Sexo gay en el desierto

En el desierto conoci el paraiso...
Separado 55 años, soy un hombre formado, bastante conservador.  Estuve casado 25 años y tengo hijos grandes y nietos. He tenido sexo esporádico con muchas mujeres  pero la experiencia que voy a contar ha sido increible para mi. Conocí a un ingeniero –José-  de unos 40 años, con quien viajamos habitualmente al norte desértico de mi país, por un proyecto minero. Una noche charlando sobre mujeres nos emborrachamos y  caimos en las confidencias. Mientras me contaba como se había tirado a unas amigas de su hija, yo le conté como me había tirado a unas estudiantes de la universidad donde imparto clases. Nos fuimos de confesión en confesión hasta que me contó que una vez hizo un trío con una amiga y su primo y que entre los dos se la hicieron con doble penetración. La historia era exitante y le confesé que me había dejado caliente.
La historia incluía un episodio gay: cuando él se tiraba a su amante por el ano, el primo  lamio la unión genital y de paso le chupo la verga a mi amigo José. “No soy gay me dijo José, pero sentir que me culiaba a mi amiga y de paso mi primo me la mamaba me hizo eyacular. Fue una rica experiencia. Lo  más increíble es que eyacule en la boca de mi primo.. y lo peor es que fue delicioso!!!”
Cada cual se fue a su habitación y a la mañana siguiente partimos temprano rumbo al desierto. Le confesé que me había dormido muy exitado con su historia. Después de tres horas de viaje, los temas seguían girando en torno al sexo, entonces paramos nos dio sed y descansamos un rato. Le estaba contando la historia de cuando mi ex se tiro a un amigo y los detalles de las mamadas que mi ex esposa le hacia a su amante, cuando José me interrumpió.
Carlos te debo hacer una confesión” me dijo José, “…nunca me había pasado esto pero debo decírtelo. Estoy muy exitado con estos cuentos y necesito masturbarme…”  Quedé asombrado, y en la mitad de la nada, en pleno desierto, se baja el pantalón se sienta en la camioneta, abre la puerta y comienza a masturbarse. José era dueño de una verga descomunal, gorda, dura, inmensa de larga, cabezona y con muchas venas. Mientras se la jalaba se quejaba y me fui calentando. También me quite el pantalón y los dos comenzamos a masturbarnos. De pronto cerré los ojos mientras me pajeaba sentí la mano de mi amigo… abro los ojos y estaba sonriendo mientras con su mano izquierda me masturbaba. “…perdona, pero tu seriedad y virilidad me exita mucho”, me dijo.
Al comienzo mi primera reacción fue de enojo, pegué un salto, enseguida me rei, y le dije…”lo haces exquisito”. Su verga era amenzadoramente dura, brillante y venosa. Tenía una cabezota dura y bien dibujada.
Estire la mano y se la toqué, la empecé a masturbar y José cerró los ojos se acomodó en el asiento, me incliné y lentamente la acerqué a mi boca… abri mi boquita de macho y por primera vez sentí que me comía un pene grueso y erecto.  En el desierto no transitan autos, asi es que pude chupar tranquilamente. Le pedí a José que se desnudara, lo toqué entero, es grueso, muy peludo, su abdomen es grueso, sus piernas firmes, nos tiramos en el asiento de la camioneta, los dos desnudos, yo encima de él. Tenía olor a sudor, delicioso, su cuerpo estaba salado. Nos besamos en la boca, estaba exquisito, luego le chupé las bolas y volví a mamarselo, de ponto comenzó a lanzar chorritos de jugo cristalino y dulce… me meti su verga entera en la boca, le di moriscos como lo hace mi ex esposa,  me entusiasmé y siguiendo el ejemplo de mi ex, le sujete las bolas con una mano mientras mi dedo medio rozaba su ano, la otra mano afirmaba el miembro erecto, mi cabeza subia y bajaba chupando un tremendo vergón. Un grito agudo inundó la camioneta y varios chorros de espeso semen llenaron mi boca, sentí asco, ganas de vomitar pero estaba en esto, voluntariamente había aceptado chupar un pene por primera vez.  Paré, tragué, de la punta de la verga seguía saliendo moco, pase la mano y lo limpie, José me dio las gracias, me dijo que mamaba yo mejor cualquier mujer que se lo ha hecho antes. Ese dedo intruso le gustó mucho. Ven le dije, ponte de pie. José bajo del vehículo, se apoyó en el asiento, se inclinó abrió las piernas y en medio del desierto le chupé el agujero anal antes de culiarmelo. José gemia como nena, pedia más. Exquisito fue sentir que entraba por entre medio de sus deliciosas nalgas musculosas y peludas de macho. Eyaculé en su cuevita de maricón.
Volvimos a la ciudad. Esa noche cenamos, luego, cuando me disponía a retirarme a mi pieza, José toma mi mano y me lleva a su pieza. Me deje besar, me lamio la oreja y el cuello y quede loco. Me palpo la verga por encima del pantalón y nos comenzamos a quejar, a gemir a calentarnos. José me quito la ropa prenda por prenda, se arrodilló y me hizo sexo oral, me chupo de manera exquisita, luego me dijo: 
“…preciosa te quiero dar placerserás mi princesa…”
desde ese momento me comporte como una niña, fui coqueta, juguetona, sucia, media puta. Fui sumisa y caliente. Me tomó me abrazo por detrás y sentí su verga dura, al oido me dijo:  ven puta maraca, te voy a culiar esa raja olorosa…” Fui su nena, aparte de mamarselo de nuevo, José me poseyó sexualmente, me puse boca abajo, acomode un cojin en mi abdomen y me puse crema en el agujerito virgen, le pedi que fuera lento y suave. Y por primera vez sentí que un pene grueso masculino, viril, duro y caliente me entraba gloriosamente en mi cuerpo, José me cabalgó, me culió y me eyaculó el trasero virgen por primera vez, durante más de 25 minutos. Solo lo repetimos una vez mas, pero no fue lo mismo; sentirme niña abusada fue lo mas caliente que me ha ocurrido en años.

2 comentarios - Sexo gay en el desierto

dedevoto
Epa, cuanto detalle. Bien ahi!