Inicios del cuckold - el inmigrante


Grin

Desde que llegué al trabajo no he parado. Tres meses de cargar en el almacén cajas y cajas de papelería; hojas de papel, cuadernos, plastilina o colores entre más. La verdad es muy cansado pero no tenia muchas opciones. Justo ese día se terminaba mi contrato y Don Juan me mandó a llamar para la terminación.

—Señor Juan me mando usted a llamar.
— Pasa Grin, así te dicen los chicos no ? —dijo con su voz ronca —
— Así es señor. Hoy se termina mi contrato y quería pedirle…
— que lo renueve si lo se. Todos quieren que se renueve —me miro fijamente—
— Claro, mire yo se que hay otros que quieren el empleo y que son de este país…
— lo se lo se Grin. Voy a renovar tu contrato. De hecho quiero un alguien que se encargue de organizar los trailers. Creo que podrías con el trabajo. De cierta forma ya lo haz hecho —efectivamente intentaba organizar cierta mercancía—
— se refiere a llevar el inventario ?
—hahah Grin, no no eso es otra cosa. El jefe de almacén será tu jefe. Te dará una lista y donde llega o está la mercancía y tú te encargarás de que cada trailer tenga lo necesario para ser cargado. Seguro tendrás que seguir cargando algunas veces pero asumo que eso lo sabes. Quieres el trabajo ? —se agachó y siguió escribiendo algo.
— Claro señor, me gustaría cuente conmigo
— ni siquiera me preguntas cuánto vas a ganar
— Bueno señor desde que llegué me dio la oportunidad, supongo será justo.
— no todos son así Grin. Pero si te daré aumento. Los siguientes tres meses te daré el mismo sueldo, pero si puedes con el trabajo te pagaré un 60% más. Obviamente será retroactivo.
— Me parece bien señor solo…
— retroactivo es que ese 60% te lo pagaré extra al cuarto mes. Es decir que te pagaré ese 60% de los tres meses de prueba. Como seguro pensarás …
— claro no puede subirme el sueldo y después bajarlo
— así es , no vuelvas a interrumpirme —dijo con su cara de serio—

Durante esos tres meses me costo hacer que la gente trabajara pero lo conseguí. Ideé una nueva organización que nos ayudó a hacer más eficiente las cosas. Intente hacerme amigo de los líderes de los grupos para que ellos jalaran a la gente. También nunca buscaba enemigos y siempre intentaba ganar pequeñas cosas con el jefe de almacén. Cometí errores pero siempre veía como solucionarlo y salir del tema. Nunca cargue mal un trailer que era lo que más temía por qué nos podían multar. Tuvimos un medio año genial.

— Grin muchacho, mi esposo me ha hablado mucho de ti, que eres muy trabajador.
— señora mucho gusto, claro siempre intento hacer lo mejor posible.
— has ascendido chico, la verdad es que yo veo mucho a los mismos en los mismo puestos.
— no sabía decirle señora. Disculpe usted es ?
— jajaja no me digas que o te han dicho. Soy la esposa de Juan
— señora disculpe —me apene— no lo sabía.

Era una señora delgada, con los senos algo caídos, de caminar erguido y con mucha confianza. Quizá más que la del señor Juan y eso que era muy estricto. La señora bailaba con todos nosotros y le teníamos gran respeto. El señor Juan nunca bailaba pero se la pasaba platicando con todos. Debió decir que a pesar de ser estricto con nosotros también nos ayudaba. Esa noche la pasamos muy bien todos. Estuve platicando mucho con ella y con las familias de mis compañeros. Yo estaba solo.
Me había agotado de bailar y me fui a sentar. Ahí se acercó la señora que también terminaba.

— vaya una ya no puede seguir el paso jaja
— que bah señora si lleva toda la noche aún tiene pila
— bueno bueno un poco, tu igual bailas muy bien
— no te han dejado sentar las mujeres de tus a compañeros —yo me reí y me agaché—
— bueno en mi país uno baila mucho y aprende desde muy chico. Eso si aquí se baila muy distinto.
— ya se ustedes bailan con más sabor —sentí una mirada rara de la señora pero más de curiosidad como incluso mis compañeros.

Platicamos de nuestro país. Se unió el señor Juan muy serio. Después la esposa de Ricardo que ya estaba borracho. Bromeamos mucho y yo fui a tomar un poco de aire. Ahí solos se acercó la mujer de Ricardo. Una señora de unos 38 años. Algo gordita, caderas grandes, senos pequeños, cejas pobladas y labios delgados al igual que su boca pequeña. Me empezó a coquetear y bueno una cosa llevo a la otra. Lejos de todos nos besamos y no había nadie. Aun así me le dije que me siguiera y fuimos cerca del almacén. Ahí se agachó, me la saco, dio un suspiro y empezó a comérmela, la sostuve del cabello para empezar a bombearle la boca, ella solo babeaba, se sacó las tetas que se le movían con cada movimiento de cabeza para meterse la mitad de mi verga que le cabía. Como escuchamos pasos nos detuvimos. Yo me escondí y le dije que regresara con calma. Yo rodeé parte del almacén y regrese por otro lado a la fiesta. Ni siquiera termine. El resto de la fiesta la ignoré para que no sospecharan. Lo lamento por Ricardo pero quizá el no sabe lo que es estar sin mujer tanto tiempo. Y bueno yo no pude acabar como quería.

Después no solo me encargue de los trailers sino que ya llevaba parte de los inventarios. Recibía la carga de nuestro propio almacén y no ya sólo la de los clientes. Recibí otro aumento que bien me venía. Y seguía comiendo con los chicos que cargaban. Nunca he dejado de hacerlo ni creerme más que los demás. Creo que ese fue el secreto de mi éxito. Además de que siempre intentaba aprender. También siempre intentaba sacar algo de provecho para nosotros. Como si cargábamos todo podíamos irnos temprano. Así los chicos de otras líneas ayudaban y cargábamos más rápido.

Don Juan me tenia más confianza e hizo una fiesta más íntima con la gente de confianza y responsabilidad. Ahí salude de nuevo a su esposa y a las familias que conocía de mis compañeros. Sin duda gente un poco más fina. Aunque no mucho. Ya no era la misma música ni la misma comida pero éramos los mismos de siempre.

Me dio un vuelco al corazón cuando la mujer de Carlos se acercó para decirme que sabía lo de Ricardo. Lo negué obviamente pero ella me dijo que lo sabía. Parece de broma pero me chantajeo. Le dije que me tenia sin cuidado lo que dijera porque no era cierto. Peor replicó con que Don Juan al enterarse seguro haría dudar o irse con más cautela conmigo. Lo cual tenía razón. Le dije que que quería y me dijo que comprobar algo. Nos quedamos de ver en el estacionamiento.
Ahí la vi. No era una mujer guapa. Era más bien de esas mujeres muy pintadas, de grandes cejas, de labios anchos y pómulos resaltados, senos grandes y un poco gorda. Algo vulgar pero sin duda muy sexi. Yo que hasta la fecha me había masturbado y un par de veces pagado por sexo tibio tampoco me venía algo mal. Estábamos entre los carros y ella se volteó y empezó a restregar sus nalgas gordas contra mi. Veía su calzón marcado y le subí el vestido. Sus muslos eran gordos igual, no grotescos pero si grandes y se movían. Mi verga empezó a levantarse y ella se giró. Me la toco encima del la talón y reímos. Me baje el pantalón con todo y bóxer y ella solo dijo que si era cierto lo que había visto. La tome del cabello y la agache, me miro a los ojos y dijo que nunca se la había mamado a un negro. Yo le hundí mi verga y empece a cogerle la boca. Si saliva caía mucho. No pude evitar pegarle con mi verga en su cara. Eso me encantaba. Ella solo cerraba sus ojos y recibía los golpes. Seguimos algunos minutos y empezó a jalármela muy rico estaba a segundos de terminar cuando escuchamos a su marido gritarle. Yo me agache y me la guarde. Ella se arregló rápido. Me escondí más al fondo entre los coches. Y ella alzó la mano y Carlos se acercó.

— Que haces aquí ?
— amor vine a cargar el teléfono pero de regreso se me cayo mi arete —de quedaron en silencio varios segundos.
— has visto a Grin ?
— a quien ?
— al negro
— no amor por qué ?
— lo está buscando el señor Juan y como note encontré vine a buscarlos
— mejor ayúdame a buscar mi arete.

Tardaron mucho. Ella debió quitárselo rápido y tirarlo por ahí para toda la escena. Muy hábil esa mujer. Lo suficiente para chantajearme y engañar a su marido. Supongo es un castigo no poder terminar por meterme con mujeres casadas. Además la esposa de Ricardo no me dirigió la palabra en toda la fiesta y yo muy agradecido. No debía buscarme problemas en el trabajo. Buscar otro empleo sim tener papeles es casi imposible. Y muy desesperante. Además que ganaba yo arriesgando todo. Si duda ahora debía vivir con este pequeño chantaje y cuidar que no creciera. El resto de la noche me dedique a beber tranquilo. Charle con la esposa de don Juan y después don Juan me invitó a su oficina. Ahí al sentarme noté que había unas bragas negras de encaje. Las tome pues no sabía que eran y al mirarlas Don Juan se levantó y me las pidió. Fue una escena rara. Entre enojo y extrañeza lo que vi en el. Platicamos de algunas cosas. Me pidió que le explicara algunas cosas y le pareció bien. Me dio más ideas que implemente y todo resultó bien. De regreso en el sofá nos encontramos a su mujer y don Juan nos pidió que lo esperaramos. Platiqué ameno con la señora que estaba frente a mi. Podía ver sus piernas que aunque delgadas estaban ejercitadas y se le marcaban bien sus muslos a pesar de su edad que le calculó unos 47 más o menos al contrario de Don Juan que debe tener unos 56. Yo evitaba no mirarle los senos a la señora que tenía un busto bonito a pesar de estar caído. Con pecas. Eran de forma de pera. Me hablo de lo bien que habla el señor conmigo y hablamos de la comida de mi país. Siempre contando anécdotas graciosas.

— Monse, quiero brindar por Grin. Desde que llegó han mejorado muchas cosas. Ha sido una gran adquisición.
— sin duda se ve que es un gran chico. Grin nunca te he preguntado, cuantos años tienes?—dijo su esposa
— tengo 28 señora. Gracias señora Juan por darme la oportunidad y la libertad de llevar a cabo mis ideas no le fallaré.
— Muchacho yo empecé como tu y aunque no soy rico mira lo que he logrado , una casa decente, una esposa divina —hice un esfuerzo por sonreír y mirarla a la cara— un coche y bueno algo de dinero para algunos gustos. Monse sirve anda no te quedes ahí.
— Grin mi esposo no suele hacer estas cosas, de hecho es muy desconfiado por lo que tu discreción con los demás empleados será buena para evitar envidias—lo dijo sirviendo el tequila y sin mirarme.
— descuiden que no les fallare —el señor se colocó detrás de su mujer y puso las manos en sus hombros corriendo un poco su vestido

Tomamos los tres el tequila de un jalón. La señora se levantó y don Juan le dio una nalgada que pareció algo discreta y yo pude percibir mejor las nalgas de la señora. Al llegar a mi casa me la jale pensando en todo eso. Después fui más objetivo y me di cuenta de que todo fue producto de la noche. Me la volví a jalar pensando en la mujer de carlos. Más que en su mujer en la situación.


Juan

Desde hace muchos años, quince para ser mas exactos empece con este sentir. A mi mujer la he hecho como que querido. La trate desde que empezamos andar como una calienta pollas. Claro en la cama, porque en nuestra vida cotidiana la consiento en todo. Algo que me critica mi familia porque yo siempre he sido muy estricto no solo conmigo sino con todos. En alguna ocasión mi mujer tuvo que entrometerse hace varios años cuando despedí mucha gente por incompetente. Esa ves me dejo de hablar y me dijo que era muy injusto. No cambie mi forma de ser sinceramente. O no mucho. Pero si al otro año decide dar una gran comida. Ahi conocimos más a nuestros empleados y me acerque más a sus vidas. Que van mas allá de solo trabajo. Siempre he pensado que uno es producto de sus esfuerzos más que de sus circunstancias, mi mujer piensa lo contrario.

Pasamos muy bien la comida, sin embargo algunos confundieron el tema y se empezaron a tomar ciertas atribuciones. Ahi fue cuando le platique a mi mujer y decidí despedir a a algunos. Mi mujer intervino por un señor que le había parecido que no tuvo las oportunidades correctas. Discutimos y ella lo defendía muy bien. Sentía una especie de rabia pero estaba agitado. Al final no lo corrí y decidí darle una oportunidad para comprobarle a mi mujer que estaba equivocada. Mi sorpresa fue que ese señor salió bien librado y es uno de los mejores incluso después de 20 años el señor sigue en la empresa, ya no carga pero sigue siendo muy bueno.

Un año después de eso que el señor demostró las cosas, repetí la comida. Mi mujer hablaba mucho con ese señor y ella lo tuteaba pero él siempre con mucho respeto. Ahí estaban bailando. Empece a sentir unos celos que me corroían. Recordé como lo defendía. Veía cosas que no, el la toaba de los hombros, por la espalda baja. Verla ene brazos de otro hombre me ponía furioso. No quería actuar como un adolescente así que me sale y fume en el balcón. Ahi platique con algunos empleados y después me relaje. Entendí que todo eran visiones que yo tenía. En ese momento tuve una erección y tuve que mantener una conversación con la esposa de un amigo que me habla desde atrás. Después se acerco a mi lado y solo me sonrío al ver como se me levantaba y siguió platicando.

En la noche llegue a coger a mi mujer como no lo había hecho en años. Recordé las escenas que había visto. Cuando terminamos mi mujer esta algo sorprendida por mi rendimiento. Algo que pensé era por mis años descubrí solo era mental. Decidí probar más y le pregunte como había estado el baile. Qué pensaba del don y me intente burlar de él. Ella reaccionó como lo quería. Me dijo que para estar grande estaba macizo el señor y que se sentía estaba correoso. Y si baila bien, le pregunte, ella dijo que si. Todo muy normal, no podía verlo pero yo la tenia muy parada y solo me acerque a ella y empezamos a coger. La abrí toda de piernas y empece a cogerla con fuerza, su cara me sorprendió aún más. La gire con fuerza y la puse en cuatro. Ahí ver sus nalgas así, que desde hace tiempo no la ponía así me agache para comerla. Le lamí el culo, sus labios deliciosos, recordé entre mis dedos su carnosidad de las nalgas. La mordí y no paraba, ella gemía tanto que tuve que detenerme para no terminar de tanta exitación. Mi corazón latía más y más solo de imaginarme que lo que yo le hacía se lo hacía el vejete ese. Le apreté las nalgas y empece a embestirla. Debí aguantar unos minutos porque no paso mucho y termine en su culo. Ella quiso acostarse boca abajo. Pero no la deje e hice algo que no había hecho nunca. Le lamí el culo y casi se lo succione con todo y mi leche. De mi mente no puse sacar que esa leche no era la mía.

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