madre y yo con Francisco.
Juan: Pero Claudio puede dormir en la cama de Francisco
Dani: Eso lo pensé, pero como tú te llevarás el auto de Julia y conducirás muchos kilómetros, debes dormir bien, por lo que propongo lo siguiente: Tu Julia y Claudio en mi cuarto, yo y Francisco en el cuarto de ustedes y tú Juan en el cuarto de tu madre.
Claudio: Por mí no hay problema, puedo regalonear con mamá, dije tomando el tema a la ligera.
Julia: Mmm, que bueno que no tengas problemas con tu madre jovencito, jajaja interpretando el doble sentido impreso de mis palabras
Juan: Bien por mí, así no tendré que soportar ronquidos, jajaja
Dani: Muy bien, vamos a dormir para que todos amanezcan frescos y salgan temprano.
Efectivamente como los militares iniciarían el viaje temprano y les tocaba conducir muchos kilómetros, todos nos fuimos a la cama temprano. Una vez en el cuarto que nos tocaba me acerqué a mamá y sin decir agua va, la besé incursionando con mi lengua en su boca, ella se dejó llevar como una quinceañera, pues desde la anterior conversación se imaginaba ensartada por mí, lo que a todas luces iba a suceder. La comencé a desnudar sin miramientos o cuidados, rompiendo algo la encantadora blusa de ejecutiva de mamá, donde se adivinaban su tetas y duros pezones, le levanté el sujetador por sobre las afiebradas tetas para comerlas con pasión; mientras le hacía esto, desabrochaba su falda y le bajaba las braguitas, para meterle mano y comenzar a masturbarla, mientras mamá Julia se convertía en un rio de flujo vaginal. Ninguno decía nada solo suspirábamos y gemíamos; estábamos comportándonos como unos amantes desesperados, hasta que apegado ya a mis costumbres, la tomé por el culo levantándola y apoyándola contar uno de los muros del cuarto, le metí mi verga hasta el fondo, ella lanzó un ahogado gritito al ser penetrada con tanta furia sin estar totalmente preparada, comencé a moverla con frenesí mientras ella me encerraba con sus piernas en la espalda. Pese a lo agotador de la postura no cejé en mi esfuerzo hasta sacarle el primer orgasmo, ella con su respiración agitada bajó sus piernas al suelo apretando mi verga lo que me dolió un poco.
Claudio: Ayy…cuidado mamá
Julia: Perdón mi niño, ¿lastime tu amiguito?
Claudio: Un poco, ya tomaré venganza en tu culito, dije.
Julia: Me vas a partir el culito en venganza.
Claudio: Sí mamá, te lo dejaré como bebedero de patos
La tomé de la mano para llevarla a la cama y colocarla en cuatro patas, le escupí su orto y me enfundé uno de mis casi mágicos condones ultra-deslizantes y comencé a meterle la verga en el culo, debo decir que ya no le cuesta mucho recibir mi verga, en gran parte gracias al gran descubrimiento de los condones deslizantes, mamá se dejaba llevar por el mete saca desenfrenado que imprimía mientras que también la “dedeaba”, era mi receta para todas que las bellezas que me culeaba, alcanzaran sendos orgasmos. Mientras la afirmaba de su cadera con una mano, ella interrumpió este delirante proceso, sacando mi mano de su coñito para reemplazarla por una de ella, y me pidió que le amasara las tetas, alternando este masaje con caricias en su culo, luego de un rato mi calentura ya estaba en el límite y tomándola de sus caderas con ambas manos, aceleré el ritmo; mamá volvió a derretirse bajo mi verga, explotando en enorme orgasmo en el que tuvo ahogar su grito de placer al expresar su corrida, no podíamos causar alarma en la casa. Yo aun no me corría, pero las contracciones orgásmicas de mamá me llevaron a una corrida ´con los restos de leche que aún quedaban en mí.
Claudio: ¿Donde me cooorrrroo mamá? le pregunté sacándome el condón
Julia: ¡En mi boca!, me respondió sin dudarlo.
Claudio: ¡Me coorrrooo…me…!, metiendo mi herramienta en la boca de mamá, para entregarle la poca leche que le quedaba ese día.
Luego de esa lujuriosa sesión de sexo estábamos agotados, sobre todo yo, por lo que ambos nos acostaron a dormir para poder enfrentar al otro día la salida de los “Militares”. Al amanecer desperté teniendo un extraño sueño, era como si me estuviera tirando a Flo, mi prima que aún no conocía, pero en eso me doy cuenta que la causante de mi sueño, es mamá que me está mamando mi verga y al verme despierto me dice:
Julia: ¿Te gusta tu dulce despertar mi niñito?
Claudio: Me encanta pero más me encantaría que me cabalgues.
Julia: Encantada, veo que amaneces con ganas,
Claudio: Por ti siempre mamá.
La veo irguiéndose, ¡que bella es mi madre!, su tetas son unos perfectos melones, dulces y deseables, su cintura es pronunciada como la de una guitarra, acaricio sus piernas suaves como la seda cuando se coloca a horcajadas y ensartándose en mi verga inicia una intensa cabalgata sobre mí, no puedo explicarlo pero ella es toda sexualidad y creo que ya no le queda ninguna traba moral en su entrega, por lo que se comporta tan puta como tía Dani.
Claudio: Qué rica estás mamá, le digo mientras le tomo sus tetas y las majaseo, alternadamente le amaso su bello culo, recorriendo el camino de su cintura
Julia: ¿Te gusta como lo hago?
Claudio: Me encanta mamá, sentirme dentro de ti es imposible de describir.
Julia: Mmmm….tu….me llenas tanto….me encanta sentirte dentro
Su cabalgata cada vez se intensifica más y más, tanto que ya no puedo resistir su ritmo infartante, la febril cabalgata de mamá sobre mi verga es casi mortal y se lo digo:
Claudio: Si sigues así me correré…mamá
Julia: Mmmm es que estás muy bueno, no puedo parar
Claudio: ¡Mamá me coorrrrooo, me corro, ya no resisto!
Julia: Resiste un poco,… mmm solo un poco yo también estoy próxima a correrme.
Claudio: Mamá me corro, no sé si resista, dije antes de llenarla de leche.
Julia: Mmmm…..yo también, agárrame las tetas y apriétalas dale….ahhhh, me corroooo
Finalmente haciendo un gran esfuerzo por no correrme antes de tiempo, logré sincronizarme con mamá, ella cuando terminó su corrida, se dejó caer sobre mí agotada por su feroz orgasmo. Es decir, ambos quedamos derrengados en la cama respirando agitados casi sin fuerzas, luego de un rato que tomamos para recuperarnos nos levantamos y fuimos a la ducha, estaba jabonándola cuando se me cae el jabón, la verdad es que yo lo dejé caer y le digo a mamá:
Claudio: Mamá recoge el Jabón por favor.
Julia: Crees que soy tonta, ya sé cuáles son tus intenciones malvado.
Claudio: Si las sabes, debieses recoger el Jabón.
Julia: Pensándolo bien es cierto, agachándose mientras con mi verga llena de, champú se la pongo en el ojete y acariciándole el coñito, la enculo suavemente comenzando un pausado mete saca.
Claudio: ¿Te gusta Mamá?
Julia: Mmmm, si pero cuando estemos en esto, no me digas mamá, solo Julia.
Claudio: ¿Te gusta que te culee Julia? mientras no le deja de sobar las tetas y los cachetes del culo.
Julia: Podría acostúmbrame a esto, mmmm….está…está muy bueno.
Claudio: A mí también me gusta partirte el culo mamá, me encanta culearte.
Julia: ¡Síiiii!, a mí también me encanta, sigue….sigueee…..que me corroooo.
Claudio: Mmma….Julia…Julia yo también…me corrooooo.
Dani: Parece que los están pasando bien con el regaloneo, dijo Dani inesperadamente, dándonos un susto de padre y señor mío, al mismo tiempo que nos corríamos profusamente, causándonos una nueva sensación mezcla de susto y placer.
Julia: ¡Daniii! Que susto, casi me matas del corazón reclamó.
Claudio: Si, casi me matas a mí también.
Dani: La que te está matando a vergazos es este bribón, jajaja
Julia: ¿Qué haces aquí?
Dani: Te olvidas que es mi cuarto y mi baño, necesitaba algunas cosas y vine.
Claudio: ¿Quieres participar?
Dani: Me encantaría participar, pero creo que es conveniente que nos levantemos y despidamos a los viajeros que ya se han levantado.
Claudio: Es una lástima, te ves muy atractiva esta mañana.
Dani: Ya lo veremos más adelante.
La mañana se inició lenta pero el inminente viaje la aceleró, llegando el momento de las despedidas, las féminas de la casa lloraron y dieron todo tipo de recomendaciones, Juan nos recordó que cuidáramos a Montse y Biocha para encender el auto y marcharse muy contento. Luego de las despedidas, la casa volvió a la “normalidad”, las adultas se fueron a trabajar y los adolescentes nos quedamos viendo televisión, pese a lo aburrido que eran a esa hora, ya que solo se transmitía programas destinados a las dueñas de casa. Al cabo de un rato, Ani, nos dice:
Ani: Estoy aburrida, podríamos hacer algo más entretenido
Isabel: ¿Qué propones?
Ani: Podríamos aprovecharnos de Claudio, dijo con una pícara sonrisa
Isabel: Tú y tus pensamientos libidinosos.
Claudio: Por mí no hay problema, respondí.
Ani se levantó de su asiento y colocándose a horcajadas sobre mí, comenzó conmigo un morreo épico, yo ni corto ni perezoso la tomé del culo y se lo amasé con ganas ante la atónita mirada de Isa la que se levantaba y nos dice:
Isa: Creo que los voy a dejar solos, pues no me gustan los triángulos amorosos.
Claudio: Pero Isa, también me gustaría que participaras dije, no queriendo lastimar a mi hermana.
Isa: Luego hablamos, estaré en mi cuarto.
Ani: Vamos Claudito, deja ir, que está en su periodo.
Claudio: ¿Qué?
Ani: Que está con la regla y tal vez no esté en condiciones de participar.
Claudio: ¿Es cierto Isa?
Isa: Si, pásenlo bien, adiós.
Comencé a sacarle el vestido a Ani, noté que tenía un conjunto de sujetador y bragas combinadas de color beige con encajes muy bonito, le ajustaba y contenía perfectamente su escultural cuerpo, esta visión me calentó aún más de lo imaginable, por lo que comencé a comer sus tetas por sobre el sujetador, corriendo el género todo lo que podía para descubrir los apetitosos pezones de Ani, succionándolos como un bebé, ¡que delicia de mujer! pensé, luego le solté el sujetador para amasar las preciosas tetas mientras las chupaba con pasión, por su parte Ani disfrutaba como le comían las tetas, por lo que comenzó a acariciarme la cabeza haciendo rizos con mi pelo y apretándome contra su pecho, de pronto bajó una mano hacia mi enhiesta verga y comenzó a sobarla por sobre el short que vestía, abrió el lazo de la cintura y metió su mano al interior. El morreo se intensificaba en la medida que la calentura de ambos se elevaba, con que pasión nos intentábamos fusionar uno con el otro, dando paso en un instante de suprema excitación le digo a su oído:
Claudio: Quiero metértela,… quiero que seas mía.
Ani: Pero Isabel que dirá, refutó.
Claudio: Ahora no puede participar de esto y yo te quiero, te necesito.
Ani: ¿En realidad me quieres?
Claudio: Si con todo mi corazón, eres la que más quiero y deseo entre todas, le contestó mientras le acariciaba el coñito y el culo.
Ani: ¿Quiénes son todas?, preguntó sorprendida.
Claudio: Bueno, Isa, respondió pillado en un desliz durante el apasionado dialogo.
Ani: Isa no es “las otras”, ¡dímelo! o no habrá nada más entre nosotros. Dijo dejando de acariciar a Claudio, ¡dímelo!!!, hablo en serio, repitió con furia.
Claudio: Es que te enojarás si te digo.
Ani: Mira ahora me enojaré pero después se me pasará, si no me lo dices, estaré furiosa y no te dejaré tocarme nunca más.
Claudio: Júrame que no te enojarás
Ani: Te lo juro, ahora responde quienes son las otras.
Claudio: Bueno, está Isa….
Ani: Responde, Isa ya lo sé y lo acepto, dime ¿cuáles son las otras y que has hecho con ellas?, recalcó ahondando en el tema
Claudio: Okey… Está Isa, mi madre, doña Montserrat y tu madre.
Ani: ¿Qué te has tirado a mi madre y la tuya?, empujándolo hacia atrás y quitándole las manos de su cuerpo
Claudio: Si…pero ellas lo necesitaban…fue por una buena causa, se excusó Claudio
Ani: Qué buena causa, ¡eres un degenerado!
Claudio: Pero Ani juraste que no te enojarías
Ani: No… Juré que no me pondría furiosa y que no podrías tocarme nunca más.
Claudio: Perdóname, solo tú eres mi amor, solo a ti te quiero, perdóname.
Ani: También te amo, pero no puedo aceptar que te “tires” a mi madre, a la tuya y a la de Montse para más remate, tengo que pasar el shock, pensar y tal vez te pueda perdonar, ahora déjame.
Claudio:¿No le dirás a Isa?
Ani: No, porque si quieres que te perdone se lo dirás tu.
Claudio: Pero, cómo se lo diré
Ani: No me importa pero si no se lo dices olvídate de mí
Claudio: Está bien, se lo diré…
Ani: Bien anda y díselo.
Claudio: Pero debes darme tiempo.
Ani: Para esto Claudito de mi corazón, no hay tiempo, es ahora o nunca más tendrás nada conmigo, dijo con furia y sarcasmo.
Claudio: Entonces si le digo ahora, me perdonarás.
Ani: No me manipules, si se lo dices consideraré un perdón, de otra forma no lo consideraré y todo entre nosotros habrá terminado.
Sin poder evitar mi confesión a Isa y con los ojos irritados, próximo al llanto, me levanté componiéndome la ropa me dirigí al cuarto de las chicas, dejando a una furiosa Ani vistiéndose en la sala. Golpeando la puerta del cuarto antes de entrar, dije:
Claudio: Isa puedo pasar para contarte algo difícil de decir y más difícil de explicar
Isa: Pasa, ¿por qué esa cara y qué es me tienes que decir? dijo Isa con cara preocupada
Claudio: Es que Ani me dijo que tenía que contarte algo muy grave, y que si no lo hacía no me lo perdonaría nunca.
Isa: ¿Qué es tan terrible que me tienes que contar?
Claudio: Es qué cuando le confesé a Ani, que es ella la que más quiero entre todas con las que he estado, me obligó a contarle cuales eran las otras “todas” y yo se lo dije.
Isa: O sea yo.
Claudio: Es que no eres solo tú.
Isa: Bueno habrá alguna del colegio, pero eso no me importa y no es tan grave.
Claudio: Es que no son del colegio…
Isa: Entonces dime cuales eran las otras todas dijo con absoluta calma.
Claudio: Son la tía Dani, mamá y doña Montserrat la madre de la novia de Juan.
Isa: ¡Tantas!, eres un sátiro mmmmm…. ¿También doña Montserrat? preguntó incrédula.
Claudio: ¿No te sorprendes?, dime algo, ¿también te vas a molestar conmigo?
Isa: Conociéndote como ahora te conozco, no podría molestarme contigo, pues ya hace tiempo que tu sexualidad está más que despierta y yo no era…como diría mi profesor de latín, “prima inter pares” o sea la primera entre iguales.
Claudio: No te molesta que me haya liado con mamá y tía Dani.
Isa: No me gusta pero pensé que algo había pasado por sus cambios tan notorios, se les veía contentas, burbujeantes. No sé, las veía bien satisfechas y prefiero tú te las tires a que un patán lo haga.
Claudio: Gracias por la comprensión, es increíble que Isa se lo tome así.
Isa: Lo que me sorprende es que te hayas agenciado meterte con todas las señoras mayores, lo que no deja de ser curioso. Por otro lado las entiendo, pues ellas ya han probado el sexo y dado que han pasado una sequía prolongada en el caso de tía Dani y mamá, está bien que gocen algo, creo que las haces felices, no me explicaba el motivo pero ahora me queda claro. En el caso de doña Montserrat, puede que sea algo similar y también necesitase su dosis de “amiguito” dijo con una sonrisa a medias.
Claudio: ¿Isa, en serio no te enojaste?, me sorprende tu actitud, totalmente contraria a Ani.
Isa: No, como te dije no soy el amor de tu vida y ellas tampoco, como creo que Ani lo es, en cualquier caso debes prometerme una cosa muy importante.
Claudio:¿Qué cosa?
Isa: ¡Nunca te metas con una desconocida por muy bella que sea! Y si te metes con una conocida que no seamos nosotras o nuestras madres, siempre con condón.
Claudio: Prometido. ¿Me ayudarás con Ani?
Isa: Si te ayudaré con mi mayor rival.
Claudio: ¿Tu rival?
Isa: Sí, mi rival
Claudio: ¿Por qué lo dices?
Isa: Porque yo también te amo y te deseo como hombre, aunque debo aceptarlo, porque necesito a ella para poder estar contigo.
Claudio: ¿Cómo es eso?, dije sin entender completamente el significado de lo dicho por mi hermana.
Isa: Para poder estar en tus brazos sin la oposición de la sociedad y de prácticamente toda la familia, Ani es la mejor pantalla, pues si ella fuese tu novia, aún cuando no sea del todo bien visto por ser tu prima, es bastante más aceptado por la sociedad que si lo fuese yo, eso no sería condenado por la sociedad;…por lo que si me quedo a su lado y ella es tu novia, yo podré estar en tu brazos, de otra forma, lo veo muy difícil… Y yo simplemente te quiero ya seas compartido o no, Claudito de mi corazón.
Ani: Puedo pasar…Te contó lo que hizo este degenerado, interrumpió a Isa y demostrando aún que no estaba de buen genio como para perdonarlo.
Isa: Si puedes y si me contó.
Ani: Y que le vas a hacer.
Isa: Pues ya hablamos y lo he perdonado, por lo que creo que tu también debes hacerlo, él ha sido sincero y es preferible que lo sea a que nos mienta y luego todas estemos en problemas o nos enfermemos de una “Hepatitis C” o algo peor.
Ani: Pero se tiró a nuestras madres
Isa: Sí, pero las tiene felices, o no te has dado cuenta que ellas ahora tienen mejor genio y hasta cantan en la noche cuando cocinan.
Ani: ¿Qué dices?
Isa: Que la dosis de “amiguito” les hace bien y las tiene contentas, como no lo estaban desde hace mucho tiempo.
Ani: Es cierto que andan felices pero ¿en serio tú crees que es porque se las tira?
Isa: Si, pero no es que solamente se las “Tire”, él les hace el amor, tal vez a doña Montserrat se la “Tire” como dices tú, lo importante es que las mantenga felices y que nos haga felices a las dos.
Ani: No sé todavía, aún estoy pensando si quiero que me haga feliz.
Isa: Ya verás que si querrás que te haga feliz y creo que será pronto. Lo único que le pido es que no se ande “Tirando” a desconocidas y a las conocidas que no sean de la familia siempre con condón.
Ani: Sí Claudito, porque nos puedes pringar quizás de que cosa, pecador impenitente dijo mirándome con sus furiosos y bellos ojos claros.
Claudio:¿De dónde sacaste esas palabras tan cursis?
Ani: Es lo que me dicen las monjas cuando hacemos alguna estupidez en la escuela, excepto por lo de pringar que eso lo dicen los chicos, clarificó volviendo a esbozar una sonrisa.
Claudio: ¿Entonces estoy perdonado? pregunté colocando cara de santo.
Ani: ¡No!!!, no insistas hasta que te lo diga, dijo algo ya más relajada.
El resto de la mañana y a la hora de almuerzo la situación no cambió, intenté hacerme el lindo preparando una lasaña, pero aún así me ignoraron, después de almuerzo Isa me dijo que irá con Montse, Biocha y Ani de compras al centro de la ciudad para después pasar a comer pasteles a una cafetería, por lo que volverán tarde casi a la hora de la cena.
Claudio: Me van a dejar solo triste y abandonado dije colocando caritas nuevamente.
Ani: Si, solo con tu amiguito impenitente, pues no iras con nosotras.
Isa: Si te las puedes “Tirar” imaginariamente, nosotras iremos solas, recuerda que estás castigado.
Claudio: Okey está bien, en ese caso saldré a ver a mis amigos del Dojo, contraataqué molesto.
Ani: Bien no llegues tarde a cenar me dijo, con total indiferencia
Continuará.....

1 comentario - Como cambió Mi Vida Capítulo 7

Nlsn777
excelente y excitante saga!!! un genio de la pluma!!!!