Primero de cortar la conversación con Kimiko, las dos se pusieron de acuerdo para encontrarse pronto y hablar cara a cara, mujer con mujer de los problemas de la pobre Kimiko.
El día pasó en total aburrimiento para la madre de Pedro, aunque si estaba rodeada de marido y hijos, algo le faltaba. En la tarde su deseo creció aún más, era casi insoportable. Tenía que hacer algo. Ella saltó la cena, no tenía hambre, almenos no de comida y decidió irse al gimnasio. Obviamente a Felipe y sus hijos les pareció muy extraño esta decisión pero ella simplemente se justificó diciendo que después del “asalto” tenía mucho estrés acumulado y quería hacer movimiento.
-Pero Teresa, estas segura? Ya va a ser noche y además nunca fuiste a esta hora.
-Si tesoro, lo se pero yo necesito esfogarme un poco o si no, seguramente pasaré esta noche despierta.
-Esta bien Teresa pero no te hagas tarde. Te esperaré.
Teresa no mentía, quería enserio ir al gimnasio para esfogarse en la esperanza que el cansancio apague su calentura. Se puso su ropa deportiva y salió a su gimnasio.
Ella corría y corría sobre el tapirulan tratando de casarse de la mente esos sucio pensamientos que tuvo todo el día.
-AMIGAAA!
La voz de Claudia la asustó y casi tropezó mientras corría.
-Oh, disculpa jaja, no quería asustarte.
-No, esta todo bien.
La chica que había conocido tiempo atrás en el gimnasio ahora se había puesto a correr a su lado haciendo conversación con ella.
Su presencia fue una gran ayuda para Teresa la cual pudo distraerse un poco de su obsesión. Claudia se confermaba una chica muy agradable, lista y segura de si, casi al punto de que la mamá de Pedro sintiera un poco de envidia. Las dos se pusieron a hacer ejercicios juntas y Claudia no paraba de llenar a Teresa de alagues sobre cuanto fuese bella. A todo eso Teresa respondía sonrojando y agradeciéndole.
-Es de alguien este celular?
Dijo un señor cerca de donde estaba el tapirulan. La esposa perfecta se estaba divirtiendo tanto con su nueva amiga, la cual le estaba enseñando nuevos ejercicio, que olvidó de revisar la hora.
-Oh, Dios mío, lo siento Claudia, tengo que ir, se me hizo tarde hoy, mi esposo me espera?
-Esposo? Oh ok. Entonces nos vemos.
-Claro amiga.
Teresa dice a su marido que estaba en camino a casa y así era pero no se esperaba de recibir un mensaje de Marcelo justo en ese momento:
-Te estoy esperando afuera de tu casa.
Casi se choca con su auto al recibir la noticia. Leyó otra vez el mensaje para ver si había visto bien lo que decía. Así era. Ella creía que el bully se había enloquecido por completo o que quería contarle a su familia así que aceleró al máximo para llegar lo primero posible.
Dejó su auto afuera del garaje cerca la calle para que su esposo no la vea y ahí estaba Marcelo, esperándola afuera de su casa.
-Que demonios haces aquí? Acaso quieres que me descubran? Tu no puedes…
Marcelo la agarra y la besa dejándola callada por un rato. Ella no sabía que decir, ni que hacer, pero ese beso la prendió nuevamente.
-Así me gustas mas, callada. Quiero que abras tu boca solo cuando yo te lo permito, entendiste?
-…Ssi…entiendo.
-Muy bien, ahora de rodillas.
-Si…Que? NO. Por favor, espera, no aquí, es demasiado…
Marcelo le pone su mano al cuello y apreta un poco haciéndola callar y después procede a empujarla abajo con esa misma mano.
-Que acabo de decir perra? Solo cuando te doy permiso.
Ahora que Marcelo la tenía abajo de ella se abrió el pantalón y sacó su miembro ya erecto poniéndolo sobre la cara de la madre de Pedro.
-Ahora…abre la boca.
Teresa obedece y Marcelo mete su miembro adentro. Comienza a moverse lentamente apreciando la vista de su puta arrodillada delante de él, recibiendo con sumisión toda su lujuria.
Teresa no sabía que estaba haciendo. Estaba justo adelante de su casa, con su familia a distancia de pocos metros. Si solo alguien la hubiera visto, su vida estaría acabada; y no sólo su familia, asta sus vecinos podían verla. Pensar en eso tuviera que llenarla de miedo pero en vez la calentaba aún más; el peligro de ser descubierta, de que estaba traicionando a su marido y su familia eran para ella el más fuerte de los afrodisíacos y lentamente lo estaba aceptando.
La velocidad aumenta obligando Teresa a abrir más su boca causando que su saliva cayera y lubrificara el palo del bully. Almenos estaba todavía con su ropa de gimnasio, no importaba que se mojara.
GLACK, GLACK, GLACK, GLACK
Marcelo estaba follandose la boca de la mamá de Pedro justo a pocos metros de él y su madre lo estaba gozando. Teresa no sabía si usar sus manos para resistirse a la fuerza del bully o para masajes sus pezones ahora duros y firmes.
GLACK, GLACK, GLACK, GLACK
Si alguien se fijara afuera de la ventana los hubiera visto ya que la luz de la entrada iluminaba los cuerpos de los dos amantes.
TRIIIIN
Suena el celular se Teresa, su marido estaba preocupado por su demorarse. Teresa trata de alejarse del chico para agarrar su celular, el ruido era demasiado fuerte, podía escucharlo alguien. Marcelo no paraba de follarle la boca así que ella tuvo que esforzarse de hacerlo con una mano mientras la otra, apoyada a la pierna musculosa del bully, la tenía a una cierta distancia de él para revisar su bolsa.
Finalmente toma el celular en la mano pero en ese momento para de sonar y Marcelo aprovecha la distracción para empujarle su miembro asta la garganta.
COFF, COFF, COFF
Teresa se botó a una lado tosiendo y tratando de respirar.
-Eres un…
Teresa paró inmediatamente su lengua, su patrón no le había dado el permiso de hablar. De todos modos ese momento de rebelión fue percibido por el joven como una provocación a la cual él respondió agarrándola de los cabellos para levantarla, girarla y presionarla a la pared.
Con una mano le apretaba la cara contra la pared de su propria casa y con la otra le trató de bajar los leggins pero lo hizo con demasiada fuerza y se rompieron.
El culo apetitoso de Teresa estaba a su completa disposición. No perdió un solo momento, y con su verga todavía lúcida por la saliva de la madre de su víctima le metió toda su longitud de un solo golpe.
-AAH
Un chillido de dolor sale de la boca de Teresa; suficientemente fuerte para hacer que Pedro se quitara sus auriculares para saber si había escuchado justo.
Teresa se tapó la boca de instinto después de hacer salir un ultimo gemido.
Marcelo metía y sacaba su miembro del culo de la mujer a una velocidad impresionante que hacía sentir a su perra como si le estuvieran reacomodando sus tripas.
Teresa usó toda su fuerza de voluntad para tener la mano sobre la boca y contener sus gemidos. El bully que había atormentado a su querido hijo ahora la estaba follando justo afuera de su propria casa, bajo la ventana del cuarto de Pedro.
Poco primero el ignorante Pedrito se había acercado a la ventana para ver afuera pero se limitó a revisar solo lo que tenía delante, ósea la calle cubierta en oscuridad. Si hubiera bajado la mirada bajo de él hubiera visto un espectáculo terrible pero gracias al cielo el chico nació idiota. Eso es lo que pensó Teresa primero que su mente comenzara a ir en blanco.
Felipe estaba ya echado en su cama leyendo un libro y mirando cada 5 minutos la hora en su reloj. Su esposa todavía no había llegado.
Los momentos inconscientes de Teresa eran mas de los consientes durante toda la sesión de sexo pero no le impidieron de gozar lo más posible de la experiencia. Era como si el paraíso hubiera entrado dentro de ella a través de su culo.
TRIIIN
Suena otra vez el celular de Teresa al que Marcelo lo agarra con rapididad y lo bota al suelo pisandolo y rompiéndolo.
-Ya no nos van a molestar perra.
Que alivio fueron esas palabras para Teresa. Después de poco tiempo la destrucción del celular de la mujer, Marcelo se corrió adentro de ella rellenándola de todo su semen caliente y en el mientras ella ya estaba al tercer orgasmo.
Sus piernas temblaban y respiraba afanada mientras Marcelo se Alejó un rato de ella para para tomarse el agua que estaba dentro de la bolsa de su puta. Teresa por la otra parte se quedó ahí cara apoyada a la fría pared ahora mojada de sudor y saliva. Sentía el viento fresco golpear su piel sudada y el semen de su macho que salía secarse sobre ella. Se sentía en paz, satisfecha.
De repente los dos amantes escuchan claramente alguien acercarse a la puerta así que Marcelo jaloneo a Teresa dentro del garaje para no ser descubiertos. Era claro que la mujer había recibido nuevamente la follada de su vida ya que a apenas podía caminar con sus piernas echas gelatina y con su alma en ese estado de satisfacción ni le importaba que la vieran.
Felipe había abierto la puerta, talvez los ruidos y los gemidos no fueron tan contenidos como ella pensaba. Felipe se puso frente la entrada viendo su celular esperando la llamada de su esposa o de verla llegar con su auto. Gracias al cielo la terrible esposa había tenido la idea de parquear su auto a una cierta distancia de su casa y cubierta por el grande árbol sobre el cual su esposo había construido una casa en el árbol para Pedrito mucho tiempo atrás.
Si solo hubiera visto un poco más a la izquierda hubiera notado el celular botado de Teresa, si bolsa y un pequeño charco de fluidos sexual es que el nunca iba a ver en su vida ya que no llegaba a durar 10 minutos en la cama.
-Que hacemos?
Pide Teresa pero Marcelo la mira con una malvada sonrisa. El se puso de rodillas y comenzó a chupar el código mojado de la madre de Pedro mientras ella le apoyaba la mano sobre su cabeza sin saber si quería detenerlo o empujarlo más así ella.
Teresa tenía los ojos cerrados y las tetas al viento gozando de la boca de su macho. En el mientras de todo Felipe había regresado adentro.
-No, mmm, no, por favor, esto es Aaaj…demasiado
-Demasiado?
-Demasiado…rico. NO! NO! Riesgoso. Por favor si continuas…
Llego otro orgasmo para Teresa.
Ahora que estaban adentro del garaje finalmente tenía un poco de privacidad, si privacidad fuera follar en garaje abierto en plena noche.
Teresa se odiaba con todo su corazón pero gozaba con toda el alma. Marcelo aprovechó del estado de trance que para agarrar a Teresa de su trasero y subirla con la fuerza de sus músculos y fuertes brazos. Tardó unos dos segundos para llevar su verga nuevamente erecta en línea con el coñito de la milf, pero cuando lo hizo y Tereza sintió la punta de su miembro rozar la entrada de su vagina entonces salió otro gemido que no pudo contener.
-Aaaj
Después de eso Marcelo apretó bien la carne de las nalgas de Teresa para asegurar la presa y la dejó caer sobre su verga implándola asta que le pareció ser atravesada por completo.
Marcelo comenzó a hacerla rebotar sobre su miembro ayudándose también con su pelvis que regularmente se movía para penetrar mejor a su mujer.
El placer era indescribible para la madre de Pedro y el contener los gemidos le era imposible porque sus manos estaban ocupas sosteniéndose del cuello de su amante. Marcelo podía ver claramente la cara de placer y absoluta éxtasis que mostraba Teresa; una visión divina. Todos hombre hubiera querido ver así a su propia mujer. Gracias al cielo atrás vez, Pedrito se había dormido con los auriculares puestos y Felipe había encendido la tele. Solo Jonás escuchaba todo esos ruidos que le parecían venir debajo de su cama a sí que se cubrió con su mantita todo el cuerpo para que el monstruo no lo lastime.
Teresa no podía más, estaba cansada y su cuerpo caliente como el fuego pero lo mismo seguía. Lo único que pudo hacer fue abrazar al bully y apoyar la cabeza cerca de su hombro que no tardó mucho en mojarse de baba a causa del extremo placer. Su mente estaba en blanco nuevamente y sin darse cuenta estaba mordiendo el hombro de Marcelo como un animal dentro de una trampa que en ves de dolor la llenaba de placer.
Ya habían pasado 6 orgasmos y Teresa cuando tomó nuevamente conciencia estaba echado sobre una meza de madera que su esposo usaba.
Marcelo estaba de la otra parte del garaje tomándose una gaseosa que su esposo guardaba en un pequeño refrigerador. La puerta del mini refrigerador estaba abierta y la luz que salía evidenciaba la figura parada del bully, sus piernas gruesas y musculosas y su miembro enorme todavía parado.
-Lista para otro giro?
Dijo el chico acercándose a ella sin esperar la respuesta y la folló ahí mismo, sobre la mesa de trabajo de su esposo.
Después de dos orgasmos más para Teresa, Marcelo terminó esa noche cubriéndole con su leche las tetas y el vientre de la perra. En fin se subió el pantalón y se fue sin decir nada dejándola botada ahí, media desnuda y en un estado vulgar mientras respiraba después de ese intenso entrenamiento.
Continúa…
El día pasó en total aburrimiento para la madre de Pedro, aunque si estaba rodeada de marido y hijos, algo le faltaba. En la tarde su deseo creció aún más, era casi insoportable. Tenía que hacer algo. Ella saltó la cena, no tenía hambre, almenos no de comida y decidió irse al gimnasio. Obviamente a Felipe y sus hijos les pareció muy extraño esta decisión pero ella simplemente se justificó diciendo que después del “asalto” tenía mucho estrés acumulado y quería hacer movimiento.
-Pero Teresa, estas segura? Ya va a ser noche y además nunca fuiste a esta hora.
-Si tesoro, lo se pero yo necesito esfogarme un poco o si no, seguramente pasaré esta noche despierta.
-Esta bien Teresa pero no te hagas tarde. Te esperaré.
Teresa no mentía, quería enserio ir al gimnasio para esfogarse en la esperanza que el cansancio apague su calentura. Se puso su ropa deportiva y salió a su gimnasio.
Ella corría y corría sobre el tapirulan tratando de casarse de la mente esos sucio pensamientos que tuvo todo el día.
-AMIGAAA!
La voz de Claudia la asustó y casi tropezó mientras corría.
-Oh, disculpa jaja, no quería asustarte.
-No, esta todo bien.
La chica que había conocido tiempo atrás en el gimnasio ahora se había puesto a correr a su lado haciendo conversación con ella.
Su presencia fue una gran ayuda para Teresa la cual pudo distraerse un poco de su obsesión. Claudia se confermaba una chica muy agradable, lista y segura de si, casi al punto de que la mamá de Pedro sintiera un poco de envidia. Las dos se pusieron a hacer ejercicios juntas y Claudia no paraba de llenar a Teresa de alagues sobre cuanto fuese bella. A todo eso Teresa respondía sonrojando y agradeciéndole.
-Es de alguien este celular?
Dijo un señor cerca de donde estaba el tapirulan. La esposa perfecta se estaba divirtiendo tanto con su nueva amiga, la cual le estaba enseñando nuevos ejercicio, que olvidó de revisar la hora.
-Oh, Dios mío, lo siento Claudia, tengo que ir, se me hizo tarde hoy, mi esposo me espera?
-Esposo? Oh ok. Entonces nos vemos.
-Claro amiga.
Teresa dice a su marido que estaba en camino a casa y así era pero no se esperaba de recibir un mensaje de Marcelo justo en ese momento:
-Te estoy esperando afuera de tu casa.
Casi se choca con su auto al recibir la noticia. Leyó otra vez el mensaje para ver si había visto bien lo que decía. Así era. Ella creía que el bully se había enloquecido por completo o que quería contarle a su familia así que aceleró al máximo para llegar lo primero posible.
Dejó su auto afuera del garaje cerca la calle para que su esposo no la vea y ahí estaba Marcelo, esperándola afuera de su casa.
-Que demonios haces aquí? Acaso quieres que me descubran? Tu no puedes…
Marcelo la agarra y la besa dejándola callada por un rato. Ella no sabía que decir, ni que hacer, pero ese beso la prendió nuevamente.
-Así me gustas mas, callada. Quiero que abras tu boca solo cuando yo te lo permito, entendiste?
-…Ssi…entiendo.
-Muy bien, ahora de rodillas.
-Si…Que? NO. Por favor, espera, no aquí, es demasiado…
Marcelo le pone su mano al cuello y apreta un poco haciéndola callar y después procede a empujarla abajo con esa misma mano.
-Que acabo de decir perra? Solo cuando te doy permiso.
Ahora que Marcelo la tenía abajo de ella se abrió el pantalón y sacó su miembro ya erecto poniéndolo sobre la cara de la madre de Pedro.
-Ahora…abre la boca.
Teresa obedece y Marcelo mete su miembro adentro. Comienza a moverse lentamente apreciando la vista de su puta arrodillada delante de él, recibiendo con sumisión toda su lujuria.
Teresa no sabía que estaba haciendo. Estaba justo adelante de su casa, con su familia a distancia de pocos metros. Si solo alguien la hubiera visto, su vida estaría acabada; y no sólo su familia, asta sus vecinos podían verla. Pensar en eso tuviera que llenarla de miedo pero en vez la calentaba aún más; el peligro de ser descubierta, de que estaba traicionando a su marido y su familia eran para ella el más fuerte de los afrodisíacos y lentamente lo estaba aceptando.
La velocidad aumenta obligando Teresa a abrir más su boca causando que su saliva cayera y lubrificara el palo del bully. Almenos estaba todavía con su ropa de gimnasio, no importaba que se mojara.
GLACK, GLACK, GLACK, GLACK
Marcelo estaba follandose la boca de la mamá de Pedro justo a pocos metros de él y su madre lo estaba gozando. Teresa no sabía si usar sus manos para resistirse a la fuerza del bully o para masajes sus pezones ahora duros y firmes.
GLACK, GLACK, GLACK, GLACK
Si alguien se fijara afuera de la ventana los hubiera visto ya que la luz de la entrada iluminaba los cuerpos de los dos amantes.
TRIIIIN
Suena el celular se Teresa, su marido estaba preocupado por su demorarse. Teresa trata de alejarse del chico para agarrar su celular, el ruido era demasiado fuerte, podía escucharlo alguien. Marcelo no paraba de follarle la boca así que ella tuvo que esforzarse de hacerlo con una mano mientras la otra, apoyada a la pierna musculosa del bully, la tenía a una cierta distancia de él para revisar su bolsa.
Finalmente toma el celular en la mano pero en ese momento para de sonar y Marcelo aprovecha la distracción para empujarle su miembro asta la garganta.
COFF, COFF, COFF
Teresa se botó a una lado tosiendo y tratando de respirar.
-Eres un…
Teresa paró inmediatamente su lengua, su patrón no le había dado el permiso de hablar. De todos modos ese momento de rebelión fue percibido por el joven como una provocación a la cual él respondió agarrándola de los cabellos para levantarla, girarla y presionarla a la pared.
Con una mano le apretaba la cara contra la pared de su propria casa y con la otra le trató de bajar los leggins pero lo hizo con demasiada fuerza y se rompieron.
El culo apetitoso de Teresa estaba a su completa disposición. No perdió un solo momento, y con su verga todavía lúcida por la saliva de la madre de su víctima le metió toda su longitud de un solo golpe.
-AAH
Un chillido de dolor sale de la boca de Teresa; suficientemente fuerte para hacer que Pedro se quitara sus auriculares para saber si había escuchado justo.
Teresa se tapó la boca de instinto después de hacer salir un ultimo gemido.
Marcelo metía y sacaba su miembro del culo de la mujer a una velocidad impresionante que hacía sentir a su perra como si le estuvieran reacomodando sus tripas.
Teresa usó toda su fuerza de voluntad para tener la mano sobre la boca y contener sus gemidos. El bully que había atormentado a su querido hijo ahora la estaba follando justo afuera de su propria casa, bajo la ventana del cuarto de Pedro.
Poco primero el ignorante Pedrito se había acercado a la ventana para ver afuera pero se limitó a revisar solo lo que tenía delante, ósea la calle cubierta en oscuridad. Si hubiera bajado la mirada bajo de él hubiera visto un espectáculo terrible pero gracias al cielo el chico nació idiota. Eso es lo que pensó Teresa primero que su mente comenzara a ir en blanco.
Felipe estaba ya echado en su cama leyendo un libro y mirando cada 5 minutos la hora en su reloj. Su esposa todavía no había llegado.
Los momentos inconscientes de Teresa eran mas de los consientes durante toda la sesión de sexo pero no le impidieron de gozar lo más posible de la experiencia. Era como si el paraíso hubiera entrado dentro de ella a través de su culo.
TRIIIN
Suena otra vez el celular de Teresa al que Marcelo lo agarra con rapididad y lo bota al suelo pisandolo y rompiéndolo.
-Ya no nos van a molestar perra.
Que alivio fueron esas palabras para Teresa. Después de poco tiempo la destrucción del celular de la mujer, Marcelo se corrió adentro de ella rellenándola de todo su semen caliente y en el mientras ella ya estaba al tercer orgasmo.
Sus piernas temblaban y respiraba afanada mientras Marcelo se Alejó un rato de ella para para tomarse el agua que estaba dentro de la bolsa de su puta. Teresa por la otra parte se quedó ahí cara apoyada a la fría pared ahora mojada de sudor y saliva. Sentía el viento fresco golpear su piel sudada y el semen de su macho que salía secarse sobre ella. Se sentía en paz, satisfecha.
De repente los dos amantes escuchan claramente alguien acercarse a la puerta así que Marcelo jaloneo a Teresa dentro del garaje para no ser descubiertos. Era claro que la mujer había recibido nuevamente la follada de su vida ya que a apenas podía caminar con sus piernas echas gelatina y con su alma en ese estado de satisfacción ni le importaba que la vieran.
Felipe había abierto la puerta, talvez los ruidos y los gemidos no fueron tan contenidos como ella pensaba. Felipe se puso frente la entrada viendo su celular esperando la llamada de su esposa o de verla llegar con su auto. Gracias al cielo la terrible esposa había tenido la idea de parquear su auto a una cierta distancia de su casa y cubierta por el grande árbol sobre el cual su esposo había construido una casa en el árbol para Pedrito mucho tiempo atrás.
Si solo hubiera visto un poco más a la izquierda hubiera notado el celular botado de Teresa, si bolsa y un pequeño charco de fluidos sexual es que el nunca iba a ver en su vida ya que no llegaba a durar 10 minutos en la cama.
-Que hacemos?
Pide Teresa pero Marcelo la mira con una malvada sonrisa. El se puso de rodillas y comenzó a chupar el código mojado de la madre de Pedro mientras ella le apoyaba la mano sobre su cabeza sin saber si quería detenerlo o empujarlo más así ella.
Teresa tenía los ojos cerrados y las tetas al viento gozando de la boca de su macho. En el mientras de todo Felipe había regresado adentro.
-No, mmm, no, por favor, esto es Aaaj…demasiado
-Demasiado?
-Demasiado…rico. NO! NO! Riesgoso. Por favor si continuas…
Llego otro orgasmo para Teresa.
Ahora que estaban adentro del garaje finalmente tenía un poco de privacidad, si privacidad fuera follar en garaje abierto en plena noche.
Teresa se odiaba con todo su corazón pero gozaba con toda el alma. Marcelo aprovechó del estado de trance que para agarrar a Teresa de su trasero y subirla con la fuerza de sus músculos y fuertes brazos. Tardó unos dos segundos para llevar su verga nuevamente erecta en línea con el coñito de la milf, pero cuando lo hizo y Tereza sintió la punta de su miembro rozar la entrada de su vagina entonces salió otro gemido que no pudo contener.
-Aaaj
Después de eso Marcelo apretó bien la carne de las nalgas de Teresa para asegurar la presa y la dejó caer sobre su verga implándola asta que le pareció ser atravesada por completo.
Marcelo comenzó a hacerla rebotar sobre su miembro ayudándose también con su pelvis que regularmente se movía para penetrar mejor a su mujer.
El placer era indescribible para la madre de Pedro y el contener los gemidos le era imposible porque sus manos estaban ocupas sosteniéndose del cuello de su amante. Marcelo podía ver claramente la cara de placer y absoluta éxtasis que mostraba Teresa; una visión divina. Todos hombre hubiera querido ver así a su propia mujer. Gracias al cielo atrás vez, Pedrito se había dormido con los auriculares puestos y Felipe había encendido la tele. Solo Jonás escuchaba todo esos ruidos que le parecían venir debajo de su cama a sí que se cubrió con su mantita todo el cuerpo para que el monstruo no lo lastime.
Teresa no podía más, estaba cansada y su cuerpo caliente como el fuego pero lo mismo seguía. Lo único que pudo hacer fue abrazar al bully y apoyar la cabeza cerca de su hombro que no tardó mucho en mojarse de baba a causa del extremo placer. Su mente estaba en blanco nuevamente y sin darse cuenta estaba mordiendo el hombro de Marcelo como un animal dentro de una trampa que en ves de dolor la llenaba de placer.
Ya habían pasado 6 orgasmos y Teresa cuando tomó nuevamente conciencia estaba echado sobre una meza de madera que su esposo usaba.
Marcelo estaba de la otra parte del garaje tomándose una gaseosa que su esposo guardaba en un pequeño refrigerador. La puerta del mini refrigerador estaba abierta y la luz que salía evidenciaba la figura parada del bully, sus piernas gruesas y musculosas y su miembro enorme todavía parado.
-Lista para otro giro?
Dijo el chico acercándose a ella sin esperar la respuesta y la folló ahí mismo, sobre la mesa de trabajo de su esposo.
Después de dos orgasmos más para Teresa, Marcelo terminó esa noche cubriéndole con su leche las tetas y el vientre de la perra. En fin se subió el pantalón y se fue sin decir nada dejándola botada ahí, media desnuda y en un estado vulgar mientras respiraba después de ese intenso entrenamiento.
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