Lista para él

El frío del tapón me recorre el cuerpo cada vez que me muevo. Me gusta esa sensación, ese contraste entre la dureza del metal y el calor húmedo entre mis piernas. Sé que lo necesito, que me prepara, que me abre poco a poco. Cuando sé que voy a coger con una pija grande, me lo dejo puesto por horas. Me gusta llegar lista, que mi culo no ofrezca resistencia, que él pueda entrarme de una sin esperar.

Esta noche tengo una cita. Un cliente que me quiere bien abierta, lista para ser tomada en cuanto llegue. Así que me agacho frente al espejo, con las medias blancas abrazándome los muslos, la lencería levantada y mis dedos separando mis cachetes para ver cómo el tapón brilla entre ellos. Me gusta mirarme así, ver mi conchita húmeda y mi culo dilatado, ver lo puta que soy cuando me preparo para ser usada.

Imagino su mirada cuando me vea así, cuando yo misma me abra para él y le muestre lo bien que lo estuve esperando. Y me caliento más. Me muerdo los labios y paso los dedos por mi clítoris, sintiendo cómo el placer sube en oleadas. Solo falta él. Solo falta que llegue y me haga suya.