Mi tío, mi tía, mi primita y yo (13)

Después de tantas acabadas nos fuimos a bañar cada uno por su lado, calmaditos y sin fuerzas para más. Micaela se bañó primero, después yo. Cuando llegué recién bañado a la pieza ya había pasado como una hora de los últimos orgasmos. Ella estaba acostada mirando el celular, en bombachita y en tetas. Se había puesto una bombachita limpia, blanca con bordes negros, tenía las piernas un poco abiertas, y a través de la tela se adivinaba la entrada de su conchita virgen (virgen de penes, no ya de lenguas ni de dedos). 


Al verla así mi pija, aunque cansada y dolorida, revivió debajo del boxer. Yo también estaba en ropa interior, así que ella lo notó, y como ya venía siendo tradición después de los juegos con los tíos, me ofreció hacer el desquite final antes de dormir. “Sin lechazos en la bombacha que ya estoy bañada” me dijo sonriendo de una manera adorable, “pero si querés te la chupo o algo, si querés acabar una vez más antes de dormir”. Me encantaba esta dinámica, me encantaba haber pasado en tan poco tiempo de mis primeras pajas solitarias revolviendo sus cajones de bombachas a escondidas, a pajearme junto con ella, a hacer cosas muy chanchas con ella y los tíos y que encima me ofrezca chuparmela antes de dormir. La chica que más me gustaba en el mundo, ofrenciendose gustosa prácticamente a ser mi peterita personal para cada vez que lo necesite. 


Pero le dije “me parece que vos me diste varios gustos, no me dejás darte uno yo?”. “Sí” me dijo, pícara, “pero para mi es un gusto igual chuparte la pija”. “Bueno” dije yo, “pero quiero que te relajes un ratito y me dejes a mi. Dejame que te haga lo que estuve practicando con la tía Cele”. “Ah, dale, a ella le re gustó jaja” me dijo. “Pero sin ese lechazo que le hiciste a ella por favor, chanchito”. Me reí, y le retruqué que ese lechazo me lo había provocado ella pajeandome. “Siiii, y metiendote la lengua, que chancha, al final soy más chancha yo que nadie, pero me re gustó chuparte el culo, otro día solitos te lo voy a chupar de nuevo” me dijo tapándose los ojitos y sin dejar de sonreir. 


Que hago, me saco la bombachita?”. Le dije que sí. Así acostada como estaba, levantó la cola, se la sacó y se la dejó apoyada sobre el pecho. Yo me acerqué a ella. Era la primera vez que podía ver su conchita tan de cerca y con buena luz. Era preciosa. Chiquita, rosada, cerradita, húmeda, prolijita. La olfateé un poco, y luego le apoyé los labios, como dándole un beso muy suave. Me embriagaba su olorcito a conchita. Le pasé la lengua despacio, un lenguetazo de arriba a abajo, desde el nacimiento hasta el clítoris. “Te gusta la concha, no?” me dijo. “Bueno, no tooodas las conchas, pero muchas sí. La tuya me gusta mucho”. “Se nota” me dijo. “Bueno, disfrutala, comé tranquilo chanchito, yo me relajo y cualquier cosa te aviso” y se tiró para atrás, mientras ponía sus manitos sobre mi cabeza, quizá instintivamente, quizá imitando lo que había visto cuando se la chupé a la tía Cele.


Y las pijas te gustan?” me preguntó
-No, no mucho, bah, no sé, creo que no
-A mí sí, me gustan las dos cosas creo. Me parece que más las pijas pero cuando te vi chupando a la tía Cele la envidié a ella pero también a vos jajajaja
Yo seguía chupando, feliz de tener toda la cara metida entre sus piernitas, apretada contra su concha. Ella seguía hablando, le daba a veces por la charla morbosa mientras hacíamos estas cositas.


Nunca tocaste una pija? Me preguntó. “No” dije yo, pero me di cuenta de que estaba mintiendo. En mis primeros juegos sexuales entre varones, desde antes de mis primeras pajas, antes de mis primeras eyaculaciones, con unos amiguitos habíamos jugado a coger con ropa. Era un juego dentro de todo inocente pero muy morboso, que nos excitaba muchísimo, nos parecía algo súper prohibido y lo hacíamos cuando nos quedábamos solos en la casa de alguno del grupito. No era algo gay, nosotros no lo percibíamos como gay al menos, eramos todos machitos y nos gustaban las chicas, y era parte de esa calentura laque nos hacía jugar a eso, a que alguno hiciera de mujer, y los otros se lo cogieran. Todo con ropa, no nos sacabamos ni el pantalón, pero las pijas se sentían bastante a través de las telas, así quelas senti en el culo, en mi propia pija, y alguna que otra vez en las manos y hasta en la cara. Nunca le había contado esos juegos a nadie, pero ya que con Micaela estábamos teniendo tanta confianza, y que a ella parecían calentarla las fantasías de machitos tocándose entre ellos, le conté.


Realmente la excitó mucho, me di cuenta porque empezó a responder más fuerte a mis lenguetazos, y a abrazarme el cuerpo y la cabeza con las piernitas, a agarrarme los pelos y tironearmelos cuando la excitaba lo que le decía. Me preguntó si había pajeado a alguno, le dije que no (le hubiera mentido que sí para excitarla más, pero no me pareció justo mentirle) pero que sí nos habíamos pajeado juntos otras veces. Me dijo que ella se había pajeado con una amiguita, Virginia, varias veces y que todavía lo hacía de vez en cuando. Me volvió loco esta revelación, porque además la conocía a Virginia y me parecía una nena preciosa. Me preguntó si cuando nos habíamos pajeado juntos con los chicos había visto como les saltaba la leche, le conté que sí, y que una noche nos habíamos pajeado por turnos en un patio, los adultos estaban en casa, entonces tuvimos que hacerlo de a uno en el patio, en un rincón oscuro contra la pared de la casa, cuando me tocó a mi vi que en la pared la leche de dos de los chicos, y no pude evitar la tentación de tocarla y de olerla. Ella se retorció de placer al escucharlo.


-Sabés que fantasía tengo? Que lo pajees al tío y lo hagas acabar sobre mis tetas, que él te pajee y te haga acabar sobre mi cara o sobre mi concha. Lo harías por mi?
Yo no estaba muy seguro. Mis juegos con chicos habían sido en épocas en las que no tenía una conchita cerca ni por casualidad y ellos tampoco, pero teniendo no una sino dos conchas hermosísimas, como las de la tía Celeste y la de Micaela, no me daban muchas ganas de tocar una pija o de que me pajee un hombre. Igual le dije que sí, porque ella estaba muy excitada con esa fantasía, así que yo no podía quedarme atrás.

-Sí, lo haría.
-Me calienta mucho eso, ay, quiero que lo hagan. Si vos hacés eso yo hago lo que sea con la tía Cele.
Yo me acordé de un par de videos porno que había visto donde cogían con arneses tipo strap on, así que saqué esa fantasía, le dije que me gustaría verla cogerse a la tía Cele con eso puesto.
-Ay, sí, por la cola, querés ver como la culeo a la tía Cele? Mientras ella está en cuatro y les chupa la pija a vos y al tío?
Realmente Micaela era una morbosa, a la vez que una nena tierna. Yo le había tirado una fantasía y ella la había llevado al extremo.


-Sí, quiero (dije yo sin dejar de chupar)
-Ay, y que me coja ella a mi con ese coso. Y te cojo yo a vos un poquito, querés?
-No sé (no me daban tantas ganas de que me hagan el orto con ese coso la verdad, aunque quizá con Mica valía la pena probar).
-Ay, dale, no seas cagón, prestame tu colita nene, yo ya te voy a prestarla mía.
Volvía decirle que sí, total, se trataba de vivir el momento, como le podía decir que no a una nena que me estaba diciendo que ella me iba a prestar la colita.

-Ay,te quiero coger nene. Te gusta chuparme la conchita?
-Sí (con la boca ocupada no podía responder demasiado)
-Ah, ah, ay, ojalá me cojas pronto, necesito que me cojas primito, ay, por esa conchita que estás chupando me la vas a meter, mirala bien, sentila.
Yo respondí metiendole la punta de la lengua en la concha, empujándola con fuerza. Ella gimió y suspiró. Se había puesto muy verborrágica y se había soltado con todos los morbos, no era en este momento la Micaela pícara pero tímida de la mayor parte del tiempo. Estaba hecha una verdadera putita.

-Aaaysí, por ahí vas a meter tu pitito hermoso, me vas a coger bien cogida, me vas a acabar toda ay ay.


Yo paré un segundo para preguntarle “¿Vas a ser muy putita cuando cojamos?”. Sabía que a ella le daba morbo eso, porque ya había usado la palabra putita para referirse a ella misma un par de veces. Mientras yo volvía a la tarea, ella me agarraba de los pelos y me frotaba la cara contra su conchita mientras desataba su fantasía:
-Sii voy a ser re putita, la putita más putita de todas, te voy a rogar pija por todos lados, por la conchita, por la cola, quiero que me cojas la boca, que me acabes el pelo, que le chupes el culo, pendejo. Quiero que me saques fotitos cuando me cojas así le muestro a mi amiga Virginia como me cogió un machito, quiero toda la leche en la boca, ay, ay, ayyy…


Había empezado a acabar, refregando todavía más fuerte su conchita por mi cara, subiendo y bajando su pelvis, mojando mi boca y mi nariz con el líquido resbaloso que le lubricaba la vagina, mezclado con mi saliva. Cuando terminó de acabar me indicó con un tirón de pelos que me subiera arriba de ella. “Sacate el calzoncillo” me dijo. Me lo saqué, sin correrme de encima de ella. Me empezó a besar, a mezclar su saliva con la mía, y a lamerme la cara, que tenía todavía el olor de su conchita, contra la que tan furiosamente me había frotado segundos atrás. Puso sus dos manos sobre mi culo y me empezó a mover, como para que me frote sobre ella. Mi pija contra los pelitos de su concha, y contra su pancita. 


“Que lindo culito que tenés, primi” me decía al oído, mientras yo me frotaba cada vez más frenético contra ella. Y me empezó a susurrar al oído “querés que nos vea mi amiga Virginia, morbosito? Te la querés coger a ella también? Hacemos un trío? Sabés que voy a hacer? Para mostrarte lo putita que soy un día cuando me estes cogiendo la voy a llamar y voy a hablar con ella antes de acabar, le voy a contar que me estas cogiendo, va a escuchar todo. Ella sabe que nos hacemos pajas juntos, sabe que te gusta oler mi bombacha, por ahí quieras oler la bombacha de ella también, chanchito, no?”, todo mientras con una mano me apretaba una nalga y con la otra me acariciaba el ano. "Te vamos a dar las bombachitas y las vas a tener que oler y adivinar cual es de cada cual y si adivinas hay premio".


No resistí más y acabé, la acabé toda, la pancita, los pelitos de la concha, todo. Un enchastre. Me dejé caer a su lado. Ella levantó la cabeza, se miró, me dijo "mirá chanchito lo que me hiciste, me parece que te calentó la historia de Virgi jaja, ya le vas a oler la bombacha si querés”. Sonreí con los ojos cerrados. Ya me dolía la pija, pero de solo pensar en su morbo con la amiguita amagó apararse de nuevo. 

5 comentarios - Mi tío, mi tía, mi primita y yo (13)

gutte +1
impresionante el morbo
Juan19x5 +2
Hermosos relatos, me pones la pija a full, se pueden ver algunas fotitos de tu tío tía primita y tuya?
MrPepito +1
Excelente relatos, por favor segui ese hilo prima-amiga es un desborde de morbo
ElRobinDark
Me encantó!! Me da un morbo el tema de el y el tío, y la primita con la tía, me gustaría leer como avanza eso. Un genio total bro!! Esperando la siguiente...!!!!
dai232b +1
Buenisimo !!!
Voy a empezar desde el 1 mientras espero la continuación