sexo despues de hacer ejercicios

ese mismo día decidí ir al gimnasio, en el último horario posible. Llevé  la menor cantidad de ropa para entrenar, me puse una tanga diminuta que se me perdía entre las nalgas y por lo tanto el short ajustado también se incrustaba allí. 
Me dediqué a hacer piernas, glúteos y cintura y esta vez le iba a pedir ayuda a Lucas para todo, quería que esté pendiente de mí..
Cada ejercicio que hacía le pedía que me corrija y él amablemente lo hacía. Cuando estaba haciendo glúteos, le pedía que me toque para ver si estaban trabajando bien los músculos. Él, un poco descolocado, me tocaba con mucha timidez. Pero se lo pedí reiteradas veces para que me corrijiera y, a medida que lo hacía, comenzó a agarrar mis nalgas con más contundencia, de hecho, empezó a estirar sus dedos para abarcar más. Fue ahí cuando noté que estaba teniendo una erección. Un poco avergonzado, trataba de disimularlo y se fue al baño. Cuando volvió al salón, se fue a ayudar a otro chico, aunque me miraba desde lejos de vez en cuando. 
Ya había poca gente, así que se acercó nuevamente a mi para preguntarme cómo me estaba yendo con el ejercicio y yo empecé a hacerlo mal a propósito y él desde atrás comenzó a corregirme desde la cintura. Yo aproveché para apoyar mi cola en él y comencé a moverme disimuladamente. Lucas, todo incómodo miró hacia los costados para ver si alguien lo veía, me agarró más fuerte de la cadera y me llevaba la cola hacia él. Notaba que su pene estaba duro y me lo colocaba entre mis nalgas para frotarse suavemente. Luego dejó de hacerlo. Su mano izquierda bajó hacia mí nalga y le dió un último apretón antes de apartarse de mí. 
No volvió más a donde yo estaba. Cuando ya no había nadie y cómo era costumbre, se puso a entrenar. Yo me quedé mirándolo descaradamente pero él me evadía. Por primera vez me iba a duchar en el gimnasio. Saqué algunas cosas para bañarme y dejé la mochila en un banco del salón. Me dejé el jabón para volver a propósito. 
Me fui a las duchas, me saqué todo menos la tanga y volví al salón cubriéndome con una toalla . Me aseguré que no haya nadie y fui hasta mi mochila. Lucas ya estaba guardando sus cosas. Agarré el jabón y lo miré sonriendo mostrándole lo que me había olvidado. Él sonrió y yo dejé caer la toalla intencionalmente y dije "Ups", pero no volví a ponerme la toalla. Lucas, todo colorado miró hacia los costados fijándose que no aparezca el dueño del gimnasio que estaba por ahí. Empecé a caminar hacia las duchas y me di vuelta para decirle que ahora sí me iba a bañar. Él se sonrió nuevamente y preguntó si quería ayuda también con eso. Yo le contesté que "puede ser" y me dirigí hacia el vestidor. Lucas vino por detrás y me dio vuelta para comerme la boca de un beso. Lo senté en un banco, me subí encima suyo y comencé a frotarme sobre la entrepierna mientras besaba su cuello. Luego le saqué su musculosa y le lamía los pectorales. Él apretaba con fuerza mis nalgas y me chupaba las tetas con desesperación. Me arrodillé ante él, le bajé el pantalón e inmediatamente me metí su pene en la boca y se lo chupé como le había mostrado a Nico que lo haría. Lucas me levantó, me sacó la tanga y me recostó en el banco para chuparme la vagina. Le pregunté si no le molestaba que esté toda transpirada y mojada y él me dijo que estaba muy rica así. En unos pocos segundos estaba teniendo un exquisito orgasmo donde le pedí que me la meta de una vez. Él me sentó sobre él pero no me penetró, sino que me llevó alzada hasta la ducha y continuó besándome. Me apoyó contra una de las paredes y abrió la ducha. Aún seguía sobre Lucas. Con una mano logré llegar hasta su pene y me lo puse en la puerta de la vagina. Como su miembro era bastante largo, sólo tuvo que hacer un poco para adelante y logró entrar. Ahí sentí que la fantasía había sido superada ampliamente. No sólo estaba cogiendo con mi entrenador, sino que me estaba clavando en la ducha del gimnasio mientras nos bañábamos. Sumado al vigor de sus brazos sosteniéndome, mi clitoris estaba rozando su pubis y su pene dentro mío, me provocó el orgasmo más rico que jamás haya sentido. El gemido que emití se debe haber escuchado hasta el salón. Lucas disminuyó su intensidad mientras yo estaba temblando abrazada a él besándolo. Me bajó suavemente y me di vuelta para ponerme shampoo y enjabonarme. Él acariciaba mis tetas y me besaba el cuello suavemente. Me enjuagué rápidamente y salí de la ducha agarrándole la verga para que me siguiera. Me arrodillé sobre el banco poniéndome en cuatro y él se agachó para meter su lengua entre mis nalgas e ir recorriendo desde el ano hacia la vagina. Se quedó saboreando mi vulva un rato hasta que le dije que estaba lista para que me vuelva a penetrar. Él nunca perdió la erección, pero cuando comenzó a penetrarme, me di cuenta que estaba aún más tiesa y más hinchada. Se ve que esa posición le gustaba más.. Le pedí que me la meta entera. Lucas obedeció y me hizo sentir que sus testículos estaban pegados a mí. En ese momento comencé a moverme suavemente, sacándome su verga hasta la mitad y luego me la metía lo más profundo que podía. Al principio Lucas acompañaba mi movimiento, pero a medida que yo aceleraba, él iba tomando el control de la penetración. Empecé a gemir con más fuerza y él se iba encendiendo cada vez más. Me agarraba fuerte de la cintura y me llevaba hacia él, haciendo que sus huevos choquen con fuerza en mí. De repente comenzó a darme nalgadas fuertes y a mi me encantaba. Sin bajar la intensidad, agarró mi pelo y me avisó que estaba por acabar. Entre gemidos, le pedí que me acabe adentro, lo más profundo que pueda.. 
Lucas obedeció y los últimos bombeos los hizo bien adentro. Sentí los espasmos de su pene descargando semen caliente dentro mío mientras me abrazaba agitado desde atrás.. 
Nos vestimos rápidamente y cuando estábamos por salir del vestuario nos dimos un beso de lengua corto. Él, un poco preocupado preguntó si había algún riesgo de embarazo, pero lo tranquilicé diciéndole que me cuidaba con anticonceptivos.
Cuando salimos, estaba el dueño del gimnasio esperando para cerrar. Yo me morí de vergüenza porque seguramente había escuchando mis gemidos, pero él no emitió ningún comentario. 
Sólo dijo "¿te llevo Agus?" (Si, mi nombre es Agustina) y yo acepté. 
Fuimos charlando de cosas que no tenían que ver con el gimnasio. Igual fue bastante corta la conversación porque no vivo tan lejos.
Cuando llegamos a la puerta de mi casa, el esbozó una sonrisa picaresca y yo le pregunté qué pasaba. Pero él sólo me dijo que esperaba que la haya pasado bien hoy... 
En ese momento me sentí la más puta del gimnasio. Sólo me puse colorada y bajé del auto.
Cuando entre a casa, estaba Nico esperándome y me preguntó por qué llegaba tan tarde del gimnasio. Yo sólo le sonreí y lo llevé hasta la habitación. Me acosté boca arriba, me saqué el short y la tanga y abrí la piernas. Nico abrió los ojos grande al verme aún dilatada y se acercó preguntando "¿te lo cogiste al final?"
Yo le respondí que sí y le pedí que me meta un dedo bien adentro. Cuando lo sacó, notó que tenía semen. Le agarré el dedo y se lo chupé. Él está desorbitado. Sacó su pene y comenzó a masturbarse pidiéndome que le cuente todo.. 

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