Tarde de Boliche

Era un sábado por la mañana, eran casi las once y el día estaba yendo aburrido.
Recibí varias mensajes y una llamada de un amigo, conteste y de inmediato me preguntó si tenía la tarde libre; respondí que si, rápidamente me contó cuál era el plan, salir con más amigos, ir al boliche y luego ir a comer algo. Accedí gustoso y quedamos en reunirnos en un punto determinado a las dos de la tarde.
El tiempo transcurrió y llegando el reloj a marcar la una y media, recibí nuevamente una llamada, en la cual me pedían un pequeño favor, pasar a recoger a Dulce, una de las amigas que irían. Ya me encontraba a punto de ir hacia el punto de reunión, pero decidí aceptar ir por ella, así no iría solo y podría ponerme al corriente con esta amiga. 
Bajé hasta dónde ella vive y ya estaba esperando afuera de su casa, subió al auto y nos marchamos.
El clima estaba algo frío ese día, algo raro ya que estábamos en medio del verano y los días anteriores fueron un verdadero infierno, además en el lugar donde ella vive había demasiado viento; así que ella vestía un pantalón y una sudadera demasiado grande, junto con un gorro que la hacía ver demasiado tierna. 
Cuando llegamos nos reunimos todos y decidimos ir por un café antes de ir al boliche; no queríamos atravesar todo el centro comercial así que fuimos a la primera cafetería, estaba en la entrada del centro comercial. Además del café y las típicas cosas que se venden en una cafetería, vendían una gran variedad de vinos y una razón por la que las personas iban a esa cafetería, era que vendían un vino caliente que realmente sabía espectacular. La mitad del grupo nos decidimos por comprar este vino, estuvimos ahí por un tiempo, así que tomamos de ese vino varias veces.
Acercándose las cuatro de la tarde decidimos ir al boliche, el clima estaba cambiando y el frío que había permanecido toda la mañana comenzaba a cambiar a un clima mucho más templado cuando salimos de la cafetería.
Ya en el boliche, tuvimos un buen tiempo divirtiéndonos y burlandonos cada vez que alguien fallaba un tiro, el calor de la tarde estaba aumentado y si a eso le agregamos toda la actividad física y el calor que el alcohol nos dió, por lo menos a los que bebimos; era una fórmula perfecta para que todos comenzaríamos a sudar. 
Pasamos varias rondas y ya era algo tarde, algunos tenían que irse así que no pudimos ir a comer todos juntos, solo quedamos tres de los siete que habíamos ido. Dulce, Caty y yo..
Cuando los demás se fueron, decidimos jugar en unas máquinas de arcade que habían. Estuvimos ahí un momento pues el novio de Caty llegó por ella, Dulce y yo, dejamos de jugar y como teníamos un poco de hambre, fuimos a comer algo, no queríamos nada pesado, así que nos decidimos por unos nachos, para ese momento el ambiente ya estaba mucho más cálido y Dulce se había quitado su sudadera, mientras comíamos note que llevaba puesta una playera de Metallica, quedé pensativo pues, ella no era fan del metal, o por lo menos eso sabía de ella, siempre supe que era fanática del pop y eso me dejó pensando cómo dije antes, mientras veía su camisa quedé callado y concentrado en eso. Ella me vió y sin dudar me dijo: 
Oye, deja de verme las tetas, son buenas pero no estamos en ese plan, mientras soltaba una carcajada. 
Nos conocíamos desde hace unos años y bromeabamos fuerte, pero nunca había dicho algo así, me sonrojé y me llené de vergüenza pues pensaba que ahora me iba a tachar de pervertido, siendo que nunca la había visto con otros ojos, es decir, nunca tuve pensamientos morbosos sobre ella. Me disculpé rápidamente y expliqué el porque la veía fijamente. A lo que respondió diciendo que usaba esa camisa por qué le había gustado y ya, aún así no podía quitarme la vergüenza y no dejaba de pedirle perdón.

Cómo ya era tarde, decidimos irnos, había demasiado calor y había demasiado tráfico, pues era la hora en la que todo el mundo regresaba de su trabajo. Subimos al auto y nos fuimos, lento pero estábamos divirtiéndonos.
En el camino no podía dejar de pensar en lo que había pasado y sobretodo en lo que ella había dicho. Cada cierto tiempo, volteaba a verla y como estaba distraída en si teléfono o viendo por la ventana, aprovechaba para ver hacia su pecho, quizá quería comprobar si en verdad tenia buenas tetas, cómo dijo o quizá solo era el morbo haciendo presente. Como sea, el cinturón atravesaba su pecho y separaba sus tetas, las cuales efectivamente eran grandes, no de manera exagerada, pero para su complexión si lo eran, pues ella es algo baja de estatura, quizá un metro sesenta o algo así, además, su cuerpo era ultra delgado, así que el tamaño de sus tetas no era proporcional en cierta medida a su cuerpo. Pero igual, luego de haber morboseando un rato, comencé a verla con otros ojos y solo podía imaginar sus tetas sobre mi cara. 
Aún estábamos algo cerca del centro comercial a causa del tráfico y mi auto quedó en reserva, pues no había cargado combustible antes por haber ido a buscar a Dulce, así que confiando en mi auto decidí esperar, pues un par de kilómetros adelante había una estación de servicio, llegamos ahí a la media hora de que mi auto quedó en reserva, en un trayecto que por lo general dura menos de tres minutos. Salí de la fila y entre a ma estación, mientras recargaba combustible le pedí a Dulce que fuera a comprar bebidas pues el calor era demasiado y como no quise quedar varado en medio del tráfico, había apagado el aire acondicionado. Compró un par de gaseosas y unas bebidas energizantes.
Una hora después de haber salido de la estación, logramos salir del tráfico, no por la ruta principal, pero si por un camino alterno.
Las bebidas energizantes comenzaron a darme mucho más calor y parecía que a Dulce también; yo seguí viendo hacia su pecho en varias ocasiones y parece que ella se dió cuenta por su comportamiento, primero comenzó a mover el cinturón de modo que su camisa se pegara más a su cuerpo por el sudor, sus tetas comenzaban a tomar mucho más protagonismo pues el cinturón las enmarcaba de mejor manera, luego estiró sus brazos y posó el brazo izquierdo sobre mi hombro, mientras volteaba a verme y dijo:
Oye, creí que solo estabas interesado en Metallica, parece que hay algo más cierto y comenzó a reír con un tono pícaro, no sé, respondí apenado, pero con un deseo de saber que diría. 
Se rió y bajo su mano por todo mi brazo hasta que llegó a mi mano. Se retiró rápidamente y comenzó a jugar con su cabello, sabía que me estaba calentando, así que comenzó a bostezar y bajo sus manos acariciando la parte de atrás de su cuello, luego siguió hacia adelante y comenzó a deslizar sus manos suavemente hasta que cada una de sus manos cubría sus tetas, y comenzó a frotarlas y luego a apretarlas con sensualidad, volteó hacia mi y dijo:
Se que esto te prende, ¿cierto? dijo esto de forma dulce y sexi mientras sonreía de forma pícara y ardiente. Acto seguido me vió fijamente y dijo:
Tengo calor, te molestaría si me quitó está camisa, no soporto más el sudor.
Mi mente estaba enloquecida y yo estaba sumamente exitado, no respondí nada y solo la ví desde arriba hasta abajo.
Ella dijo: 
Bueno, si no te importa, me la quitaré; y así fue, desabrochó el cinturón de la manera más sensual que existe pasándolo por sus tetas con sus manos, cuando termino de quitárselo se movió hacia adelante y bajo sus manos cruzadas, tomó su camisa y lentamente fue quitándosela, dejando ver de esta manera, un sostén negro de una especie de encaje que le enmarcaba las tetas de una forma sublime; cuando terminó, comenzó a acomodarse el cabello con las manos de forma sexi, se volvió a colocar el cinturón en medio de las tetas y se recostó en el asiento soltando un suspiro sumamente sensual.
Mientras yo observaba ese escenario tan hermoso, mi cuerpo estaba mostrando señales obvias de exitación, además de estar sudando por el calor del momento, Dulce solo se quedó ahí viendo hacia la ventana, yo seguí conduciendo y en varias ocasiones volteaba a ver su pecho casi desnudo mientras sostenía la respiración para no demostrar lo exitado que me encontraba.
Pasados unos minutos desde que se quitó la camisa, volteó hacia mi y con un tono que aún me causa placer cada vez que lo recuerdo, dijo:
Vamos, creí que era solo la camisa la que te atraía, ves como si eres un pervertido, eso me encanta. 
Cada vez me exitaba aún más y ese comentario casi me hizo explotar; y solo le respondí que viéndola bien, no estaba tan mal, que necesitaba saber la opinión de un experto para saber que tan buenas eran sus tetas y que a falta de más gente ahí, yo me ofrecía como voluntario para calificarlas.
Ahh sí, dijo mordiendo sus labios. 
Y porque no te detienes y comprobamos que tan buenas son realmente, igual, no hay nadie acá, no podrán decirnos nada.
Ese último comentario me éxito aún más y sin pensar me detuve a un lado de la carretera. Volteé a verla fijamente y le dije que lo averiguaría sin lugar a dudas. 
Se quitó el cinturón de una forma magistral nuevamente y se acercó un poco a mi.
Levanté mis manos y las puse sobre sus tetas, una en cada una de sus magníficas tetas juveniles, las apreté un momento y le dije de forma pícara que era el momento de quitarle la envoltura y probar el contenido.
Tomo mi cara por las mejillas y luego comenzó a desabrochar sus sostén, retiro su brazo izquierdo primero y luego antes de que pudiera ver su tetilla la cubrió con su mano, de igual forma lo hizo con su otra teta, luego estiró su brazo derecho y se cubrió ambas tetas y con el otro brazo me lanzó a la cara el sostén..
Lo tomé rápidamente y lo olí, su aroma era una mezcla entre su perfume y el sudor que tenía, eso fue suficiente para que las feromonas que emanaba me ataran por completo. 
Y ahora que hará el experto, dijo. Sonriendo, mientras se cubría con ambas manos.
Si me lo permite, dije, procederé a apreciar el producto sin su envoltura y lo tocaré para saber si firmeza.
Retiró suavemente su mano derecha y tomó mi mano izquierda con sutileza hasta que la puso sobre su preciosa teta, logre sentir el calor que emanaba y la dureza de su pezón a causa de lo exitada que estaba, procedió de la misma manera con la otra mano y no podía dejar de jugar con sus pesones, eran perfectos, tenían una dureza increíble se sentían realmente exquisitos. 
No los va a probar señor experto en tetas, dijo.
Aprovechando eso no dude en acercarme a ese manjar, comencé besando su cuello y bajé lentamente hasta tener mi cara en medio de sus tetas, seguí besando su pecho por unos segundos y luego comencé a besar sus tetillas, ambos estábamos tan exitados para ese entonces, que no nos importaba si alguien llegaba a ver qué sucedía. Ella estaba soltando varios gemidos y yo ya no podía más, mi miembro me estaba matando, parecia que iba a explotar. Le dije que sus tetas eran un ocho de diez pero que esa era solo la opinión profesional, que la personal era superior en todo sentido y seguí mi labor. Después de un rato besando y acariciando sus tetas, me detuvo y dijo entre gemidos que era su turno para calificarme, que queria saber que tan buen pene tenía escondido. 
Rápidamente accedí y ella misma se apresuró a desabrochar mi pantalón y con una velocidad realmente extrema lo quitó y cuando solo quedaba mi ropa interior marcando el tamaño de mi pene exitado, ella se abalanzó sobre mi y beso mi pene sobre la ropa, luego comenzó a acercarse hacia la punta del mismo y retiro lentamente el interior, dejando únicamente la cabeza del mismo por fuera, me vió a los ojos y luego bajo su boca hasta que comenzó a besar solo la punto de mi pene ardiente, termino de retirar el interior y me dijo que nos pasáramos hacia atrás, sin dudar accedí y de un salto llegué a la parte de atrás, ella me siguió lentamente y se sentó sobre mi pene, comenzó a moverse de adelante hacia atrás suavemente y comenzó a besarme, tomé su trasero con mis manos y lo aprete varias veces.
No podia creer lo que estaba pasando, estaba sumamente exitado y con nada mas que la emoción del momento en mi cabeza, nada importaba para ese punto.
Comencé a retirar su pantalón y deje su ropa interior, la cual era un cachetero negro de encaje sumamente sensual. Seguí apretando su trasero y ella misma se retiró el interior, dejando ver su hermosa vagina, con una poca cantidad de bellos, tenía una forma espectacular, no puedo describir realmente como era por la poca luz pero déjenme decirles que era exquisita. Tomo mis manos y las coloco sobre sus nalgas comencé a apretarlas nuevamente y comencé a separarlas para exitarla aún más, su trasero no era tan grande como lo eran sus tetas pero de igual manera era exquisito. Después de haber estado ahí besándonos y estando completamente desnuda, tomo su mano la lamió y la puso sobre mi pene completamente erecto para terminar de mojarlo, luego de eso, sin perder tiempo, lo introdujo en su vagina, la cual no necesitaba ningun tipo de humectación pues estaba completamente mojada, comenzó a subir y bajar lentamente y termino haciendo a gran velocidad, yo sólo tomaba su trasero con mis manos y separaba sus nalgas.
Luego se detuvo y sin retirar mi pene de su vagina se dió la vuelta, dejándome contemplar su lindo orto, luego siguió con un movimiento veloz a subir y bajar sobre mi pene, ambos estábamos gimiendo demasiado fuerte.
Nuevamente se detuvo y está vez si retiró mi pene de si vagina, volteó a verme con una mirada asesina y coloco mi pene dentro de su orto y comenzó a darme unos sentones que me hicieron sentir la gloria.
Luego de un rato, ambos llegamos al clímax, parecía que teníamos una conexión demasiado fuerte en ese momento, ella chorreo todo el auto y yo me vine dentro de su orto, cuando ambos terminamos, solo pude tomarla por la cintura y besar su cuello. Ambos estábamos exhaustos y completamente sudados y llenos de sus fluidos. Retiró mi pene de su cuerpo y nuevamente se sentó sobre mi y volvimos a besarnos, está vez con demasiada pasión.
Pasamos ahí un rato y cuando nos dimos cuenta de que era ya demasiado tarde, ambos nos vestimos y nuevamente emprendimos la marcha, pusimos el aire a tope y la llevé a sus casa, antes de que se bajara le di un beso y acaricie sus tetas por última vez antes de regresar a casa. No podía cree que esa camisa de Metallica, serían la razón por la cual pude tener esas benditas tetas en mis manos y besarlas de tal forma que aún puedo recordar cómo se sentían sus pezones. 
Después de esa ocasión, nunca volvimos a tener sexo nuevamente, pero eso a mí no me importaba, esa ocasión nunca podré olvidarla así que estaba bien para mí, además de eso, nunca volvimos a hablar del tema, pero siempre que salimos o nos encontramos en la calle o hablamos por chat, nos lanzamos indirectas, siempre manteniendo el secreto de nuestra pequeña travesía. 

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