De Jefa de Grupo a Juguete de la clase PARTE I

Bueno, antes que nada creo que lo primero que debo de hacer es decirles como soy o mejor dicho como era, esto paso cuando estaba en preparatoria, en ese tiempo mi cuerpo apenas empezaba a desarrollarme (si empecé un poco tarde), media 1.50 y no tenia mucho pecho, pero si unas buenas caderas, solía usar pelo largo y braquets, mi cabello era negro y lacio.


Mi despertar sexual fue desde la secundaria, más que nada por curiosidad pero jamás sin llegar al acto, me moría de ganas por hacerlo pero como siempre fui una niña buena no me atreví a nada, mis calificaciones eran perfectas, también mi comportamiento y por eso mismo yo era la jefa de grupo, en ese tiempo usábamos uniforme, nada fuera del otro mundo calcetas, falda gris tableada y playeras blancas, la verdad yo no solía usar ropa interior porque me daba algo de morbo, pero usaba las faldas a la rodilla así que pocas veces alguien se llegó a dar cuenta.


Bueno esta historia comienza cuando en la mitad de nuestro primer año dos chicos dieron el estirón, casi de dos metros ambos, sus nombres eran Diego y David, les decíamos "los since" (los sin cerebro), porque solo eran una masa de músculos sin nada de inteligencia, lo que los convertía en un problema tanto para nosotros los alumnos como para los profesores, golpeaban a los más pequeños, se burlaban de los listos y a nosotras nos levantaban la falda, a mí me tachaban de nerd así que no solía ser víctima de esa broma suya, pero un día al salir de clases, a Diego se le hizo divertido levantarme la falda también, que sorpresa se llevó al ver mi trasero desnudo sin nada que lo protegiera, yo estaba roja, muerta de vergüenza que en poco tiempo se volvió excitación.


Después de ese día, ellos procuraban evitarme pero si en algún momento nos quedábamos solos ellos corrían a levantarme la falda, yo no decía nada, pero como disfrutaba que me miraran, deseaba que se atrevieran a levantarla de frente y no solo por atrás, esta situación (el que no me molestaran en público) hizo que los profesores pensaran que me respetaban y creyeron que posiblemente podría corregirlos y allí es donde empieza lo bueno…


Yo les dije a los maestros que si podría, pero que seguro seria mucho trabajo, así que les pedí que después de las clases me prestaran el salón de usos múltiples (un salón muy apartado del resto y que tenía seguros por dentro, con ventanas altas por que generalmente se usaba para proyectar películas) y que allí trataría de hablar con ellos para calmarlos pero no quería que nadie nos interrumpiera, los profesores aceptaron, no creo que les importara que técnica usara con que los calmara, así que al día siguiente los citaron y ellos fueron de mala gana.


Ese día decidí ponerme una blusa de botones y un chaleco para que nadie se diera cuenta de que no llevaba nada abajo, al finalizar la clase los tres fuimos al salón, mientras caminábamos escuchaba como decían cosas como “a ver si ahora mejor le bajamos la falda a esta pendeja” y reían al decirlo, en cuanto entramos yo cerré la puerta poniendo el seguro y sentí como mi falda era levantada mientras se reian, me quite rápido y voltee a verlos.


Tartamudee de lo nerviosa y caliente que estaba, sabía que no me aria caso así que rápidamente me quite el chaleco dejando ver que mi blusa se transparentaba un poco, ellos parecieron sacarse de onda al ver esto, pero al darse cuenta de que comencé a desabotonarla se sentaron emocionados.


-          También quítate la falda –


Dijo Diego emocionado mirándome atento, yo obedecí quedando solo cubierta ante su vista por una silla cuyo respaldo tapaba mi sexo y la blusa abierta que cubría mis pechos.


-          Pensé que eras pobre y por eso no usabas calzones –


Dijo David mientras que comenzaba a tocar su bulto por sobre sus pantalones.


-          Les quiero proponer un trato –


Les dije mientras me quitaba la blusa y dejaba mis pequeños pechos desnudos a su vista, mis pezones eran rozados y estaban erectos por la excitación que tenía.


-          Ustedes pueden verme desnuda y tocarme todo lo que quieran si me obedecen en la escuela, convenceré a los profes de que nos presten este salón y estaremos a solas cada semana.


A Diego le brillo la cara al escuchar esto, se levantó de su silla creo para acercarse a mí pero David lo detuvo al instante


-          O podemos hacerte lo que queramos aquí ahorita, ya estas encuerada – dijo David.
-          Si me hacen algo que yo no quiera gritare y pensaran que me están violando – dije muy seria y la verdad algo asustada.


David se dio cuenta rápidamente que no tenía el control como pensaba pero después de mirar un momento mis pechos pidió que le mostrara mi culo, eso me lleno de morbo y lo único que hice fue darme la vuelta para que pudieran verlo bien, de pronto sentí una gran mano en mis nalgas apretándolas con fuerza y escuche un “aceptamos” de parte de David.


-          Entonces disfruten – dije cerrando los ojos.


No supe quien hizo que en ese momento, pero sentí como dos manos empezaban a tocar mis pechos de forma inexperta, amasándome y lastimándome un poco, pero aun así se sentía delicioso, otra mano jugaba con mi trasero emocionado y luego… lo sentí…


Sentí algo grande y rígido en medio de mis nalgas frotándose como desesperado, me asuste no lo voy a negar.


-          No estoy lista para eso, no lo arruinen así por favor. – dije nerviosa.


Sorprende mente me hicieron caso y solo siguieron tocando, pronto pude sentir como cada uno comenzó a mamar uno de mis pechos, yo gemía e intentaba cubrir mi boca para no hacer ruido finalmente sentí como unos labios besaban mi entrepierna y succionaban mi intimidad, mis piernas empezaban a temblar y cuando estuve a punto de venirme escuche un bramido de cada uno de ellos y las caricias se esfumaron.
Abrí los ojos y vi dos charcos de semen mientras que ellos nerviosos guardaban sus miembros, ambos se habían estado masturbando, yo tímida y empapada no hice otra cosa más que sacar algo de papel de baño de mi mochila y limpiar el piso aun desnuda y si estaba disfrutando sus miradas.


Me vestí y los tres salimos, les dije que la próxima semana podríamos repetir si se portaban bien, pase a dirección y a entregar las llaves.


-          Como te fue – me pregunto la prefecta.
-          Bien, ellos me dijeron que se sienten tontos por eso molestan a todos, yo me ofrecí a darles clases privadas una vez a la semana, pero no creo que mejoren así que habría que hablar con los maestros para que les tengan un poco de consideración y ellos sientan que están mejorando. – Le respondí a la prefecta.


A la prefecta le encanto esta respuesta si era quitarse a esos problemáticos de encima y me dijo que si se portaban bien me prestaría el salón. Yo salí feliz de allí empapada imaginando que sería tocada cada semana y bueno lo que pasó después se los contare en el siguiente relato, les prometo que ese no será tan aburrido.

2 comentarios - De Jefa de Grupo a Juguete de la clase PARTE I

erazodh
Lo lei y me entro la curiosidad de como va esto