Mi primer trabajo de mucama y un pendejo incontrolable

ESTA ES UNA HISTORIA REAL, CAMBIÉ NOMBRES PARA PROTEGER INVOLUCRADOS. LAS FOTOS NO SON MÍAS SON ILUSTRATIVAS.

Corría el año 2022, el primer año post pandemia, el año del titulo mundial. En el mes de enero yo cambié mi antiguo trabajo en una casa de ropa de Avellaneda para nuevos aires, nuevas experiencias. La idea era hacer mi futuro en la capital. Para eso debía conseguir un trabajo que me pudiera dar los ahorros necesarios para alquilar (al menos un tiempo hasta irme a vivir con mi novio). Después de mucho esfuerzo conseguí mi primer trabajo como mucama en una casa de un coqueto barrio de la ciudad (no dare precisiones). Una tipica casa de una familia argentina de clase media alta. La familia, también típica, pareja casada con tres hijos: una de 24, otro de 22 y el mas joven de 19. Tanto la pareja como los hijos parecían excelentes personas, trabajaban ambos y lo nenes estudiaban en universidades privadas. La nena mayor ya estaba comprometida y pensando en casarse, el del medio planeaba un viaje a Europa mientras cursaba su carrera de economía. El problema era el más joven.
Joaquin era todo un problema, no le gustaba estudiar, no le gustaba trabajar. A pesar de su posición económica, derrochaba la plata y hacía enojar a sus padres. Yo en mi trabajo diario escuché muchas discusiones pero jamás atine a dar un consejo sobre situación. Joaquín era un mal educado, le gustaba decir improperios frente a su familia y a hacerse el soberbio con sus amigos. Al ser un joven lindo, que hacia deporte y con dinero creía llevarse el mundo por delante. A mi practicamente no me dirigia la palabra. Un día eso cambió.

Por el mes de julio, cuando fue el cumpleaños de la hermana mayor, se orgnaizó una gran fiesta y yo fui avisada de que tenía que ayudar a la fiesta en la que iba a participar su familia. Era sabado y los jovenes habían salido. Hacía un leve frío asi que decidi llevar una campera y ponerme un jean nuevo que me había comprado esa semana y me quedaba excelenete. A eso de la tarde, la señora se fue a hacer una compras y me deja sola en la cocina decorando la torta. En ese momento llega Joaquin, totalmente ebrio y con los ojos perdidos.
Me dice, con gesto de desprecio, "eh negra despues limpia la mesa que esta sucia", yo le contesté que si conociendo sus maneras. 
En cuestión de segundos se me cae por accidente un bote cerrado de dulce de leche y al levantarlo, siento que él dice "epa epa pará un poco" a lo que me río y le digo "ay joaquin" con verguenza. A él le cambia la cara y empieza a hablarme de otra manera. 
- No te conocía tan perra, te queda muy bien el jean.


Mi primer trabajo de mucama y un pendejo incontrolable


Yo al no poder creer lo que escuchaba le dije un timido "gracias". Acto seguido siento que me abraza a la altura del estómago y me dice "Con gracias no me alcanza" apoyandome todo su torso y su miembro encima mío. A través de su  pantalón blanco pude sentir que estaba empezando su amigo despertarse. No sabía que pensar, le dije con verguenza "Que hacés nene, va a volver tu mama" pero a él no le importó nada. Me tomó de los pechos, me los apretó fuerte y me dio unos besos en el cuello que me hicieron tambalear. Toda mi rigidez se destruyó y me dejé llevar. Durante unos segundos me acarició pero cuando arrimó la cara para el beso lo frené en seco.
- No estupido, ya está, dejame terminar esto que me matan.
El sin verguenza y casi riendose me dijo 
- Ya te vas a dejar.
Al irse, me dejo decorando la torta y con la mente dando mil vueltas. Era apenas un adulto, era el hijo de mi empleadora, si me ven me echan, no le puedo hacer esto a mi novio. Todas esas parecían suficientes razones para no meter la pata. Pero no lo fueron.
La noche llegó y llegó la fiesta, los invitados y yo terminando mis tareas para irme a casa. En un momento me encargan llevar las bebidas, yo aliviada por el ambiente festivo me senti mas relaajda. Joaquin todavía no despertaba de su siesta y estaba lleno de gente. En un momento cuando voy a buscar copas para un brindis, aparece él. Se había cambiado, ya no tenía su shorcito, sino un pantalon largo y una camiseta argentina. Me saludó y me dijo que no iba a salir porque quería acompañar a su hermana en su día. Hablamos de tema triviales, de sus amigos y de la fecha del futbol que se jugó ese día.

En un momento cuando estoy de espaldas para abrir un vino, comenzó todo de nuevo. Me apoya con todo su cuerpo y me toma de la cintura
- Pensaste que me iba a olvidar ¿no?
-Estás loco nene, nos van a ver dale.
- Con vos no me importa nada.
Esta vez me toma de los pechos y luego va hacia mi pantalón, me acaricia y me besa intensamente el cuello. Pense en resistirme otra vez pero otra vez mi mundo tembló, sucumbí ante su seducción y su picardía. Me di vuelta y cuando acercó su boca, me clavó un beso que me derritió toda. Nos besamos como locos mientras me tocaba la cola y yo le pasaba la mano por la espalda.
Entre toqueteo y toqueteo, baje la mano hacia su pantalon y empecé a tocarle su miembro. No sé porque, no lo pensé pero al tocarle el miembro dos segundos, bajé como una puta y me arrodille en el piso como si estuviera por rezar. Le baje con las manos el pantalón, y le baje el boxer. No me importaba nada, solo buscaba eso que había visto tantas veces escondido en un short de fútbol o en un pantalón ajustado. 



Historia




Y fue ahí que a ese pibe arrogante, asqueroso, mal educado le hice uno de los mejores petes de mi vida. Le chupe tanto la pija que cuando le miraba la cara, ya no se veía malo. Se veía como un indefenso que también estaba cumpliendo un sueño. Desde la secundaria que me prefeccioné como una buena chupadora de pijas, tengo experiencias para derramar lagrimas de felicidad a cualquier hombre y el pibe lo disfrutó como nunca. Pero lo bueno acaba (no literalmente)
Pasados unos minutos (entre tanta baba y lamida perdi la nocion del tiempo). Siento una voz femenina, era la madre.
- Nena, cuando traes las copas? Necesitas ayuda?
Cuando terminó su frase, me asusté lo miré y el tampoco sabía que hacer. Inmediatamente me saqué la pija de la boca, el se levantó el pantalón y nos hicimos los desentendidos. Ella entró a la cocina y solo dijo con sorpresa:
- Ah te levantaste joaquin!
Yo no podía ocultar mi verguenza mientras me limpiaba la saliva de la quijada. Ella solo me ofreció ayuda y salimos a donde estaban los invitados. La travesura estaba hecha pero yo seguía confundida, no sabía que pensar. Cuando volví a la cocina, Joaquín ya no estaba. Ya liberada de mis tareas, decidi buscarlo disimuladamente dentro de la casa. Al entrar a un pequeño pasillo que va al baño siento una voz baja que me llama.
- Vení negra dale.
Era él, con la puerta de su cuarto apenas abierta y la luz apagada. Fue la decisión de mi vida: irme a casa y salvar mi trabajo o meterme en la cama con ese pendejo que no pensaba otra cosa que cogerme. Entre a su habitación con miedo.
- Basta nene, se van a dar cuenta ¿no entendes?
- Dale flaca chupala un poquito.
- Bueno pero rapido.

Y otra vez la misma yo arrodillandome como una puta pero esta vez en la oscuridad, sacando el pantalón y comiendome toda esa verga. Cuando pasaron unos minutos, otra vez ruidos. Era su hermano que iba al baño. Ahi fue cuando me asusté y apenas le dije a Joaquin "Chau me voy" y me levanté del piso. Al salir de su habitación, me cruzé con Agus, su hermano, me miró sorprendido.
- Negra! que haces acá?
- Nada, agus. Fui a limpiar una cosas que me mandó tu mamá.
- No viste a Joaquin?
- No, debe estar con los demás- respondí
Por su cara, sospecho que supo que yo estaba mintiendo. Que Joaco no estaba con los demás y que yo no había ido a su cuarto a limpiar otra cosa más que su pija.
Al salir de ahí me fui, asustada pero tranquila de que todo haya pasado. Tendría un domingo tranquilo para descansar, ver a mi novio y relajarme antes de volver a trabajar a esa casa el lunes siguiente.
Pero ese lunes siguiente fue el desastre. Al llegar a la casa lista para trabajar, temprano me abrió la puerta la señora.
- Buenos días señora como anda.
Ella, en silencio sin contestar solo me dijo: - Pasa.
Cuando me dispuse a acomodar unas cosas me dijo.
- Deja eso ya, quiero hablar con vos.
Yo en un inicio no sospeche cual era el problema, ni recordé lo del sabado hasta que ME LO DIJO.
- Sos una puta.
- Que?
- Sos una prostituta barata. No te quiero ver más acá. Se lo que hiciste con Joaquín., trola de mierda. No te quiero ver más acá.
- Por qué dice eso señora? No hice nada.

Y ahí fue que me explicó. El pendejo estúpído habia contado todo. Su hermano lo vio en su cuarto y preguntó que hacía yo. El quiso negarlo pero su soberbia e idiotez hizo que se vanagloriara con haberme puesto la pija en la boca. Para él fue una conquista, que la mucama le haga un pete, la negra flaca culona de otra clase social que apenas hablaba con él. Fue una victoria y no aguantó con contarselo a todo elmundo.
Al no tener posibilidad defenderme solo me tapé la cara con las dos manos, me largué a llorar y atiné a decir:
- Ay perdón señora, perdón. Disculpeme señora en serio.
Creo que dije lo mismo tantas veces que habré roto un record.
La señora hizo oidos sordos a mis disculpas.
Me corrió, me dijo que iba a arreglar con sus abogados y que no me quería ver nunca más.
No entendí que hice mal, el no era menor. El me buscó. El me agarró por atrás, me hizo sentir toda su hombria y en mi cuerpo y yo solo cedí a eso. Pero esa vieja nunca iba a entender.
A mi novio le oculté todo, le dije que me habían echado por que ya no me podían pagar. El tan dulce como siempre. entendió todo. Mientras tanto, el pendejo me empezó a mandar mensajes, al principio me resistí a contestarle pero despues terminé de perdonarlo. No era su culpa, el es después de todo un buen chico.

Decidimos vernos una vez más, pero esta vez en un telo con más cuidado y sin interrupciones. Cuando me pasó a buscar en el auto, esa primera vez, sentí que los dos temiamos los mismos nervios. Hablamos cosas triviales, sin importancia pero al estacionar cerca del hotel no aguantamos más.
- Perdón flaca, sabes que me arrepiento.
- Está todo bien hermoso, valió la pena.
Nos fundimos en un beso que me hizo temblar toda. Al salir del auto hablamos de ese día, del cumpleaños, de su hermano, la torta, de las interrupciones. Antes de entrar me dijo.
- Estaba rico todo ¿no?


Yo con una cara picara y susurrandole al oido le dije
- Si, pero me falta la lechita ...

5 comentarios - Mi primer trabajo de mucama y un pendejo incontrolable

SEXUALSECURITY +1
Subi una foto tuya me hiciste acordar a la sobrina de mi mujer es igual de putita